En más de una película de época (y también épica) vi alguna vez el martirio aplicado a hombres enterrados hasta el cuello y que luego jinetes corrían por encima usando la cabeza de la víctima -aún viva- como si fuera una pelota (versión antigua del deporte actual llamado Polo). La cabeza generalmente no "volaba" pero terminaba transformada en un amasijo de carne y huesos (disculpen la imagen poco poética).
La estrategia política de estos días en nuestro país pareciera ser otra versión de la misma tortura-deporte, aunque sin el carácter deportivo del polo (ni de la tortura literalmente hablando). Se trata de "volarle" la cabeza a algunos candidatos o enemigos ideológicos a través de revelación de información personal, fakenews, nuevas versiones o reediciones de noticias antiguas, suposiciones o, finalmente, información verdadera pero "secreta". Ese dato, sea verdadero, semiverdadero o falso, se transforma en "tendencia" y mientras algunos se sienten "obligados" a opinar, otros son interpelados a contestar y marcar su posición. En tanto, los responsables de "enterrar" a la víctima (periodistas, jueces u otros políticos) y dejarlo listo para el "descabezamiento" deben "sacar cuentas alegres", como dicen los "comunicadores sociales". Ésta es la manera de hacer campaña en la actualidad o de "combatir" al adversario. Todo vale con tal de que los consumidores de información -nosotros, los cuidadanos de a pie-, y eventuales votantes, vayan inclinándose y favoreciendo con el voto su "sacrificada" y "noble" labor de desentrañar tramas ocultas y acciones pecaminosas.
La discusión de ideas ya no sirve, está "out" como diría el antaño farandulero Gonzalo Cáceres; los planes elaborados, tampoco. Aún sin planes ni programas se puede ir adelante hablando fuerte acerca de lo que el "vulgo" quiere -nosotros-, y eso que debe preguntársele sólo a algunos pocos -los más cercanos ideológicamente-. Es que en este mundo postmoderno la verdad como se entendía antes está pasada de moda. No se investiga lo que deseamos para nuestro futuro país; se nos impone una verdad y se repite hasta el cansancio, con palabras grandilocuentes llenas de promesas, que de tanto repetirse adquieren carta de ciudadanía. Así es común oír hablar de territorioS, cambios profundos, dignidad, sistema neoliberal, patriarcado y un largo listado de palabras y expresiones "contundentes". ¡Clichés y más clichés! Nada de soluciones concretas para el ciudadano común que no se alimenta con verborrea. No, ¿para qué? El tiempo de instalarse en el poder es ahora, ¡ya!, y hay que aprovecharlo y refundar todo, miéchica (jajaja, otro anacronismo de mi parte).
Hasta el momento algunas cabezas están a punto de desprenderse de sus cuellos: la de Sichel y cercanos, la de la Ministra de Desarrollo Social, incluso las de Jadue (ésa me tinca que es más dura, además que ya debe tener verdugones de cicatrices bien firmes, jajaja) y del propio Presidente de la República (aprovecharé de utilizar la palabra "República" hasta que no tenga pena aflictiva o económica por ser políticamente incorrecta). ¡El "nuevo" Chile ya viene! 🎶🎵
En fin, "poco pito que tocar" tengo. Ya pensionada he pasado a formar parte de las y los Viejos de m...(como se titulan unas comedias nacionales de hace unos tres años), además que nunca fui militante de ningún partido ni club, salvo que haya sido alguna asociación educativa. Preferí mantenerme relativamente objetiva lo que no quitaba que tuviera mis preferencias e inclinaciones. Salvo en la Universidad, en que realicé algunas acciones concretas como todo universitario que se precie. Ahora sólo me queda el voto, los likes y algunos comentarios razonables. Nada de participación en "manifestaciones" porque yo no me junto con la chusma, jajaja, 😂. Veremos si a fines de año no vuela también mi cabeza (aunque no creo, ¡quién soy yo para que gasten tiempo y esfuerzo conmigo!) según cómo se vayan dando las cosas. O bien, para sorpresa de muchos, la tenga más afianzada que nunca. Hasta pronto.
Bravo Mónica. Que comentario TAN acertado. Me interpretas a mi y muuuuuchos otros. Me deja,eso si, el sinsabor de estar completamente impedida de hacer algo frente a lo que viene.( impedidas por varias circunstancias) ...y nosotras que fuimos extremadamente activas y eficientes en todo aquello en que nos involucrábamos o nos involucraban.
ResponderEliminarMe queda la palabra, como dice un poema de Blas de Otero. Algo es algo. Un abrazo.
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