viernes, 6 de enero de 2023

Día de Reyes...

    

  No he empezado bien el año en el ámbito intelectual básico. He estado evitando leer y evitando escribir, si hasta me da lata enviar correos electrónicos. Cruzo los dedos para que sea sólo un efecto temporal de las altas temperaturas. Al final conseguí crear esta crónica hoy día, porque si lo hacía en forma posterior ya no tendría mucho sentido. He estado abocada a las manualidades desde hace casi un mes y como los resultados han sido muy positivos me he entusiasmado con nuevos proyectos en esta área, dejando de lado tareas más relevantes. En fin, ya llegará el tiempo -durante otoño e invierno- de retomar tareas más trascendentes y fundamentales para la memoria familiar. 

   Me consta que los chilenos no estamos acostumbrados -¡por suerte!- a celebrar la llegada de los Reyes Magos -bastantes celebraciones y feriados ya tenemos-, aunque con lo que vi ayer, capaz que en unos años más, ésta sea una nueva fiesta de la tradición nacional. Nuestro -"vuestro", más bien- Rey Mago hizo anuncios de bonos varios mientras estaba en la Región  de los Ríos.  ¡Y precisamente allá, en mi región de origen,¡¡😠!! Si ya pasamos Navidad, ¿por qué lo hizo? ¿Por las encuestas, por el efecto de los indultos, por el alza creciente de la inseguridad o por todas las anteriores? No hay que ser muy inteligente para darse cuenta que los efectos mágicos amortiguarán un poquito -no creo que mucho- el mal sabor de lo sucedido en estos días, aunque quién sabe. ¡Hay público para todo!, como deben decir las productoras de eventos y conciertos. 

   Cambiando de rey a reina, me retrotraigo a mis vicisitudes personales, aunque sé que no le interesan a muchos, 😂. Y qué bueno que así sea pues de esta manera soy menos molestada y requerida por otros entes. Mis últimos contactos humanos significativos desde que regresé a palacio fueron un encuentro de Amigas secretas con las "chiquillas" de Historia y una junta post navideña con mis amigas "Bellemans" por así llamarlas (el apelativo va por el lugar en que trabajan Anita y Eliana, el que compartimos hasta el 2013, cuando me finiquitaron, 😂). También, para no desmerecer lo virtual, me he contactado con la familia telefónicamente y por video llamada, incluso recién anoche, preparándonos para un casorio familiar que ocurrirá -"Dios mediante" dirá la novia, 😁- a fin de mes. Como pueden ver nada extraordinario ni especial. Tengo un par de amigOs de wssp que no sé si seguirán en este mundo pues no he sabido nada de ellos desde que reaccionaron a mi saludo navideño. Para Año Nuevo no los contacté esperando que me sorprendieran, pero no fue así,  😂.  Si están  criando malvas o crisantemos en sus respectivos lugares, ojalá estas flores sean de bello colorido, 😃.   

  Sí debo confesar que leí y rayé un libro, pues compré su versión física. Se trata de La torre de papel de Fernando Villegas, su última creación. Me estaba esperando en palacio cuando volví  de la Patagonia - me refiero  al texto, 😁-. Lo compré por Internet mientras estaba allá y en un par de días ya había llegado. Me instruyó y me divirtió al mismo tiempo. Habla de todos los libros y autores que él no ha leído, los cuales tampoco he leído yo, así como alaba y ensalza a algunos que a mí  no me han atraído. En todo caso, al lado de Villegas, yo soy una alpargata, literal y metafóricamente hablando (creo que mide más  de 1,90; ¿¡cómo  habrá gente tan alta y otros tan rechicos!? Está mal pelao el chancho, 😂). Sus "escombros" son mínimos al lado de los míos. Él le llama así a todos los autores y libros no leídos, leídos  a medias, olvidados y perdidos en el tiempo, en los traslados, prestados y no devueltos, etc. En todo caso, mis dos o tres cientos de libros no son casi nada al lado de los miles que él debe tener. Es un libro curioso, novedoso,  entretenido y con una muestra de erudición importante, amén de un estilo que me agrada sobremanera.  

   Pasé  la Navidad y el Año Nuevo en compañía de mí misma y brindando con un rico y sabroso cóctel de vodka con cerezas que descubrí en un supermercado, tamaño individual. Como pueden ver, muy sana y tranquila. Apenas se inició el año 2023, hice desaparecer (=guardar) todo lo navideño, pues tenía planes de ordenamiento extremo. Esto de ordenar y deshacerme de los excesos ya tiene su tiempo. He regalado muchas cosas, innecesarias para una sola persona -yo-, desde camas hasta sillones, tvs y otros artefactos. No crean que quiero ir ganando puntos para el cielo, no se trata de eso. Hay cariño -obvio-, pero también un sentido de practicidad, como también un deseo de que aquello que me supuso una inversión conveniente en su día, siga siendo útil a otras personas. Al mismo tiempo, voy incursionando en un estilo minimalista, que nunca será tan así por mi atracción hacia las cosas. Junto con ello, he mejorado mi hábitat, es decir, el palacio. Ya les conté hace unos meses acerca del mejoramiento de los muebles de cocina para una mejor distribución  y orden. Ahora, los Tv que me quedaban, 😂, los mandé a instalar en las paredes respectivas. De esta manera he liberado los respectivos muebles y ya no tendré que correr a sujetar la tele 📺 cada vez que tiemble en lugar de preocuparme de mi seguridad corporal, 😁.     

   A lo anterior, agrego un servicio fantástico, recién disfrutado hace dos días y muy recomendable: el retiro de todos los artefactos electrónicos de casa que ya no utilizaba por desperfecto o por obsolescencia. Parecía de no creer la cantidad acumulada: un Tv grande -de ésos con "poto"  como le dicen, 😅-, dos Tvs antiguos pequeños (uno en blanco y negro y otro en color, pero sin control remoto; creo que fue el primero que compré en su tipo), dos monitores con sus respectivos cpu de dos pc de escritorio (uno de ellos era de culto: un 286 con 20 mg en disco duro y con sistema operativo MsDOS, es decir, de la Prehistoria computacional; estaba operativo pero no servía para nada más), tres impresoras antiguas, un scanner, dos reproductores DVD,  un reproductor  de vídeo cassettes, una bolsa grande con cables de todo tipo, otra bolsa con unos 40 pares de zapatos (botas, botines, tacos y sandalias; alguna vez quise emular a Imelda Marcos, jajaja) y otras pequeñeces. Al otro día de este desalojo electrónico, la habitación grande de huéspedes se veía muy despejada, tanto así, que hasta me dieron ganas de ordenarla. Cambié la distribución de sus muebles, la limpié lo mejor que pude y quedó espectacular. Ahora, tengo a la vista -para la próxima semana- el desalojo de ropa que ya no uso. Esto no lo haré por primera vez; ya tengo experiencia en aquello, 😁, al menos unas tres veces. Es cosa de echar en bolsas grandes el vestuario y dejarlo en el sector adecuado al que acude gente para retirarlas. Es impresionante como, cuando nos liberamos de estos "escombros" que vamos reuniendo en el transcurso de los años, nos sentimos más livianos y casi rejuvenecidos.

    Lo más bello que he creado en estos días de no-lectura y que ha llegado a su fin -por el momento- en este día de reyes, ha sido un trío de tapetes o caminos de mesa. He recuperado el gusto por las manualidades y he disfrutado, con no poco esfuerzo debo señalar, del resultado de mi trabajo manual. Tengo a la vista otros proyectos, pero dosificaré la labor para que no me pase la cuenta como en ocasiones anteriores (me refiero a la molesta tendinitis). Mi objetivo es darle más vida y alegría a mis espacios y, junto con ello, realizar actividades gratificantes y relajantes, que impidan que el aburrimiento y sinsentido se acerquen siquiera. Hasta pronto.







2 comentarios:

  1. Hola Mónica
    Es muy agradable o gratificante o liberador u ...... otros muchos sentimientos, deshacerse de " cachureos" a los que se apega uno. Estoy en lo mismo,aunque no al nivel tuyo .
    Además al despejar los espacios puedes lucir tus lindos pavos reales y demases.

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  2. Muy cierto, Anita. Felizmente no tenemos ese mal tan terrible de los acumuladores. Hay cosas que adquieren valor por las circunstancias de su origen y existencia, pero hay muchas que no tienen esa carga valiosa. Han sido meros instrumentos y si ya no cumplen su función hay que darles la oportunidad que la cumplan en otra parte. ¡Pobres máquinas si tuvieran alma! No, tendrían que adaptarse a un nuevo dueño o aceptar el desarme, ¡qué más les queda! 🤣

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