jueves, 24 de noviembre de 2022

Bicicleteando...

  

   No sé si el Presi seguirá desplazándose en bicicleta por Santiago. Perdón,  imposible por todo Santiago por temas de seguridad. Corrijo, desplazándose hacia La Moneda desde su casa, en el Barrio Yungay. Sé que lo estuvo haciendo la primera semana de noviembre, ignoro si continúa. Me costó averiguar la distancia existente entre estos dos puntos, para evaluar el esfuerzo requerido, que, según tengo entendido, depende de la ruta elegida, que varía -reitero- por seguridad. Pero, cuadras más, cuadras menos, es alrededor de 2,6 kms., 10 minutos en auto, 30, caminando y unos 15 en dos ruedas. La verdad, aunque objetivamente no me parece un ejercicio que le vaya a quitar unos cuantos kilos a su contextura, yo no me animaría, ni aunque sea sólo una cuadra,😂. Algunos ya saben por qué. Lo recordaré para los "sabiondos" y lo contaré, para los "ignorantes",😂(puse las comillas con segundas intenciones: para que los sabiondos no se crean tanto y para que los ignorantes sepan que es sólo en este dato específico, al menos esta vez y que yo sepa, 😅).   

  [Abro paréntesis: esto de la ignorancia es un tema algo escabroso de tratar, pues contiene en su significado un tufillo de desprecio en nuestro ámbito parlante. Si queremos ofender a alguien que no está enterado de algo debiendo estarlo, le lanzamos, con todo el veneno posible que se pueda manifestar a través de la entonación y la gestualidad la palabrita esta, que adquiere en esos precisos momentos la categoría de insulto y desprecio. El mismo vocablo resulta perfectamente aceptable si se trata de un uso normal sin cargas de entonación que cambian su sentido. El problema surge, además, cuando la ignorancia sugiere 'torpeza intelectual' y/o 'falta de madurez'. Averiguando sobre este dichoso término, me encuentro con que la ignorancia puede ser de varios tipos, algunos con su buena carga negativa. ¡Quedé estupefacta ante tamaña ignorancia mía,😂! Desconocía -ignorancia terrible- esta clasificación, lo que no me exime de culpa, Sr.Juez RAE, pues mi profesión me obligaba a estar informada. ¡Glupss! Por suerte no hay Inquisición Lingüística, puesto que serían pocos los elegidos y muchos los condenados. Escudriñando, he aprendido que existe una ignorancia sabia (se sabe que no se sabe; acuérdense de la famosa frase que se le atribuye a Sócrates) y la ignorancia profunda (no se sabe que no se sabe, 😂; "bienaventurados" los ignorantes profundos..., 😂). También hay otras clasificaciones interesantes, pero prefiero no latearles. Me pregunto qué tipo de ignorancia será de la que han hecho ostentación algunas autoridades, 😩. ¿Sabia o profunda? Cierro paréntesis]. 

 ¡Uff! ¡Como que me anduve perdiendo en un laberinto de disquisiciones, 😤! Creo que es síntoma de que en la vida real no me dejan hablar o no tengo muchas ocasiones de hacerlo, aunque ahora último he parlado más de la cuenta. Ahora, lo prometido. Yo no recorrería ni siquiera una cuadra en el centro de Santiago en bicicleta, no por miedo 😨 , aunque tampoco lo haría por eso, sino, en primer lugar, porque NUNCA aprendí a andar en bicicleta. ¡Tal cual! Mis fallas insuperables de coordinación, ya adulta, me lo impidieron. No podía -ni puedo- ejecutar el movimiento coordinado -y continuado- de mis piernas para poder mover los pedales,  y con ello, las ruedas, y con ambos, obtener desplazarme. ¡Momento! No se trata que no haya logrado desplazarme centímetros o un par de metros, pero no más que eso, pues los pies no continuaban con el movimiento necesario. Así que, al suelo y a las zarzas con mi pequeña humanidad. Es una de mis grandes frustraciones,  pero a estas alturas ya asumida. Creo que debí perseverar. El tema es que la perseverancia se suele desinflar ante el dolor de una caída -o varias-,  por ejemplo.   

  No todo pareciera estar perdido, porque existen las bicicletas estáticas y las elípticas, en las que mis falencias no impedirían el ejercicio. Pero sucede que mi perseverancia en muchas otras cosas, se va al tacho de la basura cuando se trata de dietas y ejercicio físico, con la única excepción de caminar. En los casi 11 años que tengo la elíptica de mi hija, si no me falla la memoria, todos los años he intentado, al menos un par de veces, seguir un programa de ejercicios diarios, pero no dura más allá de una semana. Imagino que mi actitud, bastante generalizada en nuestra población nacional, tiene que ver con la lejana e incierta recompensa que supone realizar estas acciones. Y como la recompensa (bajar de peso) se ve lejana y el sacrificio es considerable para nuestra voluntad, optamos por no perseverar, 😔. "Hoy hace mucho frío, mejor mañana"; "¡uff, ¡qué calor hace!, mejor lo dejo para mañana" ...o el lunes, 😂, y así vamos chuteando para delante, las tareas, los propósitos, los compromisos, las promesas, excusándonos de una u otra manera y hasta mintiendo (recuerden que eso se llama 'procastinar').   

  Así que, estimado Presi, siga bicicleteando no más; no haga caso a los memes, a la mala onda, a las críticas o a la mala cara de sus guardaespaldas. Lo importante es que logre una figura esbelta y un cuerpo casi de Charles Atlas, además de que usted no se caiga (la cabeza al menos la tiene protegida) y no le rayen la pintura a su bici. Al menos, es coordinado en algo que yo no, 😆, y, seguro, a futuro podrá recorrer  Ámsterdam a su entero gusto cuando viaje para allá.  ¡No se olvide llevar su casquito taquillero!

   Nota: buscando imágenes del Presi en bici, me encontré con una cantidad extraordinaria de presidentes, primeros ministros y otros en bicicleta. Agrego algunas fotos.










 

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