lunes, 23 de septiembre de 2024

Visitantes...

 

    El sueño me invade. No lo puedo dominar por más esfuerzo que hago. No me queda otra alternativa que cambiar de actividad y así espantar a Morfeo. Hoy me levanté a las 7 a.m., temprano, ¿verdad? No viajaba yo, sino una de las visitantes de este humilde palacio. Es domingo 15 de septiembre y estoy sola, luego de haber tenido la compañía de una par de amigas por algo más de 30 horas, lo suficiente para no aburrirme de ellas, 😂. Nos encontramos el pasado 13 en el Terminal Tur bus de Santiago, para, desde allí partir al Movistar Arena a disfrutar de un Concierto de André Rieu, ese director de orquesta neerlandés melenudo, conocido a nivel internacional y que visita Chile, 😂, año sí y año no. Para él ya es costumbre, para mí era la primera vez.    
   La invitación al concierto fue un regalo en mi caso -¡maravilloso regalo!-, que me dio la oportunidad de disfrutar en algo la noche santiaguina, que, en tiempos actuales, no resulta muy recomendable. Pero confiando en la experiencia de mis friends, me atreví a acompañarlas y a vivir una aventura distinta, ser parte anónima de una masa heterogénea de gente de distintos lugares, unida por un gusto común: la música 🎶. Una música de mayor rango que la popular, pero que también ha bajado en algo su calidad, al menos, siendo disfrazada por el show y el espectáculo montado en torno a ella. Un arte serio y de primer nivel que se ha prostituido en parte para aumentar el público diletante. No crean que soy una desagradecida "tal por cual", 🤣. El espectáculo tiene su costo y el regalo fue entregado con cariño, 😘😘. El problema no está allí. Lo que sucede es que mi gusto por la música clásica no contempla el bla bla blá del que hace gala André Rieu. Es él el que no me gustó, no la música. Puede ser un buen director de orquesta; eso no lo puedo discutir porque soy sólo una amateur en este ámbito, pero no me gusta. Creo que más bien es un actor, con habilidad organizativa para el negocio del espectáculo, que tiene buen ojo para descubrir el talento ajeno (una joven que cantó lo hizo maravillosamente), y, un poco más. El uso del humor en el show (porque no es "concierto" sino "show") es una buena estrategia, entretiene y establece una corriente de simpatía con el público, pero el bla bla blá me pareció excesivo. Opino, desde mi inmodesta perspectiva, claro está, que, seguro, no es la de la mayoría. A mí me gusta disfrutar la música clásica sin cortes, sin intermediarios, sin adornos excesivos, sin "shos". 
     En fin, no quiero que se malinterprete mi comentario. A fin de cuentas, fui yo la que no me dediqué a ver al melenudo antes, para saber a ciencia cierta a lo que iba, 😁. Me fui con una visión parcial del espectáculo, que fue vistoso, extenso, alegre, variado y con un cierre maravilloso debido a la participación del Orfeón de Carabineros. Fue un show de una duración óptima, 150 minutos, con un receso de 15' aprox., de manera que no quedamos con gusto a poco, pues hubo para todos los gustos. Cantamos su poco, aplaudimos, gritamos (otros, no yo), bailaron (varios), etc. A las 23,45 h. estábamos abandonando el edificio, pensando en cómo llegaríamos a nuestro destino, 😂. Suerte que éramos 3 y eso ayudaba frente a los riesgos de una noche santiaguina. Felizmente había oferta de taxis, pero, siempre tan acostumbradas a pagar lo mínimo, hasta nos pusimos a pedir rebaja, 🙈.  Igual lo conseguimos y llegamos al Terminal de Buses a las 24 horas pasaditas. 

    Una vez en los Terminales, pues pasamos de uno al otro, empezaron nuestros apuros, ya que estaban saliendo los últimos buses. Lo primero que hicimos fue ir a ver si la oficina de Custodia donde mis amigas habían dejado sus mochilas estaba abierta. ¡Suerte para elllas: lo estaba! Nos separamos y empezamos a averiguar si nos llevaban. ¡Nada! Uno nos hizo esperar, mientras otro nos cobraba el triple de lo que yo había pagado en la ida, 😳. En todo caso, habría que pagar si no teníamos otra alternativa. Al fin avanzó la fila en la cual nos tenían en espera y pudimos subir. Nos cobraron la mitad de los otros usureros, ¡bien! 👏👏. Llegamos a las cercanías del Terminal O'Higgins a las 1,30 a.m.aprox. Hacía frío, casi nos congelamos mientras esperábamos un uber que nos llevó, ¡al fin!, a palacio, donde nos tomamos un café caliente con pan, para acostarnos ya pasadas las 3 a.m. Fue bueno llegar a casa, aunque si no hubiéramos encontrado locomoción teníamos como Plan B alojar en Santiago. La plata, 😉, era lo de menos....   

   Al día siguiente, sábado, llevé a las "chiquillas" a la Feria de Abastos más grande de Rancagua. ¡Uff! No las podía sacar de allí.  No salían de su asombro y de su pesar. Asombro por los buenos precios y pesar por no poder llevar todo lo posible para sus despensas, al estilo Julio Iglesias, 😂. Ya se veían comprando acelgas, limones, cilantro, etcetc. Sí compraron nueces, almendras, pasas, chirimoyas, paltas. En la búsqueda de paltas para comprar se les salió que las que yo tenía en palacio no habían pasado la "prueba de la blancura". Ahí me enteré que miraban con desprecio mis paltas "aguachentas" que yo les había ofrecido al desayuno. ¡Claro!, como el agua puede hacerles mal, 😂 😂.Obvio, ganando sueldos reguleques, cualquiera se da "gustitos". En cambio, una profesora anciana jubilada como yo, con PGU de gracia, no puede darse ciertos lujitos, 🤣 🤣. En fin, suerte que tengo el cuero duro ya, 😂 😂. Hasta plantas compramos ese día, más un regalito que me hizo la Eli. La Marce se entusiasmó con una planta llamada popularmente "zapatito" (calceolaria) y compró la más bonita para llevarla hasta su mansión en Lanco.  
    Como nadie sabe para quién  trabaja, "a las finales" yo terminé adornando mi jardín con todas las flores compradas, pues nuestra amiga "florista" debió "volar" hasta Ovalle por el fallecimiento de un familiar político, no sin antes haber almorzado para no sufrir de alguna fatiga durante el viaje por falta de alimento. Parecíamos langostas a la hora de almorzar, ¡no dejamos nada en los platos! 🤭🤭, y eso que tratamos de hacer dieta de vez en cuando, 🤣 🤣. Así que nos quedamos solas con la Eli esa tarde-noche y nos entretuvimos vitrineando todos los locales que encontramos en el Mall y en el Paseo Independencia, sin comprar nada, 😁 😁.  
   Ha pasado una semana desde aquella aventura y visita. He estado casi encerrada como monja de clausura estos días de Fiestas Patrias XL, sin salir a ninguna parte, a excepción del 19, en que acompañé a mis familiares (hermana, sobrinos y consuegra de Gladys) a visitar a nuestra querida Mirella, deseo y propósito expresado por Viviana, que quería llevarle unas flores a su prima. Fue bonito, fue emotivo y, si Mirella nos "vio", seguro estuvo contenta de la visita. Pusimos flores frescas, cambiamos algunas de sus fotos y reescribimos su nombre. Lo hizo la Vivi, mientras José Miguel, el pequeño, observaba, silencioso, el ritual. ¡Bonito!  
   No pude compartir más con ellos. Estaba en medio de un resfrío fulminante que me atacó a mansalva a partir del lunes de madrugada. Suerte que estaba provista de todos los medicamentos necesarios -tapsín, antibióticos y jarabe para la tos-, todo lo que sigo ingiriendo hasta hoy, domingo 22 y, a pesar de ello, aún no lo he logrado erradicar. Me queda todavía para unos 4 ó 5 días más, 😒🤒🤧😭. ¡Una lata, pues me ha impedido disfrutar de los manjares dieciocheros como se merecen!, 1) porque, al estar tomando antibióticos, debí renunciar al vino, 😭😭; 2) porque con el resfrío tanto el gusto como el olfato disminuyen su funcionamiento, de manera que las empanadas, los anticuchos y la carne a la plancha no ha "sabido" de la misma manera sabrosa de siempre. Eso sí, el apetito no ha disminuido, 😂 😂. "Enfermo que come no muere", ya saben, 😉.   
   La Primavera ha llegado, pero sin fanfarria ni fasto. Esta esperada visitante llegó deslucida, con lluvia nocturna, cielos nublados y bastante frío, tanto que hoy me ha tenido sin salir al balcón y más abrigada que la abuela de Caperucita Roja, 😂 😂.  Ni a mi feria favorita fui hoy. Cero ánimo con este día. Sin embargo, como no hay mal que dure 100 años ni primavera que lo resista, el martes ya tendremos una temperatura "decente" y podré alegrarme por mí y mis compañeras, las plantas del jardín y el huerto, cuya fotosíntesis ha estado al debe en estos días. Ojalá la falta de sol me afectara a mí por igual, 😂 😂, para bajar un par de kilos "más que sea". Pero no, más hambre me dan los días grises, 😂 😂. En fin, qué se le va a hacer... Cada cual con su cruz, 😂 😂.  Hasta pronto.

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