¡Hola, hola! Buenas noches. Desde el comienzo les comparto que no hablaré de "historias" al estilo Arjona. ¡Para nada! Escribiré acerca de historias de personajes que cambiaron el mundo a como se había entendido hasta fines del siglo XV en el continente europeo, que era el que llevaba "la voz cantante" en esa época. Les contaré de personajes valientes, de viajeros en tiempos difíciles, quienes abandonaron la comodidad de la corte, de un cargo eclesiástico o militar, para venir a un mundo extraño, desconocido y misterioso. Venían con una historia a cuestas, decididos a salir adelante, costara lo que costase. Venían a enseñar y guiar a quienes ya tenían sabios y habían vivido hasta ese tiempo sin necesitar de la llamada "civilización" del viejo mundo. Venían a descubrir una nueva ruta a Las Indias.
Llegaron el año 1492 y se asentaron en varias ciudades. La primera, Isabela, ya no existe. La segunda, Santo Domingo, es la que nos recibió el viernes con sus 3,2 millones de habitantes. Nos faltó tiempo, 😁, para ir a tomar posesión de nuestro alojamiento y al poco rato estar en la Ciudad Colonial, caminando sobre adoquines, cargados también de historias. Una de las primeras construcciones "curiosas" con la que topamos fue la denominada Casa del Cordón una de las primeras viviendas de piedra en Sto. Domingo. Se conoce por ese nombre debido al cordón ornamental que adorna la puerta. Las ventanas son de estilo árabe. Fue utilizada por el Virrey Diego Colón (hijo del Descubridor de América) y su esposa María Alvarez de Toledo mientras se terminaba de construir el Álcazar. No pudimos acceder a su interior pues se encontraba en reparaciones.
El Alcázar de Colón es un palacio de inicios del siglo XVI, ubicado en terrenos que le fueron concedidos al primogénito de don Cristóbal en 1509 para que se construyera una morada para él y su familia en la Isla La Española. La importantisima misión requería que se entregara tal dispensa real. Don Diego venía a cumplir la tarea de Gobernador, ostentando el título de Virrey de Las Indias y Almirante de la Mar Océana. Su esposa, doña María Alvarez de Toledo, fue la primera virreina consorte de Las Indias, constituyéndose en la mujer con parientes de más alta alcurnia que estuvo en América durante el siglo XVI. En su honor, a un costado de un antiguo templo jesuita construido a inicios del siglo XVIII, que en la actualidad recibe el nombre de Panteón de la Patria, se construyó una Plazoleta en su nombre (en la década de 1960). Esta Plazoleta conecta con la Calle de Las Damas, espacio por donde transitaban doña María y las Damas de su corte, luciendo sus trajes y joyas, marcando la moda en el Nuevo Mundo. Caminamos por allí el primer día de nuestra llegada a la capital, ni con la elegancia ni la prestancia de aquellas antecesoras, pero intentando volver con la imaginación a esos tiempos.
El templo que hoy día es Panteón, una vez expulsados los jesuitas del reino, fue destinado a diversos usos, hasta que, finalmente, fue el lugar definitivo y honorífico para próceres de la Patria, connotados intelectuales y personajes de renombre de la historia dominicana. Ingresamos a esta construcción el segundo día de nuestra visita a estos lares. Está cuidado por uniformados y al interior, además de las tumbas, arde una llama 🔥 las 24 horas del día.
Al Alcázar de Colón no pudimos acceder en ningún momento, pues está en restauración y su estructura, oculta tras los lienzos de construcción en obras, produjo nuestro extravío momentáneo. El edificio, bellísimo según fotografías, presenta una evidente raíz árabe (estilo mudéjar). Se ubica cercano a las murallas de la ciudad y a la Puerta de don Diego, como a una batería de cañones de defensa por sobre la cual y su adarve caminamos el segundo día. El Río Ozama se encuentra muy cercano al lugar. Caminando por el interior de lo que fuera la ciudad amurallada, nos encontramos con el amplio espacio que constituye la Plaza de España o de la Hispanidad, en cuyo centro se observa la estatua de don Nicolás de Ovando, gobernador de La Española y quien mandara a construir la ciudad.
Al otro lado de la plaza se ubica el Museo de las Casas Reales o también conocido como Palacio de la Real Audiencia (construido en 1511), al que sólo ingresamos unos momentos, pero que no recorrimos. Las oscuras nubes anunciaban una lluvia torrencial y ya no quedaba mucho tiempo para que cerraran el edificio. No podíamos quedarnos allí. Caminamos como damas (jeje) por la calle homónima, pasando por la Casa de los Dávila (única construcción privada con una capilla al interior), ingresando unos minutos al Panteón, aprovechando que estaba abierto, pasamos por la última Casa de Cristóbal Colón (😳😲) , por otra propiedad, que ocupara Hernán Cortés, debimos refugiarnos en otro edificio-museo, la Casa de Rodrigo de Bastidas. Nos permitieron ingresar a los corredores (es un Museo infantil), mientras el cielo se deshacía en llanto,😂 😂 . Estuvimos largos minutos esperando a que terminara el diluvio y aunque no recorrimos el amplio edificio, se veía muy hermoso. Tres mil metros cuadrados de una casa solariega, con patio-jardín interior, como las grandes casas coloniales que aún quedan en algunas ciudades de nuestro país. No sabemos cuánta agua cayó en esos minutos pero fue mucha, tanta que, al regresar al depto., el conductor debió buscar otra ruta pues ya había dos vehículos atrapados en el río que se había formado en aquella vía.
Una vez que San Isidro decidió descansar, seguimos nuestro camino llegando a la Fortaleza Ozama, a orillas del mismo nombre. Ya eran las 18 horas y, aunque nos dijeron que cerraban a las 21 horas, razón por la cual ingresamos para comprar entradas, no nos las vendieron pues iban a cerrar antes, por lluvia, nos dijeron. No obstante, mis amigas me culparon del impedimento. Sucede que, al ir, inicialmente, a la oficina de venta de tickets aproveché, a la pasada, de tomar una fotografía de la Fortaleza. Sin embargo, uno de los encargados me señaló con uno de sus oscuros dedos que no debía hacerlo, sino hasta después de pagar. Obvio, a mí me pareció exagerado su celo y recelo, mi amol, así que, comencé de inmediato a alegar, 😂 😂. Parece que cada vez tengo la mecha más corta, 🙈 🙈. Por lo tanto, volvimos ayer en la mañana al lugar e hicimos el recorrido completo, por la Fortaleza, la Torre del Homenaje, caminando por cada una de las dependencias posibles y observando los videos. Después de subir hasta la "terraza intermedia" (a la más alta no está permitido), nos fuimos en dirección a las otras construcciones: el polvorín, los cañones de defensa, el Fuerte de Santiago y el aljibe. Este último, según los planos, estaba conectado con la Fortaleza por intermedio de túneles. No pudimos permanecer mucho por estos lugares, pues se descargó un aguacero de padre y señor mío, que dejó a muchos absolutamente empapados. Nosotros alcanzamos a guarecernos en la entrada, donde junto a los demás visitantes del sitio histórico, nos vimos en la obligación de esperar 15 minutos de lluvia intensísima. Mientras estábamos allí procedimos a cubrirnos con nuestras capas plásticas anti-glamour y, además en mi caso, calzar mis hawaianas para cuidar las sandalias marca Gacel, 😂 😂.
A la Catedral Basílica de Nuestra Sra. de la Encarnación o Catedral Primada de América la conocimos el primer día que pisamos tierras capitalinas, aunque no era hora de visitas. No obstante, la vista nocturna tiene su encanto innegable en este caso. El segundo día llegamos con luz diurna, esta vez para ingresar a sus dependencias por la módica suma de 80 PD ($ 1.400 aprox.), después de haber estado en la mañana como desatadas comprando en el Mercado Modelo y habiendo almorzado opíparamente. O sea, 0% preparadas para una visita espiritual. Igual la hicimos, precedidas por nuestra amiga Marcela, que debió vestir una pañoleta en forma de pareo, pues iba escandalosamente mostrando las piernas con sus "shores cortos", 😂 😂. Allí le sucedió un cuasi-percance, que alcanzó a revertir para su suerte y del que daré rendida cuenta en posterior "informe" de chascarros varios y vicisitudes que sufrimos en nuestro viaje, 😉 😉. Esta construcción religiosa es la primera (de allí lo de "Primada") Catedral erigida en América, bajo el pontificado de Julio II en el año 1504. Tuvo, como muchos templos, muchas dificultades para terminar su construcción. Inicialmente no tenía capillas, en 1740 tenía 9 y en la actualidad cuenta con 14.
El Fuerte San Gil, levantado en la línea de defensa frente al mar, construido entre los años 1503 a 1510, es de visita abierta, por lo que el descuido de la poca infraestructura que resta es considerable. Mucha basura se acumula en los alrededores. Pasamos con rapidez por el sector, pues no resultaba grato estar mucho tiempo allí. Veníamos de caminar por el Malecón (Costanera), de conocer el hermoso y colorido Obelisco (estructura de 40 metros de altura, erigido en 1938 durante la dictadura de Rafael Leonidas Trujillo, para celebrar el cambio de nombre de la capital de Ciudad de Sto.Domingo a "Ciudad Trujillo"; es una de las pocas obras de su tiempo que se conserva) y de degustar unos ricos jugos helados en un local de la Feria de Juegos instalada en el Malecón. Fue una agradable tarde caminando por el paseo marítimo, que se nos hizo algo pesado aunque igual alcanzamos a llegar hasta las afueras de un monumento en homenaje a Fray Antonio de Montesinos, un misionero y fraile español de la orden de los Dominicos. Es una estatua de 15 metros de piedra y bronce, en actitud de prédica y grito, regalada por el gobierno de México al Dominicano. Revisando los antecedentes de este personaje, me encontré con que perteneció a un grupo de la misma orden que, a pesar de la oposición, presiones y amenazas, defendió los derechos humanos de los indígenas con duros y encendidos discursos. ¡Interesante!
Ya saliendo de lo histórico propiamente tal, nos dimos a la tarea de visitar otros lugares dignos de mención, de los cuales me interesa destacar dos, uno de factura humana y el otro, de origen natural. El primero, siendo como es esta ínsula, La Española, la primera en la que los Conquistadores fundaron ciudades, y Santo Domingo, la segunda ciudad fundada y sobreviviente a pesar de los siglos, no podía faltar un homenaje digno de tales características. Por ello, al cumplirse los 500 años del Descubrimiento, se erigió un monumento llamado Faro a Colón, el que visitamos en el tercer día de nuestra estadía. Obviamente, nadie resucitó, 🤭, porque, aunque los dominicanos afirman que los restos están en esta construcción de 800 metros de largo por 36,5 de alto y en forma de cruz, cuyas luces nocturnas se pueden ver desde una distancia de 64 kilómetros, las pruebas de Carbono 14 lo desmienten. ¡Vaya con el homenaje! Llegamos hasta allá e ingresamos en su interior, en cuyas numerosas dependencias que conforman el "pie" de la cruz, se ubica el Museo. Allí hay exhibiciones de elementos históricos, culturales y políticos de los distintos países de América y de otros continentes. Es un monumento impresionante, que no escatimó en material de cemento.
El segundo lugar que me interesa destacar es el Parque Nacional tres ojos, un parque natural, en el que confluyen las aguas de tres o cuatro lagos en forma de ojos o cenotes, en un sector subterráneo del lugar. Para acceder, tuvimos que pagar una entrada de $3.200 aprox.(200 pesos dominicanos), decidiendo hacer el recorrido sin ayuda de guía, el que cobraba la "módica" suma de 54 US por cada una. Bajando y subiendo escaleras avanzamos entre la piedra caliza y de coral, existente entre la vegetación, mientras al fondo se divisaban las aguas color turquesa de alguno de los ojos. Fue un hermoso y diferente paseo entre una naturaleza ubérrima, delicada en sus integrantes, pero no por ello menos fuerte en su conjunto. Si hasta un pequeño gusano que estuvimos observando en su desplazamiento no dejó de asombrarnos por la rapidez y la determinación de su "caminata". Al parecer nos había elegido como parte de su alimento, 😂 😂.
Queda poco más de un día para emprender el regreso a nuestra patria y, además de abandonar mañana, a primera hora, la capital dominicana, lo que ya es una situación no exenta de estrés, nos enfrentaremos de soslayo, ojalá en buenos términos, 🥴🥴,a un fenómeno natural desconocido para nosotras: el Huracán Beryl, que hasta hace una hora había alcanzado categoría 5, con vientos de hasta 260 km/h, sin duda más que una brisa pasajera. Ojalá no tengamos mayores dificultades en lo que resta de nuestra aventura, para lo cual cruzaré los dedos,🤞, y tocaré madera,✊️, con el fin de exorcizar los malos y huracanados espíritus caribeños. Hasta pronto, 😶😒🙄.
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