sábado, 30 de octubre de 2021

Contracorriente...

  

  Siempre me han llamado la atención aquellos peces -los salmones, mis favoritos- que nadan contra la fuerza de la corriente en una especie de suicidio y lucha titánica a la vez, digna de asombro y de solidaridad por la casi inutilidad de sus esfuerzos, aunque con un objetivo que no puede ser más loable: la sobrevivencia de la especie. Seguro que si Darwin observó aquello (no he leído nada específico de este naturalista y científico, sólo sé algunas generalidades de él y vi en una ocasión una película biográfica) debe haberse detenido en su análisis.  

   No es fácil luchar contra los elementos; es considerado heroico pues se corre el riesgo de perder la vida. Sucede cuando hay un bien mayor que se defiende o se quiere preservar -otra vida o un valor trascendental- por sobre la vida propia. Por eso son pocos los héroes, al menos los conocidos, aunque hay muchos anónimos que en más de una ocasión logran aparecer unos minutos en televisión 📺.     

   El ámbito político de nuestro país está tan desprestigiado que si acaso son raros los casos dignos de admiración, menos podría aparecer alguien con categoría de héroe. Ya no somos un país de héroesni siquiera los hay de segundo o décimo orden. Es probable que más de alguien pueda -y así es- elevar a dicha categoría a alguna persona que comparte su ideología política, pero aquello no alcanza para que otras personas lo evalúen objetivamente como tal también y coincidan con el admirador(es). En la actualidad hay tal nivel de corrupción en este quehacer que hasta podría considerarse merecedor de alabanzas quien simplemente no haya caído en esta fase de descomposición valórica cada vez más considerada "normal". El pequeño problema es que sería muy difícil probarlo fehacientemente, porque, al hacer un parangón con la situación de un ciudadano frente a la ley, la máxima tendría que ser 'se es corrupto hasta que se demuestre lo contrario'. Terrible, ¿verdad? 

   Además  de este "detallito" de la corrupción, está la indecisión y la cobardía en nuestros "honorables", lo cual, para salir mejor parados frente al escrutinio público, se disfraza de 'actitud analítica'. Es así como se ha puesto de "moda" decir que se está "en reflexión" cuando se quiere eludir una respuesta, que traerá más de un ataque, funa -o "reacción"- de los adversarios o de los propios seguidores. La altura moral está a tal nivel de derrumbe que se elude decir lo que se piensa o se cree para evitar consecuencias. Una de dos: o se ingresa a un estado de "meditación" en busca de la "iluminación" o se elude una interrogante con respuestas cantinfleras o palabras altisonantes.  

   Por ello es que me ha llamado la atención la actitud de la senadora Carolina Goic, a la que he llegado a calificar de "mujer valiente". ¿Hasta cuándo le durará  la valentía? me pregunto. ¡Quién  sabe!, me respondo yo misma. Tal vez ya ha bajado su nivel y simplemente yo no me he enterado. Las "reacciones" no se hicieron esperar y los ataques adquirieron la categoría de un chantaje feroz, hasta con alusiones personales referidas a sus problemas de salud de parte de una colega muuyy "Humanista".  Es probable que aquello la haya afirmado con mayor razón en su postura. Una persona sobreviviente de una enfermedad catastrófica adquiere fortaleza añadida.    

   La senadora no es la única que ha actuado u opinado en contra de su colectividad pero cada vez los casos son más escasos (lo afirmo con rima y todo). La presión de sus "correligionarios" y de muchos usuarios de las redes cada vez es mayor, a lo que se deben agregar las funas y ataques físicos que no pocos han sufrido o casi. Ante ello no podemos hacernos los sorprendidos. Desde hace mucho tiempo que los valores universales ya no son inamovibles e iguales de aspirables para todos. Más de algo -o mucho- "huele mal en Dinamarca", como decía Hamlet. Ahora huele mal en todas partes y lo peor es que nuestro olfato se ha acostumbrado tanto que ya no nos damos ni cuenta. Lo bueno es relativo, lo honesto es una tontería, la mentira es una buena estrategia, la palabrería gana adeptos. Y todos estamos metidos es este mismo torbellino, unos más cerca de ser engullidos por el vórtice que otros. 

   Al final -"a las finales", como dicen muchos, 😂-  no deja de ser una tremenda verdad aquello de que "cada pueblo tiene las autoridades que se merece". No somos muy distintos a los que criticamos -políticos, autoridades, jefes-. A la mano tenemos un tremendo botón de muestra: la mayoría de los y las Sres/Sras. Constituyentes, han dado ejemplo de poner en práctica lo que más criticaban, de no respetar las reglas establecidas, de abusar de su mayoría...y un largo etcétera. Mientras tanto, en la vida cotidiana, nos parece de lo más "legítimo" saltarnos la fila si podemos, tergiversar las situaciones según nos convenga, faltar el respeto, decir garabatos a diestra y siniestra, etc. otra vez. 

   Como colofón, para redondear la idea, viene muy a cuento el breve relato "La solución perfecta" de Alejandro Jodororowski.

  "La solución perfecta 

    La fábrica lanzaba un humo pestilente que impregnaba toda la aldea. Los habitantes  cansados de soportar el hedor, invadieron la carretera nacional enarbolando letreros de protesta. Las autoridades se vieron obligadas a escucharlos, pero trasladar esa industria o clausurarla, como ellos exigían, ocasionaría al Gobierno una pérdida enorme. El ministro de economía encontró la solución perfecta: mediante una simple operación en la nariz de cada aldeano hizo que se les eliminara el sentido del olfato."

   Perfecta solución y todos contentos ...al parecer. Pero estas soluciones "perfectas" no sólo son privilegio de autoridades en la actualidad, también el ciudadano común las ha encontrado y los imitadores son numerosos. Trataré de no contagiarme con esta epidemia, que tiene carácter de pandemia y que lleva todas las trazas de convertirse en endemia, 😱.

jueves, 28 de octubre de 2021

Un buen día para morir...

   Mientras pasaba por la Pérgola de nuestra ciudad y observaba in situ cómo estaban descargando flores 🌼 💐 y 🍃🍂hojas frescas, pensé que este día miércoles era un buen día para morirse, 😶. Sí, es así. ¡Qué mejor que bellas y lozanas flores en los diversos ramos y arreglos que harían llegar mis familiares y amigas hasta mi tumba! Hasta podría captar los perfumes...si estuviera viva. Para ser bien práctica, la idea sería "parar las chalas" un día martes y realizar el funeral el miércoles. Total, para qué estar tres días a la espera si no creo que resucite. Un detalle, eso sí, quienes lleven flores cómprenlas el miércoles, pues las del martes estarán bastante marchitas, 😉.  

   Fuera de bromas y esperando que "mi hora" me llegue lo más lejos posible (ojalá en un plazo de 20 a 30 años como los créditos hipotecarios), siempre que mi salud sea buena o aceptable, sería lindo morirse en primavera. Esta fecha cercana al 1 de noviembre es ideal por el ambiente floral de cada año... ¡Ohhh!, de pronto me viene a la memoria el título de una obra dramática del español Alejandro Casona llamada "Prohibido suicidarse en primavera" que tuve el privilegio de dirigir y llevar al escenario mientras trabajaba en el Liceo de La Unión por la década del '80 del siglo pasado. Me parece escuchar un ¡uhhh! de música  de fondo,  😂 

    [Entre paréntesis. Poner en escena esa obra constituyó todo un hito para mí. Lo mantengo entre los logros más satisfactorios y felices de mi quehacer como docente de Castellano en aquel Liceo, en el cual tuve varios debo agregar. Fue una temporada completa de trabajo para el Taller de Teatro a mi cargo. Ensayos, preparación de escenografía, correcciones, vestuario, ensayos y... más ensayos. El grupo de actores y de escenógrafos fue extraordinario. Pertenecieron a él buena parte de los alumnos más destacados a los que hice clases en esos 6 años de docencia. La representación resultó impecable y el marco en el que se desarrolló fue el Hotel Alemán de esos tiempos, que contaba con un fabuloso escenario. No agregaré nombres de quienes participaron pues, aunque me acuerdo de algunos, también debo admitir que he olvidado a varios y no sería justo. Es una obra en que el amor y el deseo de continuar viviendo le gana la partida a la desesperanza. Cierro paréntesis].

   Lamentando no tener por segundo nombre Faustina, venía pensando mientras regresaba a palacio, que podría ofrecerle mi alma al Malulo si me asegurara 25 años al menos (algo así como lo que hacen los que toman un hipotecario con un banco, 😁). Total, me dije, si no hay nada al otro lado, da lo mismo. Pero si no hubiera nada, me respondí yo misma, qué  interés tendría don Sata de hacer un pacto. Más mejor que no,😓. De improviso aparece ante mí una escena: dos hombres inclinados ante un globo terráqueo eligiendo al azar un lugar. Trato de hacer memoria: es la escena inicial de una obra de Morris West (uno de mis escritores preferidos en mi adolescencia), Las sandalias del pescador. Busco en Internet para verificar si mis recuerdos no me fallan pero no logro encontrar esa escena y el argumento no se ajusta. Sigo buscando y casi me doy por vencida cuando pienso en A.Casona, dramaturgo ya mencionado más arriba. Busco un listado de sus obras y...¡tate! La obra se llama La barca sin pescador. Algo en común tenía con el título anterior pero era de otro autor. ¡Qué vergüenza, 😡! ¡Vaya error! Al menos en ambas había un pescador, 😂, y en eso no me equivoqué.  Lo comento porque a estas alturas ya no pretendo ser perfecta (lo fui pero ya me "curé" de aquello, 😂) 

   Lo curioso es que en esa breve escena grabada en mi mente también hace su aparición el diabólico. Y yo me había referido hacía unas líneas a Fausto. En fin, cada vez creo menos en las "casualidades". ¡Momento, momento! No sugiero nada de carácter escatológico ni esotérico. Simplemente creo que es el resultado de las extraordinarias asociaciones que realiza nuestra máquina pensante, parecido a lo que hace Internet cuando se entera de nuestros intereses y nos hace llegar en todos los anuncios posibles alternativas que satisfarían el interés manifestado. No sé si me explico o he logrado la mejor imitación de la verborrea cantinflera, 😅.  

   Volviendo al tema inicial, es un acertijo no resuelto esto de qué es mejor: saber o no el día en que uno se va a ir al "patio de los callados" (creo que les confidencié una vez que en el Liceo de La Unión, donde también fui alumna, había un patio interior conocido con ese nombre; era utilizado por los que querían  estudiar. Si mal no recuerdo -ya no confío mucho en ello, 😅- había un gran árbol  en el centro del patio, como ese gran arce de Juego de Tronos,  pero no era rojo, salvo que yo haya sido daltónica en ese tiempo). Aún no sé si será mejor saberlo o no, decía. Ambas posibilidades tienen ventajas y desventajas. Saber cuándo  permitiría  prepararse y dejar todo ordenado, pero la angustia de lo desconocido y/o de la nada podría ser insoportable. En fin, lo relevante es que no lo sabemos y eso no es negociable, independiente de sus ventajas o desventajas.  

    Es impresionante que, luego de haber deseado con ansias llegar a "grande" cuando era niña, llegar a adulta y alcanzar la independencia cuando era adolescente, que mi hija sea grande cuando era pequeña, lograr estabilidad económica y emocional, etc., en todos esos deseos y anhelos pasó la mayor parte de mi vida. Miro hacia atrás -porque hay que hacerlo de vez en cuando- y todo parece haber transcurrido en un suspiro. Por suerte que, aunque los años por vivir ya sean bastante menos que los vividos, mi espíritu no ha envejecido. Imagino que a todos o casi nos pasa lo mismo. Ojalá pudiéramos ver en el espejo ambas imágenes, la real y física que responde a los años calendario y la que se siente en el ánimo y en el alma (bueno, es lo mismo, ánima=alma). Sería maravilloso para poder reconciliarme con el espejo, que de un tiempo a esta parte se ha transformado en mi peor enemigo.  

   "Y cuando llegue el día del último viaje

y esté al partir la nave que nunca ha de tornar,

me encontraréis a bordo, ligero de equipaje,

casi desnudo, como los hijos de la mar."

Retrato, An tonio Machado.

  Versos perfectos para terminar el escrito. Lo importante es que, además de ligera de equipaje, esté ligera de culpas y arrepentimientos. Trabajaré en ello. Hasta pronto. 

   

martes, 26 de octubre de 2021

No mires atrás...

  

    ¡No mires atrás!, le dijeron a la mujer de Lot, mientras escapaba con su familia de Sodoma antes de que ésta fuera destruida, pero ella miró. Y ¡zas! Nada menos que fue convertida en estatua de sal, que aún existe en un monte a orillas del Mar Muerto en Jordania. Al parecer, la furia de Yahveh ante la desobediencia de la mujer -y de los sodomitas- tuvo consecuencias de larga duración desde nuestra perspectiva humana. Jordania es un país desértico, donde el mar que posee es salado y las pocas fuentes de agua dulce son un verdadero tesoro, insuficientes para cubrir las necesidades de la población. La escasez hídrica es una amenaza real en este lugar. Flaco favor les hizo Yahveh a los antepasados de los jordanos. A pesar de lo anterior, les adelanto que no voy a hablar de ellos ni de esta increíble nación, que surgió, parece, por culpa de la esposa de Lot. Las interpretaciones del castigo a esta congénere hablan de desobediencia, curiosidad, añoranza y nostalgia por un tipo de vida pecaminosa. Y fue juzgada por una miradita echada a la rápida. Para tranquilidad de las almas sensibles, dicen los exégetas que no es más que una metáfora. 

  [Entre paréntesis: después de un concienzudo análisis he llegado a la conclusión de que en este mito bíblico está el origen de la expresión "la curiosidad mató al gato", curiosidad que también se le ha achacado, en general, a todo el género femenino en calidad de defecto. Imagínense a Marie Curie sin curiosidad: no habría descubierto el polonio ni el radio, con la ayuda de su marido. Cierro paréntesis]. 

   Me sentí aguijoneada a escribir debido a un mensaje que subió una amiga de Facebook, colega para mayor especificación. Entre mis tareas autoimpuestas, acostumbro a revisar a diario, al menos una vez, las "noticias" de fb. En esa revisión doy más de un like,  o 😂 a alguna publicación, o realizo algún comentario, todo siempre y cuando lo que allí aparezca esté completamente de acuerdo con mis ideas. De otra manera, "paso". Hace un par de días apareció una publicación en la cual se señalaba que vivir sólo significaba ir hacia adelante -de lo que no me cabe  duda- pero, agregaba, que no había que mirar hacia atrás. Analicé la propuesta y me abstuve, pues no estaba en sintonía con la última parte, al igual que le sucedió a la cónyuge de Lot. A pesar de ello, sin que haya ningún Lot en mi vida, quedé "sacándole punta al lápiz" (expresión recién inventada por mí, 😁). Mientras "rumiaba" las razones de mi disentimiento consideré que podría hacerle un bien a este mundo si las compartía.    

   Es cierto que la vida tiene sólo la dirección hacia adelante >>>. Imposible  retroceder, salvo que seamos como Benjamín Button o se produzca una involución emocional, que no es el caso. No podemos ni debemos quedarnos estancados para siempre en una situación o momento específico de nuestras vidas. Tal vez, algo paralizados si cabe, según las circunstancias que nos toque vivir, lo que será, si sucede, por un tiempo acotado (a excepción de que se produzca un desajuste mental irrecuperable). No obstante, también es una verdad "del porte de un buque" que no podemos prescindir del pasado, lo queramos o no. El aforismo del filósofo y poeta español George Santayana que puede ser leído por los visitantes del bloque número 4 de Auschwitz, "Quien olvida su historia está condenado a repetirla", ratifica la gran cantidad de personas que están de acuerdo con la afirmación, con mayor razón si pretende grabar a fuego las terribles consecuencias de un régimen nefasto. Y esta máxima, que calza a la perfección con lo sucedido allí, también es  aplicable a nivel individual.    

   Uno es lo que es por nuestro origen y pasado, porque allí se encuentran las bases que fundamentaron nuestro presente o porque allí está el motivo que nos hizo rectificar el rumbo. Sea lo uno o lo otro, no hay que olvidarlo y es necesario mirar hacia atrás para aquilatar los avances ...o retrocesos. Es un referente imprescindible para valorar el hoy que estamos viviendo. El doloroso y/o vergonzoso pasado es el obligatorio trago amargo que de vez en cuando deberemos beber hasta que el distanciamiento permita ir inhibiendo los efectos, mientras que, al contrario, la felicidad anterior nos traerá  el deseo de recordar y preservar lo vivido y, tal vez, si cabe, corregir los errores cometidos y ganar en sabiduría. Lo relevante es que ese pasado, bueno o malo, no prevalezca sobre el presente que es el tramo sobre lo cual podemos ejercer alguna acción válida. Al final, lo que tenemos para vivir, como expresó Nicanor Parra en "El último brindis" acaso sea sólo el mañana, pues el ayer ya pasó y el presente no existe. ¡Salud por eso! 😁😂.

domingo, 24 de octubre de 2021

Inolvidables...

 Inolvidable...

    En una novela que leí hace un tiempo ya, el protagonista hablaba de  aquellas personas con las que coincides un breve espacio de tu vida  y  que,  sin  embargo permanecen  en tu memoria por  mucho tiempo. Se transforman en inolvidables, como las que llevas adheridas a tu corazón.  Son personas con las que lograste una   comunicación   extraordinaria   a   pesar   de   ser desconocidos.  Es que el poco tiempo fue de mayor calidad que años de vida.

   Hay personas que han permanecido apegadas a tu vida y se han transformado en inolvidables. Hay otras que pasan un momento fugaz y también lo son. Hice un esfuerzo real, en distintos momentos, tratando de encontrar a esa persona, pero ya en el hecho de realizar un esfuerzo para traer a la memoria más de una vez alguna imagen, hace que no sea inolvidable. Si lo hubiera sido no habría tenido que esforzar mis neuronas del recuerdo. Simplemente no la ha habido. Una pena. No he tenido la suerte de encontrarme con algún mago o maga de los tantos que pululan en el mundo, de incógnito casi siempre, pero que se descubren ante el/la elegido/a. ¿Será que no necesito de su presencia y poder? Si es así,  ¡qué alivio! Eso significa que tengo mis propios poderes. 
La última vez...
   Cuando tomas conciencia que pasaste muchas últimas veces con alguien y no las valoraste lo suficiente, no porque no quisieras a esa persona, sino porque no sabías que aquélla sería la última vez con ella es cuando entiendes el significado de la muerte. En tanto vives la experiencia y la disfrutas como una más de las tantas, que, probablemente, ya has experimentado  con él  o ella,  eres muy feliz o no tanto, en la inconsciencia de todo humano desconocedor del futuro. Y aquellos momentos, cotidianos o especiales, pero a lo mejor no extraordinarios ni excepcionales, adquieren esta categoría cuando tienes la absoluta y terrible certeza que no se repetirán salvo en tu memoria, la que no tardará en traicionarte porque así funcionan las memorias humanas, como las bellas obras pictóricas : por más hermosas y valiosas que sean el tiempo va difuminando sus contornos y quitándoles colorido y aunque después se restauren, algo habrá  cambiado.
    Esa imposibilidad de la vuelta atrás, de ya haber vivido la última Navidad, el último cumpleaños, las últimas Fiestas Patrias u otras últimas  veces, y no haberlas disfrutado más, te pesa como una lápida y no será  fácil, de allí  en adelante, pasar por la primera vez sin el ser amado, hasta que el tiempo, de nuevo, calmante y ... lapidario, irá haciendo su trabajo. 
Montaña rusa...

   Sinónimo de liberación de adrenalina y/o endorfinas según uno se sienta en esa entretención-tortura a la que alguna vez nos hemos subido.  Y si uno ha vivido la experiencia (yo la viví junto a mi querida Mirella: no sé quién de las dos se puso más pálida o verde del miedo; quisimos pasar por dicha fascinante tesitura tan alejada de nuestra tranquila vida cotidiana y salimos trasquiladas. Ella casi perdió sus anteojos, que estuvieron en un tris de caer y yo perdí contacto con mi máquina fotográfica que fue a parar en el pavimento hecha añicos; en síntesis, no estábamos preparadas para ser astronautas) sabe comparar a la perfección lo que se siente cuando, sin estar en un parque de entretenciones, uno pareciera estar subida en los dichosos carritos con la casi certeza de que va a estrellarse sin remisión. A veces nos sentimos así y no siempre conocemos las razones.  Podemos identificar los síntomas pero no la(s) causa(s). En aquellas ocasiones es necesario detenerse y analizar la situación. Si tienes redes personales y de confianza, pedir ayuda. Si no las tienes, habrá que empezar a "picar": diseccionar tu entorno cercano y mediato para ver si hay allí alguna situación que te inquiete y, luego, analizar-te. Revisar los cuándo, cómo y dónde la montaña rusa ha comenzado a funcionar. Si eres honesta y perspicaz descubrirás, sin lugar a dudas, lo que la pone en movimiento. Descubierto aquello tienes la solución en tus manos. O eliminas la causa si depende de ti o cambias tu vida cotidiana si está fuera de tu alcance. 

   En más  de una ocasión en estos dos últimos años me ha atrapado el vértigo. Conozco sus causas y, aunque no dependen de mí (la pandemia y la crisis socio-política), sin querer queriendo, he logrado aminorar el temor y la angustia. Es de esperar que sea suficiente. Por el momento, tengo bastantes reservas de endorfinas en la despensa, 😍

viernes, 22 de octubre de 2021

Cabronas...

   


   No hace mucho, a través de wssp aconsejábamos a una amiga que sea más  "cabrona" para la próxima vez, 😁. ¡Yo, la más experimentada en el tema, 😔!  Al contrario, más tonta no pude ser con algunos "dulces" enemigos (no vayan a creer por el plural que el número es abundante, por favor; denme el beneficio de la duda, plis; lo uso -el plural- porque es + de 1, no porque me haya puesto a la moda). Obviamente otra de las amigas se atribuyó el título de "cabrona" oficial del grupo, de tal manera que decidí entrevistarla a la primera ocasión para aprender algo nuevo, aunque sea nada más que para aumentar mi bagaje "cultural" porque de allí a ponerlo en práctica, nones. Estoy tan bien sola que no me interesa ningún ejemplar masculino aunque me lo den regalado, jajaja 😂(menos de ésos pues siempre tienen más de una falla). La verdad es que no aprendí nada nuevo (sorry, amiga, te falta para obtener la membresía), pero igual nos reímos un buen poco.  

  La llamada "batalla de los sexos" es parte de la historia antigua, aunque la expresión se acuñara a propósito de los duelos tenísticos de Bobby Riggs con deportistas mujeres por los años setenta del siglo pasado. Es una lucha subrepticia o declarada desde el momento en que el sistema "patriarcal" (jaja) existe, es decir, desde siempre. Seguramente Eva y Adán más de un match de este tipo tuvieron: ¡Qué te he dicho que no puedes comer de ese árbol! ¿Y por qué no si somos los únicos habitantes en este aburrido "paraíso"? ¡Total, quién se va a enterar! (¡Por favor, Eva, ya eras medio transfu desde ese tiempo, ¡fea cosa!). ¡Es una condición que me puso el Jefe para permitirnos la estadía en este resort! ¡Dile a tu jefe que me la suda! (al parecer esta Eva era española de origen, jajaja).    

   Pero antes de entrar en el terreno de estas congéneres -admiradas y vilipendiadas por igual, además de altamente incomprendidas- veamos su significado intrínseco y todos los "flecos" que se le han ido agregando. Según una entendida en el arte al que hacemos referencia, una tal Sherry Argov (la que no conozco ni en una pelea de perros), "una cabrona es una mujer que mantiene su independencia, no persigue a un hombre, es misteriosa, siempre lo deja queriendo más, no permite que él la vea pasando un mal rato, tiene el control de su propio tiempo, mantiene su sentido del humor, se sabe valiosa, siente pasión por otras cosas", no sólo por un par de piernas pelúas,😂(esto último es de mi cosecha). Otras características: ser cabrona "es cuestión  de actitud y de tener las cosas claras. No significa que tengas que ser una mala mujer, que hagas sufrir a tu pareja o que juegues con los sentimientos de las personas. Al contrario, una cabrona es la que sabe lo que quiere, lo que vale y lo que desea". Si es por esto último,  yo soy ahora una cabrona de campeonato (más vale tarde, dicen...).

   [Entre paréntesis: la palabra cabrona en la traducción de la novela de Sherry Argov -Why man love bitches- significa también 'perra', lo que no deja muy bien paradas a las féminas  pertenecientes a esta categoría. La verdad es que la envidia pareciera tener muchas caras, 😅, o aristas, dicho en lenguaje televisivo.  Cierro paréntesis].

   Pero la palabra oficial se la cedo a la RAE (como corresponde a una docente de Castellano), quien nos entrega diez acepciones del término, de las cuales sólo una se acerca a lo señalado por el "académico" y popular saber sororal (me río de nuevo: ja ja). Se refiere la RAE a una persona "experimentada y astuta". Seguro, en un par de años más, aparecerá la acepción que hoy nos convoca.   

   En el conciliábulo amical, celebrado en mi palacio para mayor abundamiento, quedaron algunas verdades establecidas. Para ser una cabrona en sentido estricto, una debe abandonar completamente el hecho de sentirse y actuar como una incondicional. ¡No pues, si una también tiene vida y aunque la Biblia haya planteado como verdad irrefutable que somos fruto (¿o fruta?, 😁) de una costilla de Adán,  desde el momento en que nos separaron de su cuerpo -si es que fue así- adquirimos libertad, independencia y pensamiento propio, amén de otras características, cualidades y también defectillos. Por ello, una de las primeras acciones de esa carta de independencia debiera ser poner límites. Nada de aceptar cualquier cosa, palabra o acción de nuestro querido energúmeno. Y esos límites deben conversarse claramente y ojalá dejarlos en una especie de decálogo como los diez Mandamientos, en que puede haber algunos veniales, pero la mayoría deberían ser mortales. Es decir, no cumpliste, Chao, pescao, a rey muerto, rey puesto (¡qué  cabrona!, 😁).    

   Evidente e indiscutible nos pareció el siguiente principio: que aunque se tenga pareja los demás especímenes no se deben considerar que han muerto para uno, 😉, así que mirar no es pecado. La idea es que se practique el arte de mirar de soslayo y sin que la admiración se vislumbre en el rostro y siempre teniendo a la mano -o en la punta de la lengua más bien-  respuestas "comodines " (así como sucede con los políticos) preparadas para la ocasión o pequeñas acciones distractivas en caso de ser sorprendida con los ojos... en la masa. No les daré ejemplos para no limitar vuestra creatividad pero les adelanto que tengo varios, jejeje. Ahora, un detalle bien importante: la cabrona debe serlo pero no parecerlo (disculpa, Julio, por tomar prestada tu máxima y cambiarla un poquito). O sea, disimular siempre, total, en mirar no hay engaño. Sin embargo, eso no significa que, por querer ser justa, le permitas a él el vitrineo. ¡Never! Tú  puedes, él no. En eso consiste este plus en tu actuar y ser. De otra manera, "seguí siendo la incondicional de siempre" y te vas al club del frente y no regreses a llorar sobre mi hombro.    

   A lo anterior,  agregamos adquirir la sana costumbre de conversar todas las cosas, de expresar eso que te callabas antes, sea del tema que sea. Porque el que calla otorga y no puedes luego reclamar si no te has negado a algo o no has hecho ver tu postura contraria o diferente. Si quieres pertenecer a esta exclusiva estirpe de mujeres debes esforzarte y e v o l u c i o n a r. Debes aclarar -con todas sus letras- que no eres la misma de antes ni de siempre (si es necesario). Ya estás curada de espanto, te aburriste de ser la sacrificada mujercita de antaño, que aceptaba todo por el bien de la relación  y para no quedar sola (¡qué patéticas fuimos más de una vez!). Y esto no significa ser más o menos feminista ni inclusiva, ni toda esa tontería de la igualdad a ultranza, porque no somos iguales biológica ni emocionalmente a los hombres. Simple y llanamente se trata de tener respeto por uno misma y exigirlo dentro de lo que corresponde, como mínimo.  

   De mi parte y haciéndome cargo de las acepciones consideradas del vocablo, agrego la necesidad de dejar absolutamente sentado que la estrategia de las lágrimas debe ser desechada completamente, a excepción que sea un recurso distractivo. La cabrona debe hacerse fuerte y parecerlo, en especial ante el sexo opuesto. Si hay que derramar más de una lágrima que sea en soledad o con las amigas; de otra manera, tu imagen perderá toda credibilidad. Nada de quedar esperando el wssp como desesperada. Si no es posible controlar la ansiedad es preferible poner en silencio el celular y realizar una actividad agradable o salir con amigas. La tarea de esperar debe ser la que menos ocupe tiempo en tu vida. Que es difícil, ¡claro que sí!; que se aprende a sobrellevarlo, también. Otra cosa: no te esfuerces por agradar y cedas en todo con tal de que no te dejen sola. ¡Nooo! La soledad provisoria es parte de este juego. Es mil veces preferible que la pésima compañía. En el momento en que inicies el camino de la dependencia  ya te transformaste en una incondicional por no decir una palabra menos académica. Cuando aprendas a reírte un poco de ti misma estarás lista para obtener el diploma y el título correspondiente, porque estarás dejando de lado la actitud de víctima  y mártir. La vida tiene altos y bajos; no podemos pretender que todo salga bien siempre. Sería  muyyy aburrido y la  idea es que hagamos de nuestra corta vida la mejor experiencia posible, con múltiples momentos satisfactorios y felices. Y eso lo conseguiremos si nos paramos con "perso" ante el espejo de nuestra mirada y la de los demás. Es decir, hacer de los limones que te tocaron en suerte o en herencia biológica la mejor limonada del mundo que se pueda alcanzar con ellos. ¿Capice?


miércoles, 20 de octubre de 2021

Vuelan cabezas...

  


 En más de una película de época (y también  épica) vi alguna vez el martirio aplicado a hombres enterrados hasta el cuello y que luego jinetes corrían por encima usando la cabeza de la víctima -aún viva- como si fuera una pelota (versión antigua del deporte actual llamado Polo). La cabeza generalmente no "volaba" pero terminaba transformada en un amasijo de carne y huesos (disculpen la imagen poco poética). 

  La estrategia política de estos días en nuestro país pareciera ser otra versión de la misma tortura-deporte, aunque sin el carácter deportivo del polo (ni de la tortura literalmente hablando). Se trata de "volarle" la cabeza a algunos candidatos o enemigos ideológicos a través de revelación de información personal, fakenews, nuevas versiones o reediciones de noticias antiguas, suposiciones o, finalmente, información verdadera pero "secreta". Ese dato, sea verdadero, semiverdadero o falso, se transforma en "tendencia" y mientras algunos se sienten "obligados" a opinar, otros son interpelados a contestar y marcar su posición.  En tanto, los responsables de "enterrar" a la víctima (periodistas, jueces u otros políticos) y dejarlo listo para el "descabezamiento" deben "sacar cuentas alegres", como dicen los "comunicadores sociales". Ésta es la manera de hacer campaña en la actualidad o de "combatir" al adversario. Todo vale con tal de que los consumidores de información -nosotros, los cuidadanos de a pie-, y eventuales votantes, vayan inclinándose y favoreciendo con el voto su "sacrificada" y "noble" labor de desentrañar tramas ocultas y acciones pecaminosas. 

     La discusión de ideas ya no sirve, está "out" como diría el antaño farandulero Gonzalo Cáceres; los planes elaborados, tampoco. Aún sin planes ni programas se puede ir adelante hablando fuerte acerca de lo que el "vulgo" quiere -nosotros-, y eso que debe preguntársele sólo a algunos pocos -los más cercanos ideológicamente-. Es que en este mundo postmoderno la verdad como se entendía antes está pasada de moda. No se investiga lo que deseamos para nuestro futuro país; se nos impone una verdad y se repite hasta el cansancio, con palabras grandilocuentes llenas de promesas, que de tanto repetirse adquieren carta de ciudadanía. Así es común oír hablar de territorioS, cambios profundos, dignidad, sistema  neoliberal, patriarcado y un largo listado de palabras y expresiones "contundentes". ¡Clichés  y más  clichés!  Nada de soluciones concretas para el ciudadano común que no se alimenta con verborrea. No, ¿para qué? El tiempo de instalarse en el poder es ahora,  ¡ya!, y hay que aprovecharlo y refundar todo, miéchica (jajaja, otro anacronismo de mi parte)

   Hasta el momento algunas cabezas están a punto de desprenderse de sus cuellos: la de Sichel y cercanos, la de la Ministra de Desarrollo Social, incluso las de Jadue (ésa me tinca que es más  dura, además que ya debe tener verdugones de cicatrices bien firmes, jajaja) y del propio Presidente de la República (aprovecharé de utilizar la palabra "República" hasta que no tenga pena aflictiva o económica por ser políticamente incorrecta). ¡El "nuevo" Chile  ya viene! 🎶🎵

   En fin, "poco pito que tocar" tengo. Ya pensionada he pasado a formar parte de las y los Viejos de m...(como se titulan unas comedias nacionales de hace unos tres años), además que nunca fui militante de ningún partido ni club, salvo que haya sido alguna asociación educativa. Preferí mantenerme relativamente objetiva lo que no quitaba que tuviera mis preferencias e inclinaciones. Salvo en la Universidad, en que realicé algunas acciones concretas como todo universitario que se precie. Ahora sólo me queda el voto, los likes y algunos comentarios razonables. Nada de participación en "manifestaciones" porque yo no me junto con la chusma, jajaja, 😂. Veremos si a fines de año no vuela también mi cabeza (aunque no creo, ¡quién soy yo para que gasten tiempo y esfuerzo conmigo!) según cómo se vayan dando las cosas. O bien, para sorpresa de muchos, la tenga más afianzada que nunca. Hasta pronto.

lunes, 18 de octubre de 2021

De regresos...

 

   Ya estaba bien de estar en silencio; regreso a la palestra (espacio en que se medían y enfrentaban los luchadores clásicos; precisamente en Olimpia tuve el privilegio de ver los restos arqueológicos de ese espacio de los atletas. Está claro que no soy atleta aunque pueda ser 'antigua', 😃. No lo niego.) No vuelvo  al ruedo a lidiar con nadie, salvo que sea con las palabras e ideas, necesarias estas últimas en este mundo tan pragmático y escaso de ideas y creatividad. Veremos si puedo aportar algo nacido de esta juventud más sabia que me invade. 

     Estoy de regreso en palacio, aunque salí apenas tres días. Regresé a matacaballo (pobre sobrino tras el volante variasss horas y con una copiloto que se venía quedando dormida -yo, sorry-). No había  "guagua" ni mascota esperando, sino el huerto-jardín. Y no me faltaba razón para apurarme, pues algunas plantas estaban con la lengua afuera,🌾. Anoche, pasadas las 23 horas, estaba dándole de beber a las más desesperadas.  Hoy me di cuenta que si me demoro un día más una pareja de palomas okupa ya habrían instalado nido en medio de unas plantas de tomates 🍅🍅. Debí recurrir a unos espantapalomas que espero sean efectivos (CDs colgantes y brillantes).   

  El silencio de este mes no se ha debido a que los Musos no me hayan venido a visitarlo hicieron en varias ocasiones pero no tenía la cantidad de tiempo ni la tranquilidad-ociosidad necesarios para atenderlos. ¡Basta!, les dije, ¡no me molesten!  ¡Hagan la fila!, 😂😂.  Estuve abocada a dos tareas principalmente: a la horticultura y a la colaboración de la celebración de los 70 (me refiero al cumpleaños de la hermana mayor de la Dinastía Alvarez-Saldaña).  Quienes organizaban eran sus tres hijos (Juan Carlos, Viviana y Pablo), pero los hermanos estuvimos ayudando en lo que podíamos, mientras los nietos pequeños ensayaban vía on line una canción para la "Yeya" bajo la dirección musical de Pablo. Es en estas situaciones y en todo el tiempo transcurrido en pandemia es que uno agradece el avance de las redes sociales, porque a pesar de las distancias geográficas, la comunicación iba y venía.   

   Me di a la tarea de preparar los recuerdos del evento para los asistentes (25 en total). La primera tarea consistió en pensar e idear qué entregar. Luego elaborarlo, tanto el envoltorio como el mensaje. Mi premisa era que el contenido debía ser el importante mientras el continente, sin ser deslumbrante y oneroso, debía estar presentable. Recorrí todos los locales chinos y de artículos de cumpleaños de Rancagua buscando cajitas que cumplieran su función de contener los "dulces" que pensaba elaborar. La caja más chica que encontré era muy grande (yo me entiendo, 😅).  Me habría  visto en la tesitura de realizar casi una producción semiindustrial para llenarlas, 😂.  Así que no, desechada la alternativa. 

   Entonces, me dediqué a pedirle consejo a YouTube.  Unos tres días me di a la tarea de ver videos de origami en fabricación de cajitas. El primer tipo que probé (de cajita, aclaro) casi me hizo desistir: lograba llegar hasta cierto punto, pero no podía continuar por tanto el resultado era nulo, a pesar de intentarlo con diferentes materiales.  Bien, me dije, a otra cosa, mariposa. Youtube vino en mi ayuda: me ofreció otro formato, estilo bolsita. Ahí sí me resultó. Estaban todas listas y no me gustaron, 😂. Consideré que se veían muy toscas y "guatoncitas". Otro formato y ahora sí que quedaban más estilizadas. Por tanto, partí a comprar papel 'entretenido' para el cometido.  En el intertanto no había dejado de buscar cajitas ya listas, hasta que encontré unos envases plásticos pasables, con una especie de imitación de tejido en los bordes, claro que sin tapa. Eran coloridos y eso les daba un plus. En síntesis, eran unos pequeños maceteros en forma de vaso con adornos en el mismo material. Compré la mitad pensando en entregar uno por familia. Sin embargo ya teniendo las macetitas y las bolsitas (valgan los diminutivos pues eran de pequeño tamaño) cabía comenzar la tarea de elaborar lo que iban a contener.

  Elegí malvaviscos (pensando principalmente en los pequeños), mazapanes, cocadas, privilegios y bombones.  Así hubo días en que estuve casi como la protagonista de Como agua para chocolate, claro que en pleno día y en mi diminuta cocina. En el ínterin, seguía con mis preparaciones de almuerzo de yogur griego y pan casero. También preparé pan dulce de colores y pan con hierbas aromáticas para llevar.  

  Si alguien se ve inclinado/a a pensar "¿Y para qué tanto? ¿Para lucirme ante los demás?". La verdad, además de aprender algo nuevo y demostrarme que puedo hacerlo, la finalidad última es compartir con los seres queridos y estimados (amigos). Es una manera antigua y familiar de decirle a los demás, a los que uno quiere, que ha preparado algo para ellos. Me hubiera gustado que la primera comensal y catadora fuera mi hija, Mirella, pero ante la imposibilidad insubsanable de contar con ella casi por 10 años ya, he elegido a la familia y a mis amigas. Con algunos mínimos percances todas las preparaciones resultaron exitosas, aunque los envases comprados dos días antes de irme al Sur terminaron perforados y rellenos con vermiculita y tierra de hojas y en lugar de un cactus bebé, también idea pergeñada por momentos, sirvieron de primera vivienda para semillas de verduras y flores, seleccionadas intencionadamente para sus dueños, pero que sólo descubrirán lo que les tocó si cumplen con la misión de ponerlos a la luz, darle agua y cuidado a cada uno de ellos. Los dulces se degustan y, aparte de la experiencia gustativa fugaz, nada más queda. Una planta tiene un mayor sentido.  A mi hermana le gustó mucho la idea,  claro  que no averigüé si a los organizadores les pareció bien, 😂 El último día anduve a la carrera entre crear los mensajes, llevarlos a imprimir, preparar cada envase con lo correspondiente y embalar. Fue un día a full.  

   Todo resultó muyyy bien. La sorpresa fue grandiosa. Todos los invitados llegaron (a excepción  de una consuegra que estaba delicada de salud) y mi hermana sólo esperaba a sus hijos con sus familias (9 personas). La primera gran sorpresa fui yo (bueno  no tan grande, 😅) que llegué a su casa con uno de sus hijos y sin que ella lo supiera con anticipación. Los más lejanos llegaron el día  antes y, si bien se hospedaron en las cercanías, no asomaron ni la nariz por la casa de Gladys para no hacer fracasar la sorpresa. Los cercanos llegaron directo al local del evento poco antes que la protagonista, que, ignorante de lo preparado, ya sospechaba algo, pero no su magnitud. En un restaurante en medio de la naturaleza, camino a Trumao estaban todos sus hermanos, hijos,  nietos, algunos sobrinos, nueras, yerno, cuñadas y amigas más cercanas esperándola.  ¡Fue hermoso!

   Así que estoy de regreso a lo de este último tiempo, ya cumplida mi participación familiar. Además de retomar la lectura un poco escasa en esta quincena, tengo planificado incursionar en otras artes a ver qué resulta, amén de seguir en contacto con la tierra y la verdura. Ya les contaré de qué se trata. Hasta pronto.