jueves, 5 de febrero de 2015

La Ruta de los Álvarez : el Inicio (Región Metropolitana y Sexta)


     Se dio inicio a esta aventura el 30 de enero, la que fue creciendo a medida que se acercaba la fecha y más con la experiencia del reciente Aquelarre. Doña dejó todo preparado en el palacio (camas, aseo y demases (pero donde ve la suegra, jajaja) y se dirigió, cual Carmela, a la capital.
Hacía 3 semanas que no había visitado el palacete de su Infanta así que llegó ese día abriendo ventanas, limpiando balcones, arreglando las camas, echando agüita a la única planta existente allí, unas varitas de bambú, todo a 33 ° de temperatura. ¡Ufff, qué calor, qué calor! 
    Planes tenía de ir a la piscina a nadar un poco pero se arrepintió (¡pura flojera!). Optó por la ducha...(na' que ver). En fin, comunicaciones iban y venían, finalmente el infante Nico no se atrevió a ejercer de asistente, pero sí lo hizo la  Camila, prima de este último. No obstante, en el momento en que debía enviar las imágenes, se le acabó internet, por tanto, se frustró su tarea inicial (de dos no se hace uno, jajaja).
    Cerca de las 2 de la madrugada terminó de ver una película que seleccionó, así que, a esa hora debía aprovechar para dormir, si podía, hasta las 5 aprox. El avión de las visitas arribaba al aeropuerto a las 04,10 de ese día (o, más bien, de esa noche) así que puso su celudes a las 5, calculando que entre bajar del avión, retirar equipaje (que no sería poco, no me cabe duda), buscar taxi y llegar a casa, pasarían de las 5. Entre vuelta y vuelta, debido principalmente al calor ambiente y al bullicio de la ciudad le costó dormirse (debió mantener las ventanas abiertas para permitir mayor aireación). Estaba en el sillón....., pues las camas estaban dispuestas para las ilustres visitas. 
     ¡Ringggg! ¿Celudes? ¡Nooooo! ¡Es el citófono! ¡diablos, chanfles y reflanches ! ¡Ya llegaron! Se levantó como un rayo (o raya, más bien) a contestar el citófono y, obviamente, eran las visitas esperadas. Mientras respondía sonó el despertador, jajaja,¡a buena hora! (había fallado un tantito el cálculo) .
   La mujer  maravilla no podía haber sido más veloz: arreglar su vestimenta, peinarse un poco para estar medianamente decente, doblar la sábana que la cubría mientras dormía, ordenar el chaise longue...y escucha detenerse el ascensor. ¡Llegaron!! Muak, muak, muak....Primer intercambio de impresiones del viaje, asignación de "suites", unas tazas de café, unas  galletas ...¡a acostarse! Había que aprovechar el resto de madrugada para descansar. 

    Pasadas las 9 de la mañana la  doña se levantó a ganar la ducha y, luego, a preparar el desayuno. Luego de éste vino la reunión estratégica para elaborar el itinerario del viaje, junto con ello, planificar el día. Se acordó ir al sector céntrico a buscar un aparato tecnológico para el Nico, comprar zapatillas deportivas y luego, llegar a Patronato, para vitrinear. La primera tarea se cumplió con éxito, la segunda fue infructuosa y así y todo, no se consiguió superar. La tercera, también se alcanzó con entusiasmo, la que tuvo un recreo en el momento en  que la solitaria hizo su llamado y ya no se pudieron desoír su invitación: había llegado la hora de alimentarse. Ubicaron un patio de comida en Patronato y mientras 3 daban cuenta de comida china, los más jóvenes atacaron comida chatarra y sushi. 
 


- Para  ser honestos, la comida estaba ahí no más, por lo que hubo que comer porque el hambre era una realidad nada más (y también porque no nadamos en la abundancia, jajaja).
 



     Una vez que se desocuparon de Patronato tomaron el camino de regreso, pero se bajaron en la Estación U. de Chile, para llegar hasta alguna librería de la calle San Diego, en la búsqueda de Mampatos y...¡Eureka! ...les fue bien en la tercera tarea. El único problema fue que debían hacer el resto del trayecto a pie y eran unas cuantas cuadras. Caminaron un millar de cuadras por la  misma rue San Diego hasta llegar a Sta. Isabel... y bajo el inclemente sol capitalino...En un momento, llegaron a ir en fila india, no porque el trayecto fuera estrecho, sino porque cada uno iba ensimismado en su cansancio, sin ganas ni deseos de comunicarse con el otro, hasta que, al fin, Sta. Rosa, Carmen, Tocornal...¡Lira! ¡Bravo, ya casi llegamos! Nos falta sólo cuadra y media. Los jefes del campamento pasaron al Súper Ekono a comprar unos pertrechos y alcanzaron a los demás después, en el hall del edificio.
   Una vez en el depto, se dio a todos media hora de descanso, pues habían acordado viajar el mismo día a Rancagua City. Así que pasadas las 18, se anunció que quedaban sólo 15 minutos, para luego hacer abandono del palacete. Antes de retirarse, doña Princess se dedicó a revisar el palacio para que todo quede en perfecto orden y seguridad.
- ¡Que no se les olvide nada!, dijo doña antes de cerrar.
- ¡Nooo! Ya revisamos. Está todo listo.
   ¡Bien! A emprender la marcha entonces, poner alarma y buscar un taxi para 5. Tuvimos suerte una vez más : encontramos uno para 5, que, además de llevarnos al Terminal de Buses, nos amenizó el viaje conversando. Estábamos en la compra de los pasajes para partir enseguida, cuando doña Princess se da cuenta que no tiene su celu.
- ¡Diablos! ¡No encuentro el celular!  ¡¡Parece que se me quedó en el depto.!!
- Búsquelo bien, tía, le dijo la Cami. Yo la llamo.
   Llamó y no se  escuchó el celular : se había quedado en casa, seguramente, y, debido al uso del correo electrónico necesario para estos escritos, la revisión de face y cualquier trabajo que involucrara internet era imprescindible.
- ¡Por las recolas del mono! Deberé volver al depto.
   Pidió a sus visitas que igual compren sus pasajes, pasó las llaves del palacio de Rancagua al príncipe Patricio, les dio algunas indicaciones e inició su camino de regreso al palacete: caminar hasta la Estación U. de Santiago, metro hasta Sta. Lucía, taxi hasta Lira, subir al depto, abrir, sacar la alarma y mirar al sillón crema para ver que en el reposabrazos estaba el Sr. celular, conectado al cargador. Ahora, a volver...al Terminal : Transantiago, Est. Sta. Lucía,  ups, están los piratas de video, "obligada" a pasar a mirar : dos pelis pasan del poder de un filibustero a la colección de doña Principessa. No puede detenerse todo lo que quería, pues debe viajar cuanto antes a Rancagua. Llega a las 20,10 al Terminal (es decir, una hora exacta después de la llegada anterior) y , lógicamente, compra el primer pasaje que encuentra.
   El bus demora en salir más de lo conveniente, de manera que sólo a las 21,50 logra arribar a su palacio. Sus visitas están instaladas, han preparado once, pero no han iniciado su alimentación pues no han podido prender el gas y hervir agua (jajaja, sólo había que mover una llave de paso que estaba sobre el lavaplatos y ...listo).
  Están en Rancagua hasta el lunes 2 de febrero, dedicados a visitar todasssss las tiendas existentes en el sector céntrico y preparando alimentación; nominación especial cabe para la parrillada preparada el domingo 1 febrero, que quedó exquisita y sirvió para dos almuerzos.  

   Ese mismo día en la tarde, con el príncipe Patricio, reorganizaron el Programa de viaje y decidieron viajar el lunes en lugar del martes como tenían planificado antes. Así que dieron los avisos correspondientes, concurrieron esa mañana a visitar a la Infanta, almorzaron con calma y se dispusieron al viaje : segunda parada : TALCA, CUREPTO. 
- Para allá vamos, queridos sobrinos.

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