martes, 28 de marzo de 2017

Murallas y muros...

  Después de la lectura de  varios libros que me hablan de conquistas de ciudades, de la defensa de las mismas en épocas  pretéritas; después de tener la fortuna y honor de  ver los restos de varias y de recorrer  una de ellas por cientos de metros, pensé que este tipo de construcciones  eran sólo cosa del pasado, en tiempos en que  la defensa contra los pueblos enemigos, ansiosos de poder y de conquista, muchos de ellos bárbaros, hacían necesario este tipo de resguardo.  
    Alguien podrá decir,  tal vez, que me quedé pegada con el viaje que hice. Y yo le diría que fue un viaje extraordinariamente significativo.  Debo volver , necesito volver.  
    Ver esos muros, acercarse a ellos, recorrerlos... es entrar en la Historia, es vivir la Historia.  Es tener, por unos instantes el poder de viajar en el tiempo.  Claro que la próxima vez mi actitud será distinta: me detendré y permaneceré en silencio, para escuchar el pasado, para palparlo, para sentirlo,  porque más de algo debe haber quedado impregnado en la piedra. Deberé mirar desde la altura hacia el pasado,  abstrayéndome de las construcciones actuales, a ver si logro ver   campesinos trabajando la tierra o ejércitos a punto de enfrentarse.  
   En estos días, me alegro de haber leído  la novela Banu Qasi.  Los hijos de Casio del autor Carlos Aurensanz. Fortalecí conocimientos y agregué unos cuantos más a mi biblioteca mental. Me explico...
  Con las lecturas anteriores,  tuve clara conciencia de lo  que sucedió en los siglos III y II a.C., cuando la Península Ibérica estaba dominada por Cartagineses (con Aníbal a la cabeza) y Romanos, mientras los iberos y otros pueblos autóctonos  se  arracimaban en el norte, a punto de caer en el Atlántico. Las invasiones de Cartagineses y Romanos se habían producido por la costa mediterránea y por Los Alpes. En su afán expansivo los invasores, con fuerzas iniciales equitativas, se "repartieron" la Península,  siendo el Río Ebro el límite natural acordado, en tanto sus habitantes primigenios sobrevivían en rebelión permanente con uno u otro, o aliándose con Cartagineses o Romanos,  según conveniencia u obligación.  
   En los siglos I y II d.C. la Península era principalmente  romana. Los Cartagineses habían sido derrotados por Roma (guerras Púnicas) y ya hacía bastante rato que habían puesto pies en polvorosa (año 202 a.C.; las cenizas de Aníbal hacía mucho que  yacían en algún lugar de Asia Menor). Cuando se produjo la supremacía romana, los pueblos originarios siguieron en rebeldía constante, aunque ya el poder itálico era incontrarrestable.  El territorio peninsular era, administrativamente,  una Provincia Romana: Hispania, que,  además de aportar riquezas al Imperio,  aportó 3 Emperadores: Trajano,  Adriano y Teodosio.   

 La novela  Banu Qasi relata hechos históricos acaecidos en la misma Península Ibérica, pero partiendo la trama a fines del siglo VIII d.C., cuando eran los Musulmanes quienes dominaban el territorio...hasta el Río Ebro.  Destaco este detalle que más tarde explicaré.  En este nuevo relato, el territorio peninsular estaba ya 100 años bajo el dominio musulmán, siendo política y administrativamente un Emirato, con su capital Qurtuba,  hoy Córdoba. Las demás ciudades le rendían obediencia y tributo. Los territorios de los Banu Qasi estaban bajo el gobierno de una poderosa familia de origen musulmán, pero que en la última generación se había mezclado por matrimonio con descendientes de origen vasco. A pesar de su poder, eran súbditos del Emir en funciones. 
    ¿Qué cosas aprendí y fortalecí en esta lectura?
* Logré reconocer y conocer el origen de muchos topónimos españoles, cuya raíz se fundamenta en el largo dominio musulmán de 8 siglos. Por ejemplo,
     Córdoba era llamada Qurtuba, 
     Pamplona : Banbaluna
     Barcelona : Barsaluna
     Ishbiliya : Sevilla
     Madinat Selim : Medinacelli
     Qala't Ayub : Calatayud
     Qadis : Cádiz
     Saraqusta : Zaragoza
     Tulaytula : Toledo
     Tutila : Tudela
     Río Guadalquivir : Uadi al Kabir (uadi= río)
     Río Guadiana: Uadi Anna
  ...y muchísimos más. Éstos fueron los lugares más nombrados, junto con los Uadi Ibru (Río Ebro) y Tadjo (Río Tajo) en el relato y en torno a los cuales suceden los hechos narrados.
* Aprendí una gran cantidad de palabras de origen musulmán aplicables a la vida cotidiana de ciudad, del campo y al ámbito de la guerra, que hoy se mantienen en nuestro idioma.
*  Reafirmé los antecedentes que tenía acerca del aporte cultural del mundo árabe a la península, especialmente en las ciencias, literatura, filosofía, astronomía, matemáticas, arquitectura y en el gobierno de las ciudades, así como en las costumbres. 

*  Me interioricé en los aspectos relacionados con la forma de vida de la clase dirigente musulmana: el estricto protocolo, la riqueza y fastuosidad de sus palacios, sus costumbres y el trato con los demás componentes de la sociedad musulmana.
*  Tomé conciencia que los vestigios de murallas que se conservan en la actualidad no son todos romanos. Muchas son de origen musulmán, asentadas sobre murallas construidas por los romanos, tal como sucede en la ciudad de Ávila, por ejemplo. 
   Lo realmente interesante fue que la perspectiva del relato estaba a cargo de un personaje de la Familia Banu Qasi, pero cuya madre era de origen vasco. Eso lo hacía "sospechoso", tanto a los ojos de las autoridades musulmanas, como ante las tribus vasconas, de las cuales descendía por parte de la línea materna. Posteriormente, su esposa también es de origen "infiel" (desde la perspectiva árabe), llegando el momento de decidir entre su religión o su sangre.
   Antes les mencioné la importancia del Río Ebro como frontera natural, en tiempos de los romanos y en tiempo de los musulmanes. El hecho de que más al norte de este río permanecieran tribus iberas y celtíberas, sin ser sometidas ni asimiladas a romanos ni musulmanes, sirve de explicación de la idiosincrasia del mundo vasco, quienes hasta la actualidad poseen un idioma distinto (Euskera) y si bien es una de las muchas comunidades españolas, sus intentos independentistas siguen vigentes. 
    En la actualidad, muchos muros físicos se han derribado, el Muro de Berlín, por ejemplo. De los muros defensivos de las ciudades, sólo quedan restos, huellas de la necesidad de protegerse de los enemigos, en tiempos en que primaba la fuerza de los ejércitos. El desarrollo de la civilización y la política de los acuerdos los fue haciendo innecesarios. No obstante, siguen persistiendo otros muros, que por no tener consistencia concreta, cuesta más destruirlos: los muros de la discriminación racial, política, religiosa, sexual, económica... y tantas otras. También están los muros de la indiferencia y del olvido...
  En fin, un mundo virtualmente muy compartimentado... Y en medio de todo esto, un "líder" quiere levantar otro muro...   
  

martes, 21 de marzo de 2017

Augurios...


A través de la lectura de estos últimos meses he tomado plena conciencia del temor reverencial que el hombre de la Antigüedad (y de otras épocas) le tenía al futuro, a la vez que creía (y muchos lo siguen haciendo) en un Destino prefijado, en el que los dioses tenían una injerencia fundamental, para bien...o para mal... Por ello, antes de emprender alguna acción relevante, de nivel personal o colectiva, el hombre sentía la necesidad de contar con algunos indicios de buena o mala voluntad de los dioses o fuerzas sobrenaturales. Sin duda, tenía la convicción de que el ser humano por sí mismo no tiene la capacidad de manejar todas las variables de los hechos. Y junto con tratar de escudriñar en el mañana, personalmente o con ayuda, realizaba algunas acciones para atraer el favor de los dioses (el chantaje existe desde tiempos inmemoriales, jajaja). Prueba de ello eran los sacrificios humanos, de animales y de otras especies, que en nuestros tiempos, se han transformado en oraciones, velas, inciensos ...y cábalas.
    Por muy civilizados que estemos o nos creamos, la verdad es que tenemos muchos elementos comunes con nuestros antepasados, no sé si por no superación o porque simple y llanamente es parte de nuestra naturaleza, sea la época que sea. El deseo de saber lo que nos depara el futuro sigue existiendo en cada uno de nosotros. Algunos quieren saber a qué atenerse, otros prefieren no saber nada, ya sea porque son amantes de las sorpresas (jejeje) o debido a que se tiene la convicción que no hay nada qué saber. ¡Y no falta razón! Porque si no crees en un destino, significa que no hay futuro ya establecido, entonces para qué desear saber algo que no existe.
- ¡Buen punto!
- ¡Claro que sí! Si la vida se va haciendo día a día, hora a hora, minuto a minuto, entonces las preocupaciones por averiguar lo que vendrá no tienen sentido.
   Claro que hay que agregar, aunque parezca de perogrullo, que no todo lo que sucederá mañana es desconocido para nosotros. Sabemos claramente que determinadas acciones tienen una consecuencia futura clara: respetar o transgredir alguna ley, por ejemplo. Por eso me indigna tanto cuando los Defensores de los delincuentes, del nivel social que sean, hablan de derechos y exigen prerrogativas para sus defendidos, que se "sentaron" en los derechos de los demás. 
   En fin, el arte del engaño, la mentira, el poder, el abuso, la manipulación, la violencia, etc. han existido siempre y seguirán existiendo...¡hasta que la muerte nos separe! (jajaja).
   Leer la trilogía La legión olvidada de Ben Kane ha sido muy ilustrativo, de creencias, costumbres, acontecimientos, personajes, rencillas políticas por el poder durante el siglo I a.C., tiempos de las postrimerías de la República Romana, así como de los inicios de la expansión del Imperio (aún no se denominaba así). Es fascinante conocer cómo era la sociedad hace 21 siglos o más, gracias a la re-construcción realizada por historiadores, sobre la base de las múltiples evidencias existentes a pesar del paso del tiempo y de todos los cambios producidos. A pesar de lo extraordinario de conocer esa realidad, no me habría gustado vivir en aquel tiempo. Eran tiempos difíciles, con una estructura social terrible: si no eras noble o un plebeyo con dinero, tus posibilidades de sobrevivencia disminuían considerablemente, pues eso significaba que estabas en el ámbito de los pobres o de los esclavos. Y en esa circunstancia, tu vida valía muy poco. Los esclavos (vencidos de otro reino o tribu) valían menos que los animales domésticos. No tenían derecho a comida, abrigo, salud, descanso, dignidad, ni menos educación. Eran simplemente animales de trabajo, desechables y reemplazables. Por otro lado, los pobres sólo eran considerados a la hora de buscar apoyo político o bélico. Para ello, se le sobornaba con comida , alcohol y/o entretención. De ese tiempo, como del griego, provienen los conceptos de demagogia y populismo. 

   A diferencia de Simón Scarrow y Santiago Posteguillo, los personajes protagónicos de Ben kane no pertenecen a la élite romana. Los hermanos mellizos Rómulus y Fabiola nacieron esclavos, hijos de una esclava violada por un noble, que luego son vendidos a una "Escuela" de gladiadores y a un burdel y deben transitar un doloroso camino hasta transformarse en "ciudadanos" romanos. Tarquinius, último aurúspice de los Etruscos, pueblo dominado y destruido por Roma, al igual que Brennus, de la tribu de los alóbroges (uno de los tantos pueblos galos), también desaparecida por la dominación romana. Junto a estos personajes ficticios, representativos de los desposeídos en su tiempo, aparecen los personajes históricos de Craso, Pompeyo, Julio César y muchos más. Culmina la narración en su tercer tomo, Camino a Roma, con la conspiración y asesinato de Julio César, y las consecuencias que esto acarrea para los protagonistas. 
   ¡Muy recomendable!

martes, 14 de marzo de 2017

Traicionados...

 Cuando comencé a leer el volumen 3 de la Trilogía Africanus de Santiago Posteguillo estuve a punto de desertar, acción que no acostumbro. La novela se iniciaba incluyendo parte de las Memorias del protagonista, en las cuales ya se anunciaba el final. Y si bien es cierto, el título me había permitido inferir el evento más relevante del relato, "La Traición de Roma", en sus memorias, Escipión incluía antecedentes que se constituyeron en verdaderos spoilers. 
   Para entender cabalmente mi actitud, han de saber ustedes que cuando yo me encuentro con una novela que contempla  el argumento al inicio de sus páginas, me "salto" éste. Me niego a leerlo para conservar el misterio de la narración, que me gusta ir descubriendo a través de la lectura, página a página. 
    Sin embargo, en el caso de esta novela, después de pensarlo brevemente, decidí leerla, para no añadir una nueva traición a Africanus ... ¡Habría sido el colmo! (jajaja)
   Anoche, al terminar su lectura, pensé en los calificativos precisos para esta obra y, con la sensación reciente de lo leído, elegí los adjetivos magistral, conmovedora y profundamente humana. Ni les cuento cómo sufrí leyendo; fue una verdadera catarsis, en dosis hasta lacrimógenas, además de verdaderas lecciones de vida.     
   Hoy día, ya asumiendo el final de la historia de tan extraordinarias personalidades, Escipión y Aníbal, me dediqué, con el auspicio de Google, a revisar las biografías de ambos, confirmando todos los hechos presentados en la novela, aunque en los pequeños detalles pudiera no haber seguridad absoluta o pruebas fehacientes, y ya eso se transforme en la libertad propia del escritor.
    La similitud de las vidas de estos grandes de la Historia Antigua es impresionante. Educados para ser líderes, en un ambiente en que la participación en la guerra y en la política de sus ciudades eran hechos insoslayables, se destacaron por sobre todos los de su tiempo, transformándose en objeto de admiración y estudio hasta nuestros días. Fueron grandes entre los suyos, tuvieron miles de seguidores absolutamente leales e incondicionales, pero también sufrieron de la envidia y la traición, tan inconmensurables como su grandeza. Y en lugar de terminar sus vidas rodeados del reconocimiento público y del descanso merecido, sufrieron la ignominia del ataque artero y del "exsilium", autoexilio en el caso de Aníbal a riesgo de ser entregado a los enemigos. 
   ¿Qué aprendí de esta trilogía?
 Mucho y de todo: aprendí a ubicarme en un tiempo histórico del que sólo tenía vagas nociones; aprendí acerca de geografía, de arquitectura, de grandes personajes de ese tiempo, de usos y costumbres, de estrategias bélicas, de expresiones latinas en especial, de política, de leyes, de educación, etc. 
 Y la mayor lección, -para la vida-: los triunfos humanos (¿habrá triunfos no humanos, divinos o de otro tipo?) envanecen, obnubilan, te llenan de soberbia y orgullo, al punto que llegas a creerte por sobre el resto. Por ello, sabiamente (algo de sabios tuvieron los romanos), cuando a un general victorioso se le otorgaba un "triunfo", simbolizado en la corona de laureles, el esclavo que sostenía la corona del triunfador mientras éste desfilaba por las calles de Roma, le repetía una y otra vez:
   "Respice post te, hominem te esse memento"
   ("Mira atrás y recuerda que sólo eres un hombre")
 A pesar de todo, si esta soberbia no lastima, conscientemente, a otros, es aceptable, es justificable. El único problema es que, cual hongos en la humedad, da origen a envidias muchas veces tan grandes como el más grande orgullo. Y si a esa envidia le agregas la inteligencia y el poder, la mezcla es letal.  

Por eso no es casual que en ambos casos, de Escipión y Aníbal, hayan sido miembros del Senado Romano y Cartaginés, respectivamente, los que terminaron venciendo a estos brillantes generales. Debo confesar, que terminé odiando a Marco Porcio Catón (¿Porcio de "porcino"?). ¡Tanta capacidad para el mal! (¡grrr!).
   Felizmente, a manera de venganza del escritor y mía, el hijo de Escipión, se transformó en digno contendor del maldito Catón (¡upps, se me salió!), salvando la memoria de su padre y manteniendo a su familia entre las más poderosas de la Roma de esos tiempos. La Historia lo avala. ¡Bravo!
   (Nota: elegí la imagen más fea de Catón.)

viernes, 10 de marzo de 2017

Mapeando la Historia ...y la Vida...

  Ha sido todo un aprendizaje esto de leer novelas históricas  porque además de ir cotejando los hechos y los personajes, sin adelantarme demasiado (no al spoiler),  debo recurrir cada dos por tres a los mapas de la antigüedad. Así que todo es ganancia: estoy aprendiendo, además de historia, geografía, lo que es todo un logro . Por ejemplo: las Columnas de Hércules de antaño corresponden al Estrecho de Gibraltar,  Iliria (que también es mencionada en Juego de Tronos) está en la Península Balcánica.  ¡Guau, Aprendí dónde se ubica el Mar Adriático y ahora, leyendo sobre la historia de Aníbal, me entero que el puerto español de Cartagena,  era llamada en el siglo tres a.C. Qart Hadasht (en cartaginés), Cartago Nova en latín.
   Otra cosa interesante ha sido conocer numerosas palabras latinas que aparecen en el texto tal como se utilizaban en el tiempo del Imperio Romano, para indicar espacios,  costumbres,  expresiones u objetos, lo que me ha servido de actualización de mis conocimientos de latín.
.....
  Las cosas suceden por algo, soy una convencida de ello. Cuál es ese "algo" no siempre se logra descubrir ni dimensionar; la mayoría de las veces sólo se alcanza a presentir. 
  Cuando digo que los hechos tienen su propósito -sea éste desconocido o no- no quiere decir que esté planteando la existencia de un destino para cada uno de nosotros. Sería mucha "pega" para un dios o dioses el hacerse cargo de planificar la vida de cada uno de los seres humanos (con lo que cuesta planificar; bien lo sabemos los profes, jajaja;  bueno, no cuesta tanto pero ocupa tiempo).  Porque si tuviéramos "destino" o planifican para todos o ninguno; seamos claros -como dice un amigo-, estamos en democracia.
- "Democracia", jajaja.  ¡Un saludo a la bandera! 

- ¡Oh oh oh!  Un poco más y me sale una risa pascuera. 
- ¿Y eso por qué?...si no es mucho pedir una aclaración...

- Me extraña que escucharme hablar de "democracia" te haya hecho reaccionar...es decir, dignarte a aparecer por el foro (jaja).
- ¡Jajaja! Yo también he estado de vacaciones, estimada Principessa. Y ya que hablas de "democracia", yo te puedo hablar de "derechos". ¡Tengo derecho a descansar, jajaja!
   ¡Interrumpida, grrr! Ya se me fue el hilo de la idea... 

A ver...a ver...Decía que es muy difícil que nuestros destinos, entiéndase "vidas", estén planificados por una o más inteligencias superiores. Ya pensarlo es un despropósito, puesto que si son "inteligentes" no se van a dedicar a nuestras pequeñas y breves vidas, salvo que estén aburridos. Y todos sabemos que las personas dotadas intelectualmente no se aburren. No les falta en qué dar uso eficiente a sus neuronas... ¡Humm!... Aunque pensándolo bien, no todos pueden resultar buenas personas, perdón, me corrijo, la verdad es  que nosotros, los humanos somos "personas" (aunque algunos son verdaderas bestias, con el perdón de los animales, como los de la secta de Colliguay o los padres de la niñita de Curanilahue), pero no los "dioses" (llamémoslos así). Decía que estos entes superiores podrían ser también malévolos, o, por último, tener su propia tabla de valores, que no tendría por qué coincidir con la nuestra, como tampoco la nuestra tendría, necesariamente, ser a imagen y semejanza de  ellos...
- ¡Humm! Me parece conocida esa expresión, jajaja.
- No te preocupes, no pretendo derechos de autor sobre ella...
  ¡Uff! ¡Qué disquisiciones más alocadas! Partí diciendo que las cosas suceden por algo... No propongo que nuestro decurso vital esté prefijado, sino, más bien, que todo en nuestra existencia es una i-n-f-i-n-i-t-a cadena (o cadenas) de acción&reacción. Y con variedad de alternativas en cada caso y con una sola elección en cada oportunidad. Tienes la posibilidad de hacer esto, eso o aquello y, de acuerdo a lo anterior, sucederá, como en una especie de reacción en cadena, esto, eso o aquello y así, indefinidamente, hasta nuestra muerte. Y de pronto, como no vivimos solos, nuestras acciones afectan las acciones de otros, y las vidas se entrecruzan, para bien o para mal. Lo que debe quedar claro, eso sí, es que no tenemos infinitas posibilidades de elección, sólo unas pocas (las mínimas), por lo que debemos elegir entre la puerta A, B o C, sin saber adónde nos llevará cada una de ellas, a largo plazo, aunque, claro, podemos vislumbrarlo, al menos en teoría. Pero la teoría no siempre se transforma en realidad y como vivimos en sociedad, más de alguna de nuestras acciones entran en colisión con las elecciones de otros y las consecuencias, para uno o el otro, no se hacen esperar. 

    Lo lamentable es que la vida cotidiana no siempre te permite la claridad y la distancia necesarias para ver el "bosque" desde una perspectiva más amplia. Y con aquella limitación, nuestras elecciones contienen más de un error. Actuamos llevados por el momento (carpe diem) y más de alguno nos perdemos en una maraña de situaciones que no hubiéramos querido, pero que son producto de nuestras propias acciones. No soy partidaria de estar elucubrando hasta para mover una "pata", pero, sin duda, nos falta más análisis, más proyección, más perspectiva. 
   Alguien podría decir ¿y ahora me venís con eso? Sí, es cierto. Cuántas decisiones habrían sido diferentes con un análisis más... ¿estratégico?, sí, sobre todo en lo referido a al futuro, especialmente  considerando el efecto directo o indirecto en las personas queridas ...o no tanto... En fin... Habrá que seguir adelante con las consecuencias de nuestros actos, sin quejas, sin justificaciones,  pues tuvimos o tenemos la posibilidad de decir "no" (al menos la mayoría) y si no lo hicimos o hacemos es parte de nuestra propia responsabilidad...
   Y todo esto surge de la lectura, del conocimiento y "vivencia" de hechos históricos, desde una mirada  temporal distante, a lo que se agrega mi soledad actual, felizmente constructiva...a pesar de todo... 
   Cuando estás en medio de la lucha diaria, no ves más allá de lo que tienes enfrente y si acaso algo de los lados. No ves lo que vas dejando atrás, ni tampoco lo que está más adelante, sea gratificante o amenazador. Sólo separándote, espacial y temporalmente, logras una perspectiva con más elementos de juicios, aunque no necesariamente correcta. Allí, tus elecciones podrán ser las más adecuadas, siempre y cuando, y ésa es otra tarea a enfrentar, seas sincera/o contigo misma/o. 
   Recomendación: ten un espejo cerca con visión de 360°...

jueves, 2 de marzo de 2017

A través de la ventana...

     Día jueves, febrero.  Estamos en Curepto, tranquila ciudad de la región maulina.  Pareciera que está recién amaneciendo, sin embargo, ya son las 9 A.M. Escucho el canto de un gallo...otro más... Este el mundo de los sonidos  básicos. Una gaviota ensaya también su voz. Un sonido de pasos se acerca, su autor está aún fuera de mi vista.  ¡Ya! Un hombre pasa por la calle, con una mochila en la espalda y otra en la mano.  Al parecer va de viaje.  Se aleja.
   Me levanto.  Ya no puedo dormir. He tomado la decisión de regresar mañana a casa.
..........  
Desde hace unos días estoy en casa, dedicada a retomar el descanso en solitario que creo, a fin de cuentas, es lo que más me gusta.  No significa que no me contacte con nadie y me haya transformado en una ermitaña en medio de la ciudad.  No, de  ninguna manera: salgo a realizar trámites, al súper,  a vitrinear en  ocasiones, pero principalmente permanezco en casa, levantándome temprano, cumpliendo con lo básico de las tareas hogareñas sin fanatismo, pero esencialmente leyendo y escuchando música.   
  Hoy miércoles  es un día muy grato en cuanto a la temperatura, así que estoy gozando de  una agradable tarde, con  suave y fresca brisa en el balcón, luego de haber terminado de leer la Trilogía de la Vida del Emperador TRAJANO, textos a cuál más apasionante.  Alguien puede desacreditar el valor de estos textos por el hecho de contemplar ficción en el desarrollo de la narración,  pero en su defensa debo señalar que el guión y la mayoría de los detalles tienen fuentes históricas y es aquello lo que hace más interesante el relato, aunque, por otro lado,  tampoco da lugar a la salvación de los héroes: allí está la historia para impedirlo.
  En contacto con  los hechos de la vida de uno de los grandes emperadores del Imperio Romano,  TRAJANO,  con tanto poder en sus manos, con tantas victorias obtenidas,  con tantos sueños de conquista,  y que es  vencido por una enfermedad, que lo lleva a tan indigno final (cuerpo paralizado, sin poder comunicarse), agravado por una alta probabilidad de que hayan apurado su fin merced al veneno, termino dándome, metafóricamente eso sí, con una piedra en el pecho por vivir en tiempos más "civilizados" y alejada de las cúpulas del Poder, donde Maquiavelo   campea como Pedro por su casa.
   Y aunque distamos siglos de los hechos mencionados, cabe señalar que en esta Era del Conocimiento y de la Tecnología en la que vivimos también hay, felizmente, Trajanos, pero..., asimismo, Adrianos... por desgracia. Así, mientras el primero sueña, planifica y se da a la tarea de grandes proyectos que beneficien la institución,  la empresa o  el país, preocupándose del bienestar de la gente, el segundo destruye lo realizado por el anterior,  sin importarle sembrar la incertidumbre y el temor.


  Frente al (los) poderosos, es muy difícil que la gente común pueda rebelarse logrando parar el abuso o la ilegalidad. Habitualmente, optamos por adaptarnos, asumir lo que viene y tratar de sobrevivir de la mejor manera. O...cambiarse de bando...(¡Grrr!)
¿¿Y  todo para qué???
   Llegados a este punto,  cabe evocar a uno de los grandes de la lírica española, Jorge Manrique,  que en unos pocos versos, expresa magistralmente, la nimiedad de las ambiciones humanas particulares frente al devenir de la vida y de la historia:
   " ¿Qué se hizo el rey don Juan ?
     Los Infantes de Aragón, 
     ¿qué se hicieron?
     ¿Qué fue de tanto galán,
     .....
     ¿Qué fueron sino rocíos
     de los prados?"  
   Mirado todo desde arriba, del Olimpo o desde un quinto piso de mi palacio, las hormigas se ven minúsculas, aunque sean de las más peligrosas. Lo que hacen casi no se ve y su vida es muy breve... ¿Para qué luchar entonces si "la suerte está echada" (Alea iacta est)?
   Tema para la reflexión...
   Nos leemos...