domingo, 3 de diciembre de 2023

Seguimos gozando...

 

  El 28 nos levantamos un poquito más tarde. Aún tenía día libre mi anfitriona, por lo que decidió preparar su plato estrella: lomo saltado, que yo, habiendo ido varias veces a Perú, no había probado. ¡Exquisito! Estrella Michelín para ella. Seguro que con este premio virtual, que no tiene ningún valor monetario porque quién soy yo para otorgar premios, 😂, igual mi amiga queda contenta (las cosas que hay que hacer por los amigos, 😉). Hablando en serio, la preparación estuvo deliciosa. Trataré de replicarla en palacio, 😊🤞.  
   La tarde del mismo día la aprovechamos a concho, en grupo. Las mismas bellezas viajeras nos dirigimos por la ruta a Panguipulli, doblando a la altura de Huellahue para pasar por Coñaripe, Pucura y llegar hasta un sector donde acceder a la casi desconocida Cascada Mili-Mili y al Mirador Ruca-Klen. El trayecto fue tan hermoso como todos los caminos secundarios de ésta y otras regiones sureñas. Mucha vegetación, cerros, animales, subidas-bajadas y curvas, que hacen de cada tramo una hermosa sorpresa. Y todo ello, en algunos kilómetros, bordeando más de algún lago. 

   El camino no fue directo a la Cascada, pues tomamos (¡salud!, 😂) una ruta equivocada por unos kilómetros, que nos llevó, ¡bravo!, al sector de CALAFQUÉN, que yo no conocía. Estuvimos un rato en la playa, conversando, mis amigas acordándose de otras visitas a esta playa en tiempos pretéritos, mientras yo captaba parte del paisaje. Una vez que nos alejamos de allí, esta vez sí hacia nuestro verdadero destino, pasando, antes, por PUCURA, una playa que fotografiamos al regreso, ubicada muy cerca de COÑARIPE 

    Antes de llegar a la Cascada nos fuimos al Mirador Ruca Klen por un camino secundario y de ripio, con subidas, vueltas y rodeado de árboles. Bonito trayecto, que si le preguntáramos al vehículo no sé si diría lo mismo, 😂. Además, bastantes casas, muchas de ellas nuevas, lo que da cuenta del aumento de residentes en muchos sectores de la zona sur de nuestro país.  Llegamos a un cerco metálico de color verde, que anunciaba que por allí se accedía al Mirador. Obvio, había que pagar. Según la señora que nos dio las indicaciones para subir, se podía ir en auto. Partimos y no llegamos más allá de unos 50 metros. ¡Todas abajo! Había que subir caminando. Una se quedó a mitad de camino, sentada sobre una piedra, en calidad de estacionada. Al regreso la pasaríamos a buscar. No subimos mucho más. Desde arriba, en una planicie sin nada de equipamiento e indicaciones, se veía un lago con algunas islas. Bonita vista, sin duda, pero los dueños del terreno se ganaban el importe sin ningún esfuerzo ni inversión. En fin, el que puede puede... 

    Bajamos, salimos del terreno, sin que siquiera un can nos ladrara a manera de despedida y nos dirigimos a la Cascada Mili-Mili. Nuevo portón que abrir luego de pagar la entrada.  No se veía nada a simple vista. A unos 150 metros estaba la bajada al riachuelo que se formaba de la Cascada y cuyo cauce corría impetuoso. Caminamos trescientos metros en penumbras, pues había paredes rocosas y vegetales por ambos lados. Pasamos por varios puentecillos y tablones, incluso troncos de árboles.  Era una verdadera aventura extrema, hasta que llegamos a la Cascada, que, desde unos 10 metros, lanzaba una enorme cantidad de agua. 

    Numerosas selfies 🤳, fotografías grupales e individuales quedaron grabadas en nuestros celulares y más de un video. Luego de estar un tanto mojadas por el agua saltarina, hicimos el camino de regreso a la superficie sin ningún contratiempo. Bebimos h2o, un par se fumó su pito y luego procedimos a iniciar el regreso, deteniéndonos breves instantes en Pucura y en Licanray, para llegar cerca de las 21 horas a Lanco y a casa de nuestra amiga Lidia, que nos ofreció una rica once con asado de cordero, 😋,
y parece que algún tragullo, 😂.Terminamos ese día divirtiéndonos con unos fotomontajes, en que las cuatro, cual deportistas consumadas, colgábamos con una mano de varios elementos en altura, 💪💪😆🤣😂. Al día siguiente había que trabajar, al menos dos de nosotros, así que a una hora prudente, casi las 24, 🙈,  nos fuimos a casa. El jueves estaba a la vuelta de la esquina y había que descansar. Hasta pronto.  

  





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