martes, 8 de octubre de 2024

Escapada de fin de semana...

   

  El domingo regresé a palacio. Rectifico, regresamos. Lo hice junto a América,  mi amiga talquina. Estuvimos gozando de un "finde" fantástico, en un lugar desconocido, tanto que nos perdimos antes de encontrarlo, 🙈 🙈.  Por ahí anduvimos dando vueltas, como perro persiguiendo su cola, 😁 😁.  Así y todo el reencuentro de un 83,333 % de las integrantes del grupo "Bellas en Cancún" se llevó a cabo con éxito 🙌, y eso es lo que importa a fin de cuentas. 
 Cuando nuestro grupo de amigas estaba en proceso de despedida en el Aeropuerto de Cancún en el mes de mayo del presente año, tomamos la decisión de reencontrarnos y, además de elegir una directiva en que cada una tenía cargo, 😁, nos encargamos de fijar fecha y lugar de un reencuentro en nuestro propio país. Fue así como Alejandrina ofreció como sede su casa-parcela en Paine para el 5 de octubre. Todas quedamos en hacer hasta lo imposible por asistir, independiente que a dos del grupo les significaba un mayor esfuerzo y costo el traslado a dicho lugar. Me refiero a Marylyn y Gloria, que viven en la Isla de Chiloé.    
   El tiempo fue pasando, mantuvimos la comunicación, de la cual fue responsable relevante Alejandrina. A la hora de la verdad, podríamos juntarnos 5 y así lo hicimos. Las 4 visitantes optamos por llegar juntas, de manera que la primera parte del encuentro se realizó en Rancagua, que además de desastres celebra juntas de amigas, 😁 😁. América  llegó desde Talca a palacio el día antes; Carla pasó la misma mañana del sábado a buscarnos (desde Quinta de Tilcoco), desayunando mientras hacíamos hora para ir a esperar a Marylyn que llegaría en bus desde Ancud. Al final, fue Marylyn quien tuvo que esperarnos pues nos demoramos más de la cuenta, 😂 😂. Desde allí, sector Rancagua Sur, partimos al sector Águila Sur (salió verso, 😉) en la comuna de Paine. 
  El bla bla blá nos anduvo jugando una mala pasada, pues aunque la copiloto -yo- debería haber ido atenta a las indicaciones del celular y de la carretera, en Hospital pasamos de largo, 🙈 🙈. Nos vimos en la obligación de ingresar a la localidad y luego regresar para reandar parte de la carretera y buscar el ingreso a Águila Sur. ¡Lo encontramos! Suerte que me sobrepuse💪 al bulling y a las amenazas de una mala evaluación por incompetencia en la tarea, 🥴🥺. Una vez en el acceso correcto cruzamos el Río Angostura y nos introdujimos en tierras desconocidas, llenas de viviendas eso sí. El problema se presentó cuando nos enfrentamos a un cruce con cuatro opciones y elegimos una de las 3 equivocadas, 😂 😂. Camino de ripio, con vueltas a la derecha e izquierda, con ingreso a una comunidad ecológica y una ruta cada vez más áspera. Google seguía dando indicaciones y, cuando intentó que cruzáramos un pequeño puente de piedras-adoquines demasiado profundo para el troncomóvil, nos vimos en la obligación de retroceder. Suerte que la conductora conocía su vehículo y tuvo clara conciencia que habríamos quedado en panne  (no en Paine, 🙈; también, ahora que lo pienso, 😉) si seguíamos adelante. ¡Vuelta a la ruta anterior! ¡Nada! Otra vez desorientadas. Marylyn se bajó a consultar. Seguimos el dato, que no nos sirvió, 😂😂.Finalmente llamamos a la anfitriona, con dificultades por problemas de señal. Ella nos habló de un Cristo como referencia, pero con más de una atea en el vehículo, no se nos apareció,  😁 😁.   
   Volvimos al cruce inicial de caminos y tomamos el correcto. ¡Uff! Anduvimos unos cientos de metros y vimos a Alejandrina esperándonos, que no a Cristo (no quiso ayudarnos, 😉). Ingresamos por el portón de entrada de la parcela y se nos apareció una maravilla de prado, árboles, flores, una bandera chilena por ahí, cabañas, todo muy hermoso, llamando a un descanso gratificador. Una vez cerca de la casa principal vino el reencuentro y el saludo al esposo de la anfitriona, José Manuel. Al interior de la casa nos esperaba la mesa puesta para un desayuno, mientras en la cocina todo estaba la carne cociéndose, las ensaladas y los demases ya en el punto de partida para su preparación. ¡Hermosa casa, tremenda cocina comparada con la mía! Hasta foto nos sacamos en ella. 
   Luego de hacerle los honores al desayuno y a los huevitos revueltos de gallina feliz, feliz 😄, nos abocamos a conocer el lugar. Piscina, sector de juegos bajo techo, habitaciones de arriendo, arroyos (2) a orillas del terreno, cabañas, sector de quinta con muchos naranjos, limoneros, plantas de alcachofas, pesebreras (con caballos y 2 toros), gallineros,  y todo muy limpio y cuidado, ¡una verdadera maravilla! 
   Luego vino el descanso bajo la sombra de los árboles, el brindis con licor de Jamaica y con champaña por el reencuentro y por los anfitriones, lo que fue seguido por un exquisito almuerzo, acompañado con un exquisito Toro de Piedra, que no podía terminar sino con algo dulce. De sobremesa la conversación y el descanso a la sombra, pues el termómetro marcaba nada menos que 29 grados de temperatura. Dos nos atrevimos a meternos a la piscina, lo que significó dar inicio a la temporada en cuanto a su uso. El agua, debo reconocer, estaba muy helada🥶🥶, pero igualmente dimos unas brazadas, estilo perrito 🐕 🐩 , 🤭🤭, para que no se diga que éramos mal agradecidas. Las otras no se atrevieron, no sé si por frío, por timidez ( 😜), por no contar con la vestimenta correspondiente o porque habían olvidado depilarse, 🙈 🙈. Cada cual lo sabe pero no quiso confesarlo, 🤨. Fue una tarde muy agradable, que terminó con unas caminatas, con una rica once al interior de la casa principal con harrrta palta de la casa y unas ricas empanadas de pera de Quinta de Tilcoco (quintanas)

   Ya era de noche cerrada cuando nos fuimos a "nuestra" cabaña. En los cerros cercanos se veían las luces de las numerosas casas construidas en los faldeos. La tranquilidad era total. Nos guiamos con luz de celular para no dar con nuestra humanidad por tierra (prado más bien). La luna no se apareció para indicarnos el camino ni tampoco la estrella de Belén, 😉. Ya saben, poco merecedoras de esos privilegios, aunque sí de otros. No le dimos más trabajo a nuestras lenguas y nos acostamos de inmediato, viéndonos las caras hasta el otro día, a partir de las 8 a.m. Dicen que durante la noche hubo ronquidos varios, pero a mí no me consta, 🤣 🤣 . Lo que a mí me despertó fue el canto de unos 🐓 🐓  y el gorjeo de las aves. ¡Con tanto árbol, cómo no haber pajaritos! 🐦 🐦  

   Abandonamos la cabaña para ir a la residencia de los anfitriones, colaborar en el desayuno y luego degustarlo. Luego vino el arreglo del equipaje, una caminata por la pesebrera y el saludo a caballos🐎🐴 y toros (estos últimos desde lejitos, 🤨😬😬), la visita al gallinero, la recolección de naranjas para llevar (de parte de las bañistas) y, en mi caso, la búsqueda de patillas de cardenales y de un rayito de sol rosado, los que, apenas en palacio, pasaron a formar parte del nuevo hogar. ¡Ojalá no tengan problemas de adaptación! La oferta de cítricos y patillas fue para todas, cabe señalar. Especifico esto para que no se crea que fue patudez de mi parte, 🤭🤭. A veces las situaciones se malinterpretan y más de alguien pudiera pensar mal de mi bella persona, 🤪.  
   Después de un opíparo almuerzo, con la compañía de dos comensales más (hijo y nuera de los anfitriones), abandonamos el Paraíso (puras Evas,😉), con el propósito de volver en un futuro no muy lejano, obviamente como huéspedes formales. Que quede claro, también, que no fuimos expulsadas de la Parcela 33; lo hicimos por voluntad propia, en pleno manejo de nuestros sentidos, especialmente la chofera, Carla, que tenía la tarea de sacarnos del laberinto, lo que resultó bastante fácil (especialmente para mí, que no hice nada, 😂 😂 ). Cuando íbamos saliendo vimos a Cristo, cabe agregar, 😉.   
  Fue un lindo y nutritivo fin de semana para las "Bellas en Cancún", salvo para Gloria que tenía un compromiso  -institucional- ineludible. Las visitantes quedamos al debe y totalmente agradecidas de Alejandrina y José Manuel, los anfitriones. Esperamos, en un plazo no muy lejano, volver a encontrarnos, esta vez en Vilches, zona precordillerana de la comuna de San Clemente, provincia de Talca, región del Maule. Ya llegará el turno a Chiloé, Quinta de Tilcoco o Rancagua. A cruzar los dedos y tocar madera, para que la alegría,  la salud y la buena onda siga acompañándonos. Hasta pronto.

   

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