jueves, 16 de mayo de 2024

Frida y Diego, toda una historia...


 

  ¡Y nos fuimos a Puebla el viernes! A probar el "mole poblano", luego de haber degustado el trago "Berta" en Taxco de Alarcón. Nos bajamos ese día del Teleférico y nos fuimos a buscar el bus verde, donde Adrián nos esperaba !(el conductor). Partimos en dirección a Puebla, no sin antes aprovechar el trayecto y visitar lugares interesantes entre ciudades. Cuando pasamos por Cholula nos bajamos de nuestra limusina, porque había una construcción digna de verse: el Templo de Santa María Tonanzintla, un excelente ejemplo de sincretismo cultural: por un lado, está María, la madre de Dios (religión que trajeron los españoles) y "Tonanzintla", diosa de la fertilidad de los aztecas. En esta construcción, en su ornamento, muy recargado pero espectacular,  se observa ángeles negros y morenos, productos de la tierra como granadas y maíz. No pudimos fotografiar el interior, pero Google vino en mi ayuda, para alegría de grandes y chicos, como dice mi "amigo" Villegas, 😂 😂.  
    Avanzamos un poco más en nuestro "camión" (bus, 😉) y se nos presentó un desafío: subir una colina hasta llegar a un nuevo templo, el más importante de las 365 que tiene el Estado de Puebla: la Iglesia de los Remedios, con cúpulas al estilo mudéjar, estilo que también se observa al interior de unas capillas, con mosaicos árabes en las paredes, mientras en el piso el dibujo simula una alfombra de oración al estilo musulmán. Creo que no valoramos como se debía aquello, pues subir hasta la cima de la colina (de 65 m.altura) no fue fácil. Pero, primero pasamos por un par de cuadras con vendedores ambulantes, que, además  de souvenirs, frutas y jugos, tenían  insectos crujientes para la venta y el consumo (chapulines, escarabajos, gusanos de maguey, cumiles, escamotes, entre otros), adobados con ají y sal. No quise probarlos aunque varios de mis compañeros sí lo hicieron.    
    Nos costó su poco llegar donde la Virgen de los Remedios. Allí ingresamos unos momentos para conocer el interior, pasamos por detrás del altar donde había otra capilla y, al salir, hubo una foto grupal que inmortalizó el momento, 🤪. Volvimos al bus, acalorados hasta decir basta. Al pasar por un pequeño parque, donde estaban funcionando unos aspersores, pasé a mojarme un poquito, para soportar el calor ambiente y del esfuerzo de la subida y bajada. Una vez arriba del bus y ya algo frescos, enfilamos rumbo a Puebla, una de las ciudades más grandes de México, con sus casi 7 millones de habitantes. La urbe es famosa por sus talaveras (=cerámicas con diseños). En lo histórico, esta urbe tiene una relevancia fundamental: parte de la conquista española de México se inicia por Veracruz y Puebla. En estas tierras se produce el Encuentro de los dos Mundos. Aquí se produjo la llegada de los españoles, la matanza de Cholula por parte de Hernán Cortés y la caída de Moctezuma, 😬🥴.
    Llegamos a almorzar a Puebla, para lo cual recorrimos a pie unas cuadras, hasta llegar a un Restaurante Colonial, muy en su estilo y cercano a la plaza principal. Allí probamos en su verdadero origen el "mole poblano", una salsa surgida de la necesidad, según nos contó Jesús. Sucede que venía una autoridad religiosa a visitar una iglesia o convento, llegando antes de lo avisado, de manera que las monjas encargadas no alcanzaron a ir al mercado a comprar lo necesario para festejar al visitante. Así que la religiosa encargada utilizó todo lo que le quedaba en la despensa (diferentes tipos de ají, clavo de olor, pimienta, comino, canela, anís, cacahuate, nueces, almendras, cebolla, ajo, jitomate y chocolate, 🤔🙄). Y todo lo resultante lo utilizó para acompañar presas de pollo. ¡Imagínense la mezcla! Yo había probado un trozo de pollo en CDMX, el primer día me parece, pero no me satisfizo mucho, pero sucede que tampoco conocía sus componentes. Esta vez no pedí ese plato (uno elegía parte del menú en aquel restaurante poblano), pero sí lo hizo Gloria. La verdad es que la presentación deja que desear, pero la salsa, probada con más conocimiento de causa y siendo empática con la reverenda creadora, tiene su gracia.  ¡Y eso que a mí no me gusta el chocolate, salvo en versión shanenuss, 😂 😂! De beber, unos vasos de té de Jamaica, que me acabo de enterar que correwponden a lo que nosotros llamamos Hibiscus, ¡cuec!🤣🤣.  
    Una vez alimentados, nos fuimos al centro, donde nos fotografiamos con las letras corpóreas de la ciudad, mientras esperábamos a una buena cantidad de compañeros que iban a cambiar dólares a pesos mexicanos. Sin embargo, el trámite del cambio se nos hizo eterno a quienes nos quedamos esperando. Esa espera en pleno día caluroso, que comenzó como una inquietud y molestia, siguió con reclamos y propuestas, para terminar en un alzamiento contra el orden establecido por los guías. Presionamos para iniciar, luego de una espera infinita, la visita a la Catedral, de medidas monumentales. Salimos, esperamos otro rato y ya no quisimos seguir ahí. Justo estábamos en pleno amotinamiento cuando aparecieron "los perlas", 🤨😬, pero el proceso revolucionario, que ya había comenzado, no pudo detenerse -la Historia tiene múltiples ejemplos de aquello-, 😄😄. Así que a los guías no les quedó otra cosa que escuchar y atender "la voz del pueblo". En síntesis, nos taimamos, no quisimos recorrer nada más en forma grupal, pues estaríamos en Puebla una sola noche y lo que nos interesaba era partir, como locos compulsivos, a comprar en los mercadillos y demases, 😂 😂.   
    Las cuatro amigas que somos dejamos nuestro equipaje en las habitaciones. Atendidas nuestras necesidades más urgentes (ir al wc y tomar agua, 🙈) nos juntamos para salir a conquistar la ciudad y apoderarnos de lo mejor. Nos habíamos contagiado del espíritu  conquistador de los españoles de antaño (algo de ello debe quedar entre las piedras de las antiguas y patrimoniales construcciones). Mientras iniciábamos nuestra salida, nuestro cuarteto y un matrimonio ingresamos al ascensor, pero el aparato empezó a chillar como desquiciado. ¡Nos llevamos  un buen susto! Al varón del grupo, que amablemente nos había dejado entrar primero al ascensor, no le quedó otra cosa que abandonar el barco: su contextura bastante gruesa y redonda en ciertas partes, 😂,  había hecho que sobrepasara el peso permitido. Rojo, no sé si de vergüenza o malestar,  hizo mutis por el foro, 😁 😁.  Luego , al coincidir en el Lobby, no halló nada mejor que vengarse diciendo con retintín  "Parece que están gorditas, ¡eh!", 😁🤔😬. La verdad es que las cuentas no nos salieron. Sumamos nuestros pesos y quedaba suficiente para que él hubiera sido de la partida, pero no funcionó. Tal vez más de una de nosotras se quitó unos kilos, 😂 😂 😂.  
     Las compras estuvieron bien, aunque no fueron suficientes. Cuando llegamos al Mercado El Parián, algunos locales estaban cerrando. Así y todo, con Gloria, cada cual con sus propios fondos, encontramos unas prendas ad hoc a nuestros gustos y clase, 😉.Regresamos al hotel contentas y a tiempo para la cena. Al otro día, temprano, partimos para CDMX nuevamente. Antes de llegar al sector centro donde habíamos alojado los primeros días, sector denominado "Rosa" en relación a las colectividades LGBTQ+, debíamos llegar con el tiempo suficiente a Coyoacán.¿A qué se debía aquello? A que, finalmente, íbamos a visitar la que fuera en vida, la Casa Azul de Frida Kahlo y Diego Rivera, aquellos divos totales de la primera mitad del siglo XX, rupturistas con lo establecido, en el arte y en la actividad social. Fueron verdaderos referentes en su tiempo, tanto así que el desarrollo artístico de México no puede ser entendido sin sus aportes. Si hubiera que buscar un símil en el ámbito artístico chileno, me parece que son equivalentes a nuestros Pablo Neruda y Violeta Parra, obviando salvando todas las diferencias personales.    
    Sin duda, FRIDA y DIEGO dieron qué hablar en su tiempo, fueron sujetos admirados por su arte y no menos, por las peripecias de sus vidas individuales y de pareja. Diego es y sigue siendo uno de los grandes creadores del movimiento Muralista en México y a nivel mundial, junto a Siqueiros, Orozco y otros. Se propusieron que los mexicanos no olviden su origen e historia.  En tanto Frida introdujo en el arte una nueva manera de ver la cultura popular, mirada mezclada con la expresión de su visión personalísima y de sus propias y dolorosas experiencias vitales. Se transformó en un ícono de valoración de lo mexicano, así como de bandera de lucha del Feminismo y de la colectividad LGTBQ+. No sólo la intensa vida social, artística e intelectual en la sociedad de su época, sino sus experiencias de vida, como su tortuosa vida como pareja, hicieron de ambos sujetos de culto, si pudiera llamarse así. Frida fue una adelantada en su tiempo, no sólo por su arte, sino también por su bisexualidad. Se dice que tuvo unos/as 500 amantes. Puede ser cierta o exagerada la cifra, pero que fue precoz y practicante eximia, al parecer, en las artes amatorias, de lo cual no hay lugar a dudas por todas las evidencias existentes. 
   Recorrimos las distintas dependencias, donde se reparten armoniosamente sus objetos queridos y valiosos. Es una casa con recovecos al estilo Nefuda, pero de ninguna manera lo supera en este aspecto. Sus corsés de escayola, pintados por ella misma y transformados en objetos artísticos,  están dispuestos en las distintas dependencias. El patio-jardín es hermoso, aunque no sé si corresponde al original. Fue una visita cultural que nos satisfizo grandemente. Además, veníamos motivados, pues mientras veníamos en viaje pudimos ver una película sobre la vida de ambos. Habría muchas cosas que devorando de ambos personajes, pero con lo compartido es suficiente. Ya habrá  otras oportunidades.  Hasta pronto.






  




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