miércoles, 20 de diciembre de 2017

El día en que se detuvo la Tierra...Veintiocho... [Ayer]

   Veintiocho...                                                             [Ayer]
  Durmió tranquila y feliz el sueño de los justos, de los inocentes, de los básicos ...o de los cansados (como otras tantas veces).
  Los soles y lunas transcurrieron normalmente en la vida de Maui (mejor dicho, en el mundo de ella, pues el sol y la luna, aunque fundamentales en su  existencia, son externos a ella), con varias réplicas diarias del terremoto vivido, a las que se fue acostumbrando, sin saber que estos eventos serían una constante en la vida de sus descendientes.
   Cuando ya estuvo preparada con suficientes pieles para su vestimenta y abrigo, carne seca y ahumada para su viaje (envidia en sabor de sus descendientes modernos), con armas bien fabricadas y en la cantidad necesaria, decidió iniciar el viaje definitivo. Esperaba encontrar nuevas tierras, lejos de los peligros de los movimientos telúricos, ojalá algún clan semejante y dispuesto a aceptarla. Hasta ahora no había tenido problemas con esto de vivir sola, pero no podía seguir así indefinidamente. Quería también formar una familia. Claro que no a costa de cualquier cosa y en el primer clan que encuentre, sino en el que se sienta cómoda y acogida, en que su aporte se valore y no sea motivo de disensión. No todos los clanes aceptaban que las mujeres cazaran, pues en muchos esta tarea se consideraba exclusiva de los machos. Sin embargo, a ella, además de gustarle, se le daba bien aquello. ¡Bien, Maui! Ahora entiendo algunas cosas...
  Hombres como el de la pareja encontrada hacía algunos soles y lunas, por ejemplo, no veían con buenos ojos su independencia. Se dio cuenta de eso, así como que la mujer con su hija parecían tenerle miedo a su compañero y padre. No, ella no quería una relación así. 
  Se preparó para la siguiente jornada, dejando su equipamiento listo en lo que era posible. Se levantó antes de  que amaneciera. Aún faltaba para que saliera el sol. Ordenó sus pieles de dormir, comió algo frío (no quiso hacer fuego, debía cuidar al máximo su piedra fogar hasta que encuentre otra) y una vez que llenó su "cantimplora" de agua, inició la marcha. 
   Cabe señalar que nuestra amiga Maui 1.0. fue rápida y eficiente en su preparación. Grandes ventajas le otorgaba su tiempo de vida: nada de duchas ni lavado de cabellera antes de comenzar la jornada (con el correspondiente secado, alisado, rizado, ondulado, etc.); nada de dudar frente a un clóset, preguntándose "¿Qué me pongo?"; nada de maquillaje y bisutería, menos tomar el celular, iPod, iPad, para revisar msn, wssp, facebook, twitter ni instagram; tampoco interiorizarse de las noticias del espectáculo y el pronóstico del tiempo en tv para ver si llevar o no paraguas. ¡Estaba salvada! Antes de salir no necesitaba tomar toda esa serie de decisiones tan "relevantes" para las Mauis contemporáneas...
  Considerando todos los obstáculos ahorrados gracias a su tipo y tiempo de vida, se echó su carga a la espalda y comenzó su nueva vida. No se fijó si los augurios eran favorables o no (no sabía aún de aquello), pero sí se dio cuenta que el cielo se aventuraba sin nubes, por lo que sería una jornada en que avanzaría sin grandes inconvenientes. Se alegró de ello y sin tocar madera en ninguna parte, inició su recorrido.

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