domingo, 28 de mayo de 2023

De guetos y esas cosas...

 

  Varsovia en POLONIA (Polska en polaco) una ciudad de 2 millones de personas que se notan. Sólo la ciudad es más populosa que Estonia y Letonia y en su totalidad, contiene más población que todos las naciones visitadas, 38 millones aprox. Al llegar a ella se observa su vocación de gran urbe moderna. Atrás  ha quedado su pasado de hace más de medio siglo. 

   La entrada misma a este octavo país de nuestro recorrido no tuvo sorpresas. Sólo el chofer debió presentar sus credenciales. Del equipamiento de la frontera sólo se veía un edificio antiguo al pasar y un vehículo policial  estacionado. Nada más. El nombre de la primera ciudad en la que nos detuvimos, a todos nos trajo asociaciones diversas según posturas políticas,😂.  El nombre de ella era Augustów. Nos detuvimos allí y pareció mágica la cosa: habíamos retrocedido en el tiempo una hora, 😁. Ya no eran 7 las que nos separaban de Chile, sino sólo 6. A arreglar los relojes entonces. Luego, nos dirigimos con rapidez a una casa de cambio, donde debíamos cambiar de euros a zlotis, estando el cambio de 1:4,4. Con Mariana cambiamos 100 euros, para almorzar dos días, cenar si el hambre nos acuciara y comprar souvenirs u otra cosilla que se nos antojara y que no ocupara mucho espacio en la maleta.  

    Ya con los zlotis en la billetera, nos fuimos a un baño (2 zl) y luego a buscar un restaurante, donde yo pedí una 'caesar salad' con una cerveza (el vasito era de 0,5 cc, ¡uppss!). La hora avanzaba y la única garzona corría con un plato cada vez. Éramos varios del grupo que estábamos allí y nosotras habíamos llegado últimas a los comedores interiores en el subte. Cuando estábamos recién empezando a degustar nuestros platos (la ensalada estaba exquisita, las más rica que he comido; ¡Ave César!) apareció el guía. ¡"Chuata! Quedaban unos minutos para irnos. Nos señaló que comiéramos tranquilas; no éramos las únicas en la misma tesitura. Luego de tan exquisita comida, nos fuimos al bus, del que descendimos para una parada "técnica" dos horas después, con tan mala suerte que nos metimos en el local de carretera de una polaca histérica y enojona 😡. Apenas nos vio bajar mandó a poner llave a los servicios higiénicos. Nadie podía usarlos en tanto no hubiera consumido algo. Yo no fui testigo de la furia polaca, pero sí de la indignación de la compañera que recibió la diatriba. El guía consiguió la llave y luego, varios pasaron a comprar. La mala suerte es que al lado, en otro local, no había ninguna dificultad polaca para ingresar al 'toaleta'. Después de ese entuerto y de que el guía pidiera que no se generalizara la opinión, seguimos camino, llegando a nuestro hotel en Varsovia a las 18,15 hrs. ¡Estábamos frente a una gran urbe! Nos instalamos y luego, como en todas las ocasiones, salimos a conquistar Varsovia. Total, tantos ya la habían conquistado en el pasado que una más casi ni cuenta, 😂. Poniéndonos  serios, esto de las invasiones y guerras es un cuento de nunca acabar y harto triste para las víctimas civiles, sobre todo. 

  Es viernes 26 de mayo. Ya nos quedan pocos días de tour, pero seguimos vaciando la copa hasta sus heces, como dicen los poetas. Hoy nos iremos de  Varsovia no sin antes recorrer su centro histórico. Ya veremos qué sorpresa nos depara el guía y la ciudad. Nos adentraremos en su historia, para luego, después  de almuerzo, partir a Poznán. 

    El tour por la ciudad de Varsovia (o Warzsawa en polaco) fue fantástico e intenso por toda la información y los lugares visitados en bus y a pie, y por los antecedentes entregados. Con Ivonna visitamos el lugar donde iniciaba el Gueto de Varsovia, donde en la actualidad existe una especie de puerta con un listón negro sobre color plomo. Antes de la II Guerra Mundial la tercera parte de la población era judía. Cuando llegaron los alemanes y la invadieron (1939), decidieron aislarlos en un solo lugar: el Gueto de Varsovia (1940), pero en él no sólo fueron confinados los judíos locales sino muchos que trasladaron de otras localidades. Desde que se decidió aplicar la "solución final", eran llevados en trenes desde el gueto a Treblinka u otro campo, donde llegaban directo a las duchas o a los hornos para no volver a salir vivos. especialmente los niños, los ancianos y las personas enfermas. El "levantamiento" de la Resistencia Polaca en Varsovia contra los opresores se produjo 3 años después, en abril del '43. Durante casi un mes un grupo de centenares de polacos judíos adolescentes y jóvenes luchó contra los nazis siendo derrotados finalmente el 16 de mayo, casi un mes después. De ello nos habló Ivonna. Nos mostró el monumento en homenaje a la resistencia judía, que no muestra héroes, sino personas comunes en situación de sufrimiento. Esta fecha se conmemora con un minuto de silencio en todo el país. También vimos en la pared de una casa el símbolo de la Resistencia: una P que termina en la parte de abajo como un ancla ⚓ ,así como algún dintel de puerta en que se nota el efecto de los proyectiles y unos árboles en una pequeña plaza bajo los cuales están los restos humanos de víctimas del levantamiento. Se optó por dejarlos allí, nos contó la guía. De todo esto ya ha transcurrido 80 años. Fue emotivo el tour, pero no fue lo único que vimos. Llegamos al Palacio Real (en tiempo libre ingresamos a su patio), observamos parte de la muralla asociada al palacio (restos de ella), ingresamos al Parque donde se erige, como monumento central, la estatua de Frédéric Chopin, cuya obra fue prohibida por los invasores. La guía nos habló del esfuerzo de reconstrucción de la ciudad que quedó destrozada después de la guerra y los esfuerzos por recuperar la memoria, entre otras medidas, a través de la reconstrucción exacta de los edificios destruidos, basándose en fotografías, pinturas y registros escritos. 

    Una vez quedamos en libertad de acción para juntarnos un par de horas después en la Columna de Segismundo III, ubicada en la Plaza del Castillo, frente al Palacio Real, nos fuimos a visitar y fotografiar algunos lugares recomendados. En la Plaza del barrio viejo de Varsovia fotografiamos a la Sirenita (esta vez preparada para defender la plaza), fuimos a un Mirador a observar desde lejos el Río Vístula, que baja de los Montes Cárpatos, pasa por toda Polonia y desemboca en el Mar Báltico. Poco vimos de él desde las alturas, pero es uno de los principales cauces fluviales de Europa Oriental, me sopla Google,😁.¡Ah! Y también, obvio, fuimos a examinar los locales de souvenirs. Fue allí donde a mi amiga "se le pasó la olla" con las compras, como dicen los españoles. Bueno, nunca tanto, pues habíamos cambiado sólo 100 € a zlotis. A mí me quedaba dinero, así que le facilité lo que requería. Cuento esto no porque quiera blanquear mi imagen,😁, sino porque los apuros en que nos vimos después fueron divertidos.
   Terminada la compra nos vimos enfrentadas a un problema de sobrevivencia: almorzar o comer algo con lo poco que nos quedaba de moneda local, pues euros sólo aceptaban algunos y no era tiempo de andar haciendo una encuesta para ver quién  sí  y quién no. Contamos nuestro dinerillo y nos quedaban, entre billetes y calderilla, el equivalente a 12 eurillos en zlotis. Necesitábamos ir al baño, así que obligadas a buscar un local donde hacer aquella tremenda inversión. Lo encontramos: pedimos 2 capuchinos y un trozo de pastel, el que dividimos como corresponde. Total, 44 zlotis. ¡Salvadas de la inanición y de la vergüenza pública! Había otros viajeros del tour en el local. La joven que nos atendió no contabilizó el dinero que puse en el canastillo, así que le dije que si faltaba pagaban los compañeros,😂.Ella no entendió pero los compañeros sí.     

    En el tiempo restante, entramos a la Catedral, ¡hermosa! Prendí una velita por mi hermano Ernesto (¡te recuerdo hermano!; echo de menos nuestras conversaciones telefónicas). Luego fuimos al Palacio Real, donde, al parecer, no se enteraron de nuestra presencia, y de allí, a una feria artesanal y ya copamos nuestro tiempo. Desde el bus nos despedimos de Varsovia para dirigirnos a Poznán, en la mitad de nuestro camino a ALEMANIA. En Poznán nada extraordinario de ver. Llegamos pasadas las 19 horas y luego, a las 20, salimos a conocer lugares para comer y comprar. Logramos cambiar 70€, nos repartimos el cambio y en un local de souvenirs que encontramos abierto en el paseo peatonal principal, logramos comprar lo faltante. Luego buscamos y buscamos un establecimiento donde servirnos una buena cena, pero no tuvimos suerte. Sólo hamburguesas, kebab, bares. Se hacía de noche y los jóvenes 'poznianos' parecían andar con muchas ganas de farra. Bebiendo, hablando a gritos, uno, francamente ebrio vociferando y varios con aspecto de flaites. Regresamos al hotel a un par de cuadras y allí pedimos un sándwich-baguette que compartimos, un trozo de kucken y sendas copas vino tinto, que fue lo más caro del pedido. En total, 120 zl. -casi 40 €-. 

    Al otro día, antes de subir al bus, me fui veloz al paseo peatonal a buscar algún local abierto, para invertir los zlotis sobrantes, pues en Alemania ya no nos servirían. Aún faltaba para las 8,30 hrs. Busqué y nada, sólo 'restaurancja'. Por allí, en un piso -1, encontré un supermercado Carrefour que abría a las 8,30. Esperé y, como loca, 😂, entré  a comprar unas bolsas de chicles. Calculé mal, estaban en oferta así que seguía quedando dinero. Ya era tarde. Nos despedimos de POLONIA más tarde de lo que pensábamos. Así que tuvimos una "parada técnica" aún en suelo polaco. Otros chicles y unos jugos, con unos zlotis que me pasó otra compañera, María, porque ya había comprado y no quería conservarlos. ¡Bien, 👏! De allí al cruce de fronteras, que sucedió  sin penas ni glorias, ya faltaba lo menos. 

   A las 12,45 estuvimos en las afueras del hotel, aledaño a uno de los símbolos de ALEMANIA (Deutschland), la Torre de Televisión, al inicio de la Alexanderplatz. ¡Absolutamente  centrales! Allí estaríamos 3 noches, sueltas en Berlín, para, desde allí, el martes próximo, emprender el regreso a nuestro país. ¡Qué  descanso!: por la ubicación, el tiempo de estadía en un sólo lugar, la vuelta al euro y, por último, el pronto regreso a ¡Chi Chi Chi le le lé!

  [Abro paréntesis:  uno de los problemas de convivencia que se ha ido notando en el grupo con el paso de los días es imponer los intereses personales sobre los colectivos. Yo también suelo hacerlo, así de qué me quejo pero hay situaciones y situaciones. El bus tiene 50 asientos para 42 pasajeros, contando los guías permanentes. Por lo tanto, quedan asientos disponibles. El problema es que, a medida que el viaje se ha ido desarrollando, hay personas, parejas o grupos que un poco más y han puesto una bandera avisando que hay una toma. Algunos empiezan a ocupar dos asientos en lugar de uno y, en las mañanas, antes de iniciar cada viaje, se produce la carrera soterrada por "ganar" asientos. En una ocasión en que nosotros nos fuimos bastante atrás no nos gustó el ambiente  (mucho chacoteo que impedía escuchar al guía), así que optamos por el sector del medio. Pero hoy perdimos la partida y el único asiento para dos disponible estaba casi en la última corrida. Entonces, nos vimos en la situación de tener que escuchar a "la Abuela", con su voz rota y quebrada por el consumo excesivo de cigarrillo, por 40 minutos, es decir, hasta que se cansó y le dio sueño. A nosotras no nos interesaba su vida personal, sus hijos, nietos, herencia, lo buena gente que es, pero debimos resignarnos cristianamente. Bueno, ni tanto, porque mezcla de ángel y demonio 😈somos (más cargadas a demonios). Ante el blablablá de la Abuela (que no hablaba con nosotros, pero todos los que estaban cerca se veían obligados a escuchar porque no habla en voz baja) nos mirábamos y hacíamos gestos. Si nos hubiéramos puesto a pelar allí mismo más de alguien podría habernos escuchado. ¡Qué hipocresía la nuestra!😂Llegamos a elaborar la teoría que estábamos siendo castigadas por maliciosas, 😁.Cierro paréntesis]. Hasta pronto



jueves, 25 de mayo de 2023

Lituania: presente y pasado...

 

   Ya ha amanecido...hace rato. Me costó levantarme pero lo hice. Esta vez, a mi compañera le tocaba levantarse primero. Nos hemos organizado bien, día por medio lo hace cada una. Así la fiesta se lleva en paz y cero roces, que no son gratos en estos viajes. Además, yo hago el esfuerzo de actuar civilizadamente en un 95%, creo. Son pasadas las 7 hrs. Llegan ruidos de vida a través de la ventana abierta del balcón: de vehículos, pajaritos, cuervos. Claro, ya sé que los cuervos también son plumíferos, pero yo le cambiaría la categoría, llamándoles 'pajarracos'. Es más ad hoc y no creo que ellos se ofendan, 😂.

   [Abro paréntesis: no me he olvidado de confidenciarles los detalles sabrosos de la insidia, 😅. Pero es bueno dosificar. Ya les hablé de algunos personajes. Esta vez les contaré de otros. Por ejemplo, del Señor Desaseado (por no decirle el "viejo cochino"). Es un individuo que no ha podido "caernos" bien a ninguna de las dos y a varios más. Viste la misma ropa todos los días y exige trato especial porque usa un bastón. Lo digo porque nos parece que se aprovecha de la primacía de lo políticamente correcto. Viaja con su señora o pareja, una simpática mujer, buenamoza y rubia. En cambio, él, ¡puaj!, ni regalado. En fin, cada cual con su cada cual, su mala suerte, su karma...o lo que se merece. Ya sabemos que en cosas de matrimonios o parejas, difícil es conocer la verdad, pero queramos o no, los gestos comunican, 😉. A la Sra. se le ve bastante más alegre y relajada cuando anda sola y ha tenido que dejar "estacionado" al susodicho,😂. También le "tenimos" a un 'príncipe' Williams en el grupo, para no ser menos. Un señor de más de cincuenta años, un tanto curioso por decir lo menos. Viaja con su hermana, ella, una dama canosa, con sus viajes en el cuerpo, elegante, discreta. Ni recuerdo cómo se llama. Bueno, ni tan discreta, pues con mis propios oídos, estando sentada cerca, sin querer queriendo, le escuché decir que cuando se separó el único hermano que la apoyó fue el príncipe y por ello lo invitó y le pagó el viaje. A este buen hombre al parecer le faltan unas teclas p'al piano (iba a usar "palos p'al puente" pero "sonaba" menos elegante,😅). ¿A qué se debe nuestra apreciación? A que, en ocasiones de alguna salida, se ha presentado con ropa inusitada, como si fuera a jugar un partido de fútbol o en tenida de playa. Un día apareció con pantalones cortos, polera deportiva y un par de parches blancos bien vistosos en una rodilla. Lo miramos y pensamos "¿¡qué onda¡? Se veía desubicado. Observamos otras rarezas similares y llegamos a la conclusión de que 'normalito normalito' no es. A veces anda reconcentrado y silencioso; otras, le da por imitar al guía español y saca risas de sus cercanos. Pero un día lo vi furibundo; fue cuando iniciamos el viaje por el Fiordo de los Sueños en Noruega. Las gaviotas volaban sobre nosotros y casi nos picoteaban y agarraban a aletazos. El guía inmediatamente nos avisó que nadie debía lanzarles comida. Mi compañera estaba asustada con la agresividad de las aves; ya se veía en una película de Hitchcock, siendo devorada por los pájaros. Las palomas siguieron, perdón, las gaviotas, 😂, y esta vez subió el Capitán para señalar lo mismo. Luego vi al príncipe indignado, diciéndole a su hermana: ¡Y qué! ¿Me van a echar del barco acaso? ¡Qué se creen! Y otras lindezas que prefiero no transcribir. Así que quedó clarito que algo de ajuste le falta. Y, por último en esta ocasión, le tenimos a Morticia (bautizada Teresa; bueno, no sé si la bautizaron). Es una de las más provectas (¡miren quién habla,😂!) según se lo escuché a ella misma. Es alta, bien delgada, morena con rasgos andinos, cabello muy largo, liso, negro y suelto al viento y a la brisa, 😁, ojos oscuros, rasgados y bien pintados. Trata de ser la primera siempre en las fotos, en el baño, habla fuerte, apura a las que pasan al inodoro si no ha sido la primera tocándoles la puerta, se ríe destempladamente y mete la cuchara en todo, como casi todas, 😂. Sólo unas pocas son discretas y menos extrovertidas. Esta buena mujer viaja con su hijo, un joven de 33 años (por ahí se lo escuché), alto, flaco, aceitunado de piel, el primero en casi todo (fotos, poses, bañarse en el mar Báltico y grabarse, obvio), pero es simpático, saluda a todos, comparte sus fotos, ayuda si se lo piden. Se llama Percy (nombre literario, apócope de Percival). Dejaré otras confidencias para la próxima vez. Cierro paréntesis].

   Abandonamos Jūrmala y luego Riga a las 8,30. Teníamos bastante por delante ese día, por lo que lo programado no permitía demoras ni otras actividades. Luego de un lento paso por Riga producto de los atascos habituales de cada mañana, tomamos el camino hacia LITUANIA o Lietuvos Respublika  el tercer y último  país Báltico, aunque con la mayor población de los tres (casi tres millones de habitantes). Casi no nos dimos cuenta cuando cruzamos la frontera, pues, como sucede con los integrantes de la Unión Europea que pertenecen al llamado 'Espacio Schengen', se eliminan los controles fronterizos, lo que facilita y disminuye los tiempos de viaje. ¡Por suerte! Cambiamos de bandera, entonces, y comenzamos a ver algunas colinas, mientras los campos se vestían de verde y amarillo (debido a la siembra de raps estos últimos). Muchos árboles también aparecían en la ruta, abedules, robles y pinos principalmente. En general, ésta ha sido la tónica, a excepción  de Noruega, cuya cantidad de montañas, islas, lagos y fiordos cambian el relieve con respecto a los demás países recorridos.  

   Como a las 11 de la mañana hicimos una parada, en un lugar muy especial, a 12 kilómetros  de la ciudad Siauliai, en el Santuario de la Colina de las Cruces. No se sabe con exactitud cómo se inició este peregrinaje. Una de las hipótesis plantea que el sector puede haber sido un lugar de culto pagano y las cruces comenzaron a ser instaladas para terminar con ese significado. Durante el dominio soviético se intentó terminar con el Santuario, pero con resultados negativos. El año 2006 ya se hablaba de 200 mil cruces; quizás cuántas hay en la actualidad, pero son muchísimas. Impresiona ver tanta muestra de fe, desde distintos lugares, con diferentes tamaños, diseños y material. Incluso el Papa Juan Pablo II visitó el Santuario el año 1993. 

    Próxima detención: Restaurante en ruta, con almuerzo incluido y servido en la terraza del segundo piso.Teníamos un espectacular día en lo climático. Desde allí mismo se veía, majestuoso y rodeado por el lago Galvé, el Castillo de Trakai, bellísimo. Bueno, la cuestión es que almorzamos antes de visitar al Sr. del castillo. El almuerzo, bastante rico. Verduras, pollo, puré, panacota de postre y té o café ,gentileza de Travel Express (con lo que nosotros pagamos, 😂). Personalmente amenicé mi almuerzo solicitando una copa de vino rosso, 🍷("copa" es un decir nada más, porque tenía más continente que contenido). A pesar de cuasi-sequía enológica, estaba de mascarlo, 😉. Cabe señalar que resultamos los premiados en la distribución de mesas. Era la mesa "de los que sobran", 😁. Nadie nos guardó asiento y nadie nos invitó a la suya. Llegamos al final pues estábamos en la cola del baño. Así que completamos mesa con los demás no-sindicalizados, 🙈. Y justo nos tocó con el "viejo cochino" y su mujer, el cura y la que dice ser periodista (seguramente lo es). ¡Nada que hacerle! Es el costo de los parias, 😂. Terminado el almuerzo, fui a pagar mi "enorme" consumo de vino. ¡Me cobraron 9 € por ese pichintún! Claro que los pagué y recibí la boleta sin fijarme. Cuando ya partía el bus, frente a la pregunta, conté lo que me había salido la gracia (en Chile, precio oferta Unimarc, por esa cantidad una puede obtener 6 botellas de Sta.Rita). Y alguien responde: "¡Pero si la Naty pagó 4,5 €! ¡Uppss! Miro la boleta y decía  2 wine. Ya íbamos partiendo. Hice parar el bus y el guía chileno me acompañó,. Él sabe hablar inglés. Me devolvieron la mitad, de mala gana. Pero me quedé con la duda: al parecer era un wine doble, así como a veces piden un whisky doble en las películas. En todo caso, si hubiera sido así debieran habérmelo comunicado, no recuerdo que lo hicieran y si así sucedió no lo entendí,😓.   

  Con mis piticlines de regreso nos fuimos al castillo. Balneario, botes, yates, puestos de souvenirs, restaurantes y dos puentes para llegar a la isla en que fue asentado el castillo por orden del Duque de Lituania Kęstutis, ahora museo. Recorrimos las diversas habitaciones, subimos por las escaleras que nos llevaban a los pasillos exteriores de cada construcción y desde la altura podíamos apreciar algo de la extraordinaria obra dado los adelantos de esos tiempos. El Castillo de Lituania data de la segunda mitad del siglo XIV en su mayor parte. Su estilo es gótico con características románicas. Contenía fosos y puentes levadizos. Terminada esta visita no podíamos dejar sin ganar un tanto a los vendedores de souvenirs. Allí nos "pegamos" un rato y luego, de nuevo, seguimos el camino hacia nuestro destino. Demoramos en llegar y el trayecto se nos hizo largo por el calor del día, que luego se transformó en frío cuando subieron mucho la ventilación del bus. En fin, mañosas por el cansancio acumulado. 

  Llegamos a Vilnius o Vilna, capital de  LITUANIA. El asombro se dejó sentir cuando íbamos llegando al sector de nuestro hotel. El cauce de un río canalizado separaba la ciudad, que varios puentes se encargaban de unir. Y lo más impresionante fue que en el sector aledaño al paseo fluvial, en altura ascendente, había una gran extensión de prado por un lado, arena, por otro. En el prado descansaba mucha gente, familias enteras, jóvenes en grupo, gente sola, mientras en el mismo sector pero al otro costado del puente, muchos deportistas de ambos sexos practicaban voleibol, fútbol, básquetbol. Tampoco podía faltar la cancha de skate para los fanáticos de aquello. Toda el área se completaba con el paseo superior para viandantes, ciclistas,  scooters. Nunca había visto tantos adultos y niños usando scooters, casi a la par que las bicicletas. Y, como guinda de la torta, árboles y parques por doquier. Desde el lado del casco histórico que fue por donde ingresamos al cruzar el puente parecía que estábamos ingresando a Nueva York, edificios muy altos y modernos, uno de ellos, nuestro hotel, de la cadena Radisson Blu.

  Apenas quedamos instaladas, bajamos para tener un baño de calle. Primero nos fuimos al  centro comercial a unos pasos de nuestro alojamiento, a examinar los productos 😁. Nada interesante o algunos pero muy costosos. El resto, restaurantes, cafeterías, comida rápida. Después, a caminar por el boulevar en dirección al puente, donde además de cafés nos encontramos con un pequeño supermercado 24 horas. Ingresamos con tarjeta, elegimos jugos y después los dejamos, pues se pagaba con tarjeta. Nada qué hacer. Los precios eran buenos  pero el sistema no se ajustaba a nuestro estilo en el extranjero. Yo, cero tarjeta fuera de Chile. Sin logros a nuestro haber, nos dispusimos a ver la puesta del sol desde el puente. Algunas nubecillas impidieron belleza panorámica nivel Dios, pero era aceptable a escala humana. Eran las 21,30, hora de recogerse  a nuestros aposentos.   

   Al día  siguiente, a las 9 hrs. ya estábamos  arriba del bus para emprender el recorrido del centro histórico. Lo hicimos a cargo de un guía  local  llamado Andrés. Al llegar a la única puerta conservada hasta hoy de lo que fue la muralla defensiva de la ciudad, la Puerta de la Aurora, continuamos el tour a pie. Entre subidas y bajadas en estrechas calles adoquinadas, fuimos tomando conocimiento y contacto con varios edificios de la diversidad religiosa existente en el país, aunque predomina el credo católico por sobre los otros (77%). Vimos templos católicos, ortodoxos, luteranos y hasta judíos, con sus distintos estilos (románico, barroco, gótico y también mezclas). En un templo ortodoxo al que bajamos a la cripta nos encontramos con una bella ceremonia cantada, que nos erizó los pelos. Las voces eran preciosas y los que cantaban eran dirigidos en las oraciones y cantos por un par de sacerdotes.  En uno de las iglesias católicas encendí una velita por mis queridos deudos. 

   Hermoso el centro histórico de Vilnius o Vilna, capital de LITUANIA. Vimos el inicio del barrio judío, una lámina en homenaje a las víctimas caídas en la guerra, llegamos hasta algunas dependencias universitarias, a unos pasos del Ayuntamiento y su plaza, así como del Palacio Presidencial. En todos aquellos edificios, flameaban conjuntamente la bandera lituana, la de la Unión Europea, la de Vilnius y la de Ucrania, como sucede en todos los países bálticos y los otros que hemos visitado. Terminamos el tour en el sector de la Catedral, una espectacular construcción con su campanario separado de la Catedral misma. Allí nos separamos y por grupos partimos de shopping y demases. Nosotras comenzamos visitando varias tiendas. Por allí vi unos zapatos que me gustaron y quedé de pasarlos a buscar a la vuelta si no encontraba otros. Buscamos como desesperadas locales de 'suvenyrai" y no logramos dar en el blanco. En el intertanto, mi compañera acusaba signos de cansancio y fatiga, tanto así que ni siquiera deseaba almorzar. Así que la acompañé al hotel y volví a salir. Eran recién  las 14,30 hrs. Y teníamos toda la tarde libre, había que aprovecharla, aunque quedara con las patas en la mano. Siguiendo el recorrido del bus y reconociendo lugares, logré llegar a la Catedral y cerca de allí, di con un restaurante  que tenía unos 4 comensales. ¡Esta es la mía!, me dije. Y claro, tuve toda la razón. Almorcé un rico salmón grillado con arroz y ensalada. Tenía calor y allí no tenían wine, sino beer. Así que solicité la que me tincó: una "bock Madona". Cuando tuve la cerveza abierta en la mesa, me di cuenta de la gradación y del tamaño, 😱. Me la sirvieron a temperatura natural por lo que debí pedir hielo y la cosa se arregló. Rica la cerveza, aunque casi me noquea, 🍺.La comida estuvo bien rica y sólo gasté 11,5 €. Lo mismo (gaseosa en lugar de cerveza) me salió por la módica suma de 44 € en Bergen, Noruega. ¡Vaya diferencia!

   Caminé mucho ayer tarde (28 kms.) hasta que encontré los locales de souvenir, entré a otro templo en que estaban en un servicio cantado muy hermoso (sólo unos breves instantes), fui al Bastión de la Muralla Defensiva, hoy Museo, en que había actividades para niños. Finalmente, me compré los zapatos y luego de una reparadora ducha, salimos a ver la puesta de sol con Mariana, que ya se sentía  repuesta. 

  Pensaba terminar esta historia ayer noche, pero el cansancio y sueño me lo hizo imposible. En todo caso fue lo mejor. Faltaba algo muy importante que ver en LITUANIA, un lugar en el camino que emprendimos hoy a POLONIA. Este lugar se denomina "Grutas Park", conocido como "El mundo de Stalin". Es un parque que combina y equilibra lo oscuro del régimen comunista soviético con especímenes de un parque zoológico. Los lituanos, al recuperar su independencia en los años 90-91, en lugar de destruir las estatuas y monumentos del período soviético, desmantelaron todo aquello y lo llevaron a este lugar, conjuntándolo con un zoo para aligerar la carga simbólica, aunque no se pueda lograr completamente. Nos encontramos con vehículos de guerra y de trabajo, un par de máquinas de ferrocarril donde eran trasladados sus prisioneros (judíos y lituanos) muchos de ellos deportados a campos de concentración cercanos o a Siberia y 86 estatuas de aquella época. La idea de los lituanos es no olvidar la historia. Cuando recorrimos el Parque, a un ritmo de persecución, no pudimos no quedar impresionados por la cantidad, el tamaño y el culto a la personalidad de Lenin, Stalin y otros camaradas cercanos. En algunas fotos posamos al pie de las estatuas, para que esto sirviera de referencia a la altura. Es cierto que no somos muy grandes que digamos, pero creo que, a lo menos, algunas medían unos 6 metros de altura. De los animales no me preocupé mucho (quiero decir, de los caprinos, marsupiales, cisnes, etc.), preferí enfocarme en los de piedra y bronce. ¡Fuerte encontrón con una realidad dolorosa que les tocó vivir a los lituanos y de la que no están exentos en la actualidad, siendo vecinos de Bielorrusia, país partidario de Rusia, además de tener a poca distancia el enclave estratégico de Kaliningrado. Precisamente hoy día había aumentado la cantidad de militares alojados en el mismo hotel que nosotros: a los alemanes que vimos ayer, se habían agregado hoy franceses e italianos. No habíamos visto un movimiento así, lo que no dejó de preocuparnos, pensando en lo cerca que estábamos de la frontera con el amigo de sus amigos. 

   Me gustó  mucho lo que conocimos de LITUANIA: su paisaje verde-amarello, sus abundantes y exuberantes  bosques, la amabilidad de la gente, la preocupación por una vida tranquila y sana en medio de la ciudad, el rescate y no olvido de su historia. Seguramente hay muchos aspectos que destacar, pero me quedo con éstos para no alargar el relato. Buenas noches por acá.  Hasta pronto. 

lunes, 22 de mayo de 2023

Castillos, palacios y playa...

 

  Jūrmala (=playa) es el balneario letón por excelencia a orillas del Báltico, en el Golfo de Riga, la capital de LETONIA o Latvijas Republika. Allí llegamos el domingo 21, luego de un entretenido viaje desde Tallinn, ESTONIA, otra de las naciones bálticas visitadas, ex República Socialista Soviética. Pero no nos adelantemos,  piano piano..., que falta narrar la verde historia del camino a Riga.
  Después de salir de Tallinn y pasar por Pärnu, y de refrescarnos metafóricamente con los verdes bosques bálticos a orillas de una carretera llana, salimos de Estonia e ingresamos a LETONIA. Nos resultó algo cómico el gentilicio 'letón', con un ligero parecido paronímico a "lechón", pero imagino que será cosa de acostumbrarse. Peores cosas se han visto en la vida, ¿verdad?😂. A las 13 horas, gran sorpresa gran: almuerzo incluido y servido en un restaurante letón en medio de la carretera letona, a orillas de una laguna con patos, ranas, lotos y juncos, todos letones. Un bonito local, muy ad hoc arquitectónicamente con su entorno. Los garzones, unos efebos altos y espigados, al igual que los que vimos en Estonia y, por acá, en Jūrmala. Entrante con verduras y trozos de pescado, principal de fetuccini con pollo grillado  -rico-, postre delicioso,  para terminar con un "cafelito" bien amargo 😖, al que completamos con agua, ante el pesar de los anfitriones, pero es que resulta intomable para nuestro gusto. Yo acompañé mi comida con una copa de vino de 5 €. Otros prefirieron cerveza, bebida o agua, los más sanos (y esto último,  gratis,  😂).

   De este lugarcillo nos fuimos hasta Turaida y su castillo, hasta donde subimos pasando por un parque precioso, con árboles casi gigantescos, prados, esculturas, una Iglesia medieval hasta llegar a las construcciones castellanas (o castillescas, como prefiráis). El Castillo de Turaida se ve muy nuevo para tener tantos años (desde 1214); lo que sucede es que fue repuesto en ladrillo rojo luego de un incendio. La mayoría de nosotros se atrevió a subir los 190 escalones de la torre, para tener el privilegio de observar el bosque báltico. ¡Hermosísimo! De allí seguimos avanzando hacia Riga, la capital del reino, pasando por Sigulda, una pequeña ciudad, muy limpia y ecológica,  pues las construcciones se veían tras y entre  árboles. ¡Por fin! Llegamos a Riga. 👏👏 .¡Ya estábamos ansiosos por bajarnos del bus! Sin embargo, por más de media hora anduvimos a lo largo de la ciudad (o a lo ancho, no lo sé) y nada que había anuncios de llegada al hotel. La verdad, la mayor parte de Riga que vi tras la ventana del bus no me gustó. Muchos edificios antiguos (de 4 ó 5 plantas) con abundantes grafitis en sus paredes. Se veía desaseo y pobreza, que desapareció al llegar al centro. Luego vino la explicación: en ese sector se ubicaban mayoritariamente las construcciones de tiempos de la Letonia Soviética. ¡Triste realidad!  

   Para nuestra sorpresa, no pernoctamos en Riga, sino en una ciudad cercana llamada como lo mencioné al comienzo: Jūrmala. El hotel, excelente, con derecho a usar el Spa y la piscina. Lástima que no eché  en la maleta mi bikini,😂.  Para otra vez será,  pero como no hay mal que por bien no venga, el tiempo del resto del día de ayer lo ocupamos en ir a la playa, que quedaba a 150 metros. Extensísima, de arena blanca, amplia y con el suave oleaje del mar Báltico en esta zona. Tampoco me bañé pero hoy me mojé las patitas,😅. Fue un disfrute caminar por la playa y observar la puesta de sol. ¡Hermoso realmente! 

   Hoy día fuimos de recorrido turístico por la ciudad de Riga, con la voz cantante de una guía local excelente. Es la ciudad más poblada de las naciones bálticas. Tiene 700 mil habitantes aproximadamente.  Al igual  que Estonia, LETONIA sufrió una situación compleja: a fines de la I Guerra Mundial obtuvo su independencia, que la perdió durante la II Guerra Mundial, a manos de los soviéticos, luego alemanes y nuevamente soviéticos. Sólo en 1990-91, obtiene y se le reconoce su Independencia por segunda vez, con la diferencia que ahora es parte de la Unión  Europea y de la OTAN, lo que es relevante teniendo como vecinos a los rusos. Carecen de un sentimiento pro-ruso; al contrario, no los quieren mucho. El monumento de Stalin y otros existentes de su pasado soviético han sido derribados. El último que quedaba se derribó el año 2022, después del inicio de la guerra de Rusia contra Ucrania. Cabe señalar que en todos los edificios en que se erige la bandera de Letonia, también está la de Ucrania. 

   Recorrimos el centro histórico adoquinado de Riga alrededor de 3 horas con la guía, quien fue explicando y mostrando los edificios y lugares emblemáticos, como se diría en nuestro país. Vimos las 3 catedrales: la ortodoxa, la protestante y la católica, todas con un gallo🐔 en la aguja del campanario, símbolo de vigilancia, de estar atentos. Aún cuando se utilizaron inicialmente como veletas, el Protestantismo lo tomó como símbolo propio y lo ubica en cada uno de sus templos, pero en Riga, todos coinciden en la 'figurita'. En cada plaza o plazuela aparecía una figura peculiar: un erizo de ojos azules, la mascota del Campeonato Internacional de Hockey, así que el evento le agrega su cuota de aire de fiesta a la ciudad, que se advierte en el sector céntrico. Luego de observar algunos elementos existentes de lo que fue la ciudad amurallada de Riga, de conocer el hermoso Parque de las lilas, el Paseo y Monumento de la Libertad, la Plaza del Ayuntamiento y otros, se nos dio tiempo libre. ¡Uff! ¡Ya era hora! Con Mariana nos dedicamos con desespero y rapidez a entrar a los locales de 'Suveniri' (así se anunciaba en los letreros) para luego almorzar en el Lido, un restaurante de autoservicio y bastante económico. Yo me serví un anticucho contundente de pollo con papas rústicas  y una Coca-cola y pagué 7,5 €. ¡Una ganga por acá! Terminada la comida a pasear otro poco entre adoquines, pues a las 15 hrs. debíamos subirnos al bus, ya que iríamos de viaje por una hora para visitar un palacio.

  [Abro paréntesis: La gran sorpresa que tuvimos esta mañana fue que, al ir en nuestro recorrido y detenernos en un sector del centro antiguo, nos encontramos con un señor que tocaba un trombón y era aplaudido por un grupo de turistas. Nos detuvimos nosotros mientras la guía nos daba una explicación y de pronto nos quedamos estupefactos: el señor, ayudado de otra persona, comenzó a interpretar la música de nuestra Canción Nacional. ¡No lo podíamos creer! Obviamente cantamos el himno y luego le colaboramos, razón por la cual, obviamente, realiza esta actividad. Fue un lindo momento. Cierro paréntesis].

  El Palacio Barroco de Rundale, construido por los duques de Curlandia durante el siglo XVIII, de estilo barroco y rococó, está transformado en la actualidad en un museo. Tanto el edificio como sus hermosos y cuidados jardines no dejan de recordarnos a Versalles. En esta ocasión (no creo que tenga otra en mi caso; aún me falta mucho por conocer y recorrer como para repetirme) sólo visitamos el interior del Palacio con sus numerosas salitas, salas y salones, ornamentados con lámparas de cristal, pinturas, muebles, enormes y hermosos calefactores, etc. Los bellos jardines los vimos a través  de las ventanas. El tiempo nos acompañó, incluso hacía calor, lo que nos llevó a un estado de modorra total en el camino de regreso al hotel.  

  Ya de vuelta en el alojamiento, desocupamos las mochilas, nos cambiamos de calzado y partimos a caminar a la playa, pasando en el trayecto a tomar en tremendo café en una pequeña y agradable cafetería. Luego, a caminar por la orilla de la playa, mientras el sol se despedía de nosotros con algunas nubes. Así y todo, la caminata, la brisa y la temperatura ya algo más baja, nos ofreció la oportunidad de descansar la vista y el oído, momentos que aprovechamos para obtener unas instantáneas dignas de concurso, 😂.  

   Mañana temprano nos vamos de este pequeño país de casi 2 millones de habitantes, para visitar a la tercera nación báltica. Almorzaremos en la ruta y, además de visitar algunos lugares de interés en el trayecto, llegaremos en la tarde a la ciudad de Vilnius, en LITUANIA.Ya compartiré con ustedes las peripecias y algunas copuchas, 😂,dignas de ser contadas. Hasta pronto.

  P.S. olvidaba contar algo que me ha llamado la atención en esta ciudad: la abundante presencia de cuervos. Sus graznidos inconfundibles no me resultan muy gratos al oído que digamos. Creo que se debe más a la mala fama literaria y legendaria que a la realidad. En fin, curiosidades...No he investigado más al respecto,  así  que sólo menciono la situación.  







domingo, 21 de mayo de 2023

Donde el diablo perdió el poncho...

  

  Algo así podría decirse del lugar donde llegamos, el quinto país a nuestro haber. No se trata que haya diábiolos tras cada esquina, buscando su poncho,😂.¡Nones! Simplemente sucede que, para la mayoría, esto de hablar de ESTONIA, LETONIA y LITUANIA resultaba como escuchar los nombres de tres hermanas feas o lugares un tanto extraños, para merecer, al menos, una arriscada de nariz. El prejuicio y la ignorancia no dejan de cobrar víctimas, por suerte, en este caso, sin efectos colaterales ni daños a terceros. Así que es mejor que el diablo se quede en el Infierno, que acá bien estamos sin él, suficiente con Putin.  

  [Entre paréntesis: fuera de la Embajada Rusa en Tallinn debieron poner vallas papales, a las que los manifestantes estonios y algún otro no-estonio, han adherido una serie de pancartas y mensajes para Putin y su guerra, con dibujos y palabras muy expresivas, por decir lo menos. No quieren nada con los rusos, después de haber vivido bajo su égida, por períodos intermitentes. Suecos, daneses, rusos, alemanes y, por último, nuevamente los rusos hasta que la Perestroika les permitió luchar, de nuevo, por la Independencia, esta vez con resultados positivos y definitivos,...hasta ahora. Por eso, Míster Putin no les simpatiza, porque no cuesta nada que los pueda invadir y anexionar mediante una "operación especial". Cierre de paréntesis].

  Anuncié en el escrito anterior que al ir arribando a Tallinn, ESTONIA (o Eesti)ya se anunciaba, a través de los campanarios apuntando al cielo y sobresaliendo de los techos más pedestres, que esta nueva ciudad prometía. ¡Y claro que así fue! Llegamos como a las 18 horas, en pleno día primaveral, sólo a unas cuadras de la zona céntrica. El hotel al que llegamos, un Raddisson Blu, alcanzaba unos 30 pisos. Nosotras, las siamesas, quedamos en el 21, pero con un pequeño detalle: nuevamente cama matrimonial, ¡qué engorro! Nos instalamos e inmediatamente bajé por el ascensor, obvio, y me encontré con 4 habitaciones más con el mismo problemilla. Alegatos iban y venían; yo, ni ahí, porque sabía que habrían de encontrar alguna solución así qué para qué hacerme y hacernos mala sangre. Esta vez, muy contrita, la encargada nos pidió mil disculpas, se comprometió a agregar una cama más angosta en la amplia habitación por esa noche (no había habitaciones disponibles para cambiarnos) y al día siguiente (nos quedábamos 2 noches allí) nos podríamos cambiar a otra. Para aminorar las molestias, nos entregaron un vale a cada persona afectada, el que podía  ser ocupado graciosamente en el bar del hotel. ¡Bravo! nos dijimos, a 🐎  regalado ...

 [Otro paréntesis: más  arriba me referí a nosotras como "las siamesas", 😁.¡Soy tan bromista! Resulta que con mi compañera, también profe, jovenzuela y baja de estatura como yo, hicimos un tan buen dúo que, cuando nos empezaron los demás a preguntar de dónde éramos y si nos conocíamos, se me ocurrió responder que éramos siamesas separadas al nacer y que aquí nos habíamos encontrado, 😂. Algunos quedaron con la duda, así que lo seguí diciendo y ahora ya nos conocen por "las siamesas", 😁. Asimismo, como nos llevamos bien y andamos juntas por todos lados, los del grupo pensaban que éramos amigas desde antes. ¡Qué  cosas, no! Para qué les cuento la cantidad de apodos que otros y nosotras -para qué estamos con cosas- hemos asignado. Están, por ejemplo, la Caperucita Roja, una venerable Sra. de sus 79 años que viste mayoritariamente de un largo abrigo rojo y sombrero; hoy andaba de chaqueta y sombrero verde, así que deberíamos llamarle Caperucita Verde. Está "la Abuela", que tose y tose y tiene una voz enronquecida por el consumo de cigarrillos. No es pariente ni conocida de la Giles, que yo sepa. La llamamos así porque viaja con su nieto, "el Nachito", un millennials que debe andar preocupado de su parienta, que de pronto se le arranca, deja su cartera en cualquier parte, anda desesperada pidiendo toilette, se pega sus cuantos guaripolazos (lo afirmo porque las fotografías que suelen llegar al WhatsApp grupal lo confirman) y sigue tan chicha fresca. Está el Cura Catapilco, Pastor o Reverendo, quien ya en el aeropuerto, al salir de Chile, dijo, a quien quisiera oírle, que había estudiado pa'cura, pero lo había dejado. Es un sibarita este pecador arrepentido, fanático de las paltas con limón (donde anda compra paltas), come como sabañón: con Mariana le "tenimos" sacada la foto. Cada desayuno junta varias rebanadas de pan, las unta con diversos untos, 😂, las ordena en una ruma bien organizada, las introduce en bolsitas ziploc y las va guardando en un bolsito ad hoc. Hace un par de días le contabilicé 10 rebanadas en la primera "lanchada" pues después fue a buscar más. Por eso el cura (¡de la que se salvaron sus fieles!) siempre anda solo, se va adelante en el grupo, pero así y todo comparte con los mortales, sobre todo 🍺🍻,  aunque, al parecer, no gasta un euro en almuerzos, porque con el cocaví que se prepara durante cada desayuno en el hotel, le alcanza para alimentarse todo el día. Cabe señalar que los desayunos están considerados con el alojamiento y son verdaderamente de lujo.  Hay de todo para comer: frutas, ensaladas, cecinas, quesos, yoghurt, semillas, mermeladas, cafés, tés, leche, jugos naturales, huevos revueltos y cocidos, panqueques, vienesas, bacon y otras cosillas cocidas que no me he preocupado de revisar porque de ello yo no consumo. Prefiero cuidar mi estómago. Me faltó agregar diversos tipos de pan, algo de pastelería  y...¡salmón! en rebanaditas. Mi desayuno habitual es un capuchino (si no encuentro instantáneo; el de máquina es demasiado fuerte), un jugo natural, un pan de unos 70 grs., con semillas de preferencia, con mantequilla, salmón y/o una rebanada en queso. A eso le agrego una porción de yoghurt con frutas, mermelada y semillas (una delicia,😋), más una fruta natural para el camino. Nada más. Nada de ensaladas, huevos y otras delikatessen. Tampoco preparo sandiwch para comer durante el día, aunque en el viaje anterior lo hacía, pero uno solo en cada ocasión. Mi compañera come como un pollito: su yoghurt, algún croissant, capuchino y fruta. ¡Upps! Se me alargó el paréntesis. Lo cierro más mejor].

   Tallinn resultó ser una preciosa ciudad, con un centro histórico de carácter medieval, en dos planos, llamadas la "Ciudad vieja baja" y la "Ciudad vieja alta". Lo divertido es que la calle por la que se llega hasta la parte superior, que inicia en una puerta de la muralla medieval, con los típicos adoquines, se llama "Pierna larga" (en estonio, por supuesto), en tanto, por la que se baja lleva por nombre "Pierna corta", 😂.El casco antiguo conserva varios paños de la muralla medieval incluyendo el adarve y las almenas, a los que se podía subir si uno quisiera. Lo habría hecho si hubiera andado sola, pero al final, dando vueltas y vueltas buscando algunos productos, terminamos más cansadas de lo que hubiéramos querido. No obstante, en la mañana del sábado, con una excelente y entretenida guía,  recorrimos el centro histórico y nos detuvimos en lugares de interés, especialmente relacionados con los vestigios más antiguos de la ciudad. Al comienzo de la visita, en unos pocos minutos, la guía nos hizo una somera pero significativa síntesis de la historia de ESTONIA, de sus encontrones con los rusos, de las características de sus habitantes, las actividades económicas, etc. A propósito de ello, los materiales más trabajados de su país son la lana, el lino y la madera, aun cuando también hay mucho ámbar, igual que en las otras naciones cercanas. Visitamos la Catedral de Alejandro Nevski, pero sin poder fotografiar nada. Estaba prohibido. Tanto exterior como interiormente es una bellísima construcción. Prendí una velita por mis padres y Mirella. Llegamos, también, a un Mirador  ubicado en la parte alta de la ciudad, desde donde se tiene una panorámica privilegiada. Se nos entregó múltiples antecedentes y hubo especial atención a viviendas antiquísimas, escudos, puertas antiguas, todo vestigios de los gremios, de comerciantes, de hombres solteros. Muchas construcciones de aquellas albergan Museos en la actualidad. 

  Con respecto a las experiencias gastronómicas vividas, hay dos impagables. El primer día, sólo nos habíamos servido, antes de abandonar Helsinki, un café con un trozo de kucken, así que decidimos comer algo esa tarde-noche. Teníamos un par de recomendaciones del guía y atendimos una. El local se llamaba "Olde Hansa"; era de tipo medieval en todos los detalles posibles: vestimenta de los garzones, mobiliario, vajilla, alimentación, carta-menú e incluso los servicios higiénicos. ¡Una experiencia inigualable! Pedimos una tabla para compartir. Vimos que sirvieron aquello en una mesa vecina así que copiamos la idea, a la que agregamos sendas copas de vino chileno de la región del Maule. ¡Qué felices nos sentimos! Gastamos 20 € en dicha aventura, una bicoca si se valora en toda su dimensión la manera cómo se nos transportó al pasado. Debo confesar que casi se nos anduvo subiendo el vino a la cabeza, porque la cantidad líquida era más de la habitual debido a que las copas medievales tenían un tamaño respetable. Eso sí, encontramos el camino "a casa" sin problemas.

  La otra experiencia fue al día siguiente. Entramos esta vez a un restaurante llamado Troika, en plena Plaza medieval, cerca del Ayuntamiento de piedra. Los garzones también vestían de época y todos eran guapos (ellas vestían muy coloridas, aunque me da la impresión que en aquellos tiempos el color no era el fuerte de la gente; cuando retroceda de verdad en el tiempo, les confirmo, 😁). En esta ocasión pedimos cerdo y bebida. Teníamos que enfrentar el negocio de la compra después y debíamos estar lúcidas. El trozo de puerco hervía en el plato de fierro que nos trajeron. Se acompañaba de papas rústicas -¡cómo no!-, media manzana, unos tomatitos cherrie, todo delicioso y en su justa medida, por 20 eurillos.  

   Cuando terminamos esa tarde las compras, casi nos fuimos trastabillando al hotel. Estábamos agotadas, porque no sólo estuvimos en cada tienda de souvenirs sino también en los locales de textiles. Había una cantidad de paños, carteras, bolsos, pañuelos, preciosos y muy coloridos, confeccionados en lino y fieltro. ¡Qué ganas de tener más money y espacio en la maleta! En fin, al menos alimentamos nuestros ojos. Llegamos al Hotel a descansar y a tomarnos un rico capuchino en la habitación (cargábamos con unas cuantas bolsitas en el bolso). 

   Al otro día,  temprano, abandonamos la ciudad, para seguir rumbo a LETONIA, pero antes recorrimos una carretera rodeada de verdes y hermosos bosques, campos de raps y más de algún puente, hasta llegar a la ciudad de Pärnu, donde nos bajamos a recorrer las calles cercanas y buscar, ustedes ya saben qué, 😉.Luego, con el cuerpo más aliviado, seguimos nuestro  camino con destino a la frontera. El día era primaveral, con unos 21 grados a su haber. Todo parecía presagiar una hermosa jornada nuevamente. Hasta prooonto.  
















sábado, 20 de mayo de 2023

El Fin del mundo...

  

 FIN-LANDIA (Suomi en finés, Finland en inglés) se presentó ante nosotros con los cielos parcialmente despejados, sin lluvia pero con un frío que calaba los huesos. A las 7,30 hrs. estábamos descendiendo del Ferry, lo que no es poca cosa, pues del nivel 8 hay que bajar al 6 mientras se atraca y de allí, al puerto con camas y petacas, perdón, con maletas, bolsos, carteras y mochilas, para cargar todo al bus que nos traslada. Era temprano y no se veía un alma en la calle en Turku, el puerto que nos acogió esta vez. Esta ciudad está protegida por archipiélagos, muchos bosques y centenares de lagos y mosquitos en verano,😁.Sí, ya sé que los mosquitos no son elementos equivalentes a 'lagos', pero estoy siguiendo la línea expositiva del guía,😂.Aquí se habla finés y sueco, pues fue protectorado de Suecia por 700 años, aunque cada vez se habla menos sueco. No obstante, este idioma es el segundo oficial que se enseña en las escuelas. 
     FINLANDIA es un país de 5 y medio millón  de habitantes. Tiene frontera al norte con Noruega y al este con Rusia -por muchos kilómetros-. En cuanto a su relieve puede decirse que no hay montañas elevadas, que su vegetación es esencialmente la tundra alpina y que, en el ámbito de su fauna, el animal más abundante es el reno. De allí que buscando souvenirs, la figura de este animal se encuentra omnipresente, por lo que hay que tener sumo cuidado a quién se le regalará, al regreso a nuestro país, un presente con las cornamentas respectivas, miren que entre renos y venados no hay mayor diferencia para nosotros. En relación al aspecto climático, se puede señalar que todos los puertos se congelan en invierno, lo que ya es indicativo de las bajas temperaturas, las que oscilan entre 5 grados y -25. En un sector del país llamado Laponia, la temperatura ha llegado a -48, ¡brrr! 😩. Finlandia está dedicada al cultivo de los cereales. Otra actividad en que son los mejores del mundo es en la construcción de yates de lujo, así como en la creación de video juegos. En cuanto al tipo de gobierno debo señalar que no hay monarquía, sino un Parlamento, con las figuras de un Primer Ministro y un Presidente. Bien, hasta aquí los datos generales de este bello y exitoso país. Volvamos a nuestro tour. 

    Una vez arriba del bus fuimos a un lugar cercano, ciudad-balneario, unos 200 kms. de Helsinki, a orillas del Báltico, con casas de madera y terrazas varias, más una hermosa y antigua Iglesia protestante, como la mayoría en estos países. Han de saber que los seguidores del credo católico son minoría; alcanzan sólo un dígito. Según se nos dijo, hubo momentos en que se los prohibió y persiguió, por lo que debieron salir huyendo de sus residencias, quedando todas sus posesiones -tierras, edificios, iglesias- en manos de las autoridades de la época y del lugar. Las iglesias pasaron a ser protestantes u ortodoxas. Allí visitamos la iglesia (donde encendí una velita para Mirella, especialmente), que nos recibió con una bella e intensa música de órgano. Fue un momento muy especial e intenso.

  El lugar se llamaba Naantali, y estaba heladísimo y solitario, lo mejor para un turista; no siempre es grato andar chocando con otras personas. Es esencialmente un pueblo a orillas del mar, que vive de los visitantes que llegan a sus tierras. No estuvimos mucho rato en el lugar: el frío helador nos hizo subirnos más que rápidos al bus y dirigirnos a Helsinki, la capital de ese pueblo tan feliz, según la organización que mide ciertos indicadores de las naciones y arroja sus resultados y conclusiones. Recuerdo que se nos informó que en uno de los países recorridos, Dinamarca o Noruega, se tiene por costumbre dar permisos cuando el tiempo está bueno para permitir actividades familiares y/o personales por parte de los trabajadores, considerando los fríos y la falta de luminosidad del sol la mayoría de los días del año. ¡Cómo no ser felices con esta posibilidad! Recorrimos los kilómetros que nos separaban de Helsinki sin inconvenientes, rodeados de bosques y vegetación, con gran presencia del abedul. Antes de bajarnos del bus, nos llevaron a visitar un monumento icónico de la ciudad, en homenaje a un hijo Ilustre de Finlandia: Jean Sibelius, un compositor musical de la segunda mitad del siglo XIX, a fines del romanticismo e inicios del modernismo. Resultó ser un  monumento impresionante.

   Ya abajo del bus, en espera del horario del check in, fuimos a realizar un recorrido guiado por el sector denominado 'Explanade', a orillas del mar y a unos metros de los edificios gubernamentales. Además de tener la hermosa visualización de embarcaciones, bañistas saliendo de un sauna, fuimos introduciéndonos entre los puestos de artesanía, souvenirs, joyas y comida, algunos ofreciendo alimentación chatarra, otros, comida tradicional. Llevados por el guía nos detuvimos en un puesto para probar un pescadito frito no mayor de 7 cms., muy sabroso. La encargada hablaba español, así que se transformaría en una buena opción para almorzar a la vuelta del primer acercamiento a la ciudad. Javier nos indicó varios lugares de interés para visitar en las horas libres. Luego, nos dejó en libertad de acción. Con  mi compañera fuimos al puesto ya mencionado y nos servimos un plato de pescaditos con vegetales, papas y una rica salsa con ajo. ¡Quedamos pochitas por 13 €, claro que también pasadas a fritanga! A la hora acordada nos fuimos al hotel, donde nos acomodamos y luego partimos a conquistar Helsinki, una ciudad preciosa, limpia, con gente amable, con muchísimos edificios en estilo Art Noveau, que le da a la ciudad elegancia y belleza. Recorrimos las sugerencias del "chef",😂, compramos souvenirs y otras cosillas, fotografiamos sectores, edificios y otros, y nos perdimos un poquito también para no ser menos, 😁.  

   En el momento de las compras descubrí que no todos son felices en Finlandia. Decidí  comprar una polera manga corta (ante la información de mucho frío traje poleras manga larga, que casi no las he usado porque hemos tenido muy buen tiempo). Pedí ver las tallas y al observar lo grande que era la talla L, pedí ver la M, que también me pareció excesiva, así que compré  S, pero luego de pagarla me arrepentí y solicité, amablemente, que me dieran la M. La buena señora encargada se indignó y me dijo unas cuantas cosas en su idioma. Como no le entendí ni jota, no me hice la ofendida, pero sí le hice saber que le había dicho "please". Sin duda, la reverenda mujer no estaba en su día más afortunado, 😂.  Como el que se arrepiente se salva, tomé la decisión correcta, reto mediante. 

   Día siguiente: salida en barco a visitar la Isla Suomenlinna, donde existe una fortaleza categorizada como Patrimonio de la Humanidad, que fue construida en la segunda mitad del siglo XVIII por finlandeses y suecos, uniendo 6 islas. Además de contar con sectores defensivos, también se contempló la construcción de un astillero, de manera que allí se podía construir embarcaciones y repararlas. Las islas-fortaleza fueron invadidas por los rusos a comienzos del siglo XIX y por más de 1 siglo la estuvieron ocupando. Sólo en 1917 logra Finlandia su independencia, lo que le permitió recuperar la fortaleza. A cargo del recorrido de partes de la fortaleza estuvo un guía local, que, lamentablemente no hablaba español, pero rápidamente hizo de traductor improvisado "el Nacho", uno de los viajeros. Frente a esa rápida solución (el guía  chileno, Sebastián, y el español, Javier, podrían  haberlo hecho sin problemas, pues se manejan en este idioma, pero en el momento inicial que se requirió estaban al final de nuestro grupo "acarreando" ovejas descarriadas, que se entusiasman en comprar y comprar). ¡Qué manera de comprar algunas personas! Más sabios y entretenidos (Nacho consiguió  hasta jefa de campaña con grito incluido "Nacho sí, otro no", 😁) regresamos a Helsinki, pasando por otras islas pero sin bajarnos. 

   Al desembarcar tuvimos tiempo libre para almorzar y/o gastar en souvenirs o lo que sea. Con Mariana decidimos tomarnos un café acompañado de un trozo de kucken con frutos rojos, de lo que dimos cuenta sentadas frente al mar (¡🎶🎶, papara papara papán!), sobre unas pieles, costumbre de estos lares. Abandonamos Helsinki en otro Ferry a las 15 horas, para dirigirnos a ESTONIA, país del que sabíamos muy poco, pero que nos dio una tremenda sorpresa. Esta vez no fui testigo de ningún dejá vu ajeno o de un fenómeno de relatividad temporal. Lo que sí sucedió es que el viaje de 2 horas se hizo bastante pesado, pues iba muchísima gente, hacía calor al interior de las áreas de esparcimiento, mientras muchos pasajeros bebían como si el mundo se fuera a acabar. Nos llamó  tremendamente la atención, además, la no despreciable cantidad de gente obesa que vimos de ambos sexos.

  Ya desde la borda, antes de atracar, observé la abundancia de campanarios que se distinguían a la distancia en la ciudad a la que estábamos por arribar. Se trataba de Tallinn, capital de ESTONIA. Luego de un pequeño percance con 5 habitaciones (de nuevo camas matrimoniales), salimos a tener nuestro primer encuentro con la nueva y asombrosa urbe. Ya les hablaré de las maravillas que nos reservaba. Hasta pronto.