lunes, 3 de agosto de 2015

¡En el país de las maravillas...!

   Despierto y me siento feliz, casi como Alicia en ese mundo extraordinario y maravilloso. Hoy es domingo y no debo ir a trabajar. Tampoco debo hacerlo en casa, pues  adelanté la preparación de mis clases en vista que, mientras caía agua desde el cielo, yo sufría una pequeña sequía creativa. En ocasiones como ésta (cuando los musos se me arrancan) hago otras cosas, entre ellas, preparar las clases de la siguiente semana. 
   Por eso, hoy domingo, que ya tengo todo preparado en lo pedagógico, me regalaré un día de asueto, leyendo, mirando TV, escuchando música, cocinando, tal vez ordenando un poco mis trajes, separándolos según  la fama y categoría del modisto (jajaja). 

    Aún no sé qué programa televisivo tendrá el honor de contar conmigo como espectadora. Lo más probable es que haga zapping hasta llegar a los  canales de películas, porque en los  nacionales, especialmente  a la hora de las noticias, la maravilla, seguro, desaparecerá como por arte de magia y mi "bello" día se irá al tacho de la basura. 
- Principessa Alicia...
- ¿Quéu?
- No puedes cerrar los ojos...
- ¡Claro que puedo hacerlo!
- ¡Upps! Me corrijo: ¡No debes!
- ¿Por qué NO DEBO?
- Porque es tu obligación como ciudadana del mundo...y de este país, ver lo que te rodea y enterarte de lo que sucede. 
   Es cierto que soy ciudadana de este país, pero eso no tiene por qué obligarme a ver "cosas" que no quiero, que me desagradan...
   Quería hacer de este día uno especial, sin embargo no ha resultado novedoso. Debí viajar a Santiago, a solucionar un problema en el Depto. que afecta a los habitantes del piso inferior.  A eso, no le puedo cerrar los ojos; tal vez hacer un guiño, pero nada más. Debo enfrentarlo, aunque es en estos momentos en que la autonomía e independencia femenina pesa. 
- ¡Pero, ¿cómo?!
- ¡Claro, pues! No hay una persona a tu lado que haga "la pega sucia", jajaja.
- ¿Necesitas un "sicario"?
- ¡Nooooo! Un hombre que contrate y trate con un gásfiter para que arregle los desperfectos. 
    Cierto es que hay mujeres que son un as para estas tareas. Tienen inteligencia técnica y saben de arreglos de todo tipo y, en muchas ocasiones, son mejores que muchos varones. Con esta Principessa indudablemente no ocurre lo mismo. ¡Obvio! ¡Mi educación fue acorde a mi estirpe! (jajaja). A lo anterior hay que agregar los resabios de una formación machista y conservadora. Llegados aquí, viene a mi memoria el "acarreo" de mi material de Educación Técnico Manual (una raíz seca de un árbol con parte de su tronco) que mi hermano, un año menor, debía llevar a la escuela en mi lugar, al estilo Caupolicán (jajaja). Esto, debido a que esta  Principessita no podía llevar cargas, por razones de  linaje y delicadeza (jajaja). Pero a ella, igual se le ocurrió hacer un trabajo más "masculino" en lugar de bordar o tejer (como pueden ver, con el espíritu de la contra desde pequeñita). 
   Cuando me veo enfrentada  a este tipo de inconvenientes, que me sacan de mi cómoda rutina, me da mucha lata y,  aunque inicialmente me tienden a bajonear, más temprano que tarde, los enfrento y busco la solución. Y también me doy cuenta que me estoy ahogando en un vaso de agua, pero eso es después de haber pasado por el proceso del pataleo correspondiente, propio del inicio de la inmersión (jajaja).
   En ocasiones como ésta, aunque quisiera esconder no sólo la cabeza, no me queda otra que enfrentarme a los hechos.
   ¡Jumm! ¡Soy el otro YO de esta historia. No me parece madura la actitud de doña Principessa,  independiente que tenga sus razones y sus gustos más sofisticados. Una persona adulta y trabajadora activa...aún (jajaja) como ella no puede utilizar como justificación para eludir el conocimiento de la realidad el hecho que no le gusta. No puede utilizar la estrategia de las ....¿? ...de esas aves grandes, con plumas (jajaja), que caminan y corren rapidísimo aunque no vuelan (¡por suerte, para nuestras cabezas!) y que acostumbran a esconder la  cabeza... (¡glups!, tengo el nombre en la punta de la lengua, jajaja).
   No creo estar escondiendo la cabeza como las A V E S T R U C E S . Sucede que ya estoy harta de que el 90% de las noticias de los canales televisivos chilenos sea de asaltos, accidentes, asesinatos, enfermedades,  peleas de políticos, protestas, marchas y el 10% restante, fútbol. Pocas veces aparecen algunas noticias positivas y cuando lo son, se presentan casi como anécdotas. Creo que al smog y contaminación lumínica, acústica, acuática y otras, habrá que agregar la polución televisiva y tecnológica. 
   Por eso debe ser que los programas de farándula y los matinales tienen tanta audiencia. La gente busca distraerse, sustraerse, evadirse de la mala onda del clima ciudadano y laboral, entre otras razones. Claro que para mí ésa no es la solución. Ninguno de ese tipo de programas me gusta, tampoco el fútbol, el circo de nuestros tiempos. Así que esconderé la tête de vez en cuando. 
- ¡Mal hecho! ¡No vives en una isla! 
- ¡No, pero sí en un palacio! 
- ¿Y eso cambia algo?
- Algo, pero no te preocupes. Sólo te he estado haciendo rabiar, jajaja. Sé que no es sano encerrarse en una burbuja, tampoco tomo  Bilz ni Pap, menos Coca Cola... Además, el trabajo que realizo me lo impide (no el consumo de bebidas, jeje, sino el aislamiento). 
    Así es, la realidad se nos impone, especialmente en este último tiempo. No obstante, creo que hay gente detrás o arriba, moviendo los hilos para exacerbar los hechos, para aumentar la polución, para exagerar los "ruidos". 
   Prueba de mi cabeza "desenterrada" es el hecho que anoche estuve viendo Tolerancia Cero, nuevamente. Acostumbro a dejar pasar tiempo sin ver el programa, para evitar caer en la desesperanza. Me gustó la inclusión de una mujer, más que por ser mujer, por su capacidad y fuerza (pero que debe morigerar para no caer en la impertinencia). Me quedé con la posición de Villegas. Como lo he dicho en otras oportunidades, este mundo no es luz y oscuridad solamente. También hay tonalidades y matices intermedios. Y es efectivo que muchos de nosotros, aún contrarios a los horrores de la Dictadura, no hicimos lo suficiente. Felizmente yo "algo" hice (en la etapa romántica), pero, más adelante,  también me aburguesé y dejé de hablar o hacer lo necesario o posible por cuidar la "pega". 
   Complejo panorama el de nuestro país en el hoy. Alicia tendrá que reandar el camino y salir por el espejo, asumir que ya no está en una dimensión mágica y que ha llegado la hora de enfrentar los monstruos reales, ojalá con la mejor de las suertes. ¡Good luck! 

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