Precisamente fue lo único bueno de mi almuerzo de hoy: el pan y el vino. Hacía un par de días que tenía deseos de comer pescado, de manera que cuando vi la oferta de "pescá" con salsa de puerro y puré, me dije: "¡Excelente, ésta es la mía!". Ingresé al restaurante "Sal y Pimienta" e hice mi pedido. Esta vez, para estar a la altura del pescado -corvina-, solicité una copa de vino blanco, que llegó llena hasta los bordes. ¡Primera vez que me sirven una copa tan llena! ¡Bien por mi, 💪😅 ! También la panera llegó con abundante pan y bastante bueno! Pero, pero...cuando me llevaron el plato principal ¡casi se me cayó el pelo! Se veía tan poco atractivo como estaba realmente. El pescado estaba sumergido y aplastado por una capa de una salsa con unos trozos verdes y, al lado se ubicaban tres montoncitos de puré de papas. Para cortar la monotonía del blanco invierno, pusieron en el plato un par de ganchitos de perejil marchito, de color amarillento, con una redondela de zanahoria cruda. ¡Qué plato más fome en su presentación y en su sabor! ¡Cómo sería, que sólo me comí la mitad del puré, a pesar de que pensé en lo caras que están las papas en Chile. ( y en los niños que en África no tienen qué comer, ☺) . A eso se debe que en palacio no haya comprado papas por meses y me quede sólo una papa de las 5 que quedaban, 🎶🎶... El pescado en salsa lo consumí porque iba a tener que pagarlo, pero sin ganas. ¡Qué desastre!
¡Quedé molesta por mi desacierto en acertar con un buen local para almorzar! Por ello, cuando la joven me preguntó cómo estaba la comida, yo respondí que no me había gustado y que lo mejor había sido el pan y el vino. Seguro que fue chocante para la mujer pero no iba a estar mintiendo. Si alguien piensa que podía haberlo dicho más suave o con más diplomacia, debo señalar que hasta Van Klaveren ha cometido errores, no me van a pedir a mí que lo haga mejor si lo que menos he estudiado es diplomacia, 😂. Para completar la mala onda, cuando me llevó la cuenta vi que había una cantidad bajo el subtítulo de "cubierto". Pregunté qué era eso y se me contestó que se cobraba por el servicio utilizado, vajilla, cuchara, cuchillo, etc. ¡No podía creerlo! Me quedé pensando sola y dándole vueltas al asunto. Y me dieron ganas de consultar si cobrarían igualmente si uno llevaba el plato y el servicio, 🤣😂😅. ¡Qué cosas!, ¿no?
La brisa marina, algo intensa a ratos, el bello día y la expectativa de una caminata por la hermosa y lunga rambla Costanera me hicieron olvidar el malestar por la mala comida. La caminata del día arrojó 18.813 pasos (12,500 kms), bastante menos que ayer, lo que se explica porque durante la mañana estuve viajando y ahí los kilómetros estuvieron a cargo del bus. Salí a las 8 de la mañana desde Colonia para llegar a las 11 a Montevideo. Desde allí me subí a un nuevo bus , que me dejaría en la bella y costera Piriápolis a las 13,30 hrs. Rápidamente di con el lugar de alojamiento, preguntando por aquí y por allá, sin recurrir a un taxi, pues sabía que estaba cerca del terminal de buses, lo que resultó verdad.
En el edificio en que había reservado habitación me atendió el doble de Kike Morandé, 😂: el mismo tollo, la misma facha y hasta parecido. Cuando fui a pagarle me costó terminar la conversa con él. Puras alabanzas hacia nuestro país, pelambre a Uruguay y especialmente a Argentina. Y de paso también a Venezuela, Perú y Bolivia. Se ve que aún tienen en varios países un concepto desfasado de la realidad chilena.
¡Qué vistas más soñadas! Esto sí que es suerte. Nadie me recomendó este lugar. Sólo lo elegí por el espíritu de la tinca. Me gustó el nombre y la ubicación, más un par de fotos que vi. PIRIÁPOLIS me sonó a griego y tengo tan buenos recuerdos de mi viaje por esos mares, islas y península, que nada podía resultar mal. Y así fue. Estuve evaluando seriamente la posibilidad de ir a Buenos Aires en Ferry toda vez que sólo son 50 kms. rectos. Algo caro resulta pero más que eso, fue todo el trámite y el traslado de equipaje, más un viaje demasiado a la rápida para la capital de un país, aunque sea Argentina, 😁.Finalmente decidí quedarme en Uruguay, concentrándome en parte de su costa. Así que aquí me tienen, a media cuadra de la rambla, disfrutando hace un par de horas de un maravilloso atardecer en el mar. Un mañana espectacular me espera, sin duda. Hasta pronto.
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