Aunque esta expresión es muy criolla y septembrista, es aplicable, ya saben, a cualquier época del año en nuestro país. No sé si es válida en otros, pues ignoro si existe en otras naciones la estrecha relación con las masas como sucede en nuestra larga faja de tierra. Independiente de aquello, adelanto que, en esta ocasión, no hablaré de ser hallado por sorpresa en situaciones incómodas o bochornosas, por decir lo menos. Aun así, más de alguien, cuando infante o mayorcito, puede haber pasado por la dolorosa o avergonzante experiencia de haber sido sorprendido in fraganti en algo prohibido. En mi caso, creo recordar, si la memoria no me falla (¿o lo habré soñado?), que una vez me sorprendieron así, con las manos en la masa, metafóricamente hablando. No entregaré detalles para dejar que la imaginación, tan dada a elucubrar historias en algunas mentes creativas, se explaye sin restricciones, 😂.
Tal como lo adelanto en el título, estos días he estado, literalmente, con las manos en contacto con el harina y otros ingredientes. Empecé el 6 de septiembre elaborando unas galletas "otoñales", llamadas así porque son bicolores, y las he elaborado de preferencia en tonos verde y amarillo. Quedan muy ricas. Ese mismo día preparé, además, galletas semi integrales (con mezcla de harinas) y con semillas varias. Sirven para quitar el hambre, 😂. Al día siguiente, el 7, debí retomar mi función de panificadora, elaborando pan con semillas y un queque con manzana. A ello, le agregué la preparación de hojarascas, que no me quedaron muy buenas, pero que igual me las comí transformadas en alfajores de manjar (todo mejora con manjar, así que poco duraron).
Descansé unos días de esta tarea para asumir otra urgente, casi trágica, diría yo. Se trataba de recuperar miles de fotos de estos tres últimos tres años de mi vida y las versiones digitales de 15 de los compendios de mis escritos y viajes. Casi me da ataque surtido cuando me di cuenta que el técnico computacional no había respaldado la información de mi pc antes de formatearlo. Me dieron ganas de decirle unas cuantas cosillas, pero sólo me contuve porque soy una dama, 😁. Estuve ocho días con el pc encendido trabajando él casi todo el tiempo, acompañándolo yo mientras estaba despierta, revisando y seleccionando los archivos e imágenes que debía recuperar. Me faltó recuperar 4 textos y probablemente algunas fotos (aún no las ordeno). Lo importante es que logré salvar buena parte de mi trabajo personal de varios años y mis recuerdos personales, familiares y de viajes del último tiempo. Moraleja, hay que respaldar lo importante siempre, definitivamente.
Volví a introducir las manos, esta vez en el repollo picado, morado y verde claro, cuando decidí preparar chucrut para el año. Justo se me terminó uno preparado el año anterior (con manzana picada) con una evaluación muy positiva. Así que estuve aprovechando de desestresarme apretando dos repollos picados con sal e imaginándome que era el cuello de mi mayor enemiga, 😂. ¡Uff! ¡Quedé liberada de estrès, 😂! Mientras tanto la vida seguía transcurriendo y el tiempo, por suerte, mejorando un poco por estos lados.
El 13 de septiembre, se me ocurrió hacer un quiche de acelgas y un kucken de nuez. Hoy estamos a 16 y ya pasaron a mejor vida. Ninguna de las preparaciones quedó a la a la altura de un concurso gastronómico, pero me parecieron deliciosos. Claro que el quiche más bien se veía como pizza. Mis acelgas caseras eran una verdadera muchedumbre en forma natural pero a la hora de cocerse se transformaron en la nada misma. El kucken quedó de miedo, 😱. Al día siguiente, 14, decidí cambiar de modalidad de pan y me dispuse a preparar las baguettes perfectas. Casi perfectas salieron del horno. Lo que más me satisfizo fue que, por fin, descubrí los detalles de la cocción adecuada para que resultaran crujientes. Seguiré practicando este tipo de pan hasta que sepa prepararlo incluso a los ojos cerrados,😏.
El 15 me programé para elaborar alfajores de maicena, galletitas saladas con cebollín (¡una exquisitez!), y, por añadidura, dejé lista la masa para empanadas del día 16. Éstas resultaron un éxito, según yo. Preparé de carne y de queso. Claro que decidí no volver a elaborar la masa un día antes, pues debí luchar a brazo partido con ella para que se estirara (quedó muy blanda). Resultado: ¡exquisita la masa y también las empanadas!
Aún me queda tarea para el 18 y 19. Aparte de la carne a la plancha, prepararé pan con chicharrones (ya lo he hecho un par de veces, así que no es experimento) y otra remesa de galletas otoñales. Dejo constancia para quienes se preocupen de mi salud digestiva, 😂,que sólo he consumido en su totalidad el quiche, el kucken de nuez y las primeras hojarascas elaboradas. Todo lo demás, a excepción de la mitad de las empanadas, las he consumido sólo en parte. Trato de cuidarme aunque debo confesar que me cuesta su poco en ocasiones. Pronto viajaré y debo llevar cocaví. El trayecto es largo y aunque no viajaré en Sky, 😂, igual debo llevar algo para "echar al buche" (😂,me acordé de mi sobrino Pablo). Además, ignoro cómo se portarán los anfitriones, así que mejor asegurarse. Más vale prevenir que hambrear...mientras se pueda. Hasta pronto, ¡y salud 🍷!
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