jueves, 18 de septiembre de 2014

Días de silencio...

    Después del silencio de algunos días, producto de una sequía creativa, la Principessa invoca a su Muso, que al parecer andaba de juerga adelantada (jajaja), pues no lo podía encontrar. Lo había llamado a viva voz -nada-, por celular -nothing-, habíale mandado un e-mail, whatsapp, mensaje por face y......nada de nada. Le faltaba usar el correo, una paloma mensajera o, por último, las señales de humo o de los tambores, cuando hizo acto de presencia, pero como no se había recuperado de las celebraciones dieciocheras, aún no estaba como para insuflar de creatividad a su discípula. Así que a la Princess no le quedó más que esperar ...y esperar que Muso recuperara su sobriedad para que guíe sus escritos.
    Mientras tanto, la vida había continuado. Los días lunes y martes  habían sido días normales de trabajo, con unas horas de reemplazo el lunes en la tarde, sin mayores inconvenientes ni sobresaltos. Había estado trabajando también en casa, como siempre, preparando sus clases, limpiando el palacio (algo, jejeje), fustigando a doña lavadora, y...cocinando con lo que iba quedando en la despensa. No quiso comprar verduras y frutas frescas, pues el viaje planificado le significaría estar 3 días fuera.
Almuerzo lunes 15 : empanadas de horno compradas
(estaban medianamente buenas)
Almuerzo Martes 16 : guiso de porotos (Bien rico!!)
    No obstante, les puedo asegurar fehacientemente, que hambre no pasó; al contrario, vean ustedes, para muestra más de un botón (jajaja).
 
 
 
 
 
 
 
 
Pequeño sándwich Martes 16 (1 marraqueta con hamburguesa,
lechuga, porotos verdes y palta, más salsas. (¡Mmmmm!)

 
 
   El día 17, durante la mañana (en que por horario no tiene clases) se dedicó a ordenar material para la próxima semana que se viene completa y con un grupo nuevo de enseñanza media. Luego, salió a realizar unos trámites, de los cuales la mitad fueron positivos, mientras los otros resultaron sin éxito. En fin, al tercer intento, seguro, tendrá buenas noticias.
    Desde el día martes, sintiendo los olores a asado, que se captaban al caminar por las calles cercanas, había decidido preparar una pequeña parrillada para su persona, lo que permitiría atender su antojo y, también, recordar a su Infanta, con la cual, en estas fechas y otras, hacían de esta actividad una fiesta familiar. ¡Qué lindos recuerdos! Se proveyó de lo necesario en el súper y llegó a palacio a preparar su pantagruélico almuerzo. ¡Mmmm!
Mucha gente en el Súper aprovi-
sionándose convenientemente.
Exquisito almuerzo resultante de la Parrillada principesca...
Carne de Wayhú, vienesas, chorizos,
morrón, cebolla, manzana, zanahoria,
papas, betarragas.
¡¡Pequeño platito!!


  
 
 
 
    El miércoles 17 en la tarde, después de un opíparo almuerzo "diecisietero", de sobremesa, se dedicó a leer por un par de horas. Ya a las 18 horas,  arregló su mochila viajera, aseguró el palacio para evitar visitas indeseadas, recargó sus juguetes tecnológicos y dirigió sus pasitos a su lugar de trabajo, donde habría una actividad especial con motivo de Fiestas Patrias.
    Fue un grato momento de conversación, alrededor de una parrilla y mesas con distintos alimentos y bebidas, en el patio central del edificio. La Principessa sólo pudo estar poco más de una hora, pues debía llegar al Terminal de Buses, lugar desde donde iniciaría su viaje al Sur... Logró degustar algunas exquisiteces, más un rico choripán y una par de cafés. Y si bien es cierto no iba a conducir el bus (jajaja), no quería arriesgarse a que la bajen del vehículo por haber consumido alcohol (jajaja). Por ello, le ordenó a su garganta un poco de control, con la promesa de que cuando llegara a la Santa María La Blanca, ya habría tiempo para consumir zumo de uva y/o cebada (jiji)
    Jajaa, ¡esta Principessa! ¡Tanto circunloquio y perífrasis! ¿Por qué no dice mejor, clara y directamente : vino y cerveza?  ¿Quiere cuidar su prestigio, a estas alturas? Jajaja Demasiado tarde, amiga mía... demasiado tarde...
 

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