Mientras pasaba por la Pérgola de nuestra ciudad y observaba in situ cómo estaban descargando flores 🌼 💐 y 🍃🍂hojas frescas, pensé que este día miércoles era un buen día para morirse, 😶. Sí, es así. ¡Qué mejor que bellas y lozanas flores en los diversos ramos y arreglos que harían llegar mis familiares y amigas hasta mi tumba! Hasta podría captar los perfumes...si estuviera viva. Para ser bien práctica, la idea sería "parar las chalas" un día martes y realizar el funeral el miércoles. Total, para qué estar tres días a la espera si no creo que resucite. Un detalle, eso sí, quienes lleven flores cómprenlas el miércoles, pues las del martes estarán bastante marchitas, 😉.
Fuera de bromas y esperando que "mi hora" me llegue lo más lejos posible (ojalá en un plazo de 20 a 30 años como los créditos hipotecarios), siempre que mi salud sea buena o aceptable, sería lindo morirse en primavera. Esta fecha cercana al 1 de noviembre es ideal por el ambiente floral de cada año... ¡Ohhh!, de pronto me viene a la memoria el título de una obra dramática del español Alejandro Casona llamada "Prohibido suicidarse en primavera" que tuve el privilegio de dirigir y llevar al escenario mientras trabajaba en el Liceo de La Unión por la década del '80 del siglo pasado. Me parece escuchar un ¡uhhh! de música de fondo, 😂.
Lamentando no tener por segundo nombre Faustina, venía pensando mientras regresaba a palacio, que podría ofrecerle mi alma al Malulo si me asegurara 25 años al menos (algo así como lo que hacen los que toman un hipotecario con un banco, 😁). Total, me dije, si no hay nada al otro lado, da lo mismo. Pero si no hubiera nada, me respondí yo misma, qué interés tendría don Sata de hacer un pacto. Más mejor que no,😓. De improviso aparece ante mí una escena: dos hombres inclinados ante un globo terráqueo eligiendo al azar un lugar. Trato de hacer memoria: es la escena inicial de una obra de Morris West (uno de mis escritores preferidos en mi adolescencia), Las sandalias del pescador. Busco en Internet para verificar si mis recuerdos no me fallan pero no logro encontrar esa escena y el argumento no se ajusta. Sigo buscando y casi me doy por vencida cuando pienso en A.Casona, dramaturgo ya mencionado más arriba. Busco un listado de sus obras y...¡tate! La obra se llama La barca sin pescador. Algo en común tenía con el título anterior pero era de otro autor. ¡Qué vergüenza, 😡! ¡Vaya error! Al menos en ambas había un pescador, 😂, y en eso no me equivoqué. Lo comento porque a estas alturas ya no pretendo ser perfecta (lo fui pero ya me "curé" de aquello, 😂).
Volviendo al tema inicial, es un acertijo no resuelto esto de qué es mejor: saber o no el día en que uno se va a ir al "patio de los callados" (creo que les confidencié una vez que en el Liceo de La Unión, donde también fui alumna, había un patio interior conocido con ese nombre; era utilizado por los que querían estudiar. Si mal no recuerdo -ya no confío mucho en ello, 😅- había un gran árbol en el centro del patio, como ese gran arce de Juego de Tronos, pero no era rojo, salvo que yo haya sido daltónica en ese tiempo). Aún no sé si será mejor saberlo o no, decía. Ambas posibilidades tienen ventajas y desventajas. Saber cuándo permitiría prepararse y dejar todo ordenado, pero la angustia de lo desconocido y/o de la nada podría ser insoportable. En fin, lo relevante es que no lo sabemos y eso no es negociable, independiente de sus ventajas o desventajas.
Es impresionante que, luego de haber deseado con ansias llegar a "grande" cuando era niña, llegar a adulta y alcanzar la independencia cuando era adolescente, que mi hija sea grande cuando era pequeña, lograr estabilidad económica y emocional, etc., en todos esos deseos y anhelos pasó la mayor parte de mi vida. Miro hacia atrás -porque hay que hacerlo de vez en cuando- y todo parece haber transcurrido en un suspiro. Por suerte que, aunque los años por vivir ya sean bastante menos que los vividos, mi espíritu no ha envejecido. Imagino que a todos o casi nos pasa lo mismo. Ojalá pudiéramos ver en el espejo ambas imágenes, la real y física que responde a los años calendario y la que se siente en el ánimo y en el alma (bueno, es lo mismo, ánima=alma). Sería maravilloso para poder reconciliarme con el espejo, que de un tiempo a esta parte se ha transformado en mi peor enemigo.
y esté al partir la nave que nunca ha de tornar,
me encontraréis a bordo, ligero de equipaje,
casi desnudo, como los hijos de la mar."
Retrato, An tonio Machado.
Versos perfectos para terminar el escrito. Lo importante es que, además de ligera de equipaje, esté ligera de culpas y arrepentimientos. Trabajaré en ello. Hasta pronto.
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