martes, 28 de marzo de 2017

Murallas y muros...

  Después de la lectura de  varios libros que me hablan de conquistas de ciudades, de la defensa de las mismas en épocas  pretéritas; después de tener la fortuna y honor de  ver los restos de varias y de recorrer  una de ellas por cientos de metros, pensé que este tipo de construcciones  eran sólo cosa del pasado, en tiempos en que  la defensa contra los pueblos enemigos, ansiosos de poder y de conquista, muchos de ellos bárbaros, hacían necesario este tipo de resguardo.  
    Alguien podrá decir,  tal vez, que me quedé pegada con el viaje que hice. Y yo le diría que fue un viaje extraordinariamente significativo.  Debo volver , necesito volver.  
    Ver esos muros, acercarse a ellos, recorrerlos... es entrar en la Historia, es vivir la Historia.  Es tener, por unos instantes el poder de viajar en el tiempo.  Claro que la próxima vez mi actitud será distinta: me detendré y permaneceré en silencio, para escuchar el pasado, para palparlo, para sentirlo,  porque más de algo debe haber quedado impregnado en la piedra. Deberé mirar desde la altura hacia el pasado,  abstrayéndome de las construcciones actuales, a ver si logro ver   campesinos trabajando la tierra o ejércitos a punto de enfrentarse.  
   En estos días, me alegro de haber leído  la novela Banu Qasi.  Los hijos de Casio del autor Carlos Aurensanz. Fortalecí conocimientos y agregué unos cuantos más a mi biblioteca mental. Me explico...
  Con las lecturas anteriores,  tuve clara conciencia de lo  que sucedió en los siglos III y II a.C., cuando la Península Ibérica estaba dominada por Cartagineses (con Aníbal a la cabeza) y Romanos, mientras los iberos y otros pueblos autóctonos  se  arracimaban en el norte, a punto de caer en el Atlántico. Las invasiones de Cartagineses y Romanos se habían producido por la costa mediterránea y por Los Alpes. En su afán expansivo los invasores, con fuerzas iniciales equitativas, se "repartieron" la Península,  siendo el Río Ebro el límite natural acordado, en tanto sus habitantes primigenios sobrevivían en rebelión permanente con uno u otro, o aliándose con Cartagineses o Romanos,  según conveniencia u obligación.  
   En los siglos I y II d.C. la Península era principalmente  romana. Los Cartagineses habían sido derrotados por Roma (guerras Púnicas) y ya hacía bastante rato que habían puesto pies en polvorosa (año 202 a.C.; las cenizas de Aníbal hacía mucho que  yacían en algún lugar de Asia Menor). Cuando se produjo la supremacía romana, los pueblos originarios siguieron en rebeldía constante, aunque ya el poder itálico era incontrarrestable.  El territorio peninsular era, administrativamente,  una Provincia Romana: Hispania, que,  además de aportar riquezas al Imperio,  aportó 3 Emperadores: Trajano,  Adriano y Teodosio.   

 La novela  Banu Qasi relata hechos históricos acaecidos en la misma Península Ibérica, pero partiendo la trama a fines del siglo VIII d.C., cuando eran los Musulmanes quienes dominaban el territorio...hasta el Río Ebro.  Destaco este detalle que más tarde explicaré.  En este nuevo relato, el territorio peninsular estaba ya 100 años bajo el dominio musulmán, siendo política y administrativamente un Emirato, con su capital Qurtuba,  hoy Córdoba. Las demás ciudades le rendían obediencia y tributo. Los territorios de los Banu Qasi estaban bajo el gobierno de una poderosa familia de origen musulmán, pero que en la última generación se había mezclado por matrimonio con descendientes de origen vasco. A pesar de su poder, eran súbditos del Emir en funciones. 
    ¿Qué cosas aprendí y fortalecí en esta lectura?
* Logré reconocer y conocer el origen de muchos topónimos españoles, cuya raíz se fundamenta en el largo dominio musulmán de 8 siglos. Por ejemplo,
     Córdoba era llamada Qurtuba, 
     Pamplona : Banbaluna
     Barcelona : Barsaluna
     Ishbiliya : Sevilla
     Madinat Selim : Medinacelli
     Qala't Ayub : Calatayud
     Qadis : Cádiz
     Saraqusta : Zaragoza
     Tulaytula : Toledo
     Tutila : Tudela
     Río Guadalquivir : Uadi al Kabir (uadi= río)
     Río Guadiana: Uadi Anna
  ...y muchísimos más. Éstos fueron los lugares más nombrados, junto con los Uadi Ibru (Río Ebro) y Tadjo (Río Tajo) en el relato y en torno a los cuales suceden los hechos narrados.
* Aprendí una gran cantidad de palabras de origen musulmán aplicables a la vida cotidiana de ciudad, del campo y al ámbito de la guerra, que hoy se mantienen en nuestro idioma.
*  Reafirmé los antecedentes que tenía acerca del aporte cultural del mundo árabe a la península, especialmente en las ciencias, literatura, filosofía, astronomía, matemáticas, arquitectura y en el gobierno de las ciudades, así como en las costumbres. 

*  Me interioricé en los aspectos relacionados con la forma de vida de la clase dirigente musulmana: el estricto protocolo, la riqueza y fastuosidad de sus palacios, sus costumbres y el trato con los demás componentes de la sociedad musulmana.
*  Tomé conciencia que los vestigios de murallas que se conservan en la actualidad no son todos romanos. Muchas son de origen musulmán, asentadas sobre murallas construidas por los romanos, tal como sucede en la ciudad de Ávila, por ejemplo. 
   Lo realmente interesante fue que la perspectiva del relato estaba a cargo de un personaje de la Familia Banu Qasi, pero cuya madre era de origen vasco. Eso lo hacía "sospechoso", tanto a los ojos de las autoridades musulmanas, como ante las tribus vasconas, de las cuales descendía por parte de la línea materna. Posteriormente, su esposa también es de origen "infiel" (desde la perspectiva árabe), llegando el momento de decidir entre su religión o su sangre.
   Antes les mencioné la importancia del Río Ebro como frontera natural, en tiempos de los romanos y en tiempo de los musulmanes. El hecho de que más al norte de este río permanecieran tribus iberas y celtíberas, sin ser sometidas ni asimiladas a romanos ni musulmanes, sirve de explicación de la idiosincrasia del mundo vasco, quienes hasta la actualidad poseen un idioma distinto (Euskera) y si bien es una de las muchas comunidades españolas, sus intentos independentistas siguen vigentes. 
    En la actualidad, muchos muros físicos se han derribado, el Muro de Berlín, por ejemplo. De los muros defensivos de las ciudades, sólo quedan restos, huellas de la necesidad de protegerse de los enemigos, en tiempos en que primaba la fuerza de los ejércitos. El desarrollo de la civilización y la política de los acuerdos los fue haciendo innecesarios. No obstante, siguen persistiendo otros muros, que por no tener consistencia concreta, cuesta más destruirlos: los muros de la discriminación racial, política, religiosa, sexual, económica... y tantas otras. También están los muros de la indiferencia y del olvido...
  En fin, un mundo virtualmente muy compartimentado... Y en medio de todo esto, un "líder" quiere levantar otro muro...   
  

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