Desde hacía 5 noches que no había logrado un sueño reparador pues cada vez que despertaba, me sorprendía que había estado haciendo clases y enfrentando más de algún problema con ciertos ejercicios correspondientes a mi especialidad. La sensación de inutilidad y frustración era tremenda al despertar.
Puede parecerles un invento, pero no lo es, creánme. Todos mis despertares, cuatro o cinco por noche, suponían el término de una clase. ¡Era desesperante! Por tanto, durante esas noches, estuve trabajando más que en el día, si considero que tuve el sábado y el domingo sin laborar, en tanto el lunes y martes sólo aplicamos el simulacro o ensayo nacional. ¡Una verdadera locura! Estuve despertando más cansada que cuando me había acostado y, más encima, con el sabor amargo de una clase mal hecha.
Hoy, es decir, esta madrugada,...¡la guinda de la torta! : en el sueño, estaba escribiendo en el blog, acerca de lo mismo que escribo ahora. ¡Es el colmo! Casi parece un juego de cajas chinas: un sueño dentro de otro sueño... Especial para un relato fantástico...
Es tan extraordinario el fenómeno, que aún me cuesta convencerme que haya estado ocurriendo. Hacía años que no tenía sueños recurrentes y éste, ha sido extra-super-réquete- recurrente, pues se repitió varias veces cada noche, por 5 noches seguidas.
- ¡Raro, ah! ¿No estarías haciendo "corte", Princess? ¿Habrá un cable medio "pelao", digo yo?
- Puede que no andes muy perdida, amiga mía. Pero más que neuronas haciendo cortocircuito, creo que he estado en el centro de un huracán en estos días, del que espero estar en la salida o, al menos, que esté, él, en su fase de declinación.
Eso sí, el tiempo ha estado fantástico, por lo que nada referido al clima podría haber tenido su influencia en el hecho. ¡No hay ningún huracán en el horizonte!
....
Ya han pasado varias noches con sus días, como tiene que ser, como se espera que sea. La situación ha remitido, pero antes, hubo una última noche en que las clases fueron mucho más nítidas y con respuestas claras y precisas de mi parte. No sucedió como en las ocasiones anteriores, que yo tenía una sensación de enorme frustración y casi desesperación al recuperar la conciencia.
A ella le siguió una noche especial, en que vi nítidamente a mi Infanta, vestida con ropa en tonos café claro, y casi frente a mí... ¡Desperté feliz...!
Después de este ciclo onírico repetitivo, he debido hacer hacer un alto; breve, pero "alto" al fin. Algo me estaba molestando y fue mi subconsciente quien me avisó.
Es extraño cómo funciona la mente humana. Lo que a uno le parece manejable, no siempre lo es. Uno cree que sólo lo que tiene en la conciencia es lo verdadero. Sin embargo, bajo el puente, el río no sólo arrastra agua sino también piedras y es el "ruido" de aquéllas lo que no podemos desoír. Hay que escuchar y actuar en consecuencia. Son un llamado de atención, son pequeños despertadores, son minúsculos vasos sanguíneos que se rompen y que hay que atender. De aquello ya estoy consciente... Es momento de hacer una detención, no para evitar el avance, sino para arreglar la carga, de manera que el resto del viaje se presente lo mejor posible. Hay compromisos establecidos y, aquéllos deben respetarse y cumplirse de la manera más óptima. No obstante, he decidido renunciar a un proyecto que me estaba molestando y, felizmente, no llegó la sangre al río. Esto me servirá, sin duda, para evaluar mis prioridades y ver cómo enfrento el siguiente año laboral. El dinero es necesario, pero más lo es la tranquilidad y el descanso. Ya no soy esa jovencita recién salida de la universidad que casi no tenía vida propia dedicada casi en un 100% a la vida laboral. Ya no es necesario y, la verdad, nunca lo fue. Sólo que en ese tiempo, la ambición casi rompió el saco.
Así que, Principessa, a reconsiderar el camino, a ordenar tus prioridades, a descansar más y trabajar menos. Ello te permitirá dormir mejor y estar más contenta. ¡Qué duda cabe!
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