Aunque nunca he viajado a Hollywood y, por lo tanto, tampoco he podido sacarme una selfie con las letras que adornan una de las colinas de la ciudad como telón de fondo, he estado bastante cerca de muchos de sus habitantes, ya sean permanentes o de paso. No se trata de que yo tenga una vida social extraordinariamente farandulesca y que eso me haya permitido "codearme" con la "realeza" hollywoodense, ni tampoco un apellido perteneciente a las más altas castas criollas (al contrario, mi ascendencia nativa pronto saldrá a la luz), por lo que ese aspecto de mi cuna no me incluye entre los del jet set chileno. ¡Noooo, nada de eso!(por suerte!). Aunque, pensándolo bien, no habría estado nada de mal tampoco (el único problema es que, a estas alturas, me habría tenido que teñir mi cabellera, jajaja).
Analizando lo primeramente dicho, quizás no es un imposible llegar hasta allá, en los tiempos que corren y con mi hobby de conocer distintos lugares de Chile y de América de sur, por el momento. En una de ésas, en un par de años más, estoy sonriéndole a la cámara desde esa capital el espectáculo, donde la palabra "imposible" no existe, donde la belleza es parte y característica de todo y de todos, donde la felicidad es el único estado de ánimo permanente.
- Jajaja. ¡Buena, oh!
- ¿Qué? ¿He dicho algo cómico...o ingenioso?
- ¡Cómico, por supuesto! De ninguna manera ingenioso. La descripción de Hollywood que acabas de hacer es absolutamente irreal...
- ¿Tú has visitado, alguna vez, aquella urbe?
- No, pero ....
- Jajaja, estamos en las mismas condiciones: hablando de algo que no conocemos, jajaja
- Muy cierto, pero lo que tú has dicho es fantasía pura...
Eso es precisamente lo que nos ofrece Hollywood a muchos de los fanáticos: fantasía pura, pero también arte e inteligencia, momentos de felicidad o de terror, dependiendo del género de películas que te gusten y, las hay para todos los gustos, normales y...otros no tantos. En estos días, he viajado por lugares y tiempos diversos. Tanto, que incluso he llegado a Marte. ¡Es verdad! Es la magia del cine, que fácilmente se transforma en una nave espacial o en una máquina del tiempo, trasladándonos, desde una ciudad a otra, entre barrios diversos, desde espacios reducidos hasta extensos territorios. Ahora les cuento en detalle:
Me congelé como condenada viendo las peripecias en las heladas y nevadas tierras de Dakota que recorrió El Renacido, interpretado por Di Caprio, flamante ganador del Oscar al Mejor Actor 2016. Sufrí junto con él y admiré su actuación. ¡Bien merecido el premio!
Casi no me sale la sangre de la ropa con toda la que se repartió en el filme de Tarantino , Los 8 más odiados, con una excelente actuación como siempre de Samuel Jackson, en un papel que le queda muy bien, de hombre fuerte e impenetrable. Y aunque no tuvo premios de actuación, sí tuvo en la parte musical, con el aporte de Ennio Morricone.
El Libro Negro, buenísima película que disfruté con mi hermano Patricio en Cine en su hogar (jajaja), que nos llevó al tiempo del poderío nazi cerniéndose sobre Europa, momentos en que seguir viviendo era una lucha cotidiana.
Otro día degustamos la excelente actuación de Ricardo Garín, ese actor argentino extraordinario, que en Truman nos presenta el drama humano de saber el poco tiempo de vida que te queda y en ese difícil período debes decidir a quién entregarle a tu mejor y fiel amigo -Truman-, con el objeto que no quede abandonado y a su propia suerte.
A Spotlight (Primera Plana) la fui a ver a la pantalla grande. Encontré muy buena la actuación de Mark Ruffalo, aunque no ganó premio pero sí estuvo nominado. En cambio, la actriz premiada, no me llamó tanto la atención, que también pertenece a este filme. Me gustó la película, aunque no sé si le habría dado el primer lugar. Es que es una temática tan distinta con las otras nominadas, que resulta muy difícil compararlas. Ahí está la experticia del jurado, me imagino, y también sus gustos.
Puente de Espías con Tom Hanks dirigido por Steven Spielberg, también nos hace retroceder a la Segunda Guerra Mundial, no ya a una tarea de sobrevivencia personal, sino en el ámbito del trabajo diplomático, en que se ve inmerso el protagonista James Donovan, quien debe negociar el intercambio de "espías", que realmente eran de menor cuantía. Y como suele suceder en las películas, el "jovencito" obtiene lo que desea sin claudicar en sus principios. Es destacable también el personaje soviético, tanto en su personalidad como en la actuación, que le llevó a obtener el Oscar al mejor Actor Secundario, precisamente.
Con Brooklyn me trasladé al Estados Unidos de mediados del siglo XX, cuando este "barrio" era el destino de muchos inmigrantes europeos. Hasta allí llega una jovenzuela irlandesa llamada Eilis, quien, luego de enfrentar las dificultades propias de un inmigrante para integrarse a un mundo desconocido, logra establecerse con un trabajo y estudios, conoce a un simpático y honesto joven descendiente de italianos, con quien inicia una relación sentimental, que se ve interrumpida cuando debe regresar a su tierra producto de la muerte de su hermana. Sin preverlo, poco a poco se ve atrapada por ese mundo conocido y amado, pero Brooklyn la está esperando y debe y quiere regresar. ¿Lo logró? ¡Ta ta tán! ¡Averígüenlo! (jajaja).
La Chica Danesa me sorprendió con la extraordinaria actuación de Eddie Redmayne, que precisamente estuvo nominado al Oscar como Mejor Actor. Historia también basada en hechos reales, presenta aspectos de la vida de un fotógrafo, que se vio atraído irremediablemente a transformarse en la mujer que se sentía y vivía en su interior, aunque en su tiempo, primera mitad del siglo XX, esto resultaba socialmente condenable. De ser un profesional y artista normalmente casado, va mutando, poco a poco, a una atractiva mujer que debe asumir haber nacido con un cuerpo ajeno a su persona.
La Habitación me recordó ese caso real de una joven que estuvo secuestrada y encerrada por años en un sótano. ¡Debe ser como vivir en la cárcel sin tener culpa de nada! ¡Qué tremendo! Y lo peor de todo: a merced de tu verdugo, desaparecida o muerta para tus seres queridos, y tan desprovista de voluntad y condicionada como un verdadero ratón de laboratorio, que, después, hasta la libertad recuperada es una carga. Queda para la reflexión el pensar en las muchas cárceles existentes, sin rejas ni cerraduras, en las que viven miles de inocentes.
Misión Rescate con Matt Damon no me decepcionó. ¡Al contrario! ¡Tanto la película como el actor merecían un Oscar! ¡Extraordinarios! En todo caso, siempre Damon ha sido excelente actor. Aquí estuvo soberbio. A lo anterior, cabe agregar que el guión es interesantísimo, dando justo en el blanco de mi gusto por la ciencia ficción.
Superman & Batman una gran decepción. Película no sólo obscura en cuanto a sus escenarios nocturnos y faltos de luz, sino que también oscura en el sentido de la historia, que tiene verdaderos "hoyos negros" (jajaja) que uno no logra dilucidar a tiempo. De pronto, estás en penumbras en relación a las motivaciones de algunos personajes y a su relación con el resto de la historia. Lo rescatable son los efectos especiales, que se disfrutan en la pantalla grande, porque ni siquiera las actuaciones son dignas de alguna mención honrosa. Sin duda, hay celebrities en la actuación, pero no aportan al resultado. ¡Una pena! Me imagino sí que a los "cabros chicos" les ha encantado. Lo peor de todo: ese monstruo ordinario del final (en realidad, no era ordinario, era de Kriptón, o sea, un verdadero lujo de visita extraterrestre, jajaja).
Estuve esperando por meses la tercera parte de la saga Divergente, "Leal", continuación de la historia de Beatriz Prior y Cuatro. Tremendos escenarios, extraordinaria tecnología, bastante acción, pero no quedé conforme. Le faltó "magia". Por ahí suelen decir que ganar una batalla (la que sea) tiene más sabor a triunfo si tu contrincante está a tu altura o es superior. Aquello le da un valor agregadísimo al resultado. Los triunfos fáciles no son atesorados. Creo que ésta es una actitud general o mayoritaria del ser humano. ¡Es que somos muy masoquistas! Pienso que aquello ocurrió en este filme, que fui a disfrutar al Cine en la úúúúltima función, regresando al otro día a palacio (jajaja), el miércoles recién pasado. El contendor de Tris no estuvo a su altura: tenía poder pero no gracia ni presencia (lo que no ocurre en Los juegos del hambre, en que el malvado sí se nota un personaje fuerte). Por ello, la acción de los protagonistas se vio deslucida y como sin gracia. Junto con ello, hay un hecho importante no atendido en la historia literaria: la muerte de la protagonista, que no se produce por lo que le resta dramatismo a la trama. Tal vez han decidido matarla en una próxima entrega. Es probable que la industria cinematográfica así lo haya decidido ¡Una verdadera lástima!
....
Como pueden ver, no me ha faltado acción ni dramas. Los viajes de todo tipo han abundado y me han tenido alejada de la escritura, aunque no de la lectura. También he estado leyendo mucho en este tiempo y me he encontrado, casualidad o no, con una par de novelas, de autores distintos, que me han llevado a la Escocia de los años 1700 y tanto. Un interesante ejercicio de adaptación que debe realizar un contemporáneo para sobrevivir en un mundo en que no existían celulares (¡qué terrible! jajaja), no había agua potable, menos caliente para darte una buena ducha y donde el sistema de alcantarillado aún era un sueño (las ciudades eran verdaderas cloacas de aguas servidas), todo lo cual redundaba en múltiples enfermedades y en una esperanza de vida escasa en relación a la actualidad. No era nada de fácil la vida en esos tiempos: los hombres estaban a merced de sus señores, las mujeres, de su familia o esposo, todos en una lucha diaria de sobrevivencia.
Sin embargo, a pesar de lo complejo que puede ser vivir en un tiempo que no es el de uno, cada individuo, en el tiempo y en el lugar que le haya correspondido por nacimiento o destino, debe enfrentarse, sin duda, a sus circunstancias personales e históricas, haciendo lo posible por superarlas o aprovecharlas al máximo, según la suerte -y la fuerza- de cada cual. ¡Eso es vivir, ni más...ni menos!
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