domingo, 28 de febrero de 2021
Horizontes...
miércoles, 17 de febrero de 2021
¿Habrá salvación...?
Todos nuestros proyectos de recorrer y visitar diversas partes del mundo cercano o más lejano, presencial o virtualmente, son meros calmantes, son música en alta voz para acallar ese sonido en sordina que nos dice que hagamos lo que hagamos, disfrutemos lo que sea, no estamos yendo a ninguna parte, pues igualmente, conscientes o no de nuestra huida, nos alcanzará la verdad, más tarde o más temprano.
Mientras bebo un sorbo de mi delicioso té turco de granada, comparo inconscientemente esta vida relajada, sin apuros económicos -por ahora- y sin carencias que llevo en la actualidad, con el día a día de Enis y Andera, o, para situar en la realidad el ejercicio intelectivo, con alguien en "situación de calle" o un habitante de las barriadas de la India. ¡Cuánta diferencia a mi favor! Y casi, ipso facto, saltando como puerco espín, surge la interrogante insidiosa: ¿Me la merezco? ¿De qué me estoy quejando?
Tuve la suerte de no nacer en un país con un altísimo porcentaje de población hundida en la pobreza, en la guerra, en la falta de medios de salud y de otros de diverso tipo. Debo, por tanto, tocar madera y disfrutar de lo que tengo, que, cabe puntualizar, nadie me regaló, pues me lo gané a pulso, una vez que mis padres me ofrecieron la oportunidad de estudiar y obtener una profesión, aclaro. Pero, después de todo lo trabajado y estudiado durante lo que duró mi vida laboral, creo que merecía un mejor estar en esta otra etapa. Pero, está bien. Tengo lo necesario.
Sin embargo, hay millones de personas que no pueden decir lo mismo que yo. Con las mismas capacidades (las normales, ni más ni menos) les tocó en suerte -mala suerte-, un entorno absolutamente depauperado en lo material, en lo social y/o en lo espiritual. Es cierto que el espíritu humano tiene la gran virtud de ser capaz de escapar de la fuerza de gravedad del entorno, de la atmósfera del medio (para hablar en términos astronómicos, de moda más allá de nuestras fronteras, porque acá resulta más relevante saber si Colo-Colo desciende a la segunda división del fútbol nacional), pero sólo en un número mínimo frente a la cantidad total. La fuerza de voluntad supera a la fuerza g en contadas ocasiones, lamentablemente. El resto, la mayoría, se queda pegado a la misma superficie en que nació, orbitando en torno a las costumbres de siempre, siendo parte del mismo cinturón de la pobreza. Lo admirable es que, al menos en la India, han logrado creer, si no en lo material, en lo espiritual, en la reencarnación y aceptan lo que les ha deparado su karma como una prueba más para alcanzar la perfección y tener la opción de reencarnar, en su siguiente vida, en una situación más ventajosa.
¿Escogió esa pareja de padres desafortunados la mala fortuna de haber nacido allí, en esas condiciones y con tan pocas oportunidades? No, una casualidad nefasta los llevó a abrir sus ojos al mundo en ese escenario geográfico, político, económico y social. ¿Tienen salvación? ¿Tendrán la posibilidad de aspirar a una mejor vida, a tener otros hijos que puedan ascender algo en el pozo de la pobreza? Difícil pronóstico, a lo que se agrega la gran cantidad de seres en similares condiciones, que por ese mismo hecho hacen más improbable el ascenso. Entonces, arrastrarán sus vidas, entre decepción y conformismo, dando vueltas a la misma rueda, como un caballo atado a una noria. ¿Tienen salvación?
sábado, 13 de febrero de 2021
Piedras y desiertos...
[Cuando escribo la palabra "tuareg" no puedo evitar reírme y avergonzarme de mi ignorancia. Conocía el vocablo, pero por mis visitas al supermercado, que me permitieron entrar en conocimiento de unas ricas galletas de coco, que en más de una ocasión las he consumido. Claro, había observado las 🌴 🌴 de su envase pero no me había preocupado de averiguar nada más, como la típica y alienada consumidora contemporánea. Resulta incomprensible e imperdonable mi actitud (me confieso) considerando mi profesión. En fin, de todo hay en las viñas y palmerales del Señor...].
jueves, 11 de febrero de 2021
¡Todos a Marte!...
Marte pareciera estar de moda en estos días, como muchos lugares de nuestro hermoso y verdeazulado planeta invadidos por miles de turistas en época estival. Son varias las naciones que ya han enviado misiones al planeta rojo, cada cual más deseosa de obtener la máxima información acerca de lo que se teje por allá, en esas gélidas tierras (pardon, no corresponde hablar de "tierra" si se está en suelo marciano)... Ya surgirán los nuevos vocablos productos de la nueva realidad a la que se tendrá acceso.
Buscando más antecedentes, me encontré con la información de los experimentos chinos en el área del cultivo de algunos productos en suelo lunar, lo que marca todo un precedente. No me extrañaría que pronto haya granjas chinas bajo plástico en nuestro satélite, una vez que los asiáticos compren los mejores sectores para la agricultura. Con unos cuantos virus más que lancen al mercado terrestre occidental, se hacen con el poder mundial, mientras nosotros observamos sin poder hacer nada de este rincón de nuestro mundo conocido. También me enteré que están cada vez más abocados a la tarea de manipular el clima en su territorio para su beneficio (me sigo refieriendo a los chinos). En fin, el que puede puede...Con aquellos adelantos y varios otros, podrían trasladarse perfectamente a la Luna y a Marte, luego de haberlos hecho habitables.
martes, 9 de febrero de 2021
Dependencia...
Mientras sus tíos quieren imponerle una carrera eclesiástica, él, sin saber a ciencia cierta lo que realmente desea, logra visualizar a tiempo que no es ése su camino, oponiéndose a lo que se espera de su persona. Consigue viajar a Alemania y a Francia, residiendo en ambos países por un período. Su perspectiva se amplía, su vida social también. Entra en contacto con el mundo de la cultura y de la bohemia. En París, incursiona en la pintura hasta que asume que no pasará de ser sólo uno de los tantos pintores mediocres que pululan y apenas sobreviven en la capital del arte. Regresa y decide estudiar Medicina, la misma profesión que tuvo su padre. Serán cinco años de estudio, ya no es tan joven y sus medios son escasos. Siente que ha perdido inoficiosamente varios años de su vida y se esmera en recuperar el tiempo perdido. En el intertanto conoce a Mildred, una camarera, de la que se enamora más adelante, perdidamente, hasta tal punto, que le permite el engaño con tal de no perderla. Y es aquí donde aparece, el tema de la "servidumbre". Me explico.
Considero al engaño amoroso como un golpe terrible a la autoestima de una persona, aunque no esté tan enamorado/a. Si el amor no es tanto, el amor propio no deja de acusar el golpe, mientras que si la persona engañada está enamorada, además del amor propio herido, se traiciona la confianza y ésta no vuelve a recuperarse. Esto es lo que sucede normalmente. Y los engañados siguen con sus vidas adelante, unos mejor que otros, sanando gracias a la aparición de una persona distinta o viviendo con la desconfianza a cuestas. Sin embargo, también los hay, y no son pocos, que perdonan cualquier cosa con tal de tener al sujeto de su pasión cerca, transformando el amor en dependencia, subordinación ...y servidumbre al otro y/o a sus propias pasiones. Es penoso y denigrante desde el punto de vista humano, pero existe y lo tremendo es que en más de una ocasión también lo hemos experimentado. Anularse en favor del otro, sabiendo o intuyendo que no es una relación sana, pero sin la cual no puedes vivir, no puedes pensar en otra cosa, no puedes trabajar tranquilo, no puedes concentrarte en nada. Y de pronto te encuentras con que todo está en manos de la otra persona y te mueves como si fueras un animalito amaestrado, al son de su voz, en espera de la recompensa y dispuesto a hipotecar tu futuro y tu vida por el otro.
¿Sigue Philip dependiente de Mildred, que sale y entra en su vida, que lo utiliza y lo desecha cuando le conviene? Esa respuesta la dejo en suspenso. Si te atreves a enfrentar el desafío de su lectura sabrás el desenlace.
Motivada por la historia, quise ver su puesta en escena. Mejor no lo hubiera hecho. Sucede que se llevó a la pantalla grande en tres ocasiones: 1934, 1946 y 1964. Vi parte de la primera versión. ¡Me pareció pésima, no sé si porque no estoy preparada para adaptarme a una industria cinematográfica de hace 86 años o por la mala actuación de los protagonistas! Seguramente fueron ambas cosas. Vi el tráiler de 1964 (sin traducción) y tampoco me convenció. La inexistencia del color, la moda en la vestimenta y en el corte de cabello no permiten valorar objetivamente. Definitivamente, no fue una buena idea.
miércoles, 3 de febrero de 2021
Luces y sombras...
Ahora, me asiento en mi mundo de luz y oscuridad positiva -mayormente-. Ya comencé a leer Servidumbre Humana, en mi objetivo de ir poniéndome al día con algunas novelas que han marcado huella (gracias, Marylyn, por mencionarla). Estamos en contacto. Hasta pronto.