viernes, 2 de octubre de 2015

¡Hágase la luzzzz!!!...Y la luz dejó la escoba!!!

- ¿Qué pasa, Princess? ¿Estás probando tus poderes mágicos?
- ¡Nooo! 
- ¿Estás rememorando a los Jaivas? ¿O estás alcanzando el estado de iluminación? Jajaja...
- ¡No, mujer! Estoy un poquito medio molesta...

- ¿Cómo es eso? ¿Un "poquito" o la "mitad"? ¡Decídase, pues! 
- A estas alturas, ya más que un poquito...
- ¿Qué pasó? ¡Todos estamos muyyyyy intrigados!
- Sucede que ayer jueves,  a eso de las 13,30, mientras yo estaba entusiasmada dándomelas de chef en mi espectacular cocina (sólo quepo yo, cómo será de espectacular; allí, dos son multitud), se me apagó la tele...
- ¡Ohhhh, diablos! ¡Te desmayaste!!!! ¿Y te golpeaste al caerte?
- ¡Noooo! 
-¡Ufff, qué alivio! Si sigues así,  vas a tener que buscar un acompañante y....
- ¡Detente! ¡Espera! ¡NO me desmayé! ¡Se apagó el TELEVISOR mientras yo estaba cocinando! 
- ¡Juájuájuá! ¡Te interpreté mal! ¡Y así dicen que hablando se entiende la gente, que palabras sacan palabras y que por la boca se muere el pez! Jajaja. ¡Tres en uno! 
- ¡Ufff! ¡Qué graciosa que estás esta tarde! ¿Por qué será? 
- ¡Después te cuento! Decías que se apagó el Televisor...
- Sí y todo los demás que funciona a electricidad, pues se cortó la luz. ¡Por suerte cocino a gas acá en Rancagua! 
- Primera pregunta que hay que hacerse en estos casos: ¿estás al día con la cuenta de la luz? 
- ¡Sííí! Tengo convenio bancario, así que no falla. En cuanto a si se me había cortado la luz a mí solamente, no lo corroboré,  pero supuse que se repetía lo de hace un mes atrás, que se cortó la luz en la mayoría de los departamentos, cuyo suministro llega desde un poste ubicado a orillas de la Plaza de los Héroes ..., por tanto fuera del Castillo. La vez anterior demoraron  unas horas en reponer el fluido, así que  cuando regresé de mi trabajo, ya estaba dada la energía.  Pero, en esta ocasión, no ha sido así. Además de que el famoso corte no me permitió adelantar trabajo para este sábado, durante la tarde que me queda un tiempo libre. Cuando regresé a las las 20,30 hrs. el edificio se veía a oscuras, a excepción de unos cuatro deptos. que sí contaban con luz.
- ¡Qué envidia debe haberte dado!
- ¡Imagínate! Cuando vi ese panorama, empecé a preocuparme y me dije a mí misma, "¡ay, mísera de mí, ay, infelice!", como dice Segismundo en La vida es sueño... Es que en el Pc tenía preparadas las tres  clases del día de hoy viernes (de la jornada matinal) y si no había luz, ¿cómo iba a grabarlas en el pendrive para dictar mis cátedras? 
    Decisión del caso: irme más temprano al lugar de trabajo llevando conmigo el Pc para poder extraer los archivos, esperando que en CPECH sí haya luz. Una vez decidido aquello y recibiendo la información que la energía no la recuperaríamos sino hasta el día  siguiente (la eléctrica, por supuesto, pues mi energía personal ya estaba en fase recuperativa: estaba nuevamente tomando mis vitaminas) comencé a buscar velas, con una pequeña linterna con luz led que descubrí por allí, guardada. 
    Así que preparé mi once a la luz de las velas, en un ambiente entre lúgubre y romántico. Felizmente, debido al sector en que se encuentra el palacio, desde fuera llega bastante luz de la iluminación urbana, por lo que no resultaba completamente una boca de lobo. Estuve preparando mi material para el día siguiente, revisando a la luz de las velas las guías, para tener todo ok. Luego,  a dormir. 
   Logré que una vela alumbrara algo mejor, pero mis neuronas, también en penumbras al parecer, no hicieron sinapsis. Digo esto porque era una vela de aquellas que flores secas incorporadas y al llegar la llama de la mecha al lugar en que estaban las flores, éstas comenzaron a quemarse que era un gusto. ¡Casi llamo a los bomberos!, pues además de la tremenda llamarada, una vez que las flores se quemaron, cayeron sobre el velador de madera, con fuego todavía. Allí cerca tenía una taza con café, a la que rápidamente debí lanzar los restos carbonizados de las flores. ¡Uff! 
- ¡Guau! ¡Toda una aventura! 
- ¡Me quedé sin café, pero evité un mal mayor! 
- ¡Mírale el lado positivo: habrías tenido un tremendo foco de luz, jajaja! 
- Después del susto, igualmente leí un poco, con la letra más grande posible del kindle, para descifrar lo que estaba escrito. 
    Al otro día...nuevamente velas y minilinterna, pero tareas logradas. Claro que la situación se puso algo difícil y pesada, cuando comencé a bajar con el Pc (de escritorio) y todos sus adminículos, porque aunque es portable, no deja de ser pesado. Debí pedir ¡Socorro! No alcancé a bajar las escaleras del castillo con toda mi carga: cartera, bolsa con cables y teclado, portadocumentos, tablet y Pc. Felizmente andaba por allí el Mayordomo Real, quien me ayudó con la carga. 
   Una vez en el lugar de trabajo, a subir a la sala, instalar el equipo y obtener la preciosa información requerida. La verdad, no sólo la información es preciosa, también el Pc y la dueña, jajaja..
   ¡Uff, problema solucionado!
13 horas: regreso a palacio con todo el aparataje. 
-¿Te viniste sola con todo a cuestas?
-¡Yes! Uno de los auxiliares, a primera hora se había ofrecido, pero no quise molestarlo: estaba almorzando. Así que, tipo Superwoman, a caminar las 3 1/2 cuadras, no más...
- ¡Ellaaa, la Mujer Robusta! Jajaja... ¿Lograste llegar? 
- ¡Apenas, con un par de detenciones! ¡Ufff! Y para mayor desgracia, la luz no habían podido reponerla aún. Había problemas para solucionar el problema. 
    En esos momentos es cuando uno necesita los poderes especiales, en lugar de andar pensando en hacerle tonteras a personas tontas (jajaja). El refrigerador me tenía preocupada, pues si no llegaba pronto la energía perdería como china:  los víveres, a esas alturas, estaban a medio congelar. 
   Puse a cocer unos cappelettis que me quedaban en una bolsa, preparé rápidamente una ensalada, pero debí comer a la carrera, pues tenía unos 15 minutos para engullir mi rico almuerzo. ¡Uff! Junto con ello, había decidido llevar el notebock y cargadores,  por si a la luz se le ocurría no regresar. Sólo así podría tener con batería los aparatos pata sobrevivir, jajaja. 
   La tarde pasó como debía pasar, hora tras hora, con las 8 horas de clases planificadas. 
   Hora de regresar a palacio. ¡Hurra! ¡Se hizo la luz! Todo vuelve a la normalidad...¡Ansiedad, bye, bye! 
   

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