domingo, 26 de marzo de 2023

Sequía energética....

 

   Parece que la sequía climática me ha contaminado y colonizado. No he leído nada desde hace más de tres meses, he dejado de disfrutar de los audiolibros, he escrito poco, casi nada y ahora, esta noche, más encima, no he podido dormir decentemente. He despertado al menos unas cinco veces si no me quedo corta con la cuenta, y aunque el reloj aún no marca las 5 de la mañana, estoy ya escribiendo porque no tengo nada más atractivo qué hacer, mientras lucho por permanecer arriba de la cama, porque con unas sábanas que compré hace un par de semanas, apenas logro mantenerme arriba del colchón. Son más resbalosas que un pescado lleno de escamas...o un político de estos tiempos. Obvio, son de baja calidad -las sábanas, también los políticos, la mayoría al menos-.   

  La rutina establecida se me ha vuelto demasiado "rutinaria", aburrida, deslavada. Deberé cambiarla a partir de hoy mismo. Es cierto que cada tarde he estado incursionando en hechos históricos mundiales a través de YouTube, guerras mundiales, personajes de éstas,  Guerra del Pacífico, Universo y planeta Tierra y otros que me han parecido atractivos, pero no basta. Escuché, hasta hace poco, varios libros de viajes que me parecieron bien interesantes como Viaje a la Alcarria de Camilo José Cela, Por tierras de Portugal y de España de don Miguel de Unamuno, Mozart de camino a Praga de un desconocido para mí,  Eduard Marine, La mujer de Martin Guerre de la escritora Janet Lewis, Tierra de hombres de Saint-Exupèry, Viaje en autobús de Josep Pla, amén de los anteriores mencionados en escritos recientes. Puros viajes, como pueden ver. ¡Se nota la añoranza! Destaco el de la Alcarria y el de Mozart. Me gustaron esos estilos. Luego, intenté escuchar Moby Dick, pero me aburrió; sólo me interioricé de su primera parte -algo es algo-.

  (Recién quedé a medias con el listado de audiolibros, pues no pude recordar todos los escuchados. Debí corregir dicho párrafo y, por tanto, resultó distinto. Lo relevante es que ahora está completo. No sé si eso importa, la verdad).  

   Mi proyecto de tejidos ha continuado, aunque no va tan viento en popa como me hubiera gustado. Desarmé una parte completa y hay otra sección candidata a lo mismo -a ser desarmada-. Resabios de Penélope, al menos en la práctica. Eran labores a palillo, que quedaron poco firmes para su función. Bonitos puntos y combinación de colores pero dada su tarea futura pronto quedarían como trapos colgantes en realidad. ¡Fuera con ellos! El uso del crochet es más lento, especialmente si se teje en medio punto. Aun así, queda muy compacto y parejo y eso lo hace más hermoso. Llevo tejiendo 3 partes al mismo tiempo, para no aburrirme. Creo que me calmaré un poco en esta tarea. Debo retomar la lectura digital. De otra manera, terminaré perdiendo facultades. Los audiolibros exigen mucha atención pero originan una actividad receptora y, por tanto, muy pasiva. Es cierto que requieren concentración, pero no un esfuerzo mental mayor. No eres tú quien va descifrando el texto, quien va realizando la tarea de interpretar al creador en la modulación y entonación, quien va buscando las palabras desconocidas o dudosas, quien va volviendo atrás si algo no queda lo suficientemente claro. Es efectivo que en el audio puedes retroceder, pero ya con esa acción pierdes algo del contexto y tu comprensión disminuye, en tanto la captación de la riqueza del estilo se diluye. Por eso, debo volver a las páginas,  aunque sean digitales.   

   Ha pasado más de un día de estos párrafos medio trasnochados. Al final, no dormí, pues reboté después en Prime-video. Continué viendo una serie, de policías. No me queda otra. De pronto, estoy media hora buscando "algo" que me pueda parecer interesante para disfrutar y opto por lo policíaco. Detesto las pelis o series de narcotraficantes, zombies, deportes, superhéroes, relaciones lésbicas u homosexuales masculinas. No me atraen mucho las de doctores, de adolescentes, de discapacitados, de sexo. No me agradan para nada los géneros del terror, de la comedia tonta o de guerra (salvo que sean históricas o muy bien logradas). Algunas románticas suelen ser pasables; la mayoría, son un conjunto de lugares comunes. Algunos documentales son bastante buenos, a excepción de los propagandísticos. Me cargan aquéllos de salvemos al pueblo, salvemos a los animales, a los peces, a los árboles. Así que no me quedan más opciones que la ciencia ficción, con distopías entre ellas, con la temática del tiempo o de catástrofes, siempre que no sean de godzilla. Y las policíacas, especialmente de investigación de crímenes. El proceso de investigación y el suspenso de ello es lo más apasionante. También me gustan las películas basadas en hechos reales o las basadas en novelas. Resulto un poco exigente, como pueden ver. Así que no me resulta fácil encontrar algo que me guste considerando que busco a diario. Cuando encuentro una serie con varias temporadas, respiro tranquila,😁.Eso significa que no deberé buscar como condenada por varios días.  

   Debo salir a caminar. Al menos ayer, lo hice por más de 9 kms., todo un récord en los últimos meses. Quiero volver a hacerlo a diario. Ya llegó el Otoño -con muchos resabios estivales aún; bastantes, la verdad- así que resultará más fácil cumplir esta actividad necesaria. La lectura todavía no regresa. Piano, piano..., ya llegará.  

   Otro día. "Todo hacía presagiar -como dice Carlos Pinto- que iba a ser un día como todos". Incluso, fantástico, pues al bajar de mi suite, 😁,  al comedor, alcancé a divisar entre las hojas y ramas de las bugambilias un pajarito. Me sorprendió. Nunca había visto aquello. No alcancé a fotografiarlo: escapó. Seguro por una de las ventanas. Y más me maravillé cuando fui hasta el balcón y descubrí que las bugambilias están floreciendo de nuevo, especialmente la amarilla. Aquello "me hizo el día". Sin embargo....unos minutos después, antes de las 9 horas, quedé sin energía eléctrica. El augurio había sido mal interpretado. Estaba usando el microondas cuando, ¡pum!, ¡todo se derrumbó!😓😓. Fui hasta el automático interno y ningún interruptor había "saltado", por lo que deduje que el corte no era interno. Fuera de palacio se ubica el tablero general de todos los deptos. del mismo piso, pero debí esperar a que llegara la joven de la limpieza para tener acceso a la llave. La espera fue lenta y el resultado negativo. ¡Probando, probando! ¡Nada!😢 Eso significaba pedir auxilio, en primer lugar, a la CGE. Llamada telefónica: si es por tal cosa, marque el número 1, si es por otra cosa, marque el número 2, etc. Uno se siente estúpida de que una grabación te vaya indicando lo que debes hacer y más si al final ni siquiera te comunica con un humano. Su solicitud ha sido ingresada con el número tanto y tanto. Si desea volver a escuchar la información, marque 1. Y ahí, obligada a marcar el 1, pues no había anotado el número, no vaya a ser cosa que luego me pidieran el famoso numerito. ¡Obvio, no quedé conforme con ese trámite "deshumanizado"! Ingresé a la página de CGE, a reclamos y emergencias. Había un whatsapp. Lo intenté: otra máquina, 😳. Se llamaba Luz, 😂. ¡Qué original! Con "ella" empecé un diálogo muy especial. En todas mis respuestas debía contestar con numeritos. Ya parecía bingo la cuestión. Al final me dijo que yo ya había ingresado una solicitud de atención así que me deje de joder, 😂. Lo último es invento mío, 😁.  Bien, me resigné a esperar. Al rato me llegó un mensaje: "Hemos ingresado la solicitud número xxxx cuyo tiempo estimado de reposición es 4 horas". Ya eran las 10,40 a esa altura. Me vi obligada a conseguir la llave del tablero para esperar al señor de la luz. A la mitad del tiempo, me llegó otro mensaje: me anunciaba que la reposición sería en dos horas. Cumplido el plazo, recibí otro: 6 horas. Mientras tanto, fuera de palacio y tranquilamente, el día seguía avanzando. Eran las 17 horas cuando un ser humano llamó, para llegar unos minutos después y no solucionar nada, pues, dijo él, había energía en el medidor, así que el problema estaba al interior de palacio, lo que a ellos no les correspondía solucionar. Yo, que no soy electricista para nada, ya me temía esa respuesta. No obstante había esperado, con la esperanza de un milagro, casi como novia ante el altar luego de pasada media hora sin que el novio se aparezca. No ocurrió tal milagro. Conclusión después de esperar 7 horas: debía rascarme con mis propias uñas, 😠.  Un SOS en el Whatsapp de amigas y otro a un técnico instalador de TV, porsiaca. Una de mis amigas me envió un dato. Rápidamente llamé.  Estaba ocupado el número. Como al cuarto intento pude comunicarme. Todo bien hasta que le pregunté por el valor del servicio. Casi me caí sentada cuando me dijo el precio de la visita y evaluación.  ¡Chuata!, me dije. A este ritmo se me va la PGU completa. Le di las gracias, pero no. El instalador, en el ínterin, había contestado que contaba con un especialista pero que no estaba en el momento. Pensé en otra amiga, mi ex-secre. ¡No pude tener mejor idea! Claro que la asusté, pues no acostumbro llamarla. A los minutos, ya tenía el contacto hecho a través del esposo de una de sus colegas. ¡Qué alivio! Allí pensé lo acertada de aquella expresión que señala que es mejor tener amigas que plata. 

  Cuento corto: don José, que no era especialista, descubrió que no llegaba energía a palacio, por lo que el problema debía estar en el sector del tablero externo. Pues, así era. ¡Qué maravilla de Técnico de la CGE! No se dio ni cuenta. Voy a presentar un reclamo, total por tiempo no me quedo corta. Lo importante fue que, a las 19 hrs., ya tenía luz y podría recargar el celular y la tablet, que ya jugaban los descuentos, además de evitar que el congelador del refrigerador se licuara con los correspondientes efectos colaterales. Y como el vaso conviene mejor verlo medio lleno, les comparto que retomé la lectura esa tarde. Ya les confidenciaré qué escritor fue el beneficiado. Quid pro quo, me dije, y no me faltaba razón. La falta de energía eléctrica me obligó a realizar una actividad diferente, urgente y necesaria para mí.  Ahora, no me para nadieN,  😁.  

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