lunes, 7 de diciembre de 2020

Inquietud...

  

Estoy inquieta,  aún  no sé por qué 😠😡.  No suele ocurrirme en  estos días. Hace un par de años, la sensación de incomodidad, malestar, poca concentración de la segunda mitad de noviembre era perfectamente entendida y entendible. Sin embargo,  ya estoy en diciembre y, salvo que, como los veranitos de San Juan, se haya desplazado la fecha de este estado amorfo e incierto, no se justifica.  Pensándolo bien, me pregunto, ¿deberían tener alguna razón estos estados de ánimo? Si le consulto a un/a psicólogo/a seguro que me dice que sí. Y es probable que tenga razón. El quehacer externo de cada persona no es mero azar, está compuesto  de lo que se quiere mostrar y de lo que no se puede dejar de mostrar,  lo inmanejable,  al menos en los que funcionamos "normalmente". La verdad es que no logro concentrarme en mi nueva lectura y eso que ya llevo un 41 % de avance. Me resulta inusual e incomprensible hasta ahora. Junto con ello, el sueño me vence a ratos, lo que tampoco es tan habitual. Deberé  seguir dándole vueltas al asunto para encontrar la razón de la sinrazón.  

     La inquietud es ese estado  de intranquilidad  y alarma, de olor a amenaza latente, a incertidumbre que se respira y que desagrada, que no encuentra asiento en algo concreto. Es inasible pero que se sabe presente, aunque su presencia sea incorpórea....

   Han pasado varios días desde que di cuenta de esta situación y, aunque algo ha decantado la bruma, no tengo claridad de lo que sucedió o sigue sucediendo. Lo más probable es que sea nada más (y nada menos) que los efectos de esta  "famosa" Pandemia, que nos tiene  como sobre una montaña rusa, con sus brotes y rebrotes, que parece que va decreciendo y ¡paf!, vuelven a repuntar las cifras, que de la fase 3 retrocedemos y seguimos retrocediendo, o avanzamos y nos quedamos estáticos  por meses. Eso debe ser...simplemente... Es difícil  que el estado de ánimo de alguien que vive solo, por más contacto que tenga con el exterior y la familia a través de las redes, se mantenga incólume en una realidad como ésta, en que todo permanece como en una balanza de platillos o en un balancín o en una cuerda floja. 

   Creo que  tendré  que darme a la tarea de introducir cambios en mi rutina personal. De pronto me viene a la mente la imagen de una persona sentada frente a la ventana, siempre en la misma postura, viendo cómo fuera de los cristales van cambiando los colores de la naturaleza y haciéndose presentes las estaciones del año. Así parecemos haber estado en estos casi diez últimos meses de permanencia obligada en el hogar. Tal vez, para animarse, habría  que pensar en situaciones  más  difíciles aún,  como, por ejemplo, un viaje espacial al planeta Marte o una estadía  en la cárcel, con todos los gastos pagados. Prefiero no pensar en unas vacaciones en un Sanatorio, Casa de reposo o "de larga estadía", como le llaman ahora. Pero aún sería peor imaginarme en un Manicomio, claro que en la actualidad  no deben llamarse así esos lugares, porque es muy "traumático" decir que alguien ha ido a parar allí.   

   Con esas perspectivas en vista, no cabe duda que  prefiero mi presente. Iré a comprar algo rico para cocinar y seguro el ánimo se me elevará  hasta las nubes y, como no veo ninguna en estos 30 grados de temperatura,  deben estar bien altas. ¡Mejor! Lo otro podría ser empezar a grabar mis preparaciones culinarias y transformarme en una youtuber, total, hay tantas y tantos (y tantes, agregarían otres), y de todas las edades... Sí,👌,  tal vez sea ésa  sea una nueva veta que pudiera cultivar, 😂 😂.  Mejor me río de la ridiculez. ¿Se imaginan algo más  patético? Lo digo, porque, como decía  un amigo, hay que ser "rostro" de tv para atreverse a algo así. No se puede pretender ser comunicador si no cumples con los requisitos mínimos. Lo primero, buena presencia. Lo otro a tener en cuenta es que no es lo mismo comunicarse por escrito que en forma oral y, más  encima, improvisar y hacerlo bien obviamente. Y, aunque me pese,  debo reconocer  que mi expresión oral no es tan fluida como quisiera. Hablar bien puedo hacerlo; que lo haga con elocuencia,  sin detenciones y muletillas,  es otra cosa. Y como aquello tiene que ver con mis menores habilidades sociales en pro de una inteligencia y creatividad galopantes, ya estoy en paz con ello. Una cosa por otra : quid pro quo.  ¡Bravo!  Al fin pude usar esta expresión (😂). 

   Luego de escribir toda esta sarta...de ideas, estoy viendo la vida multicolor. ¡Bien por mí! Ahora la gracia es cada cual encuentre la clave para alegrarse el día. Buena suerte en el intento. Hasta pronto.   

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