martes, 14 de mayo de 2024

Entre Cuernavaca y Taxco...

 


  El nombre de
 Cuernavaca lo había escuchado más de una vez y siempre me había parecido sospechoso, algo ridículo, folclórico de bajo nivel, ¡sorry!. Debo confesar que no soy fans de lo mexicano. Sólo  algún cantante me gusta; películas, para nada; series, menos; su presidente me desagrada profundamente. Pero... su historia siempre me ha llamado mucho la atención y me ha interesado conocerla. Por eso decidí embarcarme en este viaje, además de la oportunidad de compartir con mis amigas América, Gloria y Marylyn. Ha sido un viaje muy interesante, que me ha permitido dejar atrás algunos prejuicios y confirmar varias ideas sobre el territorio y su gente, a pesar de los pocos días y el poco territorio recorrido del extenso terreno mexicano. 
   El jueves abandonamos temporalmente el Estado de MX y nos encaminamos hacia el Edo.de MORELOS, específicamente a la ciudad de Cuernavaca  en primer lugar, distante 56 kms.de la capital. En la salida nos demoramos más de una hora. Nos detuvimos allá  a visitar la Catedral de Cuernavaca. Es una construcción franciscana erigida entre los años 1529 y 1552, dedicada a la Asunción de María. ¡Hacia un calor 🥵🥵 calcinante en el lugar! En los muros del templo hay pinturas antiquísimas con flores, frutas, navegantes y escenas de un santo. Allí fue donde prendí una velita por mis seres queridos que se han ido : mis queridos padres, mi hermano Ernesto y mi querida hija, Mirella. Un templo sencillo, pero que invitaba al silencio y a la contemplación  (y eso que soy agnóstica, 😅). El baptisperio me sorprendió por su originalidad, así como una estatua  de Jesús  o San Juan (no hay seguridad en el personaje). En la salida lateral había una capilla abierta (al aire libre). ¡Hermoso! Y en la entrada del complejo (porque la Catedral se ubica al fondo) se levantan dos capillas pequeñas: una de indios  y otra llamada Sta. María, todo muy sencillo y hermoso. Nos dejaron unos minutos de libertad y ¿adivinen en qué los ocupamos? En eso mismo: en vitrinear y comprar, 😂 😂.  Me quedé con las ganas de comprar unas sandalias de cuero, típicas de Cuernavaca. Moraleja: si algo tiene un buen precio hay que comprar enseguida, de otra manera uno arriesga no volver a encontrarse con aquélla y sufrir de una depresión aguda, por lo que pudo ser y no fue. ¿Y para qué decir del sentimiento de culpa? 🙈.  Obligada después a ir a tratamiento con psicólogo o psiquiatra (siempre que no sea la doc Cordero, 😅). Sí compré unos alebrijes en la calle.

[ Abro paréntesis: los alebrijes son figurillas de madera, muy coloridas, de animalitos o pequeños monstruos pesadillescos, que mueven alguna parte de su cuerpo con la brisa. Aparecen en la película "Coco", con un sentido distinto al original, según nos informó Jesús  - el guía-. Cierro paréntesis]. 

   ¡ Adiós a Cuernavaca! Lo poco que vimos de la ciudad no me gustó. Edificios y construcciones antiguas, mal mantenidas, calles irregulares, pobreza, grafitis y rallados. Pero, insisto, vimos muy poco y en lo poco que vimos divisamos varios edificios religiosos. Subidas y bajadas en la  ciudad, de topografía irregular y, por lo tanto, característica del lugar. Desde allí nos dirigimos a la ciudad de Taxco, la capital mundial de la plata, perteneciente al Estado de GUERRERO, distante 89 kilómetros de donde estábamos. El recorrido fue largo, con relieve irregular, con muchos cerros y quebradas, con extensos terrenos de árboles quemados. Deprimente panorama. Nuestra primera detención fue en la entrada de la ciudad, donde visitamos un Taller de platería, la de la Familia Moreno. Es una ciudad de plateros. Allí, antes de vitrinear, nos explicaron cómo trabajaban el mineral y por qué había que comprar en tiendas autorizadas y... blablablá. Luego nos ofrecieron una bebida típica de Taxco, llamada "Berta" (por la persona que la inventó; ¡vaya derroche de creatividad, 😂 😂!). Contiene limón, miel, agua mineral y unas gotas de tequila. ¡Estaba re-buena, buey!🌵🌵. ¡Heladita! De allí nos fuimos en picada a las distintas mesas de exposición de joyas. ¡No compré nothing! ¡Estaban re-caras las diablas! 😉.  Felizmente mirar me salió gratis.  
   Salimos de allí un buen rato después pues siempre surgen varios compradores, independiente del valor. Hasta el momento no ponía muchas fichas por la ciudad. El bus nos acercó lo más que pudo al centro a1800 msnm. Sucede que la ciudad está construida principalmente en las faldas y en las cumbres de unos cerros, así que desde donde nos dejó nuestro carromato debimos avanzar caminando por adoquines irregulares, sin veredas y con curvas. No dejó de ser un esfuerzo para los valientes que tomaron esa vía, porque los demás ascendieron en burra...¡No inventes!, diría un mejicano. ¡Naaa! Las "burras" son las combis, o sea, los furgones, 😉.  Casi iniciando el trayecto "a pata" cambié de opinión con respecto a Taxco. Las viviendas estaban todas pintadas de blanco, porque ostentan la categoría de "pueblo mágico" (el tercero en obtener esta calidad en México). 
    El trayecto hasta llegar a la plaza tenía verdadero encanto. Todo limpio, con  muchas flores, balcones y  comercio de distinto tipo. A mitad de la subida nos encontramos con unas esculturas bajo el título de "Procesión de los Castigados" (una mujer y dos hombres), que peregrinan con sus castigos (de distinto tipo aunque todos implican dolor corporal) a  cuestas. Descansamos un rato y seguimos subiendo hasta que llegamos a un restaurante ubicado frente al Zócalo  y al "Templo de Sta. Prisca", mandado a construir por el "tóxico" del que les hablé hace un par de días, precisamente. Me refiero a don José de la Borda, quien, en agradecimiento por haber encontrado minas de plata en terrenos de esta ciudad, mandó a construir la iglesia. A ésta se le conoce por dos características  importantes: ser la Catedral que demoró menos tiempo en ser construida y contar en su interior con la escultura en plata de la Virgen de mayor tamaño. Ésta, expuesta al público al pie del altar, está protegida bajo vidrio irrompible.    
   Después  de nuestro almuerzo, que duró más de lo necesario porque "unos" se habían quedado "pegados" en el restaurante (no había cómo hacerlos bajar desde el segundo piso, ☹😖), recorrimos el templo, vimos más joyas y tuvimos unos minutos libres. A la hora de juntarnos para irnos al hotel, que quedaba, literalmente, en la punta de uno de los cerros taxqueños, se nos perdieron dos veteranas (¡otra vez! 😡😠). Luego de esperar un rato bajamos, caminando algunos, en burra otros, hasta llegar a la Estación del Teleférico y dejamos a las viejas abandonadas, 😂.  ¡No mames!, 😂 😂.  El teleférico era la mejor manera de llegar a "Montetaxco" -el hotel-. El equipaje sería llevado en camioneta. La caminata hasta el teleférico  nos hizo transpirar nuevamente. Alcanzamos a llegar. Estaban cerrando. De cuatro en cuatro, en los correspondientes carritos, nos fuimos elevando sobre la ciudad. La vista era fantástica. De 1800 llegamos a 2800 msnm. Obviamente, la panorámica desde el hotel era maravillosa, 🤩🥰. 

   Al otro día,  luego de una cena, descanso y desayuno, partimos nuevamente. Esta vez hasta una nueva ubicación; PUEBLA, a 209 kilómetros.  ¡Uff! Nos dirigimos hacia allá, donde llegamos, luego de pasar por una ciudad llamada Cholula. Pero aquello ya es otro cuento,  que relataré a la brevedad, pues me he andado atrasando debido a la cantidad de actividades. Ahorita les platico de aquéllas. Hasta prontito, mis cuates 🌵🌵.





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