lunes, 23 de septiembre de 2024

Visitantes...

 

    El sueño me invade. No lo puedo dominar por más esfuerzo que hago. No me queda otra alternativa que cambiar de actividad y así espantar a Morfeo. Hoy me levanté a las 7 a.m., temprano, ¿verdad? No viajaba yo, sino una de las visitantes de este humilde palacio. Es domingo 15 de septiembre y estoy sola, luego de haber tenido la compañía de una par de amigas por algo más de 30 horas, lo suficiente para no aburrirme de ellas, 😂. Nos encontramos el pasado 13 en el Terminal Tur bus de Santiago, para, desde allí partir al Movistar Arena a disfrutar de un Concierto de André Rieu, ese director de orquesta neerlandés melenudo, conocido a nivel internacional y que visita Chile, 😂, año sí y año no. Para él ya es costumbre, para mí era la primera vez.    
   La invitación al concierto fue un regalo en mi caso -¡maravilloso regalo!-, que me dio la oportunidad de disfrutar en algo la noche santiaguina, que, en tiempos actuales, no resulta muy recomendable. Pero confiando en la experiencia de mis friends, me atreví a acompañarlas y a vivir una aventura distinta, ser parte anónima de una masa heterogénea de gente de distintos lugares, unida por un gusto común: la música 🎶. Una música de mayor rango que la popular, pero que también ha bajado en algo su calidad, al menos, siendo disfrazada por el show y el espectáculo montado en torno a ella. Un arte serio y de primer nivel que se ha prostituido en parte para aumentar el público diletante. No crean que soy una desagradecida "tal por cual", 🤣. El espectáculo tiene su costo y el regalo fue entregado con cariño, 😘😘. El problema no está allí. Lo que sucede es que mi gusto por la música clásica no contempla el bla bla blá del que hace gala André Rieu. Es él el que no me gustó, no la música. Puede ser un buen director de orquesta; eso no lo puedo discutir porque soy sólo una amateur en este ámbito, pero no me gusta. Creo que más bien es un actor, con habilidad organizativa para el negocio del espectáculo, que tiene buen ojo para descubrir el talento ajeno (una joven que cantó lo hizo maravillosamente), y, un poco más. El uso del humor en el show (porque no es "concierto" sino "show") es una buena estrategia, entretiene y establece una corriente de simpatía con el público, pero el bla bla blá me pareció excesivo. Opino, desde mi inmodesta perspectiva, claro está, que, seguro, no es la de la mayoría. A mí me gusta disfrutar la música clásica sin cortes, sin intermediarios, sin adornos excesivos, sin "shos". 
     En fin, no quiero que se malinterprete mi comentario. A fin de cuentas, fui yo la que no me dediqué a ver al melenudo antes, para saber a ciencia cierta a lo que iba, 😁. Me fui con una visión parcial del espectáculo, que fue vistoso, extenso, alegre, variado y con un cierre maravilloso debido a la participación del Orfeón de Carabineros. Fue un show de una duración óptima, 150 minutos, con un receso de 15' aprox., de manera que no quedamos con gusto a poco, pues hubo para todos los gustos. Cantamos su poco, aplaudimos, gritamos (otros, no yo), bailaron (varios), etc. A las 23,45 h. estábamos abandonando el edificio, pensando en cómo llegaríamos a nuestro destino, 😂. Suerte que éramos 3 y eso ayudaba frente a los riesgos de una noche santiaguina. Felizmente había oferta de taxis, pero, siempre tan acostumbradas a pagar lo mínimo, hasta nos pusimos a pedir rebaja, 🙈.  Igual lo conseguimos y llegamos al Terminal de Buses a las 24 horas pasaditas. 

    Una vez en los Terminales, pues pasamos de uno al otro, empezaron nuestros apuros, ya que estaban saliendo los últimos buses. Lo primero que hicimos fue ir a ver si la oficina de Custodia donde mis amigas habían dejado sus mochilas estaba abierta. ¡Suerte para elllas: lo estaba! Nos separamos y empezamos a averiguar si nos llevaban. ¡Nada! Uno nos hizo esperar, mientras otro nos cobraba el triple de lo que yo había pagado en la ida, 😳. En todo caso, habría que pagar si no teníamos otra alternativa. Al fin avanzó la fila en la cual nos tenían en espera y pudimos subir. Nos cobraron la mitad de los otros usureros, ¡bien! 👏👏. Llegamos a las cercanías del Terminal O'Higgins a las 1,30 a.m.aprox. Hacía frío, casi nos congelamos mientras esperábamos un uber que nos llevó, ¡al fin!, a palacio, donde nos tomamos un café caliente con pan, para acostarnos ya pasadas las 3 a.m. Fue bueno llegar a casa, aunque si no hubiéramos encontrado locomoción teníamos como Plan B alojar en Santiago. La plata, 😉, era lo de menos....   

   Al día siguiente, sábado, llevé a las "chiquillas" a la Feria de Abastos más grande de Rancagua. ¡Uff! No las podía sacar de allí.  No salían de su asombro y de su pesar. Asombro por los buenos precios y pesar por no poder llevar todo lo posible para sus despensas, al estilo Julio Iglesias, 😂. Ya se veían comprando acelgas, limones, cilantro, etcetc. Sí compraron nueces, almendras, pasas, chirimoyas, paltas. En la búsqueda de paltas para comprar se les salió que las que yo tenía en palacio no habían pasado la "prueba de la blancura". Ahí me enteré que miraban con desprecio mis paltas "aguachentas" que yo les había ofrecido al desayuno. ¡Claro!, como el agua puede hacerles mal, 😂 😂.Obvio, ganando sueldos reguleques, cualquiera se da "gustitos". En cambio, una profesora anciana jubilada como yo, con PGU de gracia, no puede darse ciertos lujitos, 🤣 🤣. En fin, suerte que tengo el cuero duro ya, 😂 😂. Hasta plantas compramos ese día, más un regalito que me hizo la Eli. La Marce se entusiasmó con una planta llamada popularmente "zapatito" (calceolaria) y compró la más bonita para llevarla hasta su mansión en Lanco.  
    Como nadie sabe para quién  trabaja, "a las finales" yo terminé adornando mi jardín con todas las flores compradas, pues nuestra amiga "florista" debió "volar" hasta Ovalle por el fallecimiento de un familiar político, no sin antes haber almorzado para no sufrir de alguna fatiga durante el viaje por falta de alimento. Parecíamos langostas a la hora de almorzar, ¡no dejamos nada en los platos! 🤭🤭, y eso que tratamos de hacer dieta de vez en cuando, 🤣 🤣. Así que nos quedamos solas con la Eli esa tarde-noche y nos entretuvimos vitrineando todos los locales que encontramos en el Mall y en el Paseo Independencia, sin comprar nada, 😁 😁.  
   Ha pasado una semana desde aquella aventura y visita. He estado casi encerrada como monja de clausura estos días de Fiestas Patrias XL, sin salir a ninguna parte, a excepción del 19, en que acompañé a mis familiares (hermana, sobrinos y consuegra de Gladys) a visitar a nuestra querida Mirella, deseo y propósito expresado por Viviana, que quería llevarle unas flores a su prima. Fue bonito, fue emotivo y, si Mirella nos "vio", seguro estuvo contenta de la visita. Pusimos flores frescas, cambiamos algunas de sus fotos y reescribimos su nombre. Lo hizo la Vivi, mientras José Miguel, el pequeño, observaba, silencioso, el ritual. ¡Bonito!  
   No pude compartir más con ellos. Estaba en medio de un resfrío fulminante que me atacó a mansalva a partir del lunes de madrugada. Suerte que estaba provista de todos los medicamentos necesarios -tapsín, antibióticos y jarabe para la tos-, todo lo que sigo ingiriendo hasta hoy, domingo 22 y, a pesar de ello, aún no lo he logrado erradicar. Me queda todavía para unos 4 ó 5 días más, 😒🤒🤧😭. ¡Una lata, pues me ha impedido disfrutar de los manjares dieciocheros como se merecen!, 1) porque, al estar tomando antibióticos, debí renunciar al vino, 😭😭; 2) porque con el resfrío tanto el gusto como el olfato disminuyen su funcionamiento, de manera que las empanadas, los anticuchos y la carne a la plancha no ha "sabido" de la misma manera sabrosa de siempre. Eso sí, el apetito no ha disminuido, 😂 😂. "Enfermo que come no muere", ya saben, 😉.   
   La Primavera ha llegado, pero sin fanfarria ni fasto. Esta esperada visitante llegó deslucida, con lluvia nocturna, cielos nublados y bastante frío, tanto que hoy me ha tenido sin salir al balcón y más abrigada que la abuela de Caperucita Roja, 😂 😂.  Ni a mi feria favorita fui hoy. Cero ánimo con este día. Sin embargo, como no hay mal que dure 100 años ni primavera que lo resista, el martes ya tendremos una temperatura "decente" y podré alegrarme por mí y mis compañeras, las plantas del jardín y el huerto, cuya fotosíntesis ha estado al debe en estos días. Ojalá la falta de sol me afectara a mí por igual, 😂 😂, para bajar un par de kilos "más que sea". Pero no, más hambre me dan los días grises, 😂 😂. En fin, qué se le va a hacer... Cada cual con su cruz, 😂 😂.  Hasta pronto.

domingo, 15 de septiembre de 2024

Esqueletos en el armario...

   
7 de septiembre

 Cuando vi en la novela que estaba leyendo la expresión "cadáveres del desván de mi alma" utilizada por el protagonista para señalar a las personas cercanas que había "sacrificado" en función de sus intereses personales, me hice un propio autoanálisis, no muy profundo en el momento, a decir verdad: quería seguir leyendo, pues el argumento me tenía bien cogida por los pelos. Un monje, casi al final de su vida, ya octogenario, escribe sus memorias con el objetivo de explicar cómo se llegó al tiempo actual (Hispania en el siglo VII de nuestra era), aunque esto signifique develar traiciones ocultas. La muerte lo acecha y es momento de decir la verdad.

  [Entre paréntesis: este día me ha resultado engañoso. Ha cambiado hoy la hora y como aún no oscurece creía que era más temprano, pero no. Cronos gobierna mi vida, por lo que seguiré escribiendo después porque ahora debo cerrar puertas y ventanas y preparar mi once. Debiera darme hambre un rato más,  😁. Cierro paréntesis].

  11 de septiembre 

   Han pasado varios días en que le he estado dando vueltas a este relato, no digamos que tanto tampoco. Otras tareas, más pedestres, han ocupado mi tiempo. La primavera está  llegando y he querido preparar el escenario adecuado para recibirla. Ello me ha llevado a separar el huerto- jardín y he pasado de una palabra compuesta a dos palabras simples: huerto y jardín. ¡Miren qué fácil!, 😁😄😁😄. El huerto lo he dejado en el balcón del quinto piso, mientras que el jardín lo he llevado al sexto. Eso ha significado cambiar maceteros, comprar algunas flores (orejas de 🐻), transplantar, podar, hacer esquejes, eliminar ramas y hojas, una tarea algo sucia, pero muy positiva - se elimina lo débil e innecesario-. Aún no termino, pero ya se están notando los cambios en el ambiente.  

   Estamos ya a 11 y los aires dieciocheros se notan. Hasta yo he caído en esa vorágine de compras, en esa ansiedad que suele invadir ciertas fechas del año, y eso que soy cuasi incorruptible y a prueba de influencias externas, ya sean publicitarias o de redes sociales. ¡Na! Es broma; soy tan o más proclive a caer en la compulsión adquisitiva, no ya de bienes suntuarios, sino de productos alimentarios, fenómeno muy presente llegados a cierta edad, como si frente a la muerte que nos acecha, no quisiéramos, de ninguna manera, que ésta llegue por inanición,  😂 😂.  

12 de septiembre

   Retomo la idea del primer párrafo. Cuando leí esa expresión -"cadáveres..."- pensé en mis propios "cadáveres" y se me vino a la mente una persona que justo ese día 7 estaba de cumpleaños. Tengo claro que yo también soy un "cadáver" de dicha categoría para esa persona. Felizmente no hubo un "sacrificio" doloroso para ninguno de los dos cuando se produjo el alejamiento; fue resultado del desgaste, de las diferencias irreconciliables, etc.etc., de planes nuevos en que no estaba el uno para el otro. Digamos que fue un envío al desván por "muerte natural" de la relación. Ojalá hubiera ocurrido antes; habría habido menos daños colaterales. En fin, ese día me vino a la memoria ese cumpleaños -del que hacía años de años no me acordaba- y quise echarle una mirada al "cadáver", 😂 😂. Encontré facebook y con un antediluviano messenger envié un mensaje de una palabra  -"felicidades" o "felicitaciones", ya no estoy segura cuál de las dos-, sin ninguna seguridad que fuera vista por el destinatario. El facebook parecía estar inactivo. Pero no, hubo una respuesta, más nutrida que mi mensaje, al que sólo respondí con un par de emojis. No había necesidad de más.  

   La novela leída, origen de esta acción y reacción en el mundo real y en mi vida personal, me gustó por dos razones esencialmente; no, por tres (lo que abunda no daña, 😂, se decía antes). 1) Es un  relato de un momento histórico del que no había leído mucho últimamente, la invasión visigoda de la Península  Ibérica y el establecimiento el reino de los godos (Rex Gothorum);  2) el relato constituye una especie de "confesión" y autoanálisis de parte del protagonista, Sergio de Emérita, quien no es autocomplaciente con sus actos, no elude, no escamotea, tampoco pide disculpas ni se arrepiente por sus acciones, buenas o malas, correctas o inmorales, pues fueron parte de una elección consciente y voluntaria para saciar su ansia de poder; 3) es una excelente narración, otra más del mismo autor, Santiago Castellanos, que hizo de mi lectura un agrado; y 4) -sorry, me había quedado corta-, fue un gusto saber algo más de lo que ocurrió en dos ciudades que he visitado en España y que me han impresionado precisamente por su carga histórica, Mérida (Augusta Emérita)Toledo (Toletum). 

  Corre el año 566 y Sergio, un niño huérfano de unos 8 años, es entregado a una institución católica por su tío, sin que el pequeño pudiera hacer nada. Su destino se ha sellado: servirá de por vida a Sta. Eulalia (mártir emeritense de 13 años, que fue torturada brutalmente hasta terminar decapitada, por negarse a renunciar a su fe cristiana). Así comienza el viaje retrospectivo de Sergio de Emérita mientras asiste a las últimas horas de vida del Rey Godo Sisebuto, de quien fuera su Consejero, quien muere envenenado, uno de los tantos finales en ese y todos los tiempos. Sergio, a pesar de ser católico, también fue consejero de los reyes Atanagildo, Leovigildo y de Recaredo, siendo parte relevante en la instalación y expansión del Reino de los Godos en la Península Ibérica. En todos esos años de vida palaciega vio y participó en muchas intrigas, traiciones y guerras, en nombre de sus reyes, de la paz y de Dios, pero con el ansia del poder personal sustentando cada consejo y acción. Rey de los Godos es una novela que vale cada minuto que uno ocupa en leerla. Es una mirada al propio espejo de nuestras vidas. Hasta pronto. 



martes, 3 de septiembre de 2024

Traficantes de Aceitunas...

  

   El viaje llega a su fin. Aún no son las 6 a.m. y ya estamos en Santiago city. Al que madruga...ya saben, 🥱😴. Bajamos medio turulatas del bus. La noche no fue muy benigna con nosotras. Dormimos en calidad de acordeones con los elásticos vencidos, 🤣. ¡Qué manera de dormir mal! Hasta frío pasamos, sobre todo América, que le faltan varias cazuelas, 🤭. Pero, en fin, llegamos, aunque sea casi en calidad de amebas, 👌💪. 

   Ayer lunes fue nuestro último día en las cercanías del Desierto. Nos levantamos sin apuros, desayunamos unas marraquetas medio latigudas compradas dos días antes (estamos dadas para Ministras de Economía) y unos wafers de chocolates (¡ricos, 🤤!), dándoles los últimos toques de arreglo a nuestras maletas y a nuestras personas.  En lo personal, lo mínimo,  para pasar piolas, 😂 😜 . Modestia ante todo. A las 10 a.m. fueron a tocar a nuestra puerta: era el hijo de la anfitriona, que ante nuestra consulta hecha la tarde anterior sobre lugares donde vendieran aceitunas, se había ofrecido para llevarnos a alguna "picá". Aceptamos gustosas y contentas. Aquello quedaba en la misma ciudad de Huasco, en la parte baja (entrada). Entre nosotras nos pusimos de acuerdo en darle una propina en retribución de tanta amabilidad. Cargamos con nuestras livianas maleticas y nos subimos a la camioneta.

    Iniciamos el breve trayecto con algo de conversa y pronto "aterrizamos" en un primer puesto de venta, algo elegantoso. Había unas personas haciendo una compra importante, incluso crema facial de oliva, así que no nos "pescaron" mucho, no vieron glamour en nuestras personas a pesar de las parkas "Norway" y "Columbia". Es decir, logramos pasar más bien inadvertidas. "Profes no más, poh". Queríamos probar las aceitunas antes de comprar, pero "no se oye, padre". Igual salimos con un par de kilos aceitunescos y una botellita de aceite olivesco. Seguimos... 

    Se avispó nuestro anfitrión y nos llevó a otro local con muchos tambores azules llenos de distintos tipos de aceitunas y otras delicatessen del rubro. Aquello me recordó el AGRO de Arica. ¡Ahora sí que sí, vamos probando! Tratamos de probar todos los tipos para ahorrar el brunch, 🤣. Salimos con varios kilos a cuestas (de aceitunas, me refiero; de los otros kilos, pa' qué hablar en mi caso; los llevo desde que nací y ya estoy acostumbrada, aunque nunca resignada, 🙈), felices y con nuestras billeteras más livianas, 😜. Pedimos a nuestro amable "amigo" que nos dejara en un paradero. Así lo hizo y cuando, amablemente, le preguntamos cuánto le debíamos, nos pegó el sablazo. ¡Más barato nos habría salido un taxi privado! A lo tontito... Pagamos, no nos quedaba otra. Acto seguido, en pleno paradero público, cada cual abrió su maleta y guardó las bolsas de aceitunas como pudo, después de lo cual éstas pesaban como si lleváramos piedras, pero no importaba porque nos íbamos con un producto típico de la zona, para compartir con nuestros seres queridos...o no tanto, 😁 😁.   
     Pronto pasó un autobús destino a Vallenar y nos subimos de inmediato, aunque costó su poco hacerlo con las maletas.¡Uff! Pasado el mediodía ya estábamos en la gran ciudad, por lo que procedimos a recurrir a la custodia y partir, libres, a recorrer las calles vallenarinas. Curiosamente, ambas habiendo visitado una vez la urbe, teníamos la misma impresión: no nos había gustado, 😁😁. La habíamos encontrado fome. A varios años de aquello, recorriendo las calles principales llenas de comercio y gente, observando algunas  construcciones antiguas, evaluando la Plaza Ambrosio O'Higgins y su antigua Iglesia San Ambrosio con campanario (construida hace 150 años, en 1874), fuimos, sin querer queriendo, cambiando de opinión.   
     Nuestros pies nos llevaron al Mercado Municipal, donde pudimos encontrar Pajarete, un vino dulce, preparado con uva moscatel, entre otras, de 15 grados y envejecido un mínimo de 2 años. En Huasco y Elqui este licor tiene denominación de origen. Compré una botellita. Seguimos recorriendo los puestos del mercado y encontramos más aceite de oliva de la zona a buen precio. La Sra. que atendía el local se veía toda una dama. En la tarde, cuando volvimos, entendimos la razón. Precisamente en tierras de su familia se producía uva con la que se elabora un tipo de pajarete, tan propio de la zona que, incluso, lo encontramos como destacado en vitrinas del Museo de Vallenar. Nos "armó" una conversación esta distinguida dama que no podíamos cortarla, 😂 😂.  Podríamos haberla juntado con nuestro amigo Alberto de Copiapó, aunque ahora que lo pienso, no habría tenido buen fin esa "junta", porque dos necesitados de hablar y de ser escuchados, no habrían terminado bien, 😉.   
    Almorzamos frente a la Plaza, en un acogedor café-restaurante. Todo bien, salvo un par de cotorras que estaban instaladas antes de que llegáramos nosotras. Hasta la música la escuchábamos en sordina por su chachareo, 🙈 🙈.  La América terminó  bien contenta, 😂... Ya "comidas", 😂 😂, mientras nos dedicábamos a tomar algunas fotos, recorrer hasta el infinito y más allá la calle principal, A.Prat, nos encontramos, ¡oh, sorprise!, con el Museo del Huasco, ubicado en Vallenar, 🤔. Fuimos muy bien acogidas y atendidas (creo que nos reconocieron, 😉). Nos gustó mucho lo que vimos acerca de los habitantes originarios de la zona, de la actividad minera del sector, de algunas personalidades nacidas en la ciudad, de distintos tipos de minerales extraídos de las montañas nortinas. También conocimos, al pasar, el Teatro de la ciudad, una bella sala con escenario a la que accedimos al escuchar unos aplausos mientras íbamos pasando por el lugar. No eran precisamente por nosotras, 😂. Además, intentamos conocer la la Estación de Ferrocarriles pero no nos permitieron el acceso, pues es propiedad privada en la actualidad. Una pena en realidad, porque algo divisamos  de la antigua estación y debe ser todo un monumento histórico. Ellos se perdieron tan distinguida visita, 🤣.  
    El último par de horas antes de la partida del bus que nos regresaría a la capital, estuvimos en dos Terminales de Buses. Se había puesto helado. Quisimos tomarnos un café y en el Terminal de Turbus había que hacerlo de pie. Tampoco hay sala de espera cerrada. Optamos por buscar un café más protegido de la helada tarde. ¡Lo encontramos a un par de cuadras! Quedamos pochitas con un tremendo tazón que nos sirvieron. De allí, al bus y a un viaje nocturno de muy mal dormir. Pero no importaba, pues, luego de otro ☕ en el Terminal de Santiago, partimos rumbo a Rancagua y una vez allí, a palacio. Aseo, orden, desayuno en casa y calabaza, calabaza para América, que debía seguir a Talca, donde llegó sin novedad. En mi caso, yo me acomodé rápidamente a la nueva realidad, preparando pan, almuerzo, yendo a la feria, retomando mi tejido y la vida cotidiana habitual, contenta de haberlo pasado muy bien en los últimos 10 días, además de haber conocido a varias personas muy amables y especiales, como, por ejemplo, Alberto de Copiapó;  los guías Carlos, Diego, Rosita y Lesley en Copiapó y Huasco; la Sra. Carmen en el Mercado de Vallenar; un par de funcionarios en el Museo del Huasco y otras personas muy amables y amorosas, como los que nos atendieron en cada restaurante a los que fuimos a comer o tomar café. Breves encuentros que hacen que uno recupere la fe en el ser humano. 
    ¡Ah, pero me olvidaba compartirles algo! Pasamos un susto más o menos grande esta mañana. En Turbus ya empezaron con aquella ordenanza de llevar un registro de la relación entre los pasajeros y sus equipajes. A las 6,30 a.m., cuando entregamos las maleticas con nuestra pesada carga de aceitunas, anotaron nombres, número  de asientos y número de los equipajes en una hoja, 🤨🤔😬. Por lo tanto, supusimos que podríamos ser objeto de revisión. En el momento en que a la salida de Santiago pasamos a una Tenencia de Carretera y nos detuvimos por un rato, imaginamos que podrían estar revisando maleticas y bolsos. Nos imaginamos a esos 🐕 🐕  expertos en oler lo sospechoso  y, obvio, al llegar a nuestras maletas quedarían vuelto locos con el aroma aceitunero. Ya nos veíamos detenidas y esposadas como Hermosilla (sin ser superpoderosas ni usar lentes de marco rojo, 😂) y yendo a dormir a la litera que había dejado libre en el Anexo Capitán Yáber el ex alcalde Jadue, 😬😷🤧, siendo acusadas de traficar aceitunas con y sin amargo, 🤣 🤣 🤣.  ¡Qué divertido habría sido, 😳🥺! A falta de Hermosilla para que nos defienda, habríamos tenido que llamar al Chapulín Colorado, 😂. ¡De la que jos salvamos! ¡Qué cosas,  no! Hasta pronto.


 

domingo, 1 de septiembre de 2024

Buscadoras de tesoros...

   

   Es domingo 1 de septiembre y ya se escucha en el aire los compases cuequeros, mientras las banderas chilenas se ven por doquier. Ha comenzado el Mes de la Patria (¿o PatriaS, en plural, como dirían los fanáticos de lo políticamente correcto?) y parece que, con ello y con la primavera -también septembrina en este rincón del planeta-, todo se activa, todo renace, todo empieza a cobrar vida inusitadamente, como sucede con las semillas en el desierto más árido del mundo, el Desierto de Atacama. ¡Quién fuera semilla para vivir tantas vidas como fuera posible! 
 
   Hoy nos fuimos de tour al Parque Nacional Llanos de Challe y Carrizal Bajo, como a otros sectores cercanos: Playa Blanca, Tres Playitas, Los Toyos, todo en los alrededores del Puerto de Huasco, lugares desconocidos para estas buscadoras de tesoros, aventuras y experiencias, 😊😉 -aventuras y experiencias de las buenas, aclaro-. Todo estaba en latencia, en espera, en la etapa ya segura de la floración cercana, pero aún no había llegado la hora de los mantos ni alfombras de flores como las que vimos y disfrutamos en Nantoco hace un par de días. El colorido era mayoritariamente en tonalidades verdes, desde el oscuro y poco atractivo de la vegetación seca o casi, hasta el verde fresco, ése que supone vida presente hic et nunc ('aquí y ahora'). La diversidad de colores y el casi omnipresente fucsia de la flor 'pata de guanaco' brillaban por su ausencia. Sin embargo, no nos bajoneamos, aunque no era lo que habíamos esperado.    
     Cambiando rápidamente el chip, nos abocamos a la tarea de buscar tesoros, aún los más pequeños. No habría sido menor ni despreciado por nosotras encontrar una pepita de oro en este terreno tan lleno de minerales, una punta de flecha de los antiguos habitantes o, por último, uno que otro explosivo, granada o arma de las toneladas que nunca fueron encontradas en 1986 y años sgtes. de las desembarcadas en Carrizal Bajo ese mismo año. Pero nunca fue. Y como aquella búsqueda podía durar un tiempo que no teníamos, nos pusimos "más mejor" en modalidad darwinista. Con la ayuda de Diego y Lesley (de La agencia Kosmo Sapiens), tomamos uno de los senderos una vez ingresamos al Parque Nacional Llanos del Challe y comenzamos la caminata y el examen de los especímenes vegetales que íbamos encontrando a nuestro paso. Más de una flor apareció bajo la camanchaca, que aún no se disipaba del todo: un 'amancay' (de pétalos amarillos) por ahí, unos pequeños narcizos (de color blanco). Nuestros guías iban corroborando los nombres de las flores encontradas. Ascendimos a uno de los cerros rocosos, asombrándonos de las extrañas formas que la erosión había dejado en las rocas altas. Por allí encontré unas verdísimas hojas de trébol aún sin flores, pero prometiendo vida, y otras especies de verde intenso entre las rocas. Desde esa altura tuvimos una panorámica envidiable de todo el valle y la playa cercana .   
    Volvimos a la entrada del parque. Nos vimos en la necesidad de buscar un servicio higiénico a continuación. No es el objetivo ideal de los buscadores de tesoros,🤭, pero en muchas ocasiones encontrar uno cuando se le necesita es una verdadera fortuna, que fue casi lo que nos costó su uso, pues el sector de Playa Blanca está ahora entregada en concesión. De allí nos dirigimos en dirección a Carrizal Bajo, sin dejar de ir mirando a ambos lados del camino como exploradores naturalistas. Más de una vez, Diego detuvo la camioneta para acercarnos a alguna flor que divisamos desde el vehículo.    
    La localidad de Carrizal Bajo había dejado de ser sólo un caserío con unas viviendas precarias de pescadores. Ahora hay bastantes viviendas, algunas bastante bien equipadas al parecer (de veraneo pues estaban cerradas casi a cal y canto). Una antigua iglesia es uno de los monumentos del lugar, con cerca de 150 años de vida -la iglesia-, una Bibliomóvil -sin ruedas- y, como monumento natural, una amplia playa y un humedal habitado por numerosas aves. Casi no vimos gente en el lugar, que tiene unos 900 habitantes permanentes. Este lugar, en el siglo XIX, tuvo una intensa vida gracias a la actividad  minera. 
 
   Fue interesante conocerlo, no sólo por ello, sino más bien porque fue centro de sucesos extraordinarios en el año 1986, con 2 ó 3 desembarcos de armas y material de guerra en sus cercanías, con una cifra estimada mayor a 60 toneladas de internación de este material, proveniente de Cuba y gestionado por el Partido Comunista y el movimiento extremista Frente Patriótico Manuel Rodriíguez (FPMR), quienes descargaron y escondieron en minas abandonadas lo traído del exterior. Toda esta actividad llegó a noticias de las autoridades militares de ese tiempo, los que actuaron en consecuencia, descubriendo gran parte de la "importación" y apresando a los involucrados. Se dice y se cuenta que no se logró descubrir toda la "mercadería" y que, probablemente, aquélla pasó a ser utilizada en otras actividades terroristas,  🤔🤔. ¡Quién sabe! Yo les entrego un resumen de lo investigado y aquí consigno que hoy estuve en Carrizal Bajo.   
     Seguimos buscando. Luego de bajar a Playa Blanca por unos minutos, algunas fotos de recuerdos, volvimos a la carretera para luego ingresar a un camino de ripio, que es el utilizado para la observación y visita del Desierto Florido. Añañucas, coronas de fraile, terciopelos, palos negros, más amancay, senecios  y cientossss de cactus de diferente tipo quedaron plasmados en nuestras cámaras. ¡Qué belleza de tesoros encontrados! Y lo más maravilloso es que todo verdecía con la promesa tácita de un florecimiento próximo, diverso y extraordinario. Definitivamente, allí mismo, decidimos volver en un mes, un poco más o un poco menos, dependiendo de la información  que recibamos de Diego y Lesley, 😊🤗🤗.    
    Algunas aves, unas lagartijas, unos burros y un guanaco fueron otras especies que divisamos a distancia. El último rápidamente huyó de nosotros. ¡Qué pena! No pudimos ni siquiera presentarnos, 😂 😂. Alguna mala experiencia debe haber tenido con alguno de nuestros congéneres. ¿Y los burros? Ni nos "pescaron". Indiferencia total, 😉... No nos faltaron las ganas de obtener algún recuerdo en medio de tanta variedad de especies vegetales, especialmente de cactus 🌵. Si no tuvieran tantas espinas...😒🥺. Algún trocito de cuarzo, eso sí, fue a parar a nuestros bolsillos, 😉.  En fin, se hace lo que se puede frente a testigos, 😅.    

   La temperatura ambiente estuvo ideal: nublado las primeras horas y despejado la última parte, para lo cual fuimos preparadas adecuadamente. Provista de sus gafas regalonas fue América; con ellas puestas todo estaba OK, 😂 😂.  Yo y mi jockey, con parka noruega, polerón chino y cortavientos marca pe', porsiaca, 😂😂, y hasta gorro de lana y guantes ídem; ¡que no se diga que uno va mal apertrechada!, 😂... Después de recorrer los lugares mencionados, aprendiendo en cada paso con la ayuda de nuestros guías, habiendo caminado en medio de la naturaleza con el cuidado del observador y visitante respetuoso, iniciamos el regreso por un trayecto diferente, que nos permitió detenernos brevemente en el Santuario de San Lorenzo, Santo Patrono de los mineros. Nos sorprendió la dedicación a su culto, notorio en todos los adornos y el cuidado del lugar. 

   Ya en las cercanías de nuestro alojamiento, nos despedimos de nuestros guías y compañeros de aprendizaje y disfrute de esas horas. Estábamos con el mejor de los ánimos y con la firme convicción de regresar a ver la maravilla de la naturaleza que ya se anunciaba. No lamentábamos haber llegado antes de tiempo a este parque pues una vez se produzca la floración, estaremos en condiciones de comparar y valorar el fenómeno natural y su carácter mágico, si se quiere categorizarlo así. Estábamos llegando al final de nuestra aventura con un aprovechamiento personal al máximo.   

    Dejamos nuestra carga en el hospedaje y salimos en busca de alimento. No había muchos locales abiertos. Consultamos menú y precios en uno. ¡Hum! Bien el menú, pero sin cerveza y ya era hora de servirnos una. Pero la misma persona que nos atendió nos dio la solución: yo no vendo pero pueden comprarla en la botillería  de al lado y traerla, nos dijo. Buscamos algo más. Nada. Volvimos con una lata cervecera cada una y a degustar una rica sopa de mariscos (¡contundente y exquisita!, 😱), un principal de pescado frito con ensalada, más pan y pebre. ¡Quedamos a ombligo parado!, tanto así que sólo caminamos unas cuadras buscando dónde comprar aceitunas y desistimos, porque queríamos irnos a descansar, lo que hicimos a destajo todo el resto de la tarde-noche. Mañana iniciaremos el regreso a nuestros hogares. Como quedan a lo menos unas 21 horas para ello, lo estamos tomando con andina. No faltará lo que se nos ocurra para aprovechar ese tiempo. Ya lo sabrán. Hasta pronto.