sábado, 4 de mayo de 2024

30 pesos...

  

   Si por 30 pesos algunos iniciaron una violenta insurrección, por qué yo no podría enojarme y montar en santa cólera por la misma cantidad, ¿cierto? Estamos en un país libre y democrático -aún- y puedo hacer uso de los medios a mi alcance para, si no puedo conseguir justicia, al menos vengarme, 😂. La verdad es que yo soy el 99% del tiempo un pozo de paz y tranquilidad, pero no vayan a pisarme los callos (perdón por la falta de lenguaje poético), que ya pueden esperar el estallido, y éste sí que lo es, porque no lo he planificado como aquél  del 2019. 

   Ya ayer tuve un conato de estallido. Fui a retirar dólares a mi banco (claro, porque yo funciono con esos billetitos, 🤑) y llamaban y llamaban a los C, a los A y a otras letras menos a los P. En ese momento, en que esperaba que apareciera al menos una "P" en la pantalla, ni me pregunté por qué razón me habían categorizado así. Si hubiera llegado con la "pata izquierda" capaz que hubiera reclamado por la letrita aquella, con tan sugerentes posibilidades, 🤣, pero, a pesar de haber hecho varios trámites y éste era el penúltimo, no andaba hipersensible ni buscándole la quinta pata al gato. No, andaba funcionando como la dama que soy, 😁. Me pareció excesivo esperar más de 5 minutos considerando que soy una cliente premium, así que me levanté de mi asiento y fui a plantear mi duda acerca de la demora en la atención. La funcionaria pidió explicaciones a un colega suyo y éste le respondió que a los "P" no los estaban atendiendo, 🤔🤨😲. Éramos tres P en ese momento que estábamos en espera sin explicaciones (da la casualidad que todos pertenecíamos a la tercera edad, 🤔). Ese fue el momento en que empecé a exigir explicaciones. Llegó otro señor, quien rápidamente negó que no estuvieran atendiendo (típica actitud de bajarle el perfil a las situaciones irregulares). "Eso nos dijeron", le contesté yo nuevamente. Lo negó. ¡Cuac! 🦆. No tuve tiempo de enojarme más (suerte para ellos, 😂 😂), pues comenzaron a atender a los "P" de "preferenciales". Vaya la "preferencia" en la atención; casi me pongo añeja esperando, 😂. Aquella actitud concreta y vivida, muestra que el cuidado y el interés por los viejos no pasa de ser un mero discurso y declaración de buenas intenciones.     

   Lo de hoy sí fue un estallido en forma, pero completamente civilizado, adelanto. 35 minutos antes de la salida de mi bus en el Terminal O'Higgins pedí un Uber. Eran las 13,15. Dio la casualidad, ignoro por qué razón, que el servicio, en todas sus categorías, costaba entre un 50 a un 70 % más de lo habitual. Viendo que los tiempos de espera estaban entre 8 y más minutos, me decidí, por primera vez, por pedir un uber prioritario. Era, obviamente, el más caro. Llegó en el tiempo indicado. Lo conducía una joven, la que no se bajó a ayudarme con la maleta -grande-. ¿Dónde está la sororidad?, me pregunté.

    Ya arriba, junto con iniciar el recorrido, la conductora se puso a hablar por celular y, a continuación, tomó la calle G.Riesco, que estaba atestada de vehículos. Vi cambiar el semáforo varias veces mientras seguíamos sin avanzar, salvo unos metros. De pronto le escucho a la doble de Catalina Pérez (lo digo por el cabello) la palabra "paciencia". Le digo, ipso facto, "no se trata de paciencia, sino que tengo un pasaje a determinada hora". Me dice "no le hablo a usted", 🦧🐱, 😂 😂. Es decir, seguía hablando por teléfono.  Ahí ya empezó a calentarse el h2o. Le digo: "Podía haber tomado otra ruta". "Todo está colapsado  en Rancagua a esta hora", me contesta (sábado, ¿?, 13,30 horas). "No creo", fue mi contundente respuesta, pero Jalisco dijo que no. En fin, a los minutos y unos cuantos semáforos verdes más, salimos del taco. Al pagarle, me dio el vuelto y siguió en su asiento. Tampoco me ayudó a bajar la maleta, reitero, "grande". ¡Uff! Iba a cerrarle el maletero con un buen golpe, cuando se acerca un tipo y me dice "yo cierro", en lugar de haberme ayudado. Seguro mi cara mostró mis malas intenciones, 😂 😂.   

    Al contar el dinero del vuelto antes de guardarlo, me doy cuenta de que me faltaban $30. ¡La uber se había quedado con parte de mi vuelto! 😤😡. Allí mismo pensé en la posible venganza, mientras me trasladaba junto a la maleta -grande- hasta las dársenas. Faltaban 8 minutos para que llegara el Turbus. Tenía tiempo para evaluar el servicio. De las cinco estrellas 🌟 posibles sólo la evalué con dos y al buscar las razones encontré varias, pero elegí la "ruta poco conveniente". Porque la verdad es que efectivamente tenía otra alternativa: seguir por calle Alcázar y doblar hacia el Terminal más allá de Riesco. Es un sector menos concurrido.

 Pero no me quedé conforme con esa evaluación. Quería explayarme. Seguí buscando en la aplicación a ver si había alguna posibilidad de presentar un reclamo, 😠. ¡Y lo encontré, pudiendo marcar las varias faltas y solicitando no se me envíe en una nueva oportunidad a aquella "socia", 👏👏.¡Uff!, al fin había logrado justicia, independiente que a la susodicha no le parezca.    

   Como pueden ver, 30 pesos, 30 monedas de oro, 30 años o cualquier cosa con dicho guarismo no es una nonada. Tiene importancia, aunque en una ocasión no fuera más que una excusa. Ahora, en la habitación del hotel al que llegué, estoy en posición yoga, alineando mis chacras, accediendo a mi yo superior a través de un Ommmm de lo más profundo y prístino, mientras llega mi compañera y amiga. El que sabe sabe, 😉.  

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