sábado, 30 de septiembre de 2023

Entre volcanes...II parte

 La aventura continúa...

    El sábado 23 amaneció algo más tarde, con menos horas de sueño de lo acostumbrado, con la cara algo larga de alguna de nosotras, que se acostó más temprano y no logró dormir debido a los canturreos, conversación y risas de las dos amantes de cerveza que se habían mantenido estoicamente bebiendo hasta la última gota -¡peor es que se pierda!, seguramente pensaron-. Claro que parece que no lograron su total cometido, pues ese barrilito va en estos momentos en uno de mis bolsos como trofeo de guerra, y se escucha algo líquido en su interior al moverlo. Algo así como sucede con las caracolas ... o las "tripas" humanas en rebeldía, 😂.    

   El penúltimo día en "las Argentinas" no salimos de San Martín. Fue un día especial e ideal para caminar y realizar compras de recuerdo y de conveniencia. Las viciosas aprovecharon de comprar cigarrillos por cartones (cuyo valor era una quinta parte en comparación con Chile). Las demás compramos algún producto de belleza (no tan necesario por la ya existente en forma natural, jajaja), condimentos, chocolates y algo más. Como grupo extendido nos "tomamos" la Costanera para sacarnos hermosas fotos a orillas del Lago Lácar. Un grato café en una terraza (para poder usar los baños, nuestro karma,😅) y más vitrineo. El almuerzo fue apoteósico. Cuando me acuerdo mis papilas gustativas empiezan a funcionar ipso facto. Nuestro grupo (de acuerdo a los pasajeros de cada auto) optó por lo gourmet que nos ofreció el Restaurante Berlín. Dos platos de trucha a la beurre noir con ensalada mixta y dos platos de carne de ciervo 🦌 🦌, uno con salsa de champiñones y otro con salsa de frutos rojos. Yo pedí lo último y, realmente, estaba nivel Dios. Ubiqué la preparación entre los top 5 de mi experiencia gastronómica de toda la vida. La carne tierna, jugosa, con la salsa entre lo dulce (de las frutillas y arándanos) y lo cítrico (de las frambuesas), que acompañé de una ensalada Munich espectacular: arroz graneado de fondo con gajos de peras asadas, rúcula, tomates deshidratados, nueces y queso rallado. ¡Exquisita! Y como corolario: una Quilmes bock. ¡Mmmm! 😋 Todo ello por casi 20 mil pesos chilenos. Algo similar, con carne de reno, aunque en menor cantidad, en Estocolmo  me costó 45 mil pesos.    
   Luego de ese fantástico y pantagruélico almuerzo, seguimos recorriendo San Martín, tomando fotografías mientras caminábamos y se buscaba en más de una farmacia algún encargo para humano o animal. La perra 🐕de una pariente -entiéndase "la mascota", 🙈- iba a ser beneficiada por la baratura de un remedio encargado. De regreso al alojamiento, a descansar, a tomar té,  a caminar por el parque y a orillas del Río Traunco tomando fotos, cada cual según gustos y preferencias. Y al atardecer, la Jefa y yo, de vuelta al centro a buscar unos productos. No nos fue muy bien, pero vimos caer la noche en la ciudad, olimos más de un pito de marihuana en los alrededores de una feria artesanal última de "cuma" (daban pena los objetos "artísticos" que tenían a la venta, 😂) y regresamos al grupo. Se preparó una once con todo lo que hubiera (aportes varios, "duelos y quebrantos" diría don Quijote), se sacrificó la última palta chilena y luego, se consumió un pack de Quilmes para que no se note pobreza, se "apuraron" los restos de un Casillero del 😈 sobreviviente de la noche anterior y calabaza calabaza, todas a dormir a una hora decente, como niñitas de un Internado de monjas. ¡Ahora sí que sí! ¡Ah! Me olvidaba: esa noche la "tía" Lidia estrenó sus reciclados anteojos en un estilo muy sui generis: con una pata colgante (casi simulando el Puente Cau-cau, 🤣). Se veía especial,  como es ella.  
      Domingo 24: ¡último día, nadie se enoja! ¡Qué nos íbamos a enojar, si el día era óptimo, lo habíamos pasado súper e íbamos a volver por el Paso Fronterizo Mamuil Malal, que nos permitiría salir a Curarrehue, Pucón y Villarrica, antes de llegar al Cuartel general  de Lanco, y todo bajo el gentil auspicio y conducción de Marcela! Pero, antes, a llenar el tanque...de combustible (cuyo precio era $400 pesos chilenos por Chile, ¡una ganga!). También pasamos a un supermercado en Junín de Los Andes, a gastar los últimos morlacos, lugar donde no recibieron ni despidieron muy bien a nuestra amiga y conductora. De entrada, un llamado de atención o algo así por el lugar o la forma en que ingresó al estacionamiento. El tirón de orejas fue firme pero educado. El de salida, no lo fue tanto: allí fue gritadito y de pasada (con fuga incluida de parte del hechor). El "¡Fijate, boluda!"('fijate', no 'fíjate') sonó al más puro acento argentino. ¡Muy fea la actitud, sin duda, aunque había un error de tráfico, 😅.   
     El resto del camino por suelo argentino lo hicimos rodeados de cerros y montañas con nieve, varias araucarias que aumentarían su cantidad una vez que nos internamos en territorio chileno. El Volcán Lanín, un tanto esquivo con su figura, finalmente se mostró en toda su majestuosidad al llegar a la frontera. ¡Una muy buena despedida! Ningún problema en la Aduana vecina, tampoco en la nuestra, aunque allí la revisión fue más exhaustiva, pero no al interior de los vehículos. Por tanto, nada de lo comprado cambió de dueño. Sólo Anita lamentaba haber tirado a un basurero una grande y jugosa mandarina transandina. El paisaje mejoró a ojos vista llegando a nuestra patria: más nieve, más araucarias, incluso algunas a mitad de carretera. Cuando nos fuimos acercando a Curarrehue nos llegó la información que se había decretado alerta naranja por culpa de nuestro Volcán Villarrica, tan blanco, tan nuestro y tan 'travieso'. Así que ya nos veíamos como en la película  2012 (ésa que ha visto 100 veces mi hermano Luis) arrancando de las rocas, humo y lava a "todo cachete", 😂.   
    El hambre nos obligó a detenernos en Pucón (además  de nuestra inclinación al turismo de desastre). Sin embargo, practicamos la prudencia en todo sentido: almorzamos en el segundo piso de un local desde cuyos ventanales podíamos ver parte del volcán y sus fumarolas. No estábamos del todo a salvo pero al menos veríamos prontamente si al volcán mal genio se le ocurría enojarse más y empezar a lanzarnos piedras. Si tuviéramos que ponerle nota al almuerzo podríamos calificarlo con un 5,8 "no más". No valió de mucho el tremendo sacrificio de servirme un trozo de salmón y ensalada surtida con h2o mineral, pues ésta me salió tan cara como una copa de vino, lo que resultó excesivo para sólo ser agua, 😡. Así que le bajamos la nota.  
     Salimos del restaurante con el ánimo de conocer algún punto de interés de Pucón. Nos acercamos caminando a la Costanera o Paseo lacustre. ¡Hermoso! Día soleado y un volcán a punto de hacer erupción. Como pueden ver, ¡todo pasando,😂!Luego de aquello, la conductora Jessi con su preciosa carga humana, a la que se sumó doña Lidia...¡partieron!🚩🏃🏇, directo a Valdivia y pasando por Lanco. Nosotras (Marcela, Anita y yo) nos quedamos bartoleando por Pucón. Fuimos a la playa y recorrimos algunas calles del centro histórico. Luego, enfilamos camino a Villarrica. Desde la Costanera de la ciudad se veía que el Volcán seguía en sus trece, fumando, a ratos, discretamente. Fue un maravilloso  trayecto de regreso, plagado de naturaleza, música de fondo y buena conversación, aunque hubo algunas pestañaditas por parte de las acompañantes de la conductora, debido, aseguraron ellas, a los rayos del sol de atardecer que daba de frente, 🙈.  
    La despedida grupal se dejó para el lunes 25 en la noche, a la que asistieron 5 de las viajeras. Antes de llegar a ese momento crucial, hay que hacer un pequeño retroceso... El día anterior, al arribar a la mansión de nuestra anfitriona ya nos habíamos provisto de pan, frutas y algunas verduras. Antes de "meternos al sobre", dimos cuenta de una once frugal, 😂, para evitar el peligro de inanición. Dormimos como marmotas y alcanzamos a recibir las instrucciones de la dueña de casa para preparar el almuerzo. ¡Nooo! ¡Bromita! Cero instrucción. Nosotras le prepararíamos un rico almuerzo a nuestra espectacular anfitriona, con el objetivo de retribuir en una mínima parte las atenciones recibidas. Salmón a la plancha, con salsa de champiñones, tomates a la chilena y ensalada de lechugas, más un mix de frutas picadas. Las visitas acompañamos el almuerzo con un fresco sauvignon blanco de Bodega Volcanes de Chile (muy ad hoc), mientras la "pobre" dueña de casa debía conformarse con un vaso de Coca-cola, pues debía ir a trabajar .  
     A continuación, café de sobremesa, limpieza y orden (como corresponde), caminata por los alrededores bajo unos rayos solares inesperados. Estábamos regresando a casa cuando nuestra patroncita nos comunicó que nos estaba esperando para hacernos una invitación. ¡Excelente! ¡Justo donde pensábamos apenas oímos la palabra "invitación"! Fueron unas horas maravillosas -otras más- de recorrer la costa norte de la Región de Los Ríos, entrando por San José de la Mariquina, yendo y bajándonos en Mehuín, llegando hasta las caletas Queule y Mississipi. Siendo las 20,45 hrs. llegamos a casa. Cerca de allí nos esperaba, "sita" Lidia y Queen Elisabeth, con una gigantesca pichanga para compartir, mientras nosotros llegábamos con una humilde docena de empanadas de mariscos comprada en Mehuín City. Unos cafés de acompañamiento y luego unos "peritivos" de calafate, arándanos  y chocolate-naranja fueron el toque final de un encuentro de 6 días. La hospitalidad sureña se hizo sentir en todo su esplendor, de manera tal que quedamos más endeudadas que clientes de la Tía Rica. Maravillosa experiencia, que tuvo un cierre redondo con un viaje a La Unión, Valdivia, Niebla y Corral,  del que ya les entregaré detalles espeluznantes, 😂.  Hasta pronto. 






miércoles, 27 de septiembre de 2023

Entre Volcanes, lagos y ríos...(I parte).

 

   Nada hacía presagiar lo que esa noche sucedería: la Jessi y la Lidia cantando hasta las tantas, bebiéndose hasta el agua del florero que no había en la cabaña, tratando de convencer a la Eli para que se levante a jugar con ellas, pensando que el contenido del pastillero de Anita alcanzaba para un tercer jugador de lotería. Mientras tanto, Marcela trataba de dormir, a sobresaltos, luego de ser sorprendida por unos toqueteos en el vidrio de la ventana de su alcoba, la mejor de todas -me refiero al dormitorio, que no a su residente-. No era Romeo quien la llamaba tras el cristal, ¡no!, eran la Jessi y la Lidia, las que querían compartir un pucho de madrugada. Marcela, cansada de haber conducido durante casi todo el día desde San Martín de Los Andes a Bariloche de ida y vuelta (¡obvio!, si no estaríamos aún allá) en un camino bastante sinuoso, con muchos baches y animales en la ruta, había ahuecado el ala en primer lugar. Yo no aparezco por el momento en esta historia porque apenas mi bello cuerpo entró en contacto con la cama asignada caí rendida en brazos ya saben de quién, 😅. Sólo al otro día me enteré  de los últimos detalles de esa noche extraña, bulliciosa y bohemia venida a menos, 😂. Retrocedo en el tiempo para que se entienda cómo habíamos llegado allá.   

   El día miércoles 20 de septiembre, sin que se hubieran aún extinguido los sonidos de la cuecas y tonadas, a eso de las 9 horas, nos subimos a un Bus Transantin en el Terminal O'Higgins de Rancagua con destino a Valdivia, con bajada en Lanco. Veníamos con Anita (amiga de Machalí de los tiempos de CEPECh) para, desde ese cuartel general, iniciar, formando parte de un grupo de 8, el rumbo a San Martín  de Los Andes. Fue un viaje tranquilo, nada de cansador, con llegada a destino a las 18,15 hrs. Allí nos esperaba Marcela, la anfitriona. El jueves 21, luego de haber sobrevivido a una tarde-noche de alta temperatura, 😂, nos encaminamos en caravana (de dos vehículos, 😅, ¡tremenda caravana! ) hacia "las Argentinas". Hablo de sobrevivir a la temperatura de la mansión de Marcela que tenía su estufa a pellet funcionando como una verdadera locomotora. ¡No! Parecía más bien un horno para fundir metales, así de calurosa, lanzando llamaradas, mientras las visitas nortinas tratábamos de capear las oleadas de calor. Lo positivo de aquello es que ya sabemos cómo de caluroso debe ser el Infierno si acaso por una de esas injusticias de la vida y la muerte vamos a parar allá, 😂.   

     El jueves 21 llegó temprano (o sea, nos levantamos pronto). Se acordó, democráticamente, salir a las 9,30 hrs. e irse por la ruta del Paso Hua Hum. No era tan del agrado de nuestra conductora, la Anfitriona, pero "el pueblo" había hablado y elegido. Además, estaba la ventaja de volver por el otro paso fronterizo, el de Mamuil Malal, que nos permitiría visitar, al regreso, Villarrica y Pucón. Todo funcionó a pedir de boca. Llegamos a Puerto Fuy con poco más de media hora de adelanto de la salida del transbordador, tiempo que aprovechamos para comprar pasajes, traslado de vehículos, uso de servicios, fumar un cigarrillo las viciosas, tomar unas fotografías las fotógrafas aficionadas y nada más. Había llegado la hora de embarcarse. Caía una llovizna heladora en el puerto, que nos acompañó durante toda la navegación por el Lago Pirihueico. Al desembarcar en Puerto Pirihueico luego de una hora y media de viaje, nos encaminamos de inmediato al Paso Hua Hum (a 3 kms.), donde nos abocamos, primero, a lo más importante: fumar e ir a los mingitorios, 🙈.Todo bien hasta que llegamos a la infraestructura fronteriza argentina, casi cayéndose a pedazos, con camino de ripio y lleno de hoyos. Lo bueno: trámite rápido y un gendarme bastante atractivo para alimento de los eyes (eso opinaron mis compañeras, al menos).  

   Ya en territorio argentino, recorrimos a velocidad moderada los 45 kms.de ripio con baches, orillando el Lago Lácar, con muchos árboles en la zona ribereña. Bonita ruta, a pesar de los movimientos tipo coctelera a ratos. Como es lógico y acostumbrado, una de las pasajeras de nuestro carromato rápidamente se entregó a los brazos de Morfeo, independiente de los movimientos excesivos. Pasadas las 15 horas ya estábamos en San Martín de Los Andes, en el Appart Hotel Rucaleufú. Desde el balcón se veía y escuchaba pasar el sonoro cauce del Río Traunco a unos pocos pasos. Como grupo hicimos uso de dos departamentos, bien calefaccionados durante la noche. Esa tarde, además de instalarnos en el lugar, nos dedicamos a buscar un restaurante para comer "decentemente", pues durante el viaje habíamos consumido alguna fruta, sándwiches y café. Nos fuimos a un lugar ya conocido y recomendado por algunas de las viajeras reincidentes: Pizza Cala. Cuatro pizzas, dos lomos, unos filetes de pollo y gnocchis fueron  las solicitudes, que demoraron su resto. Yo realmente gocé, culinariamente hablando, de mi elección: una pizza con gravlax de salmón (salmón curado con sal, azúcar y eneldo cortado en láminas finas, receta de origen noruego, que yo había preparado en palacio incluso antes de visitar Escandinavia, con la salvedad que había reemplazado la ausencia de eneldo en la zona con otros condimentos), rúcula, alcaparras y queso. ¡Estaba deliciosa! De allí, lloviendo copiosamente y habiendo ya oscurecido, nos fuimos a un supermercado y luego al alojamiento. El día terminaba muy bien. Ya de noche vino la primera reunión del grupo en torno a uno de los dos barrilitos de cerveza Kunstman Torobayo que era parte del equipaje desde Chile. Mientras unas daban cuenta del barril, otras dieron cuenta de una botella de un exquisito y top vino chileno, Castillo de Molina. ¡Salud! 

    Segundo día en San Martín: viernes 22. Un grupo se quedó en la ciudad y el otro, de cinco integrantes, partió a recorrer la Ruta de los Siete Lagos y visitar las ciudades Villa La Angostura y San Carlos de Bariloche. El trayecto es bellísimo, con varios miradores, muchas curvas -en el camino- y nieve en la zona más alta. Las aguas de los lagos Lácar, Machónico, Villarino, Correntoso, Espejo, Falkner y Escondido quedaron grabadas en nuestras retinas y cámaras. La única dificultad: los baches. Dos o tres paradas técnicas en la ruta, una en Villa La Angostura y luego, directo a Bariloche. Estuvimos allá a las 14,30 aproximadamente. Una vez abandonamos el estacionamiento, nos dedicamos a buscar dónde almorzar. Todos los locales estaban llenos de comensales, así que no fue fácil encontrar lugar. Gracias a un dato de un ciudadano compasivo, nos fuimos a una galería que nos recibió con entusiasmo. Mientras preparaban el pedido, que según el garzón no demoraría más de 20 minutos, fuimos con nuestra guía a la Plaza de la ciudad (por suerte alcanzamos a conocerla, pues se nos hizo tan tarde después que no pudimos hacer ningún tour por la urbe, salvo para salir de ella). ¡Hermosa y gran plaza! Caían, en el intertanto, sus buenas gotas. Ravioles, gnocchis y milanesa fueron degustados por nuestros paladares. Yo pedí ravioles de trucha y queso con una helada y cuasi gigante cerveza Quilmes bock. ¡Estaba más rica la cerveza a decir verdad! Claro que los 20 minutos se transformaron en 45 así que se nos hizo tarde para conocer más en detalle Bariloche. Aún así hubo algo de tiempo para comprar algunas golosinas. Regresamos a San Martín sin mayores detenciones ni contratiempos, a excepción de un conductor que viajaba como a 40 kms. por delante nuestro y continuamente traspasaba la vía correspondiente, sin que algún bache justificara su actuar. Era un verdadero peligro. Apenas se pudo, nos detuvimos en un Mirador y ya no volvimos a encontrarlo. Nos quedó la duda si había ingresado a algún camino interior o si se había desbarrancado. Se nos hizo de noche y, esta vez, fue un peligroso caballo el que estaba en la vía contraria, que el automovilista que nos precedía alcanzó a esquivar o no colisionar de chiripazo.  

   Ya en "casa", se incorporaron a la tertulia nuestras "vecinas" compañeras de aventuras y empezó lo que terminaría a las 02,51 del día siguiente según evidencia del whatsapp. Y aquí volvemos al inicio del relato, al presente, con Carlos Pinto apoyando la narración. Lo que sucedería esa noche comenzó con la compleja tarea de sacar del refrigerador el segundo y último barrilito de cerveza 🍺 , en tanto se abría un nuevo vino, esta vez Casillero del Demonio 😈, 😂.Pronto se inició el canturreo o karaoke protagonizado especialmente por las mejores voces del grupo, las de Jessi y Lidia, aunque las demás intentábamos acompañar de la manera más digna. Sin embargo, no pudimos todo lo que nos hubiera gustado pues el repertorio no estaba, realmente, a nuestra altura, 😂. Entre los Charros de Lumaco y Paquita del Barrio se movió la cosa, con algo de José Luis Perales, Juan Antonio Ríos, Miguel Bossé y alguien más de quien ya ni me acuerdo. El cansancio comenzó a hacer presa de las bohemias participantes y el choclo empezó a desgranarse poco a poco, para finalmente sólo quedar entre el comedor y el balcón, las cantoras ya nombradas. Cuando ya no les quedó nada por beber ni tampoco alguna otra idea loca que poner en práctica, decidieron dar fin a la francachela y dejar descansar a las bellas durmientes y a las no tanto. Con esta actividad se cerraba la mitad de la aventura en tierras extranjeras, con la expectación de lo que vendría y que pronto les informaremos. Hasta siempre. 







    

sábado, 16 de septiembre de 2023

Con las manos en la masa...

  

   Aunque esta expresión es muy criolla y septembrista, es aplicable, ya saben, a cualquier época del año en nuestro país. No sé si es válida en otros, pues ignoro si existe en otras naciones la estrecha relación con las masas como sucede en nuestra larga faja de tierra. Independiente de aquello, adelanto que, en esta ocasión, no hablaré de ser hallado por sorpresa en situaciones incómodas o bochornosas, por decir lo menos. Aun así, más de alguien, cuando infante o mayorcito, puede haber pasado por la dolorosa o avergonzante experiencia de haber sido sorprendido in fraganti en algo prohibido. En mi caso, creo recordar, si la memoria no me falla (¿o lo habré soñado?), que una vez me sorprendieron así, con las manos en la masa, metafóricamente hablando. No entregaré detalles para dejar que la imaginación, tan dada a elucubrar  historias en algunas mentes creativas, se explaye sin restricciones, 😂.   

    Tal como lo adelanto en el título, estos días he estado, literalmente, con las manos en contacto con el harina y otros ingredientes. Empecé el 6 de septiembre elaborando unas galletas "otoñales", llamadas así porque son bicolores, y las he elaborado de preferencia en tonos verde y amarillo. Quedan muy ricas. Ese mismo día preparé, además, galletas semi integrales (con mezcla de harinas) y con semillas varias. Sirven para quitar el hambre, 😂. Al día siguiente, el 7, debí retomar mi función de panificadora, elaborando pan con semillas y un queque con manzana. A ello, le agregué la preparación de hojarascas, que no me quedaron muy buenas, pero que igual me las comí transformadas en alfajores de manjar (todo mejora con manjar, así que poco duraron). 

   Descansé unos días de esta tarea para asumir otra urgente, casi trágica, diría yo. Se trataba de recuperar miles de fotos de estos tres últimos tres años de mi vida y las versiones digitales de 15 de los compendios de mis escritos y viajes. Casi me da ataque surtido cuando me di cuenta que el técnico  computacional no había respaldado la información  de mi pc antes de formatearlo. Me dieron ganas de decirle unas cuantas cosillas, pero sólo me contuve porque soy una dama, 😁. Estuve ocho días con el pc encendido trabajando él casi todo el tiempo, acompañándolo yo mientras estaba despierta, revisando y seleccionando los archivos e imágenes que debía recuperar. Me faltó recuperar 4 textos y probablemente algunas fotos (aún no las ordeno). Lo importante es que logré salvar buena parte de mi trabajo personal de varios años y mis recuerdos personales, familiares y de viajes del último tiempo. Moraleja, hay que respaldar lo importante siempre, definitivamente.     

   Volví a introducir las manos, esta vez en el repollo picado, morado y verde claro, cuando decidí  preparar  chucrut para el año. Justo se me terminó uno preparado el año anterior (con manzana picada) con una evaluación muy positiva. Así que estuve aprovechando de desestresarme apretando dos repollos picados con sal e imaginándome que era el cuello de mi mayor enemiga, 😂. ¡Uff! ¡Quedé liberada de estrès, 😂! Mientras tanto la vida seguía transcurriendo y el tiempo, por suerte, mejorando un poco por estos lados.  

   El 13 de septiembre, se me ocurrió hacer un quiche de acelgas y un kucken de nuez. Hoy estamos a 16 y ya pasaron a mejor vida. Ninguna de las preparaciones quedó a la a la altura de un concurso gastronómico, pero me parecieron deliciosos. Claro que el quiche más bien se veía como pizza. Mis acelgas caseras eran una verdadera muchedumbre en forma natural pero a la hora de cocerse se transformaron en la nada misma. El kucken quedó de  miedo, 😱. Al día siguiente, 14, decidí cambiar de modalidad de pan y me dispuse a preparar las baguettes perfectas. Casi perfectas salieron del horno. Lo que más me satisfizo fue que, por fin, descubrí los detalles de la cocción adecuada para que resultaran crujientes. Seguiré practicando este tipo de pan hasta que sepa prepararlo incluso a los ojos cerrados,😏.   

   El 15 me programé para elaborar alfajores de maicena, galletitas saladas con cebollín (¡una exquisitez!), y, por añadidura, dejé lista la masa para empanadas del día 16. Éstas resultaron un éxito, según yo. Preparé de carne y de queso. Claro que decidí no volver a  elaborar la masa un día antes, pues debí luchar a brazo partido con ella para que se estirara (quedó muy blanda). Resultado: ¡exquisita la masa y también  las empanadas! 

   Aún me queda tarea para el 18 y 19. Aparte de la carne a la plancha, prepararé pan con chicharrones (ya lo he hecho un par de veces, así que no es experimento) y otra remesa de galletas otoñales. Dejo constancia para quienes se preocupen de mi salud digestiva, 😂,que sólo he consumido en su totalidad el quiche, el kucken de nuez y las primeras hojarascas elaboradas. Todo lo demás, a excepción de la mitad de las empanadas, las he consumido sólo en parte. Trato de cuidarme aunque debo confesar que me cuesta su poco en ocasiones. Pronto viajaré y debo llevar cocaví. El trayecto es largo y aunque no viajaré  en Sky, 😂,  igual debo llevar algo para "echar al buche" (😂,me acordé de mi sobrino Pablo). Además,  ignoro cómo  se portarán los anfitriones, así que mejor asegurarse. Más vale prevenir que hambrear...mientras se pueda. Hasta pronto, ¡y salud 🍷!





lunes, 4 de septiembre de 2023

¿Un Chile distinto...?

    

   Ya ha pasado un año desde que, en las urnas electorales, el "pueblo" habló "fuerte y claro". Doce meses han transcurrido con sus respectivas semanas y días y la situación social, económica y política no ha mejorado. Al contrario, va como por un tubo, en camino de descenso, claro. Como no tengo el poder de ver el futuro, no sabría decirles qué tan bien estamos en comparación a si el resultado hubiera sido el opuesto. No soy experta en ucronías tampoco, pero podría intentarlo. 

  [Abro paréntesis: les recuerdo que las ucronías son mundos alternativos, ficticios, basados en la especulación de cómo sería la realidad si un hecho específico hubiera ocurrido de manera distinta o no hubiera existido. Hay un punto -jonbar- en que es posible la bifurcación -inflexión le llamarían nuestros políticos- o desviación hacia otro resultado. Hay una serie televisiva distópica llamada El hombre en el castillo, que presenta un resultado distinto de la II Guerra Mundial,  con los alemanes y japoneses de vencedores y Estados Unidos bajo el poder de los nuevos amos. Como este ejemplo ya se los había mencionado en una ocasión anterior, busquemos algo de nuestra propia cosecha: un presidente John Kennedy que se recupera del ataque sufrido o el incidente del equinoccio de otoño de 1983 en plena Guerra Fría, que hubiera tenido otra respuesta de parte de la URSS. ¡Uyyy! Ahí sí que estaríamos como los personajes de Los juegos del hambre. Habría  menos chinos, eso sí pues bastante radiación les habría alcanzado; los mongólicos, perdón, mongoles, probablemente habrían desaparecido; Putin no habría alcanzado a cumplir 30 años y, tal vez, la India sería la potencia que ostentaría el poder mundial. En Chile, la "lucha" por la Educación de Calidad de los Pingüinos no habría sido trending topic; otras preocupaciones tendrían los dirigentes, quizás que volviera a existir la JUNAEB en los pocos colegios estatales sobrevivientes. Cierro paréntesis, porque me parece suficiente con tales ejemplos, 😉]. 

  Volvamos a nuestro tema. ¿Tendríamos un Chile distinto si el Apruebo hubiera ganado? El síííí parece unánime: sería distinto, para alegría de los vencedores y pesar de los derrotados. La "plurinacionalidad" estaría en pleno funcionamiento. Probablemente el gabinete habría integrado a  Diego Ancalao y otros de dicha etnia, quizás a Elisa Loncón como Ministra del Interior. Aucán Huilcamán, el señor del Consejo de Todas las Tierras, habría adquirido categoría de Co-gobernante junto a Héctor Llaitul, mientras se lleva el proceso del "brexit" de la Región de la Araucanía y otras afines. Para el recién fallecido G. Teillier se habría creado el cargo de Vicepresidente permanente. FONASA ya sería la entidad encargada de nuestra salud física y mental, mientras que los trabajadores dependientes se habrían vuelto más solidarios, a la fuerza. ¿Para qué decir del aumento de las usurpaciones? Perdón, restitución y recuperación de territorios ancestrales, etc., etc. ¡Ah!, casi se me olvidaba: muchos de los convencionales más connotados, oficialistas obvio, con mayor razón serían parte del gobierno, en cargos más relevantes que los actuales y mejor pagados. Seguro el Sr. Stingo sería el Dj oficial, 😂, en tanto la Tía Pikachu estaría en alguna embajada importante. 

  ¡Uff! Felizmente aquello nunca fue y no sabremos si habría ocurrido tal cual. Pero algo así podría proyectarse, basándose en la propuesta constitucional que fue Rechazada el 4 de septiembre de 2022. No obstante, ni los redactores  ni los promotores parecen haber "acusado" recepciòn de la derrota y quisieron ir por la revancha, entendiéndose como una nueva oportunidad  de competencia. Les volvió  a ir mal en las urnas (a cualquiera les va mal en ellas, jajaja) y, como monos porfiados, siguen en sus trece, ahora añadiendo otra bandera de lucha: los 50 años, en lo que pareciera no estarles yendo muy bien tampoco. En fin, deben pensar y decir, como en las sagas: "La lucha continúa".  

  ¿Tenemos un Chile distinto? Claro que sí, pero nunca tanto como el sector oficialista hubiera deseado. Los ciudadanos llevamos siendo partícipes o testigos de una confrontación larvada de años, que explotó -se hizo explotar- en octubre de 2019 y que no se ha subsanado a la fecha, y no sabemos si se logrará hacerlo en un futuro próximo. En el intertanto, la vida continúa, con más pobres, más cesantes, menos clases en los colegios, atentados incendiarios a diario, más inmigrantes irregulares, más delincuentes y más Fundaciones dispuestas a prometer el oro y el moro, para obtener luego, para sí, el oro. ¿Y el moro? ¡Quién puede saber! Capaz que esté preso, para que no hable, 😂.  

   A pesar de este Chile distinto, alegrémonos. Aún no vivimos en un mundo distópico (toco madera,👊). Los cambios sociales que debieron traer ese resultado electoral no se han consolidado en un año. Capaz que tampoco lo logren, pues muchos votantes no siempre mantienen su postura tampoco. Actúan como personas que son -más encima de nacionalidad chilena- dominadas por sus emociones, hormonas, compromisos y cálculos personales, más que por el "bien del país". Eso hay que dejárselo a los políticos, que se desviven por alcanzar el paraíso terrenal para todos, todas y todes (¡ja! ¡cómo no, pos, Lucho!, 😂). La conformación de una sociedad preocupada por sus integrantes y todo lo que la sustenta lleva tiempo, amplitud de perspectivas, visión global sin renuncia a la identidad nacional, respeto a lo alcanzado, análisis crítico de los errores (crítico, no emocional ni ideológico) y bastante más. Es decir, una bella utopía, 😂.  En fin, lo importante, por el momento, es mantener lo bueno para la mayoría y cortar el aprovechamiento de unos pocos. ¡Ay, el Poder, ese ídolo abusivo como matón de barrio! Está difícil la cosa, ¡qué quieren que les diga!, pero, ánimo, la esperanza es lo último que se pierde,😎. Hasta pronto, pronta y pronte, 😂, ¡ya saben!

sábado, 2 de septiembre de 2023

Relaciones...

    

 ¡Uff! Hay tanto qué decir sobre esta palabra o gracias a ella hay tanto que reflexionar, que se transforma en una tarea casi titánica y cuesta arriba. ¡Y eso que no sé mucho de cuestas arriba, porque cuando camino lo hago de preferencia en terreno plano, lo que no quita que suba de vez en cuando -o "escale"- algún pequeño promontorio. Mi récord Guiness personal, fuera de broma, es el Peñón de Gibraltar, 😏💪. 

 Relaciones...personales, sentimentales, laborales, ocasionales, familiares, amistosas y de conveniencia...Tanto paño qué cortar y carne que desmenuzar, 😂, con respecto al tema. Y todas se originan -las relaciones- en ese sentido gregario que dicen que tenemos como especie. Sentido gregario que no es más que de supervivencia y conveniencia en muchos casos o afán de colectivismo puro y duro, que no desarrollo personal y social, que es lo que debiera ser.    

   Aprovechando antenoche las últimas horas de mi conexión a Netflix terminé de ver la serie "Wanderlust" y al finalizar los créditos me quedé pensando sobre las relaciones humanas. ¡Qué  complejidad más grande implican! Y en esa historia de dos, un tercero o cuarto son una novedad no siempre bienvenida por los componentes originarios. A veces no sé qué prima más en una pareja cuya relación ya huele a crisantemos o gladiolos. ¿El afán de empezar de nuevo con la misma persona, de buscar ayuda, de incorporar nuevos elementos o "jugadores" a una historia a la que sólo le falta el certificado de defunción, aunque haya algunos estertores? o ¿la incertidumbre cierta -jajaja, ¡qué paradoja!- de no tener asegurada la felicidad con la nueva persona te hace desistir? O ¿simplemente decides jugar al todo o nada y en el camino se arregla la carga o te deshaces de ella? Tal vez saboreas la nueva experiencia pero luego retrocedes porque lo que puedes perder es conocido y concreto y, al contrario, lo por ganar es todo un albur. ¿Cobardía ante lo desconocido? Quizás. ¿Amor verdadero hacia lo ya compartido? Acaso.    

  En mi vida no me ha resultado mantener buenas relaciones con las personas, en general. Imagino que mis rasgos antisociales han aportado lo suyo, 😂. Sólo en los ámbitos familiar y amical digamos que he pasado la prueba de la blancura, apenas. Algo es algo. En las otras categorías, maoma no más. En lo sentimental me llevo la Palma de oro...falso, 😅.  Ahora me río, aunque en su tiempo lloré más que una magdalena o plañidera. La relación más duradera duró lo que duró porque no había acuerdo de una de las partes en terminarla; si hubiera habido acuerdo mutuo no habría pasado de dos años. ¡Una verdadera pérdida de tiempo de calidad de vida para ambos protagonistas, con los correspondientes efectos colaterales, negativos por cierto. Es lamentable que una gran mayoría seamos seres tan emocionalmente inestables, incompletos e inmaduros al momento de iniciarnos en relaciones con los demás, especialmente en el caso de las RR.sentimentales, lo cual nos lleva a cometer errores de percepción del otro, reiteración de silencios graves, aceptaciones sin sentido, omisiones imperdonables, humillaciones inaceptables...En fin, una lista de lindezas de las cuales te arrepientes cuando ya es demasiado tarde. Y en el intertanto, no hay tiempo de madurar porque pasamos de una experiencia a otra, sin dejar el tiempo necesario para aquilatar acciones propias y ajenas y tomar decisiones trascendentales. Cuando te das o tienes el tiempo para meditar a conciencia y actuar en consecuencia, los años han pasado y, tal vez, ya no quieres más guerra. Estás bien contigo misma. ¡Vaya síntesis de una vida de relaciones erradas, no porque sean dañinas, sino inconvenientes para ti, para tus deseos y anhelos!   

  Creo que uno de los mayores errores en cualquier relación, sea de la categoría que sea, es el silencio, no aquel que es felizmente compartido y que no requiere palabras, sino el silencio surgido del temor, temor a ser mal interpretado, a provocar enojo, a ser causa de abandono e indiferencia. Si uno hablara más de lo que siente, de lo que piensa, de lo que espera de esa relación, de lo que no le gusta y, también, obviamente, escuchara acerca de lo mismo, seguramente obtendría como recompensa una relación armónica y feliz, o, al menos, viviría más alegrías y momentos felices, memorables. No es que no los haya en una experiencia amistosa, familiar, laboral y/o sentimental, sino que si los desencuentros son habituales o la calma es superficial - presagio de turbulencias-, las alegrías compartidas serán minimizadas por los malos momentos. 

   La receta parece fácil, pero no lo es. La verdad es que no las hay. Si hubiera alguna, tampoco sería factible que funcionara con todos y en todas las categorías. No basta con hablar y compartir, sino que, además, hay que hacerlo de manera adecuada, sin herir, sin culpar, sin menospreciar. La oportunidad asimismo es relevante. Uno debe aprender a leer las señales, los momentos adecuados, ¡tantas cosas! Por eso es que la mayoría aprende luego que está de vuelta de todo y ya no tiene tiempo de probar lo aprendido, 😁.¡Menuda ironía! Pero así es la vida, la que, a pesar de todo, vale la pena vivirla y mejorarla desde el punto de vista humano. No se trata tampoco de ser pura paz y desprendimiento, ¡para nada! La racionalidad sin duda debe estar presente y decir que no también es necesario más de una vez. O bien, sin decir que no, alejarse. En tal caso, el silencio suele ser más decidor.     

  No crean, después de todo lo leído, que he sido y soy un desastre con respecto al tema. Tengo mis aciertos también, 😜. He mantenido, por años, contacto y amistad con buenas personas, buenas como yo, jajaja. Luces y sombras definen nuestras vidas, si no luciríamos una brillante aureola. Como no es así y sé que cada una -persona- es un mundo con sus lados A y B, no me es posible poner las manos al fuego por nadie, porque tampoco me gustaría que alguien se las quemara por mí. Y como no somos transparentes como medusas ni como esos pendrives que usamos en los inicios de la era tecnológica, es muy probable que muchos tengamos más de un esqueleto en el armario encerrado bajo siete llaves. ¿Qué hacer frente a ello? Estar atentos a los indicios, a los silencios, a las ausencias. Si el entusiasmo y el optimismo te ciega a todo aquello, lo comido y lo bailado nadie te lo podrá  quitar, en todo caso. Total, la vida es corta y no siempre uno puede andar a paso cansino, pues también hay muchos que aciertan plenamente y logran armar el rompecabezas con éxito. Visto todo aquello desde la distancia que dan los años, hay que decir que todo valió la pena: los sufrimientos y las alegrías. Lo bueno es que, en la recta final, son los momentos buenos y felices los que predominan. Hasta pronto.