martes, 30 de agosto de 2022

Déjame que te cuente, Mirella... (4)

     

  Ha pasado tiempo, hija. Ya estamos a fines de Agosto de 2022. Son diez años y nueve meses los que nos separan. Así  y todo, sigues aquí, a mi lado, acompañándome a través del recuerdo. No se trata de nada de carácter esotérico. Así como no creo en una entidad superior creadora, tampoco creo en intermediarios terrenales, llámense brujos, chamanes, psíquicos o mediums. Que hay situaciones y hechos misteriosos los hay, pero eso no me ha llevado a incursionar en vías de dudosa reputación y que tienen más cercanía al engaño y al  aprovechamiento del dolor de deudos o de la curiosidad irracional de algunos que intenciones reales de ayuda.   

   Ha pasado tiempo y la historia, individual y colectiva, ha seguido adelante. Nosotros no somos más que una mínima parte de la Gran Historia y nuestra desaparición no influye en el curso de lo global, por tanto, la rueda sigue funcionando sin interrupción. Ha sido así desde tu partida, lo será de la misma manera cuando me toque a mí cambiar de estado. Uno más o uno menos no causa ningún descalabro, al menos es lo que suponemos hasta ahora, pues no tenemos referentes conocidos. Lo otro sería hacer ficción histórica a nivel micro (del individuo, que es una historia particular en sí misma)   

   Ayer en la mañana fui a visitarte y a llevarte flores, la visita quincenal y ritual autoimpuesta. Limpiar tu lápida, cambiar el agua de los floreros, remarcar tu nombre, sacarle lustre a tus caritas (fotografías con tu rostro), tocar tu canción en el intertanto (la que Williams, tu amigo, creó en tu memoria) son partes del rito. No hablo en voz alta contigo, no es mi costumbre, no me nace. Sé que hay personas que sí lo hacen con sus seres queridos que ya partieron, yo no; si alguna vez lo hiciera sería un acto voluntario o, más bien, voluntarioso, y, por tanto, artificial. Sólo pienso: en ti y en diversas cosas. O, al tenor de la letra de la canción, te recuerdo y me apeno. Tampoco te cuento novedades o comparto ideas. Eso lo hago por escrito y a través de esta vía, porque sea cual sea, si después de esta vida no hay nada, da lo mismo dónde escriba o exprese lo que expreso. 

   Déjame  que te cuente, entonces, por esta vía, algunas cosas. Ha pasado más de un año desde que conversé así contigo. En abril 2021 llevaba dos dosis de vacuna, ahora contabilizo cuatro,😃, y nos anunciaron una quinta antes de fin de año. ¡Todo un récord! Lo importante es que no me he enfermado, y si alguno de la familia cercana se ha contagiado, ha sido sin consecuencias, precisamente por las vacunas. A dos años y medio del primer caso en nuestro país aún se sigue en modo covid, aunque con menos rigurosidad (¡ya era hora!). Así y todo, las mascarillas siguen siendo requisito al interior de recintos cerrados y de la movilización, por lo que resulta ya un elemento más en las carteras femeninas (ignoro dónde llevan o guardan la mascarilla los hombres así que ni lo menciono; para el caso, tampoco es importante,😉). Los colegios han vuelto a tener vida, por suerte, a pesar de los reclamos del Colegio de Profesores -y Profesoras,😁- y de más de algún remolón que debe seguir en su casa ocupando el metro cuadrado que le corresponde, literalmente hablando (no es metáfora en este caso)   

  Saliendo de lo sanitario y yéndome al plano político, que sí es tema en estos días, debo contarte que la atmósfera social chilena está bien "caldeada",🔥.Estamos absoluta y completamente polarizados : o somos del Rechazo o son del apruebo. No hay otra posibilidad (tal vez esconder la cabeza como las avestruces, taparse los oídos o decir "¡No estoy ni ahí!", aunque el "famoso" conocido por esa expresión esta vez sí está aquí, al menos en el sentimiento). El aire que se respira incorpora nuevos elementos: tensión, incertidumbre, temor en muchos casos. Sin duda, no es el país que conociste y en el que viviste. Aquellos jovencitos universitarios, algunos de los cuales tú admirabas, están en el poder. ¡¡Tal cual!! (aquí elevo la voz y abro los ojos al estilo Izkia Siches,👀) Y el deterioro de la calidad de vida para muuucha gente ha aumentado considerablemente. También se han afectado notoriamente la seguridad, la capacidad de compra, el clima social, la educación, la información entregada por los medios. ¡Para qué decir nuestra imagen como país, tanto en lo político, como en lo económico,  en el orden social, en el nivel de nuestra cordura...(otra apertura de ojos, ya sabes en qué estilo, 👀)! "Pero ¿¡cómo llegaron a eso!?", te preguntarías tú. Y no te faltaría razón para tal interrogante. ¿Cómo fue? Emulando a Luis Fonsi, habría que decir que fue 🎶 ¡Despacito! 🎶🎵. Así es, poco a poco, casi sin darnos cuenta.  

   Creo que las marchas estudiantiles que alcanzaste a conocer y ver fueron los primeros signos de estos tiempos convulsos. Las repetidas e interminables tomas de colegios, distintos gremios, movimientos y agrupaciones, cada vez más radicalizados, demandando una y otra cosa, la aparición de los activistas de distintas causas con sus performances, mientras, a la par, algunas empresas y cadenas implementaban acciones antieconómicas (colusión, por ejemplo), los políticos de diversos partidos financiaban su quehacer con aportes ilegales e instituciones malversaban y "desviaban" fondos, todo aquello sin mayores sanciones ni castigos. 

   Si a ello se le agrega el aumento de la inmigración legal e ilegal, la consolidación de las acciones terroristas por parte de la CAM y de sus asociados, además del aumento del narcotráfico, los cerebros pensantes y deseosos de traer a Chile un nuevo paraíso, vieron el terreno listo para "dentrar a picar". ¡Había que planificar y echar a andar el programa apenas se presentara la coyuntura histórica ad hoc. ¡Y esta no tardó en llegar y en ser aprovechada al máximo! El aumento de la tarifa del Metro fue la yesca óptima para el fin. La punta de lanza fueron los estudiantes, nuevamente. Los llamados no se hicieron esperar ¡a saltar los torniquetes, a no pagar!, consigna a la que se sumaron todos los que pudieron y quisieron. Era la primera parte.

   Lista la primera fase, se continuó avanzando. Fue así como en el considerado mejor Metro de Latinoamérica cundió el desorden y el caos.  Y esa segunda fase fue el llamado "Estallido social", extraña y "espontánea" acción popular, que supuso el inicio de la quema simultánea de muchas estaciones del tren subterráneo, con millones de pérdidas para el país -o sea, para todos- y las consiguientes dificultades para movilizarse para cientos de miles de personas. Luego vinieron los saqueos e incendios de kioscos, locales, farmacias, automotoras, tiendas y supermercados y la destrucción del equipamiento urbano y de dependencias públicas y privadas en distintas ciudades, pero, mayoritariamente en Santiago. Fueron semanas y semanas de manifestaciones, de saqueos, de barricadas, de ataques a todo el que pretendiera poner orden y cuidar la propiedad pública y privada, con víctimas por ambos lados. 

  "¿Me estás describiendo una distopía?", probablemente te preguntaras, frunciendo el ceño. Efectivamente, casi fue el escenario de una distopía en ese tiempo, una versión chilensis de "The Purge". Todos los días, al comienzo; todos los viernes, después, el orden social era quebrantado por unos pocos, de los cuales, escasos, han recibido sanción. Y si bien eran unos cuantos los actores -héroes para algunos (¡no exagero! : ¡fueron invitados al Congreso donde recibieron el aplauso y agradecimiento de los Honorables! ¡Uff, ya estoy casi bizca!😶)-, fueron muchos los que los apoyaron y apoyan. Se sigue pidiendo el indulto para los que no alcanzaron a arrancar.

   Pronto llegó la pandemia, que vino a morigerar el ambiente, pero que mantuvo la angustia e incertidumbre. Ahora el temor se trasladó hacia unos seres minúsculos, desconocidos, indetectables (¡no me refiero a ellEs!). En el intertanto, se había firmado un documento entre representantes  de los distintos partidos políticos llamado, rimbombantemente (no sé  si existe esta palabra, pero si no, ya la creé; en todo caso, su creación sigue los cánones gramaticales correctos, 😁), "Acuerdo por la Paz Social y la Nueva Constitución", 👌👏👐🐤🐦. 

  Este acuerdo echó a andar toda una maquinaria social y política a full, en la que estamos hoy, a seis días de culminar, para continuar no sé cómo, 😾, habiendo pasado por unas "cuantas" elecciones en pandemia : primero, si queríamos mantener o cambiar la Constitución y de qué manera si optábamos por una nueva (octubre 2020), luego, ante el resultado abrumador de un pronunciamiento a favor de una Constitución diferente a la actual, pasamos por la elección de los Sres. Constituyentes (además de las Sras., Srtas. y ¿Srtos?, perdón) en mayo 2021, muchos, muchas y muches de los cuales resultaron un verdadero y divertido fiasco al comienzo. Este surrealismo en la forma se trasladó al quehacer y al fondo de lo que estaban creando. No eran "constructores de la casa de todos" (ahora sí es metáfora), sino albañiles de su propia vivienda, a la medida de sus intereses, género, ancestros y demases. Fueron tantos los escándalos y controversias asociados a la C.C. que lo único que queríamos todos, detractores y partidarios, era que terminaran el mamotreto y se "invisibilizaran". 

   Con ellos -los constituyentes- siguió y se "fortaleció" la polarización política. No podía ser de otra manera, considerando que comenzaron en oposición abierta a los símbolos patrios (Himno Nacional, bandera, institucionalidad). Todo les parecía mal, todo les parecía poco; sólo lo que ellos decían era válido; no escucharon o no atendieron las opiniones divergentes. Y así fue como, luego de un año de un gastadero de plata, entregaron la propuesta de Constitución, con una bandera atomizada, analogía de lo que se proponía al interior, con multiplicidad de "pueblos y naciones autónomos" (plurinaciones), con "sistemaS" de justicia, con todos los derechos habidos y por haber, "sustantivos" y "garantizados" por el Estado, con animales y naturaleza "sintientes", habitantes de territorios y "maritorios", con un regreso a siglos atrás con respecto a la tenencia de tierras, que hacen de la estadía de 80% de chilenos y del 7,6% de los extranjeros residentes, todo un albur. En fin..., con abundancia de términos como dignidad, sustantivo, tradición indígena (tradición chilena, no); público, solidario, colectivo, comunitario, paritario, con enfoque de género; garantizar, redistribuir, reparar, restituir, expropiar; derechos, derechos, derechos, Estado, Estado, Estado, plurinacional, plurinacional, plurinacional, escaños reservados, escaños reservados, escaños reservados...   

 Al mismo tiempo, acompañando al desmadre de la CC., en las macrozonas Norte y Sur las situaciones no eran -ni son-  paradisíacas ni mucho menos. Ataques incendiarios, robo de madera, tomas de tierras, narcotráfico, inmigración descontrolada, amenazas, secuestros, asesinatos, trata de blancas, etc. Una realidad de miedo, la verdad. Y en medio de ello, una nueva elección, esta vez de Presidente de Chile. La ola del "estallido" seguía con fuerza y ganaron sus representantes, a quienes la suerte no ha acompañado, para ser honestos. Aún no terminaba la crisis del covid (aunque manejada con honores por la administración anterior) se inicia la invasión de Ucrania por parte de Rusia con su Putin a la cabeza, lo que ha traído inestabilidad a todo el mundo. Ya son seis meses de la situación bélica y cinco y poco más del gobierno de las transformaciones profundas en nuestro país. La inflación se ha desatado en todo el orbe y, también, en Chile, obviamente. 

   Entregada la propuesta de Constitución, ya finalizada y armonizada, cerrado el ciclo de la C.C., ha comenzado el proceso de propaganda, acciones y declaraciones de ambos lados de la vereda. No te contaré la serie de chascarros y "errores no forzados", cuyos protagonistas han sido, desde el primer día, principalmente personeros de gobierno, desde el presi hacia abajo. No lo haré, sorry, pues alargaría mucho el relato, además de que hay situaciones vergonzosas que provocan incomodidad describirlas, por decir lo menos.    

   Así que aquí estamos, como loros en el alambre o gatos ante las puertas de la carnicería. ¡No, no se trata que esté pasando hambre! ¡Me las arreglo bien! Hablaba en sentido poético-popular. Estamos expectantes y nerviosos, sin saber qué pasará realmente el próximo domingo y cómo amanecerá el lunes. No hay nada seguro y cada día suceden cosas tan inesperadas, que uno está casi curado de espanto. Denantes, releyendo la propuesta constitucional y, más que ella, las observaciones y comentarios al margen que le agregué cuando la leí analíticamente, me volví a espantar por lo que escribieron y eso que yo podría salir beneficiada debido a mis ancestros. Tú, sin duda, habrías estado en primer lugar, hija mía, pero ¿valdrá la pena tanto privilegio para unos y detrimento para otros? Yo, soy chilena, en primer, segundo y tercer lugar. Mis antepasados son parte de la cuota de mestizaje que cargo en mi adn, pero que no me hace especial ni privilegiada. Tampoco se trata que sea un alma bondadosa y empática. Algo de bondad tengo, pero nunca tanta, 😇. Solo se trata de sentido común, de interés por el desarrollo, del deseo de seguir avanzando por donde íbamos como sociedad. De dar y tener oportunidades por mérito y por esfuerzo, no por cuestiones raciales. Aquí no hay seres elegidos ni superiores. Así que, a cruzar los dedos, a tocar madera y a prender incienso para contrarrestar las malas vibraciones; a respirar hondo y espirar, vaciando la mente y el corazón de lo negativo, ¡Namasté! 🙏 (😉).

miércoles, 24 de agosto de 2022

¡Adiós, mundo cruel...!

   

  "Su vida había perdido sentido.Lo había intentado pero ya era imposible retroceder la máquina del tiempo.Eran muy pocos los que sobrevivían y estaba agotada de buscar una y otra vía para vivir unas horas más.El fin llegaría más temprano que tarde así que había decidido cortar por lo sano.Ya no trataría de aferrarse al tubo que le permitía seguir en esa agonía, simplemente se dejaría caer.Sabía que no duraría más que el tiempo que tardaría la tierra reseca en consumirla completamente."

   ¡Uff! No recuerdo en qué momento escribí lo de arriba. Lo que sí sé es que no estaba bajo la influencia de ningún estupefaciente ni de ninguna sustancia espirituosa de carácter líquido, 😵. Me parece, si mal no recuerdo (aunque esto es también dudoso) que era parte de un sueño -pesadilla más bien- que pretendí transformar en microcuento, de lo cual desistí para no intervenir la perfecta redacción ni introducir elementos ajenos y pertenecientes a un momento creativo distinto, que le den un aire demasiado cerebral al escrito.   

   En estos momentos escribo mientras tres personas -técnicos- están realizando la tarea de instalar una red antipalomas,  con las que sigo enemistada, pues no respetan el derecho a propiedad. Continúan, cada ciertos días, intentando "tomarse" la parte del balcón que está descubierta. Las he sorprendido fabricando el radier de sus viviendas (pequeñas ramitas). Obvio, las amenazo, salgo corriendo 🏃‍♀️🏃‍♀️ del interior de palacio para espantarlas, pero se escapan cada vez. Entonces, en la disyuntiva de comprar un rifle a postones o cerrar por completo los balcones, opté por lo último. A veces me arrepiento, pues al rifle podría haberle dado, posterior al triunfo de la guerra palomística, variados usos, por ejemplo, espantar ratones🐭🐭, gatos 🐱, perros🐩 , delincuentes incluso. Además, habría servido como un muy recomendable ejercicio de descarga de tensiones, rabias, emociones negativas, o sea, todo un efecto catártico, que evitaría otras estrategias para liberar la mala onda. Claro que primero habría tenido que aprender a disparar, luego, ejercitar el tiro al blanco -o negro, café o de cualquier colorido😁- y , en tercer lugar, practicar con blancos móviles. Como eso suponía una solución a larrrrgo plazo y las palomas ya me estaban volviendo loca, antes que esto ocurriera completamente, decidí cortar por lo más sano, rápido, con un profundo sentido ecológico y de especie.    

   Es impresionante lo minucioso del trabajo que están realizando. No trajeron el panel armado, sino que lo están haciendo acá mismo. Imagino que lo que se pretende es eliminar errores que, una vez en terreno, no tendrían solución si ya está todo montado. Las vistas no son nada de desagradables ni mucho menos -además que el jefe tiene el típico acento centroamericano, porque es venezolano-; al contrario, está invasión, ya no de palomas, sino de seres humanos -más  grandes que las palomas🐦🐦 como ustedes saben- me ha obligado a cambiar mi rutina cotidiana. ¡Imposible leer! No necesito cocinar, pues ya ayer lo hice; habitualmente, elaboro alimento para dos días. Sólo es necesario preparar la ensalada, "poner" la mesa y calentar los alimentos. 

 Así que, aquí estoy, "empatando el tiempo", con la radio encendida con música y conversa de fondo, mientras mis visitantes ocasionales continúan con su trabajo. Luego que terminen, tendré la entretenida tarea de ordenar el huerto-jardín de los dos balcones, que están absolutamente amontonados en sus especies pues se requería espacio despejado. Aprovecharé de eliminar algunos ejemplares de ají que estén más deteriorados (yo no habría  tenido problemas si hubiera nacido en Esparta; pensándolo bien más mejor que no, pues podría haber sido yo la eliminada, por chica, 😓). He juntado demasiadas plantas de rocoto y no consumo tanto picante. Creo que, como agricultora razonable, me especializaré en sólo  algunos productos. La experiencia, bien dicen, es la madre de la ciencia. No todo fructifica adecuadamente en maceteros. Por ejemplo, las berenjenas 🍆🍆. Logré que crezcan y florezcan, incluso una planta de ellas tiene muchas flores desde hace rato, pero no terminan el proceso. Lo mismo me pasó con los zucchinis, ¡puras flores!, nada de frutos. ¡Para qué decir con los pepinos y los phisalis! Así  que,  ya que la primavera está a la puerta, he decidido reducir el cultivo de especies a lo mínimo: pimientos, cilantro, perejil, kale, lechugas, rúculas, acelgas, espinacas, cebollines y flores💐(cardenales, malamadres, bugambilias y algunas suculentas pequeñas) y algunas especias(ruda y romero); ese es mi mínimo, 😉. Mi sembradío de frutillas creo que se irá al tacho de la basura. Tenía trece plantas (mal número); ya están quedando sólo ocho a medio morir saltando. Se han secado y las que siguen vivas, parece que están condenadas a lo mismo. Los bichos están ganando la batalla y para ellos no hay malla que sirva, menos rifle a postones. He probado todo tipo de insecticidas caseros (unos inventos asquerosos aprendidos en YouTube), de insecticidas químicos y nothing. Así que, con resignación cristiana, deberé  acompañarlas en su partida y reemplazarlas por una especie más fuerte. ¡Cuánta razón tuvo Darwin! ¡Ídolo!  En todo caso, seguiré en mi cruzada contra los bichos, sobre la base de la experiencia adquirida, porque no es que no haya habido ningún  resultado. Funcionan por un tiempo y luego vuelven a aparecer. Deberé ser más persistente,  simplemente.  

   Ya llegó la noche de este miércoles agostino y cuasiprimaveral. Malla instalada, balcones aseados y ordenados, siembras realizadas (de lechugas, kale, espinacas y acelgas) y riego concluido. Música de piano como compañía y toda la buena onda de esta vida tranquila, por ahora. Cada día tiene su afán, dicen. Veremos que me depara y nos depara el futuro cercano. Hasta pronto.


domingo, 21 de agosto de 2022

De Revoluciones. ..

    

   Seguramente fue lo que se respira en el aire lo que me llevó inconscientemente a estudiar este tipo de temas. "¡Se siente, se siente...!", parecía decir el ambiente. Han sido días de caminar como en una cuerda floja a unos cuantos metros de altura, con el ánimo un poco agitado, los nervios y la histeria a flor de piel, reaccionando en ocasiones a saltos. A unos les habrá pasado más que a otros, seguro. Son días en que lo más sano parece ser permanecer en palacio, aunque uno sepa con certeza que algo se está perdiendo, que algo puede estar pasando afuera, que más de alguien puede estar tramando algún truquillo y si uno no está alerta, los hechos lo "pillarán volando bajo", como aquel temblor de la otra noche que nos sorprendió a todos en la zona central. No se anunció "decentemente", más bien se presentó con arrogancia y sin previo aviso. ¡Qué susto!  

   Casi por casualidad -no tanta, la verdad- tenía en mi biblioteca virtual un libro ilustrado con la esfera de un reloj y que hablaba del tiempo, pero al revés. Como ya sabéis, ese es uno de mis leitmotivs vitales. La preocupación por el tiempo, el espacio y el futuro siempre han sido parte de mis intereses. Por eso, las películas futuristas me atraen como la luz a las polillas, sobre todo si plantean más de una dimensión temporal por sobre un puñado de monstruos extraterrestres. La novela se llamaba -y se sigue llamando- El tiempo volverá atrás (publicada en 1951). Fue escrita por un autor desconocido -para mí- un tal Henry Hazlitt. Este estadounidense resultó ser filósofo, economista y periodista, además de escritor y editor. Un hombre muy inteligente, sin duda, y muy influyente en el campo económico, del cual yo desconocía todo. Esta obra no es la mejor de su repertorio, pero fue la única que podría haber leído -y leí-, porque los textos de economía o filosofía no me simpatizan. 

    Cuando me enteré en la sinopsis que se trataba de una distopía, decidí empezar a leerlo con mayor razón, pero no imaginaba lo que me encontraría. ¡Fue una auténtica sorpresa!, positiva por cierto. Si hubiera sabido de antemano que su autor era un economista, lo más probable es que no lo hubiera descargado y mucho menos leído. ¡Lo que son los prejuicios! Habría perdido la oportunidad de recordar y reaprender conceptos económicos aplicados al mundo real, en un escenario ficticio, futuro y probable, con la maquinaria de una sociedad totalitaria en pleno funcionamiento, que es lo mismo que a media máquina, porque donde todo es estatal y centralizado, sin competencia, no hay incentivos para que las cosas funcionen bien. En estos mundos todo funciona al ritmo de la empresa o de la institución pública, es decir, a medio rendimiento. 

    Es el año 282 d.M. (después de Marx), año 2100 para nosotros. Peter Uldanov llega a Moscú, la capital de Mundotriunfal, donde su padre, Stalenin, es el dictador del mundo entero. Mirando desde lo alto del edificio en el que se aloja, Peter sólo ve pobreza y suciedad, deterioro total, nada más lejos del "paraíso socialista" que se pregona. Desde los 8 años había vivido en una isla junto a su madre, en una vida protegida y lejos del resto del mundo "civilizado". Su educación no tiene ningún punto en común con la de los pertenecientes al gobierno del Proletariado. Ahora, su madre ha muerto y su padre, lo manda a buscar,  con el objetivo de prepararlo para que lo suceda una vez que ya no pueda seguir al frente de Mundotriunfal. En esta maravillosa Dictadura del Proletariado (ya hace décadas que se venció al capitalismo) todo funciona a la perfección. Hay sólo un diario oficial, del cual los habitantes obtienen la información clave para conocer la marcha exitosa de los planes de gobierno, de las metas de producción, de las celebraciones. Estos habitantes, vestidos de marrón, gris, azul marino o negro según la categoría a la que pertenezcan, conforman la sociedad, una sociedad encabezada por políticos y burócratas que planifican centralizadamente la producción y toda la vida, desde una perspectiva, no de género, ecológica, cultural, racial, sexual, sino colectivista. Es así como las viviendas son asignadas a distintas familias, los bienes de consumo (perdón, he cometido una blasfemia, 😌), de supervivencia son obtenidos por medio de cartillas de racionamiento, pago del aporte personal al funcionamiento del Estado.  

    Peter va descubriendo esta realidad al mismo tiempo que va siendo ascendido rápidamente en la escala política por su padre, quien teme que de un momento a otro pueda verse impedido, por razones de salud o de alguna intriga política, de seguir gobernando. El mayor opositor, el número 2, está vigilante y al acecho. Llega el momento para Peter de reemplazar a su padre y, al mismo tiempo, de mantenerse con vida. Stalenin ha sabido preparar el terreno para la "sucesión" (¡qué paradoja!) y Peter inicia su tarea, felizmente con la ayuda de al menos uno del Politburó, el número 3 (el único norteamericano del círculo). Frente a la precaria situación en que vive -más bien, sobrevive- la mayoría de los habitantes, el joven va ideando medidas, que surgen de conversaciones al estilo socrático que entabla con Adams, el número 3, en reuniones de trabajo. Con sus,ideas puestas en práctica, poco a poco, le devuelve a la gente parte de la alegría de vivir, pues pueden intercambiar libremente sus cartillas de racionamiento de acuerdo a sus necesidades particulares. Todo el complejo mundo del comercio comienza a surgir y a implementarse, y los conceptos de demanda, oferta, circulante, precios, valores y otros similares pasan a formar parte del lenguaje cotidiano. La próxima etapa, privatizar los medios de producción, surge como necesidad. La bestia del Capitalismo, como ave fénix, ha surgido de las cenizas. Todo lo referente a ese sistema, la 'edad oscura' según el régimen, había  sido eliminado (libros,  personajes, hechos, costumbres, en fin, la historia, había  sido "borrada", "corregida", "cancelada"). Aquí hay una semejanza incuestionable con los textos de George Orwell, especialmente 1984 (publicada en 1949). Cuando Peter se prepara para revolucionar más la sociedad a su cargo, el número 2 decide actuar. Con las FF.AA. bajo su égida se instala en el gobierno, pero Peter, con la Fuerza Aérea bajo su dirección, logra huir a salvo con sus adherentes. Se va a América y recomienza su proyecto. 

   Suceden otras cosas más, pero el argumento lo dejaré hasta aquí, cuando el mundo está dividido en dos como realmente sucedió durante la Guerra Fría (1945-1989). Genial la capacidad de "leer" la realidad de parte de Henry Hazlitt. Hay autores que verdaderamente "viajan" en el tiempo con su imaginación y visualizan lo que sucederá con un acierto extraordinario. Pienso en el mismo Orwell ya mencionado, en Ray Bradbury, en Julio Verne, en Aldous Huxley y en muchos otros, verdaderos adivinos del futuro (o posible futuro si se sigue por la misma senda). Después  del 4 de septiembre veré  si agrego a la lista a Pepe Auth, 😂.  

   El subtítulo del texto de Hazlitt es "Una novela sobre el redescubrimiento del capitalismo". ¡Muy didáctica la forma de enseñar el funcionamiento de este sistema "aberrante" para algunos!  ¿Cuáles  son sus claves más básicas? La libertad del individuo y la propiedad privada, algo que parece de perogrullo, pero que a Peter le costó entender (aunque lo logró) y que a los de la Nomenklatura les resultaba inconcebible. Es un texto con el que no sólo uno se entretiene sino con el que también se aprende de Economía básica, muy recomendable y necesario, incluso para el Ministro Nicolás Grau, 😁 

     Anatomía de la Revolución (1938) de Crane Brinton, historiador estadounidense, es otra aventura que he emprendido en estos días. La diferencia con respecto al anterior es que, como el texto está grabado en pdf, me ha permitido ir "trabajando" en él (subrayando, haciendo anotaciones al margen, especialmente cuando me encuentro con similitudes con nuestra realidad de los últimos años; parece que me quedó gustando esta actividad luego de destrozar la propuesta de Constitución, 😅). Es un interesante y minucioso estudio de cuatro Revoluciones: la inglesa de 1640, la americana de 1776, la francesa de 1789 y la rusa de 1917. Les confidencio que de la primera no tenía ninguna noticia, 😓(¡qué ignorancia!)   

  Aún no he terminado la lectura-análisis, pero lo que he leído y aprendido ya es digno de elogio. Saber de las señales y síntomas prerrevolucionarios, de los elementos detonantes, de sus líderes y de la masa útil, de las acciones iniciales e inmediatamente posteriores, de las condiciones económicas, sociales y políticas para su éxito, ha sido más que un baño de conocimiento, que me está dejando en muy buen pie para entender de mejor manera lo que está sucediendo en nuestro país. Cuando termine, capaz que hasta ofrezca un cursillo en revoluciones, 😂. Disculpen la imagen poco técnica, pero la luz me jugó una mala pasada y no quiero dejar esto para mañana. Ya se darán cuenta si reemplazo esta última foto por una mejor.  Todo es perfectible, dicen. Hasta pronto. 

    

domingo, 14 de agosto de 2022

Fiascos...

    

   Si hubiera recordado esta mañana que algún domingo anterior lancé maldiciones en contra de la línea de los microbuses Rancagua-Machalí, hubiera sido éste un día normal. Pero no, me olvidé de esa mala experiencia, y los que olvidan están condenados a repetir la historia. Una hora de espera y nada. Todos los buses salían hacia cualquier lugar menos a Machalí. Y yo, ahí sentada, junto al precioso ramo de flores que compré para llevar a Mirella, cada momento más aburrida, enfadada y entumida. El sol, que se asomó tímidamente a las 10 hrs., ya se había arrepentido y cambiado de destino. Finalmente, regresé a palacio con el ramo de 💐, sin haber logrado lo que quería (ir a visitar a mi hija) y con la firme intención de no pensar nunca más en viajar en esa línea algún domingo o festivo.

   Son las 16 horas y la lluvia ha llegado. No sé si fue anunciada o no. En cualquier caso, me da lo mismo. Salgo sólo de vez en cuando, si lo necesito y últimamente lo requiero menos, porque estoy intentando vivir en modo minimalista, a ver si puedo -toco madera, para conjurar a mis ancestros; lo siento, no tengo kultrún a la mano, 😁-. Recién dejé el celular descansando, luego de una entretenida conversación-análisis de nuestra realidad política nacional con mi hermano menor, otro fiasco -la realidad chilena-. Debería hacer nuevas llamadas, pero estoy con flojera. No consigo animarme; perdí mucho del ánimo esta mañana en mi salida fallida, que no mejoró con un plato principal en el almuerzo, que tampoco me convenció para nada. Les cuento. 

   Durante la semana, en una visita a la feria (una de las cuatro a las que suelo ir), compré emocionada un par de alcachofas moradas. Como iban a ser las primeras en su color que iba a preparar y degustar, busqué una receta diferente a la clásica (la de hervirlas y luego comerlas con una salsa, hoja por hoja, hasta llegar al corazón, lleno de espinas desechables, para disfrutar, al final el  "fondo", la parte más comestible y rica de ellas). Para no hacer lo de siempre, que hasta resulta fome en muchas ocasiones, opté por dos o tres recetas que consistían principalmente en utilizar el centro de la casi-flor (claro, porque eso es una alcachofa, una 'inflorescencia', ¡ups! ). ¡Ya, así los voy a preparar!, me dije. Pero ¿qué hago con las hojas🍃 🍂?, pensé, ¿cómo las voy a tirar si antes me las comía (bueno, no la hoja ENTERA sino una parte, la más blanda y carnosa)? Y como pariente de Einstein que soy, luego de lanzar un emocionado "¡Eureka!"😂, tomé la siguiente decisión: voy a hervir las 🍃 🍂 para preparar una crema de alcachofas y como principal haré alcachofas fritas y crocantes. ¡Mmm! Ya me parecía a Garfield, relamiéndome de antemano. Pero como dijo sabiamente alguien, "del dicho al hecho hay mucho trecho", sucedió lo que tenía que pasar: un verdadero fiasco; bueno, no seamos tan lapidarios, la verdad fue un fiasco a medias. En cualquier caso, nunca más frío las alcahofas, salvo que alguien en persona me demuestre lo exquisitas que quedan.    

    Cortes más, cortes menos, ya estaba feliz haciendo lo que había decidido. Estaban las 🍃 🍂 hirviendo como condenadas para luego convertirse en crema y el resto, ya sin pelusilla, listo para ir a la sartén 🍳 a ser cocinado, con un aceite aromatizado merced al ajo recién picado, ¡mmm! Todo fluyendo en la cocina, mientras lavaba las hojas de una lechuga morada, a juego con las alcachofas, preparaba el yoghurt casero de café con mandarinas picadas y corría al huerto-jardín a buscar eneldo. Hojas 🍃🍂 listas y cocidas, a colarlas y dejarlas enfriar un poco para luego rasparles lo comestible, tarea que me llevó un laaarrrgo rato. Luego, todo a la procesadora con cebolla, morrón,  aliños y agua de la cocción para transformar la mezcla en sopa-crema, con un poco de maicena y crema de leche. ¡Lista la sopa! ¡Sofritas las otras partes de alcachofas con tiritas de morrón verde y rojo! ¡A la mesa!   

   Cuento corto: la sopa-crema, pasable, pues quedaba un regusto amargo poco grato (seguro que había que darles un buen baño en agua salada con vinagre a las hojas antes de cocerlas).  El principal, los trozos de alcachofa sofritos, aparte de un color oscuro poco atractivo y sospechoso (no los freí sumergidos en aceite; no están los tiempos para aquello), resultaron demasiado aceitosos. Raya para la suma, como dicen los periodistas, un fiasco y medio. Dos días  sirviéndome una comida poco grata, porque la conciencia todavía me machaca con aquello de que hay tantos niños en África muriéndose de hambre por lo que es un pecado botar la comida. 

   Si a lo anterior le agrego que terminé de tejer, a crochet, un mantel redondo para mi mesa de comedor, cuyo resultado no fue de mi gusto y, por tanto, casi a lo Penélope, lo desarmé por completo , el panorama queda redondito. 

   Ya está oscureciendo, el día llegará pronto a su fin. Por suerte, me digo, de estos días hay pocos. Mirando el vaso medio lleno, jornadas como la de hoy cumplen a cabalidad su objetivo: servir de contraste para valorar los otros días, los felices y los normales, que, al fin y al cabo, son de los que se compone la mayoría de nuestras vidas. Hasta pronto.

domingo, 7 de agosto de 2022

Trabajo y divertimento...

   

   Al buscar un título para este escrito dudé entre sí unir las acciones o plantearlas como opciones a elegir (con la "o" de árbitro). Luego de ocupar valiosas horas de mi vida diaria (comencé el viernes en la tarde y terminé el domingo a las 15 hrs.) no cabe duda que el ejercicio tuvo de ambos conceptos. Fue un trabajo intelectual que me exigió dedicación y esfuerzo, pero con el que también me entretuve mucho. Así que, en tiempos de posturas opuestas, para qué aportar a la disyunción, digo yo. "Más mejor", sumemos y unamos con una "y". Dicho y hecho.   

    Han de saber ustedes que desde pequeña -en edad,😅- mi vocación pedagógica ya dio sus primeras luces -y con bastante intensidad, al estilo supernova-. Durante los lluviosos días de invierno, en las tierras rurales de la Provincia del Ranco -sector Puerto Nuevo- yo era parte de un trío fraterno - la del medio- que, como a todo infante, le gustaba jugar. En aquellos tiempos -primera mitad de la década del '60- las posibilidades de entretención in door no eran muchas: los disfraces, las visitas, los naipes, la escuela, las casitas; no más que eso. La tecnología era mínima (hasta avanzados nuestros estudios básicos no había luz eléctrica en casa). Teníamos nuestra respectiva muñeca cada una -yo y mi hermana-, algunos utensilios de cocina en miniatura, pero en el trío había un varón -el menor del grupo- que no contaba mucho a la hora de decidir a decir verdad, pero al que no podíamos imponerle acciones femeninas (no eran tiempos de inclusión, de igualdades "sustantivas", ni nada de eso; los sexos eran sólo dos y todos contentos y sin traumas). No estaba en nuestro adn infantil ni en la formación familiar esto de las diversidades actuales. En los juegos de visitas y casitas, nuestro hermano menor en ese tiempo era el padre, el hijo, el hermano, el marido o la visita masculina. Independiente del rol que le asignáramos siempre se comía todo lo que nuestra madre nos aportaba para el juego (pan, galletas, frutas y otros alimentos). Había  que estarlo llamando a terreno. En el tema de los disfraces, el "closet" -imaginario- de mi madre era el proveedor (¡pobres zapatos con tacos de mujer adulta usados por cabros chicos, 😁). A mí me gustaba jugar a todo, pero uno de mis roles preferidos era ser profesora. Eso de dar tareas y luego corregir con lápiz rojo me parecía un poderoso privilegio.    

    Cuando ya ese llamado vocacional se transformó en realidad, no siempre estuve muy contenta en la tarea de corrección. Especialmente cuando debía realizar los famosos "controles de lectura". No sólo había dificultades para descifrar, en muchas ocasiones, algunas letras endiabladas, sino también revisar las numerosas faltas ortográficas y entender las ideas poco claras de algunos alumnos. Me pasaba horas y horas del tiempo en casa revisando pruebas. Una de la alegrías era que podía usar el lápiz rojo a destajo, 😂. Mis tareas correctivas del trabajo de aula no duraron mucho tiempo (13 años), pues mis responsabilidades cambiaron de nivel (técnico-pedagógico primero, luego directivo). Igual seguí corrigiendo (documentos, proyectos, planes, etc.) pero la intensidad no era la misma, a pesar de que nunca dejé de atender a algún curso.  

   Desde que estoy en Rancagua, hace un poco más  de 16 años (¡uuuuhh! ¡cómo pasa el tiempo!), una o dos veces al año, he recibido la petición de revisar algún trabajo docente. El último fue a fines de este mes de junio. Me entretuve sobremanera a costa de la autoestima de mi amiga y colega, 😂-de Lanco-. Le reenvié unas páginas digitales con numerosas tachaduras, cambios de puntuación, de vocablos agregados, de sugerencias y explicaciones  al margen. Fue muy divertido,😈... Y esa fue la sensación que quise recuperar el viernes, cuando me decidí a emprender la tarea de leer y analizar comprensiva, ortográfica, gramatical y sintácticamente la Propuesta de Constitución que se plebiscitará el 4 de septiembre.     

   No pude convertir a Word el archivo descargado, así que mis observaciones fueron hechas de puño y letra, con mi "bella" letra manuscrita sobre la pantalla, de manera que en ocasiones cuesta descifrar lo escrito. Fui tachando, subrayando, resaltando, encerrando en círculos (no muy circulares) lo que me interesaba destacar, lo sorprendente, lo que definitivamente  no me gustaba, a lo que se agrega más de un error de redacción (por falta de concordancia, por ejemplo, o porque no logré entender lo que quisieron decir). Para qué hablar de las reiteraciones y redundancias, amén del uso inadecuado de sustantivos colectivos inclusivos (no aceptados oficialmente por la RAE por innecesarios y redundantes). ¡Por suerte que hubo un grupo que armonizó, jajaja! A la hora que no lo hay...estaríamos en problemas para comprender. 

   Ya terminada mi labor  -y entretención- destaco como aprendizaje que debí apoyarme en información digital extra para comprender algunos términos técnicos, judiciales especialmente, así que aumenté mi acervo cognitivo. ¡Me siento contenta y satisfecha, por la rapidez con la que terminé la tarea autoimpuesta ...y porque la terminé,🙌! No habría sido muy "digno" dejarla incompleta. Ahora, a la hora de plantear posturas, nadie podrá contraargumentarme con la típica pregunta-misil: "¿y te leíste la propuesta?". Claro que la leí, podré contestar, y también la rayé todo lo que pude y agregué comentarios con la sutil ironía que me caracteriza. Se las comparto para que se entretengan un poco. Y ahora, a cruzar los dedos y no a "chispearlos" como la Bessy Gallardo. Hasta pronto. 
   { Nota: si alguien quisiera el archivo completo que titulé "Propuesta Constitucional revisada, corregida y hecha trizas" no tiene más que pedirlo. Con gusto lo enviaré -el archivo-.😊 }