domingo, 3 de enero de 2016

Sospechas primero...certezas después...

       Desde hace un par de días estoy sospechosa... Primero pensaba  que las dos historias de la novela "1Q84" no son dos relatos "reales" separados, que en un  momento se iban a  juntar  y  se  produciría  el  reconocimiento  típico  de  la literatura. Ahora  estoy  pensando  que  este  japonés  ha pergeñado algo más sofisticado, algo más enrevesado. Creo que la historia de Aomame  es  ficticia  dentro  de  lo  ficticio,  puede corresponder a la historia de la Crisálida o, tal vez , a la inversa. Veremos que nos depara el texto más adelante. Si no es así, será un excelente recurso que yo podré utilizar en mi ópera prima y... magna (jajaja).

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   Han pasado unos días y he terminado -recién- de leer la novela de Haruki Murakami. Me gustó mucho, hace bastante tiempo que no leía una obra tan distinta, tan buena; sin embargo, no me resultó tan fácil y rápida de leer. Mis sospechas de hace unos días atrás no se ajustan a lo que finalmente ocurrió,  pero tampoco eran tan infundadas. Es un mundo extraño el descrito y vivido en el relato: es un mundo real como el nuestro con personajes comunes y corrientes (bueno, no tan comunes ni corrientes, pues no todos los días uno se topa un escritor y a una asesina, jajaja), más bien digamos, personajes creíbles y posibles. ¡Eso sí! ¡Ojalá hubiera más asesinas como Aomame, que eliminen de la sociedad a personajes siniestros y malvados,  como lo son los pederastas y golpeadores de mujeres, futuros femicidas. Esto que puede parecer una afirmación muy fuerte desde un punto de vista cristiano y también humano,  desde una perspectiva con  base religiosa aunque sea fundamentalista, podría ser más efectiva que la labor ejercida por los organismos encargados de la Justicia en nuestro mundo occidental. 
  La tarde ha refrescado más de lo habitual, dejando paso expedito a la noche, que ya se avecina. El día completo ha estado templado y grato, sin ese calor sofocante de los días anteriores. Es sábado 2 de enero de 2016, un nuevo y distinto día, un día único. He estado prácticamente toda la jornada en este espacio favorito de la terraza, leyendo, escuchando música, luego de haber terminado, en la mañana, con el Informe mensual que debo elaborar a comienzos de cada mes. No tuve necesidad de bajar de mi torre en el día de hoy, tampoco ayer. Es decir, desde el "año pasado" que no comparto con la gente (jajaja). Mañana sí retomaré los ritos, aunque el tiempo no sea el más promisorio. Puede llover esta noche... Prepararé algo de comer y continúo...
   Me preparé una once distinta, con tostadas y palta. Estuvo rica. Luego, revisé la cartelera del Tv-cable y me incliné por ver una película romántica que hacía años había visto:  "El regreso a Could Mountain" o algo así. Había olvidado varias cosas. Recordaba el regreso, pero no la muerte. Al final, la hija de Ada es la Gran Compensación, si es que así puede calificarse a un ser humano. No todo se puede alcanzar en la vida, siempre hay algo importante que falta, pero también hay objetivos cumplidos que tienen TODO el mérito. En último término, lo que vale es el camino a la meta, es la calidad del tiempo compartido, más que la permanencia del logro. En fin...sucede en muchos casos. 
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   Ya es domingo. Anoche se hizo tarde, se ME hizo tarde y no logré continuar escribiendo. Hoy me dedicaré a ello, entre otras actividades. Claro que no logré levantarme temprano como hubiera sido lo ideal, pero -pienso- ¿quién me apura en día domingo de vacaciones? Sólo yo. 
   Volviendo a lo leído...(seguiré dándole vueltas pues hay una segunda novela que es continuación, la que comenzaré a leer una vez termine de escribir. Tengo varias ideas de relatos en borrador, que sólo tienen la puntada inicial; veré si los Musos me acompañan este día 3 de enero). Lo que realmente me llama la atención de este autor, no son tanto los elementos fantásticos  presentes en su relato, sino el estilo, esa manera de ir dándole vuelta a las cosas que nosotros asumimos como normales, esa forma, a través de los personajes, no precisamente de los más extraños, sino de los más insulsos y faltos de voluntad (como Tengo) o de los más decididos aparentemente, pero que no saben qué pasará con su vida, pues no tiene un futuro como meta (como Aomame). Es esa forma de ir dando vueltas la realidad y el mundo cotidiano como cuando vuelves al revés una prenda o una bolsa, para sacudir la basura que pudiera haberse acumulado por dentro o das vuelta un bolsillo. 
-¡Guau! ¡Qué bonita imagen!
- ¿Bonita? 
- Bueno, lo que se llama "bonita", no. No tiene nada de bonito ver cómo se da vueltas un bolsillo para sacar o botar la basura, las migas, las piedrecillas, las pelusas que lleva dentro. Me corrijo, "interesante, gráfica".
- Ahí sí que estoy de acuerdo contigo. 
  Sigo. Además de haberme recordado el otro día a Alberto Moravia (escritor italiano de postguerra) por lo "plomizo" de sus personajes,  Murakami me recuerda también a Saramago por los recursos narrativos utilizados. No es lo mismo, pero también es singular. Es como si el narrador no estuviera preocupado de entretener al lector, de manera premeditada y consciente, sino de entretenerse a sí mismo. Es como si estuviera escribiendo lo que se le va pasando por la cabeza, ya reflexionado eso sí, pero no estoy hablando de escritura automática, que más que de verdadero automatismo sólo  tiene el nombre, porque no puede haber una escritura de ese tipo, uno no es un autómata que vaya escribiendo lo que va pasando  directa e inmediatamente por su mente. En el momento en que uno escribe  uno ya ha realizado varios procesos lógicos y mentales, por ejemplo, trasladar el pensamiento a símbolos lingüísticos abstractos y mentales, correspondientes a  un  determinado idioma, eligiendo determinadas palabras y no otras y luego esto lo traslada a un texto escrito...Nada de aquello puede ser automático. Una acción realizada es automática cuando se reraliza de forma inconsciente, de la que una vez ocurrida uno tiene conciencia de su realización o no..., porque aunque no tenga conciencia igual fue ejecutada y existió...
  Me fui  para otro lado, pero no importa...
 En estos momentos voy camino al límite entre Rancagua y Machalí, voy a visitar a mi pequeña. Es la primera visita del año, es la primera salida del año. El día está nublado, pero hace calor. Había  pensado venir solo en polera, pero me arrepentí...
- Pero, ¿cómo ? ¿Sólo en polera? ¿Ninguna otra prenda de vestir? 
- ¡Cómo se te ocurre! ¡La demencia senil aún no me afecta! (toco madera mejor). Quise decir que pretendía venir sin mayor abrigo, pero finalmente me puse un chaleco y ahora estoy "asada". 
   Cuando caminó los doscientos metros más o menos que distan del Parque una vez uno se baja del microbús de recorrido a Machalí, el cielo se comenzó a despejar y, por consiguiente, el calor se hizo intenso. El chaleco se vio en la obligación de emigrar al bolso-mochila blanquinegro. Pensó que ya no sería posible dedicarse a la tarea de renovar la pintura de las letras de la lápida. No había llevado sombrero y los rayos solares aumentaban su intensidad. ¡Debía ir más temprano! 
   Desde lejos se dio cuenta que habían instalados unos toldos cerca de la tumba de su hija. Rogó mentalmente para que no estuviera deteriorada la lápida. Apenas estuvo más cerca, observó que había una nueva tumba, esta vez a la cabecera de la suya,  tan querida. No había daños, aunque las flores habían desaparecido. No importaba, le llevaba unos ramos frescos. Los floreros los habían cambiado (eran nuevos), en tanto el arbolito navideño y la mariposa metálica estaban presentes. Dejó sus cosas sobre el pasto, fue a llenar los envases de agua y depositó las flores. Mientras limpiaba la lápida y el rostro de su hija en cada una de las fotografías adhesivas, escuchaba los acordes y la voz de la canción  "Estrella en mi cielo". 
   De pronto se dio cuenta que se había nublado nuevamente y que la temperatura se había transformado en templada. Limpió su nombre y los hitos de su vida terrenal y tomó la decisión de reescribir su nombre y fechas con la pintura y el pincel que había llevado. Estaba terminando cuando el sol se cansó de jugar a las escondidas y salió a observar lo que estaba pasando. ¡Uff! ¡A tiempo! ¡Logró terminar! 
    Después de eso, debía reandar el camino. Mientras iba en el microbús decidió no llegar hasta la Feria de Frutas y Verduras. Aún quedaban provisiones en el refrigerador y si le llegaban a faltar, visitaría los supermercados. 
......
  Mientras escribe, ya en la etapa del descanso y degustación del postre, mientras saborea un perfumado trozo de mango espolvoreado con sésamo, escucha la música de piano del Canal 615, que será su compañía esta tarde. Dejará descansar por hoy el Tocadiscos y el equipo de los Cds.
   Mientras escribe y descansa piensa que es una suerte que el sueño de esta mañana no era más que eso, un sueño. La paciencia no le habría alcanzado para atender a esos pequeños engendros. ¡Pobres profes de Prebásica y Básica, primer ciclo! ¡Los admira si lo que hacen les gusta y les ofrece su más sentido pésame si no les agrada! Piensa que, aun compartiendo con ellos la tarea de enseñar y guiar aprendizajes, prefiere seguir atendiendo a quienes eligió,  a los adolescentes y jóvenes!

   Su postre se ha terminado. Se preparará un té a continuación. Decide, por un par de meses no pensar (ni soñar, si se pudiera, jajaja) con alumnos. Es tiempo de descansar y vivir el día a día, sin más preocupaciones que las presentes. ¡Buonna sera!

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