martes, 12 de abril de 2016

¡¡¡Más feliz que una lombriz...!!!


...¿ o como una perdiz? ¡No importa! Da lo mismo, igual rima. 
   Hoy tuve mi primera clase oficial de la temporada 2016 (parece una serie televisiva la cosa, jajaja) y regresé a palacio completa y absolutamente feliz.
- ¡Oh! ¿No me digas que te encontraste un tesoro en el camino, Principessa? 
- No fue en el trayecto, sino allá mismo. 
- ¡Upss! ¿En serio? ...¡Oye!!! ¿Qué estás haciendo? ¿Te dio un ataque?
- ¡Nooo! Estoy dirigiendo la orquesta! 
- ¡Ja! ¡Cómo casi siempre nada más, de qué me extraño!
- Jajaja, era verdad;  estaba escuchando el mejor movimiento de la Novena Sinfonía, la parte Coral, que es extraordinaria. 
   En eso estaba precisamente, pasadas las 22 horas de este lunes, deseando que mis vecinos no estuvieran enojados por el volumen de la música. Una vez terminó, inmediatamente decidí apagar el equipo e irme a mis aposentos. 
   Junto con contarles que terminé de leer Viajera (tomo 3 de la saga que estoy leyendo), acción en que estuve  desde las 15 hasta cerca de las 22 horas aproximadamente, sólo con las interrupciones necesarias para calmar la sed y algo el hambre. Luego de escribir esto, comenzaré el cuarto volumen. A ver, que más aventuras están a la vuelta de la página (virtual, por supuesto). 
  A ver, a ver..., retrocedamos un poco...¿Cuál habrá sido el tesoro que encontré? Les cuento...
   Mientras comienzo la explicación,  toco madera, para exorcizar a la mala suerte. Ya saben todos que mi trabajo me apasiona y aún cuando ésta (la pasión) y la experiencia son pilares en mi desempeño, no deja de ser estresante enfrentar grupos nuevos, con los que uno trabajará durante todo un año  y a los cuales debe uno entregarles la guía necesaria para que alcancen sus objetivos. Considero que el primer encuentro es fundamental para ambos, pues una clase grata es un buen alimento para el alma (los que la tienen, , jejeje),  el corazón y ...el logro de los objetivos. Cuando no se produce esa corriente de simpatía recíproca, el camino se hace largo,  desgastante y poco fructífero. Por ello, me preparo con todo el entusiasmo y ánimo posibles, además del verbo, para que todo sea fluido y el encuentro se produzca.  
   Hoy me correspondió conocer y entrar en contacto con el primer grupo anual de la Temporada 2016, programa Egresados, es decir, jóvenes que ya están fuera del sistema 1 ó más años, algunos de los cuales trabajan o ya han estudiado otras carreras o parte de ellas y quieren volver a intentarlo. Por tanto, son chicos con más claridad en las metas, pero con los que hay que recuperar el hábito de estudiar, mayoritariamente. Y a pesar de que los augurios previos no fueron muy satisfactorios (debieron cambiarme de sala porque el pc no funcionaba y luego en la otra sala, el pc no estaba configurado), igualmente salí airosa y con entusiasmo al finalizar la jornada, 
   El primer bloque de clases no fue todo lo normal que hubiera querido. Aquello de que no logré ingresar a la página institucional porque no estaba sintonizado el pc con el proyector me desajustó momentáneamente. Es lo mismo que más de alguna vez le suele suceder a un cantante al que le falla la amplificación en algún concierto. ¡Una lata! No es la mejor manera de comenzar, la verdad.  En la segunda clase, los jovencitos y jovenzuelas estuvieron muy participativos, tanto que llegó un momento en que debí decir "stop", para avanzar con la clase (jajaja).  El tercer período estuvo -como dirían ellos- "bacán". Más de alguna broma, participación permanente, despedida con agradecimientos, etc. Y de colofón, tres alumnos al final, para conversar conmigo. ¿Qué de raro tiene esto?, pensarán ustedes. Pues les digo que no es habitual, especialmente en la primera jornada. Después de 6 horas pedagógicas lo único que quieren hacer es irse, jajaja. Sin embargo, se quedaron 3, que no se conocían entre sí, uno a averiguar su puntaje de diagnóstico, del que se alegró mucho (estaba entre los mejores y yo ya había detectado su superioridad).  Resultó que lleva años de preparación en un Conservatorio, es músico y quiere ser Director de Orquesta...
- Jajaja, ¡estaría bromeando!
- No, era verdad. Y lo divertido fue que otro joven, ya no tan pollito tampoco, al escucharlo, le pidió datos acerca de algún organismo para estudiar música porque él también lo era.
   Fue impresionante escucharlos cómo comenzaban a establecer vínculos gracias a sus intereses comunes y de qué manera hablaban y hablaban y yo ya sólo era espectadora, pues estaban en su "salsa". El otro joven, mientras tanto, también de la "familia Miranda" en esos momentos (jajaja), luego que yo le pregunté si también era músico, me señaló que le gustaba, pero su real interés era ser Docente de Lenguaje y Comunicación y quería que lo aconsejara en sus lecturas. Fueron  realmente unos minutos vitamínicos .... mientras el auxiliar de aseo, esperaba, afuera, seguramente no muy contento, que desocupáramos la sala. 
   Al llegar al sector administrativo, terminé de colmarme de buena onda, pues uno de los colegas estaba hablando en un espanglish muy  poco ortodoxo, provocando la hilaridad de todos, lo que no es una situación inhabitual, porque siempre hay muy buena onda en la institución, especialmente entre los que ya nos conocemos. 
    .....
  Hoy martes, enfrentaré dos grupos más, de aquellos que en su mayoría están en Cuarto Medio y que por su carga horaria en sus colegios, asisten al Preu en la jornada de la tarde. Ya tengo todo preparado para ellos y cruzaré los dedos para que todo resulte bien. 
- Oye, amiga. ¿No crees que ya estás un poco "madurita" para ponerte nerviosa?
- Jajaja. A ver, ¿a qué te contesto primero? ¿A tu "simpático" calificativo de "madurita" o a la explicación de la suerte de nerviosismo que me "dentra" en estas ocasiones?
- Jajaja, cómo quieras...
   No creo que sea inadecuado que, a pesar de la experiencia en el rubro, me preocupe cada vez que inicio el trabajo con nuevos grupos. Lo que no sería conveniente es que suceda todo lo contrario, pues eso me llevaría a descuidar algunos aspectos. Si bien es cierto uno está en un nivel de autoridad por la formación académica y por la experiencia laboral (jijiji), los cursos son todos diferentes porque están compuestos por seres individuales y únicos, que se les "uniforma" debido a algunas características que poseen. Y aunque todos tienen el mismo objetivo, sin duda, sus prioridades no son las mismas. Y es a esta diversidad a la que debemos atender de la manera más grata y eficientemente  posible. Les comparto un detalle, que puede parecer insustancial, pero que para mí es casi una cábala: para la primera jornada de cada temporada me visto con ropa de color rojo, principalmente. ¿Por qué? ¡Yo me entiendo!, como dijo don Quijote.  Jajaja.
  

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