No recuerdo cuándo fue la primera vez que escuché esta palabra -Tombuctú- pero sí recuerdo que me sonó a invocación mágica poderosa, al mismo nivel de un "abracadabra" o "ábrete, sésamo". También la asocié a expresiones latinas de una enorme carga significativa como "alea iacta est" (la suerte está echada), "sit tibi terram levis" (que la tierra te sea ligera) o una más conocida como "per secula seculorum"(por los siglos de los siglos). Por último, sin ninguna pretensión herética, al "amén" (así sea) de los creyentes. Más adelante, cuando -bajo el auspicio de google- me enteré de que era una ciudad africana, perteneciente a Malí, la agregué mentalmente a la lista de algún futuro destino, aunque no tan cercano. Sabiendo ya esto, que existe y que nomina un lugar del planeta, igualmente las asociaciones no se hicieron esperar: me "sonó" a Macondo o Madagascar.
Al hacer el análisis de los diversos planos en que se mueven mis asociaciones (no puedo generalizar, pues sólo tengo conciencia de las mías; aún carezco del poder de la telepatía, así que habrán de disculpar mi escasa sapiencia en este ámbito), desde lo atávico a lo literario o escasamente conocido, me doy cuenta de que nuestras orgullosas afirmaciones de sofisticación y "civilización avanzada" de las que hacemos alarde muchas veces, no están muy distantes de lo primitivo que aún respira en nosotros y que aflora ante una palabra, aroma o sonido. Ayer tarde nada más escuchaba los ecos de unos instrumentos musicales mapuches que estaban acompañando una manifestación en la plaza y no dejé de sentirme atraída irracionalmente por su ritmo y sonido. Sin embargo, lamentablemente en la actualidad, mi razón y mi emoción me alejan de esa música 🎶cuando sé que responden a una "causa" que avala y preconiza la violencia, con lo que no puedo estar, ni estoy de acuerdo. Tengo sangre indígena en mis venas, pero esto que podría haberme hecho sentir más cercana a la tierra, se ha contaminado por la acción reprochable de varios y por los muchos que los apoyan.
[Abro paréntesis. Al comienzo no me di cuenta del significado de "Bones", deberán disculparme, pero mi inglés no pasa más allá de lo básico, de algunas expresiones de uso cotidiano y más encima pésimamente pronunciadas, porque, como ya sabrán pues alguna vez lo he confesado, casi "odio" este idioma. Sé que me habría convenido aprenderlo bien y podría hacerlo aún. Tengo un par de cualidades que me ayudan, la buena memoria - aunque no sé hasta cuándo- y la constancia en lo que me propongo -aclaro enseguida que no en todo, para que no se me acuse de mendaz después-, pero falla mi pronunciación en este caso específico. Doy con el tono del francés, italiano y Latín, pero con la pronunciación del inglés se me le traba la luenga . Así que opté por odiarlo. Bueno -otra vez me fui a buena parte-, la cosa es que no me di cuenta, al inicio -decía-, del significado de "bones", hasta que me acordé de una conversación sostenida con mi hija en que me confidenció que le gustaba mucho la serie televisiva "Bones", por el análisis científico que hacían de los huesos para descubrir a el o los culpables de haber dejado en esas condiciones al propietario de ellos. Muchas sugerencias de ella, la mayoría, las seguí o, al menos, las exploré. Aquélla no. En ese tiempo, no me atraían las series policíacas. Ahora hay tantas... Así que Míster Bones me trajo a la memoria una imagen y conversación queridas... Cierro paréntesis].
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