domingo, 3 de enero de 2016

¡Año nuevo, vida nueva,...café nuevo! ¡Yupiii!!

    Cuando a fines del  "año pasado" me di cuenta que ya me estaba quedando poco café en el frasco, al divisar la bolsa de café de grano colombiano que recibí de regalo de mi hermano Ernesto hace casi un mes, tomé una decisión trascendental: no comprar un nuevo frasco de café y...

- ¡Bravo, al fin decides dejar el café!
- Jajaja, eso hubieras querido, pero, no, querida amiga..
- ¡¿Cómo?!,  ¿no acabas de decir que decidiste no comprar café?
- Cierto, eso dije, pero porque mi plan era otro...
-  ¡A ver, a ver...!
    Cierto. Tomé la decisión de finalmente degustar este regalo reciente, aprovechando otro regalo, no tan reciente, de hace  6 ó 7 años , y que no había usado en NINGUNA ocasión...
- Si valoras así los regalos, no gastaré ni un peso peruano en regalarte algo...
- Querrás decir ni un peso chileno, poh..
- ¿Me podrías explicar esa afirmación, pe? jajaja (cada loco con sus expresiones).
- Claro que sí: el peso chileno,  la moneda más liviana y pequeña de las nuestras (de apenas 15 mm de diámetro, elaborada de estaño, creo), es realmente un saludo a la bandera, pues no sirve prácticamente para nada, es preferible rechazarlas cuando te las quieren dar de vuelto. De eso se han valido los Supermercados, para no entregarte vuelto y pedírtelo de contribución, para alguna institución...y para ellos, obviamente. En cambio, el peso peruano, que realmente se llama un nuevo SOL, equivale a 190 pesos chilenos aproximadamente. La gran ventaja es que si bien con nuestro peso no podemos comprar NADA (nada vale un, dos, tres, cuatro, etc. pesos y aunque juntes 100 de ellos y quieras comprar algo, NO te los aceptarían. Ya me imagino pagando el pasaje de una micro en pesos de a uno; antes que termines de contarlos te echan  abajo, jajaja), con un Sol sí podemos comprar, claro que en Perú, obvio, e incluso con menos, pues existen los céntimos. 
   Acabo de darme cuenta que tengo 6 monedas de un sol, 1 moneda de 2 soles y 2 monedas de 5 soles, además de algunos céntimos. ¡Estoy lista para viajar a Tacna! Jajaja. Los tendré a mano para llevarlos cuando viajemos a Arica. Allá les daré uso. 
   Bueno, este mundo de las bifurcaciones...
    Volviendo al inicio, desde hace años, tenía una Cafetera eléctrica guardada, gentileza de mis queridos, en ese tiempo, colegas Directivos del colegio en el que trabajé, antes de ser expulsada, cual Eva, del Paraíso, por una de las serpientes...
- ¡Oye, qué mal informada estás!
- ¿Acerca de qué? (¿Qué bicho le picó a ésta ahora?)
- No fue la Serpiente la que expulsó a Eva del Paraíso...
- Es que en este caso sí, jajaja...(yo me entiendo, jejeje).
- Tampoco había más de una serpiente...en el verdadero Paraíso, jajaja.
   Entonces, como sumando 1+1 me dio 2, tomé la decisión de no comprar más café en frasco o tarro, por el momento, y aprovechar el café en grano que tenía y la cafetera. De ambas cosas, podían resultar, seguro, deliciosas, aromáticas y numerosas tazas de café en grano.¡Mmm! Hace unos dos años compré dos bolsas de café en grano, pero al no saber usar la cafetera, quedaron guardadas. Así que mi proyecto de ahora, tenía la materia prima en calidad y variedad suficientes.
   Llegó la hora en que el frasco de café instanstáneo liofilizado quedó vacío. Eso sucedió exactamente el 30 de diciembre en la mañana, por tanto, en la tarde-noche del mismo 30 debía abocarme a la tarea de la producción de café en grano líquido (el café, no el grano, que yo sepa no hay granos líquidos, si fueran líquidos dejarían de ser granos, pasarían  a ser gotas, jajaja, y eso ya es otra historia). Primero es lo primero: sacar de su lugar de "estacionamiento" la cafetera, desempolvarla, lavando sus partes usables, de acuerdo a lo que la lógica me indicaba. No la tenía en su caja original, la que seguramente había sido desechada por mí, por un tema de espacio. Junto con irla limpiando y lavando, traté, con una de mis múltiples  inteligencias, de entender el mecanismo de funcionamiento. 
- ¡Hummm! ¡Yo no te pasaría ni la más mínima máquina! 
- ¡Oye, que te crees! Para que sepas, yo creo que me habría desempeñado súper bien en la Era de la Revolución INDUSTRIAL...
- ¡Jajaja! ¡Claro! ¡Habría surgido una Revolución espontánea para que te alejaras de allí! 
- ¡Mujer de poca fe! ¡Ya verás!
- ¡Usa el Manual de instrucciones, mejor!
- ¡Ya no existe, aunque tampoco lo necesito! 
- ¡Diablos! Mejor cierro los eyes...
  Primero descubrí que en la parte superior tenía un depósito para el café, luego me acordé que hace dos años, cuando quise usar el artefacto, había sacado algo de la cafetera, busqué en el mueble de tazas y vasos y ...¡eureka!, encontré lo que correspondía al filtro. Uff, menos mal, si no mi plan habría fallado. 
  Probé a que todas esas partes calcen y que cierren bien, ensayé hasta lograrlo. ¡Bravo!  Vamos a la otra parte de la estructura: el lugar que está al aire y donde se ubica el envase de la cafetera de vidrio. La saco del lugar, la lavo y me doy cuenta que tiene medidas (4,6,8,10 y 12).¡Humm! ¿Serán las cucharadas de café, las tazas de agua o café? Veremos. Le echo agua hasta el número 4. ¿Será suficiente? Saco el agua para medirla con una taza y opto por echarle 3 y un poco más de agua...fría. Supongo que si esta cafetera es eléctrica, no tengo para qué echarle agua caliente. ¡Ya! Ahora a echar el café en el filtro: una, dos, tres cucharadas soperas (me olvidé que trae una cuchara plástica de medida) ...y otro poquito porsiaca. ¡Listo! ¡A enchufar! 
   En la parte superior frontal tiene una señalización donde aparece el dibujo de una taza de café en cada extremo, una taza con puntos y la otra no, para lo cual se usa una especie de perilla. ¡Ya! Eso debe ser. La primera taza debe ser el café molido y la segunda el café líquido y como es eso lo que yo quiero, moveré la perilla hasta allá. Muevo para un lado y para otro y no pasa nada. ¡Qué diablos! ¿Cómo se hace esta cosa?
   Busco por otros lados y ...¡tate! En el lado inferior derecho hay un especie de interruptor de color rojo, con dos posiciones: una marcada con un círculo pequeño y la otra con un guión. ¡Humm! Si fuera "on" y "off" sería más fácil (para uno que maneja el inglisch, digo yo, jajaja). ¡Bien, tú eres grande Principessa! ¡Aquí está la madre del cordero! ¡En un par de minutos más tendré en mis manos una deliciosa taza de café de grano!
   Cambio de posición el interruptor y muevo también la perilla de arriba. Escucho un ruido, que significa funcionamiento, pero no veo que el agua se esté poniendo café. ¡Diablos! ¿Qué faltará? ¡Uppss! ¿Y ese olor? ¡No es a café precisamente sino a quemado! ¡Socorrroo!
   Apago la cafetera, deja de sonar. Espero un momento. ¡Ya! Saco la cafetera de vidrio y el agua está tal cual. Reviso el compartimento del café y está tal cual...No huele a quemado...¡Humm! Mejor voy a buscar en internet. Llevo  mi teléfono a la cocina, activo los datos y me introduzco en google buscando funcionamiento de una cafetera Thomas. Encuentro varias entradas, una de ellas dice "Cómo usar una cafetera: 15 pasos". Abro esa página y cuando voy en el paso 5 ya no quiero más, habla de filtros, de moler café, la cafetera tiene una serie de indicadores. ¡No me sirve! Lo que sí, veo que en la parte superior, la cafetera digital tiene un compartimento. ¡A ver, a ver, si ésta, que no es digital, lo tiene! ¡Sorprise! ¡Sí tiene un compartimento que no había descubierto! Es una especie de depósito, como el interior de un termo, que tiene una angosta manguera plástica desde arriba hasta abajo. ¿Qué habrá que hacer con este espacio? ¡Chanfles y rechanfles! 
   Google de nuevo. Esta vez recurro a un tutorial que hay como segunda entrada y que dice "¿Cómo se usa una cafetera?", gentileza de youtube. ¡Acción! Una joven mejicana va explicando como usarla y hasta determinado momento todo lo que yo había hecho estaba bien, hasta que...luego de  echar agua a la cafetera de vidrio, como también lo hice yo, abre la tapa superior de la cafetera y ...¡¡vacía toda el agua allí...!! ¡Plop, Pepo! No puedo exigir una explicación, porque tuve clarísimo mi error anterior. ¡Yo no le había echado agua a ese depósito, por lo tanto, imposible que saliera café! Claro, es una máquina de hacer café, no de milagros, jajaja. Por suerte la apagué, de otra manera lo único café habría sido la manguera cuando se hubiera quemado, jajaja...
  Luego de agradecer mentalmente la solidaridad latinoamericana, procedí a echar a andar la cafetera como correspondía, obteniendo el resultado esperado. Como le agregué un poco más de agua de la que había en el envase de vidrio, porsiaca,  obtuve más café líquido. 
   Luego de terminado el proceso, me acordé que hacía unos meses había comprado un kilo de azúcar rubia. De puro snob lo hice y porque pude y quise hacerlo no más. Hasta la fecha no había tenido necesidad de abrir el paquete (no uso azúcar, sino endulzante, de preferencia sucralosa en grageas), pues, ahora, era el momento. ¡Qué mejor: café de grano con azúcar rubia! (hasta en el azúcar, las rubias tienen su qué sé yo...para algunos y algunas).
   Preparé unas tostadas, ubiqué una mesita de arrimo con todo lo necesario y me dispuse a disfrutar de algunas tazas de café al atardecer-anochecer casi. Noté el café un poco simple, pero igualmente estaba feliz. Ya iría afinando la mano en siguientes ocasiones. Esto era sólo el inicio. 
(Acabo de recordar que me encantan esas librerías  con cafetería al interior, las he visto pero no he estado en la situación  de degustar uno o más café en un local de éstos. Cuando vaya a Santiago buscaré una Librería-Cafetería. Debe ser fantástico,.. como en palacio,.. claro que un poco más caro).
   Al final, después de tomar tres tazas de café no pude seguir con otra más. El estanque estaba lleno (jajaja). Lo dejaría para el día siguiente, lo calentaría en una especie de cafetera de vidrio que tengo, especial para poner sobre el gas, o en el microondas. 
- Así que aprendiste a preparar café en tu cafetera, Princess. 
- ¡Muy cierto! Pero, al mismo tiempo,  aprendí otras cosas...
- ¿Ah, sí? For example:...
- 1. Creo que, aunque hubiera nacido en la Era Industrial, no habría inventado nunca una máquina.
  2. Tampoco habría sido buena como maquinista u operadora de algún artefacto, salvo que éste hubiera tenido sólo dos posiciones, y con on y off claramente señalizados.
  3. Google y youtube sirven para más que algo y sacan de apuros.
  4. No debo tomar más de dos tazas de café de grano. Dormí bien esa noche, pero desperté con el "estógamo" medio revuelto. Parecía resaca la cuestión. 
  5. Recién hoy, al tomar la foto de la cafetera, me di cuenta que unos centímetros más arriba del interruptor de encendido-apagado, hay una línea con los mismos números del envase de vidrio de la cafetera, 4,6,8,10,12, lo que significa que están relacionados (jajaja). Por tanto, no hay peor observador que el que no quiere o no sabe mirar.
  6. Los regalos hay que usarlos inmediatamente, de otra manera corres el riesgo de perder el manual. 
- ¡Princess! ¡Pero no todos los regalos traen manual de instrucciones!
- ¿En serio? ¡Humm! ¡Mal hecho! ...jajajaja.
- ¡Oye! ¡Espera! No me has contado cómo y dónde  lo pasaste la noche de Año Nuevo.
- Aquí, en la terraza, degustando un pequeño y "sofisticado" cóctel que me preparé, sirviéndome un Cosecha Errázuriz y mirando los fuegos artificiales.
- ¿Muy triste?
- ¡Noo! Tranquila,  en paz después de haberme contactado con todos los de la familia, asumiendo mi vida tal como es,  con todo lo bueno, lo extraordinario y lo no tan bueno que suele tener,...viviendo el momento de la mejor manera...¡Qué sabia, ¿no?
  

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