viernes, 27 de agosto de 2021

Caminando bajo la lluvia...

   

   Caminando bajo la lluvia anduve el sábado pasado, entre la Carretera del Cobre y Miguel Ramírez (desde Easy a Sodimac). Los microbuses brillaban por su ausencia en ese sector y aunque corrían colectivos, yo no los utilizo por el exceso de cercanía entre los pasajeros. Lo que era una lluvia casi soportable al comienzo de la caminata fue aumentando de intensidad, de manera que cuando ya cerca de casa debí caminar tres cuadras, llegué en calidad de "pitío" (ave sureña que canta bajo la lluvia) 

    Me acordé de mis años universitarios en que por puro derroche de juventud recorríamos la Costanera valdiviana con Oriana bajo la llovizna mientras hablábamos de lo humano y de lo divino. Es inevitable viajar al sur cuando veo llover, con la gran ventaja que acá nunca llueve tanto y tan seguido y que al arribar a palacio tengo la certeza que puedo cambiarme y secar lo mojado sin los inconvenientes que suponía una vida estudiantil fuera de la casa paterna. En las pensiones o piezas arrendadas no siempre se contaba con las comodidades, especialmente  si eran arriendos económicos. Además, no es lo mismo mojarse al inicio de una jornada en que no se volverá a casa sino luego de horas, a mojarse poco antes de regresar. En el primer caso, el resfrío por enfriamiento es insalvable.

   He estado algo floja en estos días.  El estado del tiempo influye extraordinariamente en mi ánimo, como sucede a la mayoría de mis congéneres, especialmente a los que ya no tenemos la obligación de un trabajo activo. Cuando uno pertenece a la masa laboral sabe que tiene que ir a trabajar así llueva o truene. Incomoda hacerlo, pero no hay tiempo para deprimirse. Sin embargo, cuando uno ya vive de sus rentas y de su pensión, la realidad metereológica cobra importancia fundamental. El cielo gris no combina con el buen ánimo; al contrario, pesa sobre él, por lo que es fácil caer en el abatimiento y cierto marasmo. Mis lecturas han estado lentas igual que los días, pero siguen formando parte de mi rutina diaria. He leído apenas dos novelas en la última quincena. Algo es algo. Les cuento.   

    Ha estallado la paz, tercer volumen de la tetralogía sobre la Guerra Civil Española de José  María  Gironella  de más de 800 páginas, continúa con la historia iniciada en los volúmenes anteriores. Como se deduce de su título, la guerra ha terminado, luego de tres años, con el triunfo de los nacionales bajo el mando de Francisco Franco Bahamonde y se da comienzo a la infaltable etapa de la venganza, con la que no todos están de acuerdo, pero frente a lo cual poco es lo que se puede hacer. Las delaciones son la tónica cotidiana, tal como sucedió  en la etapa republicana hasta que perdieron la guerra. También comienza, como es lógico, la dura etapa de la reconstrucción del país. Numerosas ciudades fueron víctimas de bombardeos del bando nacional ayudado por la ✈ ✈ aviación de la Alemania nazi y de la Italia fascista, mientras otras sufrieron los ataques aéreos de fuerzas republicanas apoyadas por los rusos y la coalición internacional.  La quema y destrucción de edificios y fábricas no fue menor en toda España. Se venía, entonces, la ingente tarea de la reconstrucción, sirviendo de modelo la misma ciudad de Gerona. Al mismo tiempo que la actividad cívico-militar, la Iglesia se ubica en primerísima línea, abocándose a la recuperación espiritual de la Patria, casi en co-gobierno con el gobierno central.

   En la historia ficticia, la familia Alvear sigue siendo la protagonista de la trama literaria, cuya mirada y actitud mayoritaria es de comprensión y ayuda con el vencido conocido y buena persona, aun cuando ellos también sufrieron la pérdida de un integrante, César, completamente inocente, víctima del odio republicano a la iglesia y todo lo que representa. Les recuerdo que este adolescente y seminarista sólo tenía 16 años, lo que no fue obstáculo para ser detenido y ajusticiado. Por el lado de los vencidos, la desesperada diáspora se produce a distintos países, algunos con más suerte que otros, especialmente los que emigraron a Sudamérica, pues Francia y la URSS transformó a una mayoría de los emigrados españoles en mano de obra barata o carne de cañón para sus propias guerras. La historia de este volumen llega hasta diciembre de 1941, cuando ya a nivel internacional van dos años de la II Guerra Mundial con la marcha imparable del ejército alemán por Europa, norte de África e inicio de la arremetida contra la URSS.   

   Hay un cuarto volumen que desistí de leer a pesar de quedar inconclusa la historia de sus personajes. Me cansó un tanto la morosidad de la narración,  así que cambié  de tema y me fui a una saga de dos volúmenes, de la cual me bastó con el primero. Todos somos culpables de Alberto Vásquez-Figueroa es una especie de thriller entretenido, fácil de leer, livianito. No da pa' más, 😊. Lo interesante es el planteamiento de un problema que ya es una realidad en muchos lugares del planeta: la falta de agua dulce y la necesidad de la desalinización del agua de mar, que ya tiene carácter de urgente en países de África. 

   Pensé que este escrito iba a quedar obsoleto por la presencia del sol en todo su esplendor los días miércoles y jueves recién pasados, pero no ha sucedido así.  Hoy viernes la grisura volvió a hacer acto de presencia, acompañada de frío y viento. Al parecer se acerca otro frente, ojalá  con agüita 💧 💧 💧 de la buena para la tierra que la necesita, aunque por ello yo deba quedarme en 🏡.  No importa, lo primero es lo primero. Y si es suave, igual puedo salir a mojarme un poco para recordar tiempos de juventud radiante y poderosa.  En una de ésas...

2 comentarios:

  1. Está fresquita la tinta todavía. Cómo tienes tiempo para "bajonearte" con la tremenda actividad culinaria que desarrollas? 😊😊😊😊😊😊

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  2. Cosas de algunas. Me gusta mucho la cocina, la horticultura, la lectura, etc., pero me hace falta ver el mar, caminar por una playa, ver el mundo detrás de la ventana de un bus, de un tren o de un avión. No me resigno a quedarme en casa, por muy palacio que sea, jajaja, hasta que me vaya al otro u otros mundos.

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