viernes, 25 de febrero de 2022

¡¡Qué Putin!!

   

  El mundo occidental despertó ayer en medio de una pesadilla, con uno de sus mayores miedos hecho realidad: la guerra, no en el centro de su territorio pero casi. Este fantasma siniestro, que ya estaba planeando desde hace unas semanas, como un verdadero dron, por los cielos del este del viejo continente, dejó su vaga incorporeidad para transformarse en una acción concreta, anunciado por un Putin imperturbable, que hasta el domingo seguía insistiendo que no iba a empezar una guerra ni una invasión, que sólo estaba resguardando legítimamente su territorio y que sus tropas ya habían comenzado a replegarse (¡qué Putin!, con las correspondientes disculpas a sus parientas). 

   El matón del barrio en la madrugada comunicó la acción porque, según él, no habían tenido ninguna otra alternativa para defenderse de lo que estaba sucediendo, ja ja ja . ¡Qué  caradura! ¿Defenderse de qué? Fue Rusia quien apoyó a los ucranianos separatistas prorrusos y, además, tomó el control de la península de Crimea el año 2014, todo lo anterior territorio perteneciente a Ucrania. Ahora, reconoce a los dos territorios separatistas, envía  tropas para "apoyarlos" y luego procede a invadir y atacar toda la nación de Ucrania. Bien decían muchos, sólo estaba creando la excusa, mientras preparaba el escenario y esperaba que terminaran los Juegos Olímpicos de sus vecinos y amigos chinos. Y luego de bombardear, durante el primer día, aeropuertos, bases navales y aéreas, edificios claves, hasta hospitales, se da el lujo de advertir al mundo, pasadas unas horas, que "cualquier injerencia provocará consecuencias nunca vistas". Claro, si tiene la sartén 🍳 por el mango: es la potencia con mayor cantidad de ojivas nucleares, aunque no sumé si los integrantes de la OTAN le ganan el pulso. Aunque ahí habría que sumar para ambos lados, porque también el Zar Putín tiene unos cuantos amigos incondicionales. De ellos, no le servirán mucho Venezuela y Nicaragua, pero sí China (India, quién sabe)   

    ¡Pobre Ucrania! No sólo va a tener que cargar con los militares y civiles muertos (que aquéllos no se los repondrá nadie), sino con infraestructura clave destrozada y, seguro, miles de kilómetros menos (los más estratégicos) más millones de desplazados.Y si ya es la nación más pobre de Europa ahora pasará  a ser miserable. ¡Un  retroceso de décadas! Digo esto porque está clarísimo que esta vez David no va a vencer a Goliat. Desde el número de habitantes, hasta la cantidad de tropas, pasando por los aviones y demás equipamiento bélico, Rusia triplica su poderío (y en algunos casos aumenta las diferencias).   

  ¿En qué terminará todo esto? Obvio, Ucrania invadida, su presidente, exiliado, prisionero o muerto. Un nuevo dirigente obsecuente, con una Europa asustada porque ya están en las afueras del condominio, un Estados Unidos cacareando desde el otro lado del océano y nosotros tratando de que la pensión nos alcance para nuestras necesidades básicas y uno que otro gustillo. Precisamente en la mañana, preparándome para sortear, en parte, las repercusiones globales que tendrá el conflicto (¡gracias, Hijo del Sr. Putin y de la Sra. Putina!) en el ámbito de los precios, fui a comprar más harina, azúcar y aceite (un vino también,😌 ). Claro, como si no hubiéramos tenido suficiente con el "estallido" y la pandemia. ¡Habrá que juntar agua, además, como dijo Parisi! Ojalá a nuestros "amorosos" vecinos no se les ocurra quitarnos algún pedacito de terreno, para que nos quede algo, digo yo, cuando haya que empezar a repartir entre nuestras "naciones", 😅.   

No hay comentarios:

Publicar un comentario