domingo, 30 de junio de 2024

Tras la huella de Colón...

 

   No todo lo que brilla es oro ni plata, 'helmano'. ¡Tú ya sabes! Tanto que escuchamos más de una vez de las maravillas de Punta Cana y la verdad es que la maravilla nunca ha sido tanta. En los detalles ha estado la sorpresa y los pequeños malos momentos, que, felizmente, no han empañado nuestra buena onda, alegría natural y diversión.  Un viaje no sólo supone lugares, sino también personas, además de otros elementos. Cuando el turismo es un servicio clave para un país y este último es ordenado y serio, todo marcha sobre ruedas. Pero si no es así y cada cual quiere sacar réditos personales, sucede lo que nos sucedió, con lo que esperamos haber aprendido. Por acá,  la política  general es aprovecharse del turista. Mientras, en el ámbito de los souvenirs, los magnetos y llaveros valen en Punta Cana 290 pesos dominicanos (5 US), en Santo Domingo los encontramos el viernes, en un Mercado Artesanal, a 580 PD (10 US cada uno). ¡Un verdadero  escándalo!, que casi nos hunde en el mayor de los desconsuelos.  No había sido un buen día el de nuestra llegada a la capital dominicana.  

    El viernes esperábamos comenzar el día a una hora respetable (8 A.M.) y la verdad es que lo comenzamos mucho antes, pues el calor y, probablemente, la preocupación por el viaje, nos hizo despertarnos muuuy temprano. En mi caso particular, no había terminado de escribir el relato anterior, así que madrugué para terminarlo y "subirlo" a Internet esa misma mañana. Lo logré,  ¡bravo! Todo parecía promisorio, pero sólo parecía. Teníamos pasajes a las 11 horas a.m., por lo que a las 10 estábamos abandonando el depto. para buscar un uber, con la mala pata que no pudimos conseguir uno porque, ya afuera del Depa, carecíamos de señal de wifi. Fue mía la responsabilidad, 🥴🥴. Pero uno de los guardias nos ayudó y se comunicó con un conocido, que manifestó su conformidad para ir a buscarnos y a un muy buen precio. Esperamos, esperamos y...esperamos. ¡Nada! Yo, la responsable del traslado, salía a mirar a cada rato a la vereda para ver si venía el susodicho. Finalmente, cuando ya desesperaba, se detuvo un furgón turístico y se ofreció a llevarnos al Terminal de buses. No era tan cerca, pero arribamos a buena hora. El problema llegó a la hora de abandonar el vehículo, pues nos cobró 25 dólares. ¡Era un abuso! Así que le pagué sólo 20 y nos fuimos. El costo "normal" de un recorrido como ése es de 10 US. Fue nuestro segundo mal rato, que acogimos con optimismo, pues íbamos a iniciar el viaje sin más inconvenientes.

    Pero no. Ya arriba del bus, con Elizabeth fuimos testigos de primera "línea" de un señor que iba delante nuestro y que se había subido sin comprar pasaje y, tan fresco, señalaba que no tenía dinero, qué le iba a hacer si no contaba con trabajo. Es lo que iba precisamente a buscar a Sto. Domingo. De manera que, cuando consiguiera empleo, estaría en condiciones de pagarles. ¡Un caradura de manual! Después de bastantes minutos de discusión, con varias personas y en tono bien elevado, lograron hacerlo bajar. Efectivamente no podía ser llevado, pues todos los pasajes estaban vendidos. ¡Seguimos!... Avanzamos los 85 kms.aprox. que nos separaban de la capital. Cuando ya estuvimos en los alrededores, comenzaron a descender los pasajeros. Cada paradero llegaba a dar repelús, pues no se veía ni muy seguro ni muy limpio. Había  amontonamientos de basura a orillas de la carretera en muchos sectores y los edificios no se veían muy nuevos, ni de buena calidad.  A lo menos demoramos una media hora o un poco más en llegar hasta el Terminal, que era una pequeña oficina de venta de pasajes. 

     Ahora venía la hora de la verdad y ¿cómo llegar a nuestro alojamiento y no morir en el intento?, 😒🙄😬.Aquello fue lo que empezamos a preguntarnos una vez estuvimos abajo del bus con nuestro equipaje. Fue toda una experiencia, pero nada de religiosa. Sucede que el alojamiento (otro depto.) se ubicaba en un sector de la urbe que se conoce por Santo Domingo Este. Llegando al "Terminal", de inmediato nos "atrapó" un taxista. Mostramos la dirección y no sabía exactamente dónde estaba el sector. Hasta hizo que yo le indicara en Maps de su celular cuál era nuestro destino. Una vez que tuvo los datos, habló de inmediato de 30 US (el mismo costo que pagamos del aeropuerto de Punta Cana al primer alojamiento). Nos pareció excesivo pero aceptamos. Queríamos llegar cuánto antes. Mientras íbamos en camino se comunicó con el encargado del depto. y al darle éste más antecedentes, cambió las reglas del juego y...el costo del servicio, subiendo, ipso facto, a 50 US y luego, en el mismo parlamento, los 1500 PD iniciales los elevó a 2000 pesos (40 dólares aprox.). Nos pusimos como quiques de inmediato dos de nosotras, por el cambio de valor, toda vez que la cantidad de kilómetros era la misma que antes le había indicado Maps. Y como gran fundamento decía que quedaba en la ciudad "Wanboó" (distrito). ¡Qué podíamos saber nosotras qué era ese "Wanboó"! Al final, entre tanta verborrea con voz destemplada de él y alegatos de parte de nosotras, entendí, al ver un letrero, que el lugar de Santo Domingo al que íbamos era "Juan Bosch". La cosa parecía diálogo de sordos, además de que elevó la voz más de lo adecuado, por lo que Marce le exigió que no le levantara la voz de esa manera. A esas alturas, nosotras estábamos totalmente "espercecúticas", 🤣 🤣.  

    [Entre paréntesis: esta palabra rara, que no encontrarán en el Diccionario de la RAE, era una que usaba nuestro padre reiteradamente cuando éramos niños y que nos daba mucha risa. Tiene relación con estar en un estado de rabia y enojo,  así que es absolutamente ad hoc a la ocasión. Cierro  paréntesis]. 

   Y el tipo seguía pasándole su celular a mi amiga, en el que no funcionaba "Waze" pues carecía del servicio de Internet. ¡Linda gracia!  Y afuera,  🎶🎶 Llovía y llovía 🎶 🎵  a cántaros. Así que debimos contar hasta 10, hacer unos cuantos ejercicios de respiración y los "oms" correspondientes para lograr algo de tranquilidad para nuestro espíritu. Finalmente, en realidad casi llevaron de la mano al taxista para el depto. con las indicaciones telefónicas, pues no se ubicaba para nada. No quisimos seguir peleando con él y le pagamos. Era más importante preservar nuestra tranquilidad espiritual, aunque luego de averiguar que el sistema de traslado en vehículos de aplicación funcionaba muy bien en la ciudad, con precios  bastante convenientes, decidimos sólo usar Uber para movilizarnos. ¡No más a los taxistas! 😡.

   El Depa, en comparación con el de Punta Cana, era inferior en calidad, superficie y servicios, pero con lo necesario para estar cómodas y sin carencias. Así que bien por eso, 👏👏. Esa misma tarde, luego de dejar nuestras pertenencias en las habitaciones correspondientes, acordamos trasladarnos al centro de la ciudad, para alimentarnos y comenzar nuestro primer recorrido. El joven que nos llevó fue la mar de simpático, de manera que las pesadas y oscuras nubes en nuestro ambiente cotidiano, desaparecieron, pero no se olvidaron. En el centro histórico buscamos dónde "almorzar" (unos exquisitos trozos de pizza con jugo natural) y, a continuación, nos trasladamos a vitrinear a un Mercado Artesanal, un abuso con cara de arte. ¡Todo costaba el doble que en Punta Cana y eso que allá no es nada de barato! Decidimos recorrer el Centro Histórico un rato, sin comprar nada esta vez. Nos angustiaba pensar en no encontrar alguna alternativa más económica,  😂 😂. Por cierto que aprovechamos de tomar muchas y bellas  fotografías nocturnas.   

    Al final de nuestra caminata de esa tarde-noche llegamos hasta la Plaza Colón, donde el navegante nos esperaba firme y mayestático en medio del lugar, casi haciéndole guardia a Nuestra Señora de la Anunciación en la Catedral Basílica. Una sorpresa positiva nos esperaba allí: la señal gratis de wifi, 🙂😊. Gozamos de la hora nocturna un buen rato, a una temperatura de 28 a 29 grados, con bastante gente en los alrededores, hasta que decidimos volver y salir a buscar al día siguiente -ayer- el "Mercado Modelo", donde esperábamos conjurar la mala suerte, cosa que ¡por fin! logramos con éxito aunque a Colón seguimos buscándole. Otra huella encontrada ayer: su última Casa-habitación. En el siguiente relato les hablaré de los hallazgos históricos. Me cansé por ahora, 😂. Hasta pronto. 









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