sábado, 11 de febrero de 2023

En la sombra...

    

   Aclaro de inmediato que no hablaré del Príncipe Harry ni de su historia, aunque a la fecha vaya en la 7@ temporada de "La ley de los audaces" (Suits), serie en la cual una de las protagonistas es Meghan Marckle. La verdad es que convence como actriz. ¿Usará mucho aquella habilidad en su vida reciente y actual? Más de algo, seguro. Nosotras, las féminas, no dejamos de actuar en ocasión que se nos presente. Más  de una sonrisa , un saludo, un regalo, una lágrima😢 son parte de nuestro show. Lo digo porque, a pesar de lo poco talentosa que soy en estas artes, más de una vez usé la actuación, especialmente cuando niña. Pequeñas escenas acompañadas de llantos y gritos, alguna cara de inocencia o algún juramento fueron absolutamente falsos, 😂  (¡Quien  esté libre de pecado...!). A propósito de Harry,  vi su libro en Tacna a un muy buen precio para nosotros: 50 soles, $10.700 en Clp, ¡una ganga! Pero ni siquiera lo ojeé (les confieso que debí controlar mi deseo de reemplazar el verbo 'ojear', pues no estaba segura de su conjugación, 😁,¡qué mala onda no ser siempre perfecta!); no me interesaba caer en tentaciones farandulescas, aunque compartamos con el protagonista esto de vivir en "palacios",😂.Además, los peruanos son artistas en imitaciones, capaz que sean proveedores de La Polar. Seguro, el libro era "pirata".   

  Esta mañana salí temprano a comprar un artículo de primera necesidad en mi alimentación diaria. Ya hacía casi dos meses que no compraba aquello y sólo me quedaba la dosis de hoy. Apuesto que ya adivinaron.¡Exacto! Mi cava estaba vacía,😪 Salí temprano, 9,15 hrs., hacia Unimarc, donde encuentro habitualmente las mejores ofertas del rubro. Llevaba conmigo mi carrito de feria con los cartones separadores para ordenar las botellas, pues he tomado la costumbre de comprar 6 al mismo tiempo, para proveerme para unos dos meses aprox. A esa hora el termómetro ya marcaba 21 grados tranquilamente (de los 35 pronosticados), pero como el trayecto es corto y sombreado (a 3 y media cuadras de palacio) no llevé sombrero. ¡Craso error!, pues si bien el anuncio de oferta, 3x3990, estaba, no había ninguna botella en la estantería. ¡Grr!😠 El día  de ayer habían llegado a mi correo ofertas del Jumbo que no revisé pero que podrían contener el preciado líquido. A diario recibo al menos unas 20 ofertas, que las elimino sin revisarlas, salvo alguna -las menos-. Al no encontrar lo que buscaba en Unimarc decidí partir al sacrificio; la situación lo ameritaba. El sol 🌅 estaba de frente, el cielo sin humo, con cero sombra y yo sin sombrero. Llegar hasta el Jumbito suponía agregarle a lo caminado -es lo de menos caminar, el problema eran las condiciones- unas 8 cuadras bajo un sol impenitente. ¡Uff!, suspiré, he estado en situaciones peores.  ¡Vamos, que se puede! Partí. El trayecto se me hizo interminable.  

 [Entre paréntesis: Mientras caminaba iba pensando -aún logro hacer dos cosas al mismo tiempo, 😂-. Pareciera que mi cuerpo, al igual que el planeta, también estuviera en proceso de "calentamiento global". No se trata de la "meno...", no puede ser si ya estoy más cerca de los 70 que lejos. Pero el agua tibia en este tiempo no la aguanto en mi cuerpo, me acaloro hasta con el esfuerzo de tender la cama (más  bien, 'extender'', confiesa el flojo). Por suerte tengo un par de ventiladores de los que no me he desecho. Ayer hasta en la noche debí tener en funcionamiento uno de estos aparatos, para bajar la temperatura del dormitorio, donde había 30 grados a la hora de acostarme. ¡Quién puede dormir así! Y eso que la ducha fría no falta antes de dirigirme a la cama y sólo me cubro con una sábana si es que...¿Será que la piel está más delgada y tiene menos protección ante la temperatura exterior pasados los años? Seguro algo de eso hay. Lo único que sé es que estoy con suficiente vitamina D, por lo que decidí, hace meses, no salir a veranear a ningún lado, a excepción de asistir al matrimonio de mi hermano en Arica, donde "la" calor nos apabullaba, así  como en Tacna. ¡Y eso que en la primera región las temperaturas no son tan altas como acá! ¡Pienso en la pobre gente que está afectada por los incendios en estos días, que, además de sufrir la pérdida de todos sus esfuerzos, debe padecer los rigores de un termómetro que sube y sube! ¡Creo que yo no lo habría soportado! Pienso en el proyecto que tenía hace un tiempo de comprar una media parcela y construir una casa en el sur y hasta me alegro de que no haya resultado. En la actualidad hay demasiados factores poco recomendables para aquello: los incendios forestales fortuitos e intencionales, las usurpaciones de terrenos, la inseguridad creciente en todas partes, la falta de agua, etc. Acá estoy más segura. Cierro paréntesis]. 

   Fue un acierto recorrer aquel desierto de cemento. Valió la pena. Gasté $10274 en cinco tintos y un blanco, y no eran de los más corrientes, al menos de los corrientes que suelo comprar, 😁. Seguro que mi hermano, el recién casado, y mi sobrino, el heredero, gastarían la misma cantidad en 1 ó 2 no más, mirando mi compra con la misma cara del subsecretario de Relaciones económicas internacionales, ese tal José M.Ahumada, 
😂. En cambio, yo, feliz, acomodándome a mi realidad de Profe jubilada con PGU,😉

  En el tramo de ida, no pude gozar del beneficio de ni un resquicio de sombra, pues los arbolitos existentes en la avenida, proyectan su sombra en la ciclovía, ¡linda gracia!, y, obvio, no podía arriesgarme a que una bici me atropellara. De regreso, tuve la suerte de que los cables -de luz, de televisión  y de un cuanto hay- atajaran algo a los rayos solares. Me vine, entonces, por esa vía, 😓, bajo la sombra de los cables. Lo importante es que había logrado el objetivo y eso ya era motivo para relajarse, y con el relax, cualquier subida de adrenalina pierde la batalla. Al llegar a casa, puse mi cabeza -con cabello y todo, obvio- bajo la challa de la ducha, con ropa y todo, ¡uff, qué alivio!, 😤. En la jornada de la tarde, esto no me ha dado resultado, pues el agua sale caliente. 

 Allá en Arica no servía de nada ducharse durante el día, o era bien temprano o de noche, pues allí sí que fluye caliente el agua. Por eso, dijo el mentiroso, no fui a la Escalada del cerro, que se ubica a un costado de la parcela de mi hermano  en el Valle de Lluta. De regreso, aún de día, no habría sido posible darme una ducha helada. Los valientes fueron mi hermano de Coronel y su hijo Andrés, más mi otro sobrino, Pablo, y su hija Sofía, de 13 años. Tres generaciones se motivaron para tal hazaña, que los flojos mirábamos desde la lejanía. No lograron llegar a la cumbre, según ellos, porque podría faltarles luz natural para el regreso; a mí me asiste una duda razonable a tal explicación, 😂. Al retornar y ya muy cerca de la casa, parecían guerreros de vuelta de la guerra (Nota para la fotografía: los escaladores son aquellos puntitos negros que se ven sobre una mancha blanca).   

   Hace una semana que regresé de mi viaje por el norte y he gozado de la soledad con fruición, en mi espacio y entre mis cosas. No quiero desestimar la oportunidad de encontrarnos a nivel familiar como sucedió, pero parece que cada vez más necesito de estar conmigo misma, 😂.Acá no he estado encerrada, pues he salido prácticamente todos los días, a comprar, a vitrinear, a visitar a mi hija. En palacio, he continuado con mi gran proyecto de tejidos diversos para "vestir" el sofá chaise longue. ¡Avanzamos! Estoy trabajando con dos tejidos a la vez, para evitar cansancio y prevenir tendinitis, al tiempo que he seguido con los audiolibros. El llano en llamas de Juan Rulfo (colección  de cuentos, varios de ellos ya leídos  en el pasado), En agosto nos vemos, relato de Gabriel García  MárquezLa muerte de Iván Ilich, novela de León Tolstoi, El pabellón número seis de Anton Chéjov, además de mucha información acerca del terremoto ocurrido en Turquía y Siria, noticias globales, muchos videos de manualidades, análisis políticos de la situación peruana, etc. Sin oficio y desocupada no he estado. No obstante, no puedo dejar de mencionar que hay tareas que debiera haber realizado y no he logrado emprenderlas, como, por ejemplo, sacar el polvo de muebles y de los adornos o coser a máquina. Hasta escribir me ha costado. Y hablar por teléfono, ¡para qué decir! No tengo ganas de hablar con nadie, lo que lamento por mis amigas y mis familiares (en una de ésas les parece mejor no escuchar mi melodiosa voz).No es falta de cariño ni despreocupación. Sucede que no logro ejecutar la acción de buscar en mis contactos y llamar ¡y eso que me lo propongo todos los días! "Hoy sí que sí", me digo. Al final del día, nada,😞.

   Este escrito ya es un avance. A ver si mañana llamo a quienes corresponda. Piano piano va lontano,...espero. Al menos, logré descargar las fotos del viaje y cambiarles el fondo a una que me resultó fantástica. Es la foto del regreso de los escaladores del cerro de Lluta, que parecen los Cuatro del Apocalipsis, pero sin caballos. De a poquito por las piedras... y a la sombra...






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