- ¡Nooooo!
- ¿Qué te pasa?!!!!
- Está bien, digamos que... la mayoría, jajaja...
- Sin ellos, nuestra vida sería, sin duda, más tranquila, más feliz, pero...¡plana! No habría con quién pelear, discutir o "agarrarse del moño"...
- ¡Humm! ¡Ahí de nuevo estaríamos en problemas!
- ¿Porque cómo se va a determinar quiénes merecen desaparecer de la faz de la Tierra y quiénes no? ¿Quién lo haría?
- Habrá que crear una comisión...
- ¿Presidencial? Jajaja
- ...creo que ni aunque fuera una Comisión Papal la tendría fácil...
- ¡Cierto! En más de algún caso, coincidirían, pero en muchos no...
- ¡Y no se trata que sea difícil ponerse de acuerdo, sino, simplemente, que hay tantas miradas como ojos que miran, aunque lo mirado sea lo mismo!
- ¡Hummm! ¡Difícil tarea la de los jueces!, después de todo...¡Para qué decir la de Dios...! (Jijiji)
- ¡Seguramente! ....A propósito de aquello, se me viene a la memoria la intervención del Presidente del Tribunal cuando informó de la Resolución tomada ante la Apelación de los Presos por el Caso PENTA. Quedó clarito que su postura no fue la ganadora, pues se tomó todo el tiempo que quiso para explicar el por qué había botado en contra. Según él, el bien de la libertad era superior a otros bienes ...
- No me agradó su actitud; la encontré "fea"....
- ¿A quién ?
- ¡A la actitud, pues! Me pareció poco respetuoso del Tribunal en su conjunto; su actitud fue medio "Pilatesca"...
- ¿¿¿¿????
- ¡Claro, pues! Al estilo de Poncio Pilatos; faltó muy poco para que, restregándose las manos, dijera literalmente, lo siguiente: "En tales y tales casos, la Apelación no se acogió, pero yo no estuve de acuerdo, porque yo creo que..., yo opino que..., como don Quijote le dijo a Sancho, blablablá...."
- ¡Tienes toda la razón! Después de escuchar su explicación del voto disidente tan detalladamente, quedé como marcando ocupado; como que se escuchaba "cri-cri" en la sala de la Corte; el tipo le dio más importancia a su fundamento que a la decisión final, que en realidad era lo más relevante.
- ¡Seguro un problema de amor propio herido!
- ¡Orgullo varonil!
- ¡jajaja!
.....
- ¡Cierto, cable a tierra! ...Estábamos opinando sobre el título de esto: "¡Valar morghulis!", especie de contraseña, palabra mágica, expresión popular, que encierra en sí misma una de las pocas certezas del ser humano: saber, tener clara conciencia, que lo único inapelable e ineludible para todo ser humano es la muerte; sólo es una cuestión de tiempo, pero nadie podrá esquivarla (hasta ahora), pues "nadie nació para semilla", como decía mi padre, jajaja...
- Y esta "sentencia" (en todo el sentido de la palabra, por ser una frase o dicho, fruto de la sabiduría humana, como por implicar una condena) tan clara, precisa y taxativa aparece en el contexto de la obra de G. Martin, Juego de Tronos, donde la lucha por el poder parece una verdadera futilidad frente a esta gran verdad que pende sobre cada una de sus cabezas como la espada de Damocles.
- ¡Guau! ¡Cuánta sabiduría! Jajaja...
- ¡Sííí! ¡A veces creo que soy demasiado sabia para este mundo, jajajaja...No, hablando en serio, en muchas ocasiones nos tomamos la vida demasiado en serio, demasiado a lo grave, aunque, por otro lado, tampoco uno puede vivir sin fijar raíces, sin realizar algún acto que sea digno de un ser humano que se precie y se valore...
- Ufff, qué complicada es esta vida......No sé si vivir cuestionando todo, tomando todo en serio o vivir etéreamente, sin sustentos ni actos dignos, sin nada que dejar para las generaciones futuras...
Dándole vueltas a esa idea estuvo largo rato, obviamente fueron muchas las vueltas en su cabeza (tenía el tránsito expedito, pocas neuronas haciendo sinapsis, jajaja). Pensaba que precisamente algo de eso es lo que muestran los personajes de Alberto Moravia en sus novelas. Acababa de leer La Romana y le quedó un retrogusto amargo, más que con el desarrollo de la historia, con el mundo de los personajes.... Son tan...tan...poco admirables, tan grises, no brillan para nada, aceptan lo que viene y les viene sin mayores complicaciones (no luchan contra lo que no les agrada o les atemoriza), son absolutamente incongruentes (Adriana es prostituta convencida y, a la vez, creyente en la Virgen), ejecutan sus actos físicos y volitivos (si es que los tienen) sólo por inercia, algo así porque no son capaces de decir que no o porque no le encuentran sentido a dejar de hacerlos... ¡Ufff! Terminé la novela sólo porque hacía años que no leía algo de Moravia y lo había buscado, también porque su personaje era femenino (solidaridad de género, jajaja) y porque me interesaba conocer el desenlace, pero quedé hastiada de ese mundo. ¡Terrible, anodino, sin sentido, casi infrahumano!, no por las actividades, sino por la incapacidad de los personajes de sentir con ganas, de discriminar adecuadamente, de actuar con voluntad, de decidir con convicción..., por último, su ineptitud para amar verdaderamente, para odiar con entusiasmo y rrrrabia (jajaja) o para iniciar un nuevo camino....
- ¡No, definitivamente no vuelvo a buscar a Moravia! ¡Es demasiado contaminante y viscoso....¡noooo! ¡Suficiente con la polución real, ambiental, acústica y demases, como para permitir una contaminación ...actitudinal....mental... espiritual! ¡Ufff, no puede uno andar metiéndose en tierras movedizas creyéndose intocable, invencible, incorruptible! Los límites son muy sutiles y, de pronto, los que realmente son "delitos" aquí y en la quebrada del ají, para otros no son más que "errores" o "irregularidades".
- Por tanto, a Coelho, le agregas Moravia.
- ¡Yes! Ya pensaré a qué otros agrego a la lista negra.
- ¡Ojalá tú no estés en demasiados nóminas oscuras!
- ¡Ojalá! .... Confío en que no...Pero, si fuera así, "ojos que no ven..." , jajaja. En todo caso, creo no ser monocromática. Además, no sólo gozo con el diferente y variado colorido, sino también con los matices! Tanto los contrastes como las gradaciones son interesantes...en todos los ámbitos...(¡por lo menos, es lo que a mí me parece!, jejeje).
- ¡Uff! ¡Casi no te sigo!
- ¡A buena entendedora...!
- ¡Humm! ¡Qué pesada! ...En fin....cada cual es lo que es, jajaja.
- ¡Muy cierto! Hasta pronto, queridísimos lectores (jejeje).
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