Lindo habría sido viajar en tren, pero el sueño de muchos, no es práctico ni económico como medio de transporte a estas alturas en nuestro país. No es más que un sueño romántico e infantil de unos empecinados, que creían -ya se habrán dado cuenta que es inviable, como tantas cosas que soñaban- que era cosa de anunciar para que sea realidad. ¿Por qué hablo de esta añoranza a las 5 a.m.del miércoles 14 en un Terminal de Buses otra vez, en nuestro país, sin nadie a la vista, aún de noche, con una temperatura de 8 grados (que debo agradecer que no es más baja) en una ciudad desconocida?
¿Cosas de la vida? ¡Nooo! ¡Sucede que me alcanzó la maldición del Martes 13! "No te cases ni te embarques" dice. Tranquilein: ¡No me casé! ¡Ni muerta! Toco madera mejor, 😁🤫. Sin embargo, se me ocurrió viajar, cierto, al final del día, pero aún era 13 igual, con tanta suerte mala, que el bus me dejó. Tal cual. Y como no era un viaje "cortito" que digamos, no ha sido nada de gracioso. Al menos creo que un viaje de 700 kilómetros se merece toda nuestra consideración.
Pienso que esto me ha pasado por descreída. Debí sacar mi pasaje para hoy 14, por ejemplo, y me habría ahorrado estos avatares que estoy sufriendo 😩 😭 ahora. Pero, ánimo 💪 y fuerza, que aparte de que se me están congelando las manos mientras escribo y necesito ir a un sanitario, no hay nada más terrible que esas minucias. Felizmente ya están por abrir la oficina del Terminal y podré cobijarme al interior, lejos de estos tres 🐕 🐕 🐕 bien alimentados que se me acercan a cada rato. Al menos me sirven de guardaespaldas, 🙈 😅, aunque pueda quedar con unas cuantas pulgas encima.
Victoria se llama la ciudad donde estoy esperando que abran. ¡Qué malas personas éstas! No lo hacen sabiendo que habemos ya tres personas afuera. Al final tuve que presionar para que lo hicieran. De malas ganas lo hicieron pero ya, algo es algo. Luego de usar el baño sólo me queda esperar 20 minutos. Compro un pasaje sin asiento, pues ya no quedan, 😞. Me subo al bus, me siento, me cambio mejor hacia el final. 10 minutos y me sacan, obligada a ir de pie. Alguien de más adelante me avisa que hay uno desocupado. ¡Bravo! Número 2. Pido que me dejen cerca del Rodoviario de Temuco, pues este bus no ingresa a ese terminal. Una hora de viaje y me dejan como a cuatro cuadras. Habría caminado pero llueve copiosamente. Uber, la salvación, bastante caro en Temuco, eso sí.
En la losa del Rodoviario encuentro un bus con destino a Valdivia. Pregunto si me llevan y dicen que sí, 😆. Buen bus, asiento individual, primer piso, temperado, a muy buena velocidad (la máxima permitida). El único problemilla es que me dejarán en las afueras de Lanco. Ahí ya puedo pedir auxilio. Lo hago. En realidad, no había necesidad de mandar ningún S.O.S., pues Marcela estaba pendiente a qué hora llegaba y me fue a buscar. Llovía en Lanco, pero con más parsimonia que en Temuco. A ratos sale el sol. Aún tengo frío y estoy, como abuelita, al lado de la estufa a pelet. Ahora me cae simpática -la estufa-. Ya me tomé un tapsin en polvo y un paracetamol para ahuyentar algún resfrío que quisiera acercarse. Todo bien.
Moraleja: no volver a viajar en esta fecha aciaga. La gracia de estar "pajareando" me significó, al final, pagar dos pasajes para poder llegar y en lugar de utilizar sólo un bus, debí subirme a tres - al menos en eso salí ganando, 😂 😂-. La excesiva confianza me jugó una mala pasada. Por suerte, estaba en mi propio país, aunque, con lo poco amables que son en este territorio, tal vez me habría ido mejor en tierras extrañas. Hasta pronto.
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