sábado, 9 de abril de 2016

Absolutamente atrapada...


    No creí que de nuevo me sucedería. "¡Tan descreída!", diría más de alguien. Bueno, algo de ello hay. La cuestión es que sucedió nuevamente a pesar de todo...
   ¡Humm! ¿Qué es lo que me tiene tan sojuzgada?, pensarán ustedes. Simple y sencillo: una saga literaria (o subliteraria, dependiendo de los escrúpulos estéticos del lector). ¡Ni más... ni menos, tampoco!
    Desde pequeña fui una lectora ansiosa. Cuando tenía 5 años llegó a mis manos una historieta de Superman pero en italiano. Como yo no sabía leer daba lo mismo en qué idioma estaba. Lo que sí recuerdo fue el ansia que me  "dentró" por aprender a leer, por saber qué decían esos diálogos que los personajes intercambiaban. Junto con ello, más de un libro de cuentos con ilustraciones alimentó mi anhelo. Una vez que aprendí, ya nada me detuvo. Me pasaba tardes enteras leyendo. Cuando adolescente, me atacó la fiebre por las novelas de ciencia ficción y las de color rosa, y fue tal la "calentura" (en el buen sentido de la palabra, se entiende,  jajaja) que solía hacer esfuerzos ímprobos por no quedarme con la angustia de no saber qué sucedía y cómo terminaba la historia. Sucede que mi dormitorio daba al patio de la casa (por la ventana solía arrancar cuando no quería saludar a visitas que se encontraban en el comedor). El patio tenía salida a un pasaje de la población en que vivíamos y en ese pasaje había una luminaria, cuya luz llegaba hasta la ventana de mi suite. Debido a la prohibición de tener la luz prendida hasta muy tarde, si no había alcanzado a terminar mi lectura, descorría las cortinas y me instalaba al lado de la ventana para poder leer con la luz que ingresaba desde la calle. ¡Así de fanática era ya! 
   Creo que una de las primeras sagas que leí fue la obra de 4 tomos de Jorge Inostroza, Los Húsares Trágicos. Estaba en el liceo cuando los leí y tuve la posibilidad de comprarla, posteriormente, y lo hice, para contar con esa obra que marcó un hito en mi gusto por la lectura de novelas históricas, hace más de 40 años (para ser exacta, el 4 de julio de 1973 A.P. Traduzco: "Antes de Pinochet", jajaja)  
Esa tendencia, se vio refrendada más adelante, cuando me di el lujo -casi- de comprar la obra de Valerio Manfredi, Alexandros y
 otras como El Príncipe Siddharta e Isabel, la Reina, todos de tres volúmenes. 

 Más adelante, fueron Los Reyes Malditos , de Maurice Druon, de 7  tomos, así como Los Hijos de la Tierra, de Jean M.Auel, con 5 partes y que desarrolla un relato en tiempos prehistóricos, que me cautivó desde el principio. 

La misma temática estuve leyendo no hasta hace mucho bajo la pluma de Sue Harrison, que ambienta  a sus personajes en tierras cercanas al Polo Norte. 
   De estas novelas con un fuerte componente histórico y costumbrista,  pasé, cuando decidí leer Harry Potter, a las sagas  que presentan mundos maravillosos, como Juego de Tronos y la Saga del Brujo, Geralt de Rivia, con 6, 6 y 8 tomos respectivamente. 
Tampoco han quedado atrás estas nuevas sagas y trilogías, que incursionan en la ciencia ficción y que han sido muy bien aprovechadas por el cine: Los juegos del hambre y Divergente, que también leí primero, antes de ver sus versiones fílmicas, algunas de las cuales no han resultado para nada afortunadas. Lo mismo puedo decir de algunas famosas trilogías eróticas la más conocida, Cincuenta Sombras de Grey, con unos protagonistas deslucidos y sin convicción. Código da Vinci, que luego me llevó a las otras novelas de Dan Brown, donde el mismo personaje protagónico lucha contra fuerzas oscuras, místicas y...mafiosas.
  Sin duda, es mejor leer los textos y luego ver la puesta en escena, y, en varios casos, resulta más conveniente sólo quedarse con el texto literario.  En el mundo del misterio y de las intrigas religiosas me introdujo mi hija cuando me recomendó el
   ......
    Llevo más de 12 horas sin leer. Ya estoy con los primeros síntomas de abstinencia. Además de levantarme muuuyyyy tarde hoy (11,15 horas), estuve escribiendo, cocinando, almorzando y ahora viendo Sábado de Reportajes, que me encanta.  Y como este programa tiene de todo lo que me gusta: cocina, costumbres, lugares, naturaleza, he decidido no desatenderlo, pues  no es rotativo. Si no lo veo hoy, no lo veré. En cambio, Jamie y Claire pueden esperarme, los tengo atrapados en el kindle. No podrán escapar...espero... 
  Ha sido un acierto ver TV. Precisamente hoy presentaron a Paula Larenas recorriendo y recomendando diversos lugares de la Novena Región. ¡Me encantó el programa! Sin duda, era necesario que lo viera. Ahora, estoy disfrutando (o sea, sigo disfrutando) de "mi" sábado, esta vez tomando el sol otoñal sentada en el sillón tipo mecedora en el balcón, como una flor entre las demás flores y verduras de este espacio, mientras escucho un nuevo álbum de Silvio, que me regalara Manuel (un colega que sabe de este gusto mío). De pronto me disperso y me entretengo un rato en una labor típicamente femenina (que no confesaré, jajaja), pero que resulta muy grata, relajante y ...necesaria. 
   He releído lo escrito y me he dado cuenta que aún no menciono quién o qué me ha atrapado. ¡Ya va!... Ha sido la saga Forastera de Diana Gabaldón, una  historia de 8 libros que me tiene agarrada de las mechas y  por la que estuve sin escribir varios días.
   Les cuento: con cierta periodicidad, cual hormiga que guarda para el invierno y el tiempo de  vacas flacas, de algunos sitios "interneicos" bajo libros de autores que me gustan y otros que me "tincan" aún sin conocerlos (uff, ha llegado a mis glándulas olfativas un olor a parrillada que casi me tiene salivando; por suerte almorcé bien aunque no haya sido carne). Entre estos últimos encontré, hace casi dos meses, uno que se llamaba Atrapada en el tiempo. Pues, también me atrapó y cuando deduje que tenía continuidad busqué en la red y me di cuenta que era el tomo número dos de ocho. Para gran suerte mía, pude descargarlos todos. Por un tema de lógica, me fui al libro 1, Forastera,  y quedé sencillamente obnubilada. Realmente fue un ejercicio interesante, ir descubriendo el pasado inmediato de los personajes, ya conociendo su futuro. Puse en la práctica, sin quererlo, algo parecido a lo que la trama de la novela plantea: un viaje al pasado, desde 1945 a 1743.   Seguro que al terminar la saga - ya voy en el tomo 3, Viajera-  tendré más conocimiento del que nunca habría pensado acerca de las costumbres e historia  escocesas de los siglos XVIII y XX. 
 Junto con ello,  un deseo profundo  de visitar el lugar, especialmente Stonehenge, Patrimonio de la Humanidad, monumento megalítico del siglo XX A.C. Espero contar con la fuerza, el tiempo y los medios para hacer realidad estos anhelos. Y si no, a buscar un artilugio mágico que me lleve hasta allá y a otros lugares. Total, soñar nada cuesta. 

 Alimento con agua el jardín y la huerta. Me sonríen agradecidos. Ya está...todo listo entonces... Ahora, me voy al siglo XVIII... Espero regresar....Hasta pronto...

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