martes, 16 de mayo de 2023

Entre islas y fiordos...


 El viaje desde Bergen a Oslo fue cansador (desde las 8,30 hasta las 21 horas, claro con los necesarios descansos y detenciones) y también ¡extraordinario!. Lo recorrimos en bus y en crucero. No fue directo, pues el trayecto en embarcación fue un verdadero recreo, ya que luego volvimos al punto de partida y continuamos en bus. A ver, mejor explico desde el comienzo. 

   Abandonamos Bergen por carretera, pasando por innumerables túneles (el gracioso del guía español nos propuso un concurso: contar los túneles; como es bastante guapo, muchas se hicieron ilusiones, 😂, y trataban de no perder la cuenta para ganarse el premio soñado,😅). El primer trayecto, de 2 horas, además de túneles nos trajo la belleza de pasar a orillas del mar Báltico o de lagos por ambos lados. Los paisajes resultan espectaculares: montañas, rocas, bosques, agua, túneles, islas. De pronto me pareció que el paisaje era muy similar al de Canadá y Alaska (aunque nunca he estado por allá he visto imágenes). Ah, y claro, además, muchas casas en distintos lugares y a distintas alturas, a veces agrupadas, otras, solitarias, blancas, rojas o de color café. El total de túneles, dijeron, era 44. El premio, un aplauso, ¡buuu!😄. Por suerte no gané,  para no quedar con la tremenda frustración, 🙈. Para callao, el guía español, Javier, tiene su picardía. Para muestra un botón: cuando estuvimos en el puerto en que embarcaríamos desde Dinamarca hasta Noruega, nos hacían ir, en bus, de un lado para otro. Después de un rato de trámites, al volver, dijo, muy serio, que la negociación había estado un tanto difícil y que, para empezar, le habían pedido 5 señoras, 😂. Para ser fiel a la verdad, hubo varias voluntarias y otras que preguntaron cuáles eran las exigencias, 😁.  

  Una de las paradas la hicimos en la Catarata Tvindefossen. ¡Hermosísima! Lanza sus aguas desde las alturas en forma escalonada, deslizándose por entre las rocas. Un espectáculo de belleza natural impresionante, pero, a pesar de eso, lo primero que hicimos, la mayoría, yo incluida, fue pasarnos a quedar pegados en la tienda de souvenirs y varios. Fue precisamente allí cuando Cupido me flechó hasta los tuétanos: había una maravillosa parca de pluma de ganso de color azul con flores multicolores, perfecta toda ella. Agrego que no fui la única enamorada, fueron varias las que abrimos las carteras y sacamos los euros laboriosamente obtenidos y guardados. Costaba el objeto de mis amores nada más ni nada menos que 100 piticlines. Yo, proletaria de toda la vida, jamás había gastado esa cantidad en una parca (puede que algunos arrisquen su nariz aristocráticamente ante mi confesión, pero es la realidad). Decidí invertir en mí y regalarme la prenda antes que no quedara ninguna, pues se estaban yendo como pan caliente. Me probé una y ¡zas! que me quedó perfecta. Los piticlines cambiaron de mano. Sin querer ser copuchenta ni pretender jugar al empate como los políticos, pensé "si mi amiga gasta 250 € en un jacquard, ¿por qué yo no podría gastar 100 en una parka Noruega?". Con este profundo pensamiento filosófico tranquilicé todos mis sentimientos de culpa y dejé de llorar, metafóricamente hablando, por los pobres de África.  

   Nuestro próximo destino, luego de abandonar los alrededores de la catarata y pasar una nueva cantidad de puentes, fue un pequeño puerto llamado Fläm. Allí nos embarcamos en un acogedor crucero para navegar por el "Fiordo de los Sueños" (Patrimonio de la Humanidad), lugar entre montañas y bosques, reflejándose en las aguas, con numerosas cataratas deslizándose desde la altura (de hasta 1800 mts.), divisando algunas localidades cercanas a las riberas con sus coloridas construcciones, en tanto en los altos se veía la nieve más algunos ventisqueros. El paseo sobre esas aguas calmas y en medio de tanta naturaleza bella duró dos horas, arribando a una localidad llamada Gudvangen, donde los que quisieron almorzar lo hicieron mientras los restantes -yo y Mariana entre ellas- nos dedicamos a vitrinear, a conversar de lo divino y lo humano, además de caminar un poco hacia el muelle y hacernos algunas fotos espectaculares. 

    Saliendo de ese lugar, ya en el bus del tour, luego de pasar por el túnel de Aurland-Laerdal, uno de los más largos del mundo (24,5 kms.), llegamos  a la localidad de Borgund a conocer una maravilla arquitectónica y patrimonial: la "Iglesia de madera de Borgund". Es una extraña construcción, por decir lo menos, de madera impregnada en brea (de allí su color y conservación), que data del año 1180, la mejor conservada de las 30 en su tipo existentes en la actualidad. Su techo es escalonado y, además de cruces, está adornada con dragones. Fue inicialmente de origen católico, pero luego pasó  a manos de los protestantes. En lo personal debo decir que no fue amor, sino 'asombro' a primera vista. Me pareció que tenía un aire siniestro, por el color y la arquitectura, porque, ignorante de mí, no sabía que por esos lares  durante la Edad Media, estas construcciones marcaron estilo. Se nos permitió ingresar brevemente y sin tocar nada de ella. El olor a quemado (de la brea sobre la madera) se notaba en el ambiente. En la actualidad no se utiliza para el culto religioso sino sólo como museo y para visitas turísticas culturales. 

   Luego  de todas esas experiencias paseísticas, retomamos la ruta para llegar hasta Oslo, la capital de Noruega, con 700 mil habitantes aprox. Nos sentimos casi como Heidi y más de alguna entonó "Abuelito dime tú..." cuando nos vimos rodeados de nieve en la carretera que nos conducía a Oslo. La buena cantidad de kilómetros yendo por ese blanco paisaje nos libró del tedio y nos refrescó el cuerpo. Vimos muchas casas en medio de la nieve casi finalizando la primavera. 

   Llegamos cerca de las 21 horas, agotados del largo viaje. Así y todo, la mayoría se apuntó para seguir al guía a una breve e informal visita al centro de la ciudad. No nos dio una buena impresión.Vimos mucha basura y descuido en las calles, lo que sin duda hizo subir al primer lugar a Bergen, que nos pareció preciosa. Pero ya estábamos en Oslo, la ciudad sede de la entrega del Premio Nobel de la Paz, como lo estipulara Alfred Nobel en sus disposiciones testamentarias. Esa tarde-noche, luego de visitar el moderno sector de los edificios de la Ópera (en forma de iceberg surgiendo del agua), la Biblioteca y otros, a orillas del mar 🌊, con una escultura acuática novedosa y unos locales flotantes de sauna, que luego de sudar en su interior contemplan, además de tinas refrescantes, un baño en las aguas del Fiordo si se quiere. Siendo ya las 22 horas de ese día  domingo, vimos un par de clientes del sauna lanzándose al agua helada. Luego de tener unas estupendas vistas de Oslo desde las rampas y terraza del edificio de la Ópera, paseamos un rato por la Costanera y luego, cada grupo según  como quisiera, regresó al hotel, se fue a comer o siguió recorriendo la ciudad. Con Mariana, en primer lugar, nos fuimos a un restaurante indio a comernos un plato de kebab, por valor de unos 20 € cada una, y que nos fue imposible consumirlo en su totalidad. Quedamos pochitas, a ombligo parado, así que a caminar se ha dicho, hasta cerca del Palacio Real y luego volver al hotel a la hora de Cenicientas. 

  Por último, al día siguiente, en poco más de dos horas, tuvimos una visita guiada por la ciudad y sus principales puntos de interés político, histórico y cultural, de pasada, claro. Los lugares al que más tiempo dedicamos fue al edificio en que se entrega el Premio Nobel de la Paz y al Parque de Vigeland, este último con una cantidad impresionante de esculturas. Fue inaugurado en 1942 y creado por el escultor noruego Gustav Vigeland. La cantidad de esculturas humanas, su simbología,  el material utilizado, la extensión del parque (52 hectáreas) y su distribución entre otras detalles, me hicieron recordar el Parque del Retiro de Madrid y los jardines del Palacio de Versalles. Pasadas las 11 a.m. emprendimos la partida de Oslo y nos encaminamos a otro país, SUECIA, algo más barato que la cara Noruega. Ya les comentaré cómo nos fue e irá con los suecos. Ha det, 😅



















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