martes, 22 de agosto de 2023

Lloviendo en Marte...

 

   ¡Qué noticia más extraordinaria!, pensaría más de alguien, esperanzado y dispuesto a comprar uno o más pasaje adelantado en la primera nave espacial comercial al planeta rojo. Seguro la Olguita Marina estaría entre las primeras de la cola. Pero, sorry, craso error. Me faltó agregarle una "s" a Marte. Si cometiera este error en unos meses más iría a parar con mis huesos (jajaja, casi no se ven de tanto adorno que tiene mi osamenta,) a la cárcel de los condenados por "desinformadores",😜.Corrijo entonces"Lloviendo en MarteS"... ¿Qué tiene de raro que llueva un día martes?, podría preguntarse más de alguna mente inquieta e inquisitiva. Pues (con pronunciación española: 'puez'), ¡nada! Simplemente coincide con mi regreso a palacio. Escapé de la lluvia del sur y me encontré con que en la Sexta Región también llueve. Claro que no es ninguna sorpresa para mí, pues ya los medios televisivos y otros han estado mostrando todas las inundaciones desde la 6a. a la Novena Región, pasando por la XVI de Ñuble estos últimos días. Lo que sucede es que por acá está lloviendo con ganas ... y con viento. 

   Con toda la lluvia que he visto y experimentado en estas semanas tengo reserva para unos cuantos años. Además, y "pa' pior", hace frío. Éste se ha asentado en mi bello cuerpo y no me abandona. He sintonizado un video musical en YouTube con una hoguera para ver, si por sugestión, logro expulsarlo y exorcizarlo. Capaz que tenga que tomarme unos "guaripolazos",🍷, si no tengo éxito. Con estos 'frentes', al final, en el sur uno pasa menos frío que acá,  porque los hogares están preparados para el clima lluvioso y frío. Las estufas a combustión lenta, a pellet o a parafina solucionan maravillosamente el problema y, si éste persiste, por último, está el calientacamas (me refiero a los eléctricos) o el guatero (no falta quienes aún los usan). Me he preparado un café bien caliente mejor, para no escribir tonteras, aunque el coffee no asegura lo anterior, 😁. 

   En estos últimos 8 días, en un ámbito distinto al climático, pasé muy buenos momentos y pagué algunas deudas. Estuve acompañando -y acompañándonos- a mi hermana durante tres días. Juntas fuimos a visitar a nuestros deudos en Valdivia, cumpliendo todos los ritos (las flores en el parque, el almuerzo sororal y la caminata por la Costanera valdiviana) en un día fantástico entre tanta jornada lluviosa. Dejé los correspondientes recuerdos a mis sobrinos, a mi cuñada y, luego, me fui a Lanco, cómodamente y en calidad de copiloto de Marcela. El viernes me trasladé nuevamente a la capital de Los Ríos a encontrarme con mi amiga Carmen y su hija Marcela (otra increíble mujer llamada así). Fue un grato y dulce encuentro en el local "Cosas Ricas". Al regreso pasé a visitar, de sorpresa, a mi amiga Glady de Lanco, con quien compartimos una rica once junto a José y al fuego de su acogedora cocina. En eso estábamos cuando le llegó otra visita: Lucía,  quien también fuera directora del Liceo. Yo hacía muchos años que no la veía, pero sigue igual (parece tener el acceso a la eterna juventud; bueno, nunca tanto, 😅).   

    De allí, me fui a compartir con la juventud -ahora sí- de Eli, Marce, Adda y, ejem, Lidia, 😂.Los ramazzottis iban y venían. Una que otra cerveza o alguna copa de 🍷, todo lo cual era la exquisita compañía de una sabrosa parrillada preparada por la dueña de casa, a lo que se agregó una ensalada de lechugas, papas cocidas, el buen pebre y las sopaipas de la Adda. Quedamos a ombligo parado y aunque las visitas -menos yo- se retiraron a la hora de las Cenicientas, la dueña de casa y la que escribe nos quedamos arreglando el mundo hasta las tantas. Como para hacer tamaña proeza (arreglar el mundo) se necesita mucha fuerza de ánimo, más de un ramazzotti extra nos dio la "juerza" necesaria. Terminamos nuestra ímproba tarea sólo porque teníamos que levantarnos temprano al día siguiente. Así que nos fuimos a dormir...3 horas antes de levantarnos,😂

   Día siguiente: viaje a Puerto Fuy, navegación del Lago Pirehueico en transbordador hasta la otra orilla, adelantando la travesía que haremos a fines de septiembre. Fue como un ensayo general, pero con bastante frío (3 grados) y lluvia, ¡la omnipresente lluvia sureña! No obstante fue una linda navegación y todo el tiempo estuvimos protegidas y calefaccionadas (hasta durmieron algunas, 😂; esta vez no me salvé de la foto indigna). Estuvimos en el pequeño puerto allende del lago Pirehueico unos 40 minutos, para luego iniciar el trayecto de regreso. ¡Debe ser una verdadera belleza hacerlo en un día soleado! Regresamos sin novedad, sintiéndonos afortunadas luego de ver un auto volcado en plena ruta. 

    Domingo: preparados nuestros trajes de  baño y toallas, enfilamos rumbo a Termas Vergara, en las cercanías de Coñaripe. Gran parte del trayecto para llegar hasta allá era el mismo del día anterior, perfectamente conocido por la conductora, aunque no tanto por mí. ¡Muy hermoso en todo caso!  En esas Termas era mi primera vez. ¡Bello bello el lugar y muy bien equipado! Se juntó bastante gente, entre la que estábamos nosotras cuatro. Gozamos esencialmente de dos piscinas techadas, un par de nosotras fuimos, además, a la piscina sin techo y con tobogán (no nos atrevimos a tirarnos de él; yo, ni aunque me pagaran porque después de ahogarme imposible disfrutar del pago, 😂). Asimismo, tres nos atrevimos a ponernos bajo un chorro de agua tibia que estaba al exterior, una verdadera proeza, que sirvió para que hiciéramos más de una fotografía ridícula (yo, por ejemplo,😂) o un breve video (para la posteridad).  

  Tanto baño y calentura (del h2o) nos dio hambre. Nos cambiamos ropa y nos fuimos a hacer cola a la puerta del restaurante, cuya arquitectura rústica es envidiable. Ya la habrían querido así los señores feudales medievales. Mucha madera, plantas y ventanales. Unas sillas, más pesadas que mi peor enemiga, 😂. Estaba helado el lugar, eso sí, a pesar de la chimenea encendida. Por nosotros, hubiéramos corrido una mesa al lado del fuego. Como no podíamos, nos ubicamos cerca, 😂.Un par de nosotras nos servimos un souer (¡gracias, Lidia!) y luego pedimos nuestros platos. Por un lado, lomo vetado y, por otro, salmón. Este último, tuvo un pésimo cuscús de acompañamiento. En fin...¡Nada qué hacer! Suerte que salimos favorecidas con la atención de la casa, una vainilla o amaretto a elección y, además, nos dimos el lujo de sentarnos en la palma de los asientos-manos del bar para sacarnos una foto un tanto chabacana, 😂 

    Decidimos regresar. La intensidad de la lluvia había aumentado y no todas habíamos llevado un segundo traje de baño para volver a las piscinas termales. Sólo pensar en ponerme esa cosa mojada me daban tercianas, 😂. La chofera decidió sacrificarse por sus amigas y hacer un trayecto de regreso distinto aunque un poco más largo. Pasamos por Licanray y Villarrica. ¡Bello trayecto, un descanso para la vista del citadino!  Nos bajamos un par de veces, una a fotografiar, dos a fumar, mientras la cuarta, la friolenta del grupo, seguía con el cinturón de seguridad ( sí, de "seguridad") bien puesto. No llegamos tarde, 19 horas, pero ya había anochecido. Igual, nos sacrificamos un poco más y nos despedimos las cuatro con una rica pichanga, acompañada de dos cervezas, una buena y top copa de vino (toro ¿sentado?, ¡nooo!, 😂, Toro de piedra, ejem) y agua. ¡Sí!, 😱, h2o en el caso de una (de todo hay en la "viña" del Señor). Luego vinieron los abrazos y buenos deseos, con la promesa cierta de juntarnos después de Fiestas Patrias. 

   Pero no todo quedó allí. Mi pasaje de regreso era el lunes en la noche, así que me quedaba todo el día lunes para hacer algo positivo. No fue precisamente salir a visitar a nadie ni caminar. Fue preparar un, supuestamente, almuerzo gourmet para mi anfitriona. Salmón en costra de cilantro con salsa de  champiñones, acompañado de papas fritas encebolladas, 😁. A ello, se le agregó una ensalada de lechugas con aderezo de 4 aceitunas negras que nadie se había comido el viernes, 😂, además de un pequeño postre de conservas (membrillo con murta, exquisito, también reciclado, así como las papas fritas). La verdad, soy una nana económica y consciente de la realidad nacional de recesión. El almuerzo recibió el visto bueno de la patrona, aunque, a decir verdad, al salmón le faltó crocancia. Ya descubrí la razón así que a la próxima sale perfecto. En todo caso, el plato estuvo superior al del día anterior, además de bien contundente.

   Sumando y restando, debo reconocer que fue sólo suma esta vez. ¡Qué manera de recibir cariño y amistad! A veces me parece demasiado, aunque suene extraño. Espero tener el tiempo y las oportunidades suficientes para hacer lo propio. Al final, es lo que queda y lo que importa. Hasta pronto.






No hay comentarios:

Publicar un comentario