domingo, 15 de octubre de 2023

Sol y viento...

   

   Hoy me costó levantarme. Casi me enojé con la alarma de mi Galaxy S 23. Después  le sonreí a manera de disculpa. Me levanté igual. Tenía que conquistar el mundo y ...Casapueblo. Cuando me enteré de que no quedaba en la misma ciudad y para llegar hasta allá había que tomar locomoción, no me simpatizó mucho la cosa. Pero tenía el tiempo y los morlacos. No había excusa entonces. Es un hito imperdible para los que vienen a esta zona. Por lo que, temprano, 9,30 hrs., iba saliendo del hostel para dirigirme a "la" Terminal (como le dicen acá) para tomar un ómnibus. Primero era lo primero: comprar mi pasaje de mañana para regresar a Montevideo (desde ese aeropuerto vuelvo a Chile) y, luego,  el que me llevaría a Casapueblo. Me fui en un bus "1a.Clase", no porque me hubieran reconocido ni por ser vip. Es una forma eufemística de nombrar a los buses más cacharrientos, que ni les alcanza para un segundo piso, 🥴. Sólo 13 kms. hay hasta la entrada del camino a Casapueblo, pero como los buses no ingresan (salvo que sean turísticos) yo debí caminar, en subida una parte, aproximadamente 1,5 a 2 kms. No estoy segura pues no calculé la distancia. De todas formas, antes de subirme al bus en Punta del Este ya había caminado 2 kms. en lugar de 500 mtrs., pues me equivoqué de ruta al Terminal, 😁. Yo cada vez juro que estoy super orientada -ahora sí que sí, me digo- y de nuevo me pierdo, 😂.   

   El sector donde se ubica esta mansión tan especial es una salida de tierra denominada Punta Ballena, que no sé si se llama así por la forma o por la llegada de dichos cetáceos. Busqué  y encontré. Es por la ondulación del terreno de la península, que semeja el lomo de un cetáceo. Tal como me habían dicho (y me había parecido de una fotografía vista) la construcción es semejante a las existentes en la famosa Isla griega Santorini, aunque con más vueltas caprichosas y embelecos, 😉. Además de ser una hermosa y blanca construcción a orillas del mar, su creador y dueño fue el pintor, ceramista, escultor, escritor, compositor y constructor uruguayo Carlos Páez Vilaró (1923 - 2014), quien comenzó a modelarla con sus propias manos el año 1958. En la actualidad  es una Casa Museo, restaurante y hotel. Siendo para mí un desconocido, lo primero que hice fue asistir a una pequeña sala de cine a ver un video acerca de su vida. ¡Admirable! Viajó por todo el mundo, vivió en varios países, incorporó la vida, las costumbres, el arte, la música africana a su propia expresión artística, transformada en arte-denuncia.  Pinturas, dibujos, esculturas, cerámicas  y otros artefactos forman parte de cada uno de los espacios de la singular vivienda. Los colores recurrentes son el blanco y el azul, aunque, según sea la obra, los otros matices de la rosa cromática están presentes. Hay un hito en la vida de Páez Vilaró que nos hermana: la caída de un avión en la Cordillera de Los Andes el año 1972, pues allí iba uno de sus hijos, sobreviviente al accidente. Ese hecho está ampliamente documentado con reportes de periódicos en la Casa Museo.  

    Después de recorrida la casa, comprado un par de recuerdos para mí de mí parte, 😂,  fotografiados los espacios y la casa me marché por donde llegué. Estuve en la carretera unos 20 minutos esperando hasta que, al fin, un bus se detuvo y me trajo de vuelta. Tres anteriores, de 2 pisos, no se habían detenido. Al llegar a Punta d.E. quise hacer hambre (ya eran las 13,30 hrs.) caminando un rato más allá de la Playa Los Dedos (fue grande la sorpresa al enterarme de que la emblemática escultura es de un escultor chileno), pero resultó toda una complicación.  Para no bajar al arena, sino hasta la vuelta, me fui por la calle inmediatamente superior. No obstante, como  estaban desmantelando una actividad de rally, había camiones, buses, gente, tiendas, etc. En varias cuadras. Al fin pude llegar a la playa y me encontré con un lugar en que era imposible permanecer peinada. El viento era feroz en Playa Brava, el oleaje por consiguiente y sólo estaban allí los practicantes de kitesurf, un verdadero desafío para amantes de la adrenalina. Además de llenarme de arena voladora, pude sacar varias fotos de las acrobacias de estos deportistas, amén de observar en primera línea la técnica de ingreso al agua. ¡Bellísimo!  

   Hoy almorcé  decentemente, es decir, SIN papas fritas y con ensalada, en tanto la cantidad fue más moderada. El precio también fue moderado (10 mil pesos chilenos) pero no menos sabroso el bistec de cerdo con ensalada mixta. Posterior a la ingesta alimenticia, hice un poco de vitrineo y estuve a punto de hacer tiritar mi tarjeta comprando una chaqueta top y deportiva (como si hiciera tanto deporte, jajaja). A buena hora  me arrepentí, 😇. Volví al hostel para salir después de descansar un rato y tomarme un rico té de frutos rojos. La última salida era para ver la puesta de sol caminando por la Rambla e intentar llegar al Faro de la ciudad. Ambas tareas cumplidas  a cabalidad. Fue curioso corroborar la costumbre puntaesteña de instalarse sobre el prado bajo las palmeras ribereñas, tomando mate, conversando y esperando el atardecer, al menos eso me pareció a mí. No creo que hayan estado esperando un concierto, a los extraterrestres o un milagro. 

  Después  de terminar esta crónica, seleccionar fotografías y elaborar los collages, me queda la tarea de arreglar mi maleta. Mañana temprano abandono Punta del Este. Ha sido una excelente fecha para visitar la ciudad, muy buen tiempo para conocer y caminar. Ignoro si para bañarse porque aquello no me ocupa. Para tomar sol también a quien quisiera hacerlo. ¡Y para gastar, por supuesto, aunque me parece que en temporada alta los valores suben más! Me voy contenta de haber estado acá, recorrido sus puntos de interés y de haber estado a la altura de la gente linda. Denantes, para despedirme como la ocasión lo requería, me puse mi parka noruega con pluma de ganso nórdico y mis mocasines de cuero con diseño (no "alpargatas" como les llamó alguien; ¡qué poco roce!). Me sentí como en casa, claro que con mi reloj de pulsera Casio bien escondido, 😂.  Hasta pronto.  







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