lunes, 4 de septiembre de 2023

¿Un Chile distinto...?

    

   Ya ha pasado un año desde que, en las urnas electorales, el "pueblo" habló "fuerte y claro". Doce meses han transcurrido con sus respectivas semanas y días y la situación social, económica y política no ha mejorado. Al contrario, va como por un tubo, en camino de descenso, claro. Como no tengo el poder de ver el futuro, no sabría decirles qué tan bien estamos en comparación a si el resultado hubiera sido el opuesto. No soy experta en ucronías tampoco, pero podría intentarlo. 

  [Abro paréntesis: les recuerdo que las ucronías son mundos alternativos, ficticios, basados en la especulación de cómo sería la realidad si un hecho específico hubiera ocurrido de manera distinta o no hubiera existido. Hay un punto -jonbar- en que es posible la bifurcación -inflexión le llamarían nuestros políticos- o desviación hacia otro resultado. Hay una serie televisiva distópica llamada El hombre en el castillo, que presenta un resultado distinto de la II Guerra Mundial,  con los alemanes y japoneses de vencedores y Estados Unidos bajo el poder de los nuevos amos. Como este ejemplo ya se los había mencionado en una ocasión anterior, busquemos algo de nuestra propia cosecha: un presidente John Kennedy que se recupera del ataque sufrido o el incidente del equinoccio de otoño de 1983 en plena Guerra Fría, que hubiera tenido otra respuesta de parte de la URSS. ¡Uyyy! Ahí sí que estaríamos como los personajes de Los juegos del hambre. Habría  menos chinos, eso sí pues bastante radiación les habría alcanzado; los mongólicos, perdón, mongoles, probablemente habrían desaparecido; Putin no habría alcanzado a cumplir 30 años y, tal vez, la India sería la potencia que ostentaría el poder mundial. En Chile, la "lucha" por la Educación de Calidad de los Pingüinos no habría sido trending topic; otras preocupaciones tendrían los dirigentes, quizás que volviera a existir la JUNAEB en los pocos colegios estatales sobrevivientes. Cierro paréntesis, porque me parece suficiente con tales ejemplos, 😉]. 

  Volvamos a nuestro tema. ¿Tendríamos un Chile distinto si el Apruebo hubiera ganado? El síííí parece unánime: sería distinto, para alegría de los vencedores y pesar de los derrotados. La "plurinacionalidad" estaría en pleno funcionamiento. Probablemente el gabinete habría integrado a  Diego Ancalao y otros de dicha etnia, quizás a Elisa Loncón como Ministra del Interior. Aucán Huilcamán, el señor del Consejo de Todas las Tierras, habría adquirido categoría de Co-gobernante junto a Héctor Llaitul, mientras se lleva el proceso del "brexit" de la Región de la Araucanía y otras afines. Para el recién fallecido G. Teillier se habría creado el cargo de Vicepresidente permanente. FONASA ya sería la entidad encargada de nuestra salud física y mental, mientras que los trabajadores dependientes se habrían vuelto más solidarios, a la fuerza. ¿Para qué decir del aumento de las usurpaciones? Perdón, restitución y recuperación de territorios ancestrales, etc., etc. ¡Ah!, casi se me olvidaba: muchos de los convencionales más connotados, oficialistas obvio, con mayor razón serían parte del gobierno, en cargos más relevantes que los actuales y mejor pagados. Seguro el Sr. Stingo sería el Dj oficial, 😂, en tanto la Tía Pikachu estaría en alguna embajada importante. 

  ¡Uff! Felizmente aquello nunca fue y no sabremos si habría ocurrido tal cual. Pero algo así podría proyectarse, basándose en la propuesta constitucional que fue Rechazada el 4 de septiembre de 2022. No obstante, ni los redactores  ni los promotores parecen haber "acusado" recepciòn de la derrota y quisieron ir por la revancha, entendiéndose como una nueva oportunidad  de competencia. Les volvió  a ir mal en las urnas (a cualquiera les va mal en ellas, jajaja) y, como monos porfiados, siguen en sus trece, ahora añadiendo otra bandera de lucha: los 50 años, en lo que pareciera no estarles yendo muy bien tampoco. En fin, deben pensar y decir, como en las sagas: "La lucha continúa".  

  ¿Tenemos un Chile distinto? Claro que sí, pero nunca tanto como el sector oficialista hubiera deseado. Los ciudadanos llevamos siendo partícipes o testigos de una confrontación larvada de años, que explotó -se hizo explotar- en octubre de 2019 y que no se ha subsanado a la fecha, y no sabemos si se logrará hacerlo en un futuro próximo. En el intertanto, la vida continúa, con más pobres, más cesantes, menos clases en los colegios, atentados incendiarios a diario, más inmigrantes irregulares, más delincuentes y más Fundaciones dispuestas a prometer el oro y el moro, para obtener luego, para sí, el oro. ¿Y el moro? ¡Quién puede saber! Capaz que esté preso, para que no hable, 😂.  

   A pesar de este Chile distinto, alegrémonos. Aún no vivimos en un mundo distópico (toco madera,👊). Los cambios sociales que debieron traer ese resultado electoral no se han consolidado en un año. Capaz que tampoco lo logren, pues muchos votantes no siempre mantienen su postura tampoco. Actúan como personas que son -más encima de nacionalidad chilena- dominadas por sus emociones, hormonas, compromisos y cálculos personales, más que por el "bien del país". Eso hay que dejárselo a los políticos, que se desviven por alcanzar el paraíso terrenal para todos, todas y todes (¡ja! ¡cómo no, pos, Lucho!, 😂). La conformación de una sociedad preocupada por sus integrantes y todo lo que la sustenta lleva tiempo, amplitud de perspectivas, visión global sin renuncia a la identidad nacional, respeto a lo alcanzado, análisis crítico de los errores (crítico, no emocional ni ideológico) y bastante más. Es decir, una bella utopía, 😂.  En fin, lo importante, por el momento, es mantener lo bueno para la mayoría y cortar el aprovechamiento de unos pocos. ¡Ay, el Poder, ese ídolo abusivo como matón de barrio! Está difícil la cosa, ¡qué quieren que les diga!, pero, ánimo, la esperanza es lo último que se pierde,😎. Hasta pronto, pronta y pronte, 😂, ¡ya saben!

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