lunes, 13 de diciembre de 2021

Guerra sucia...

   

    No, de ninguna manera yo habría dado ni el perfil ni habría "servido" para la vida en el ámbito político. Al primer ataque personal me habrían tumbado. Es que también tengo mi corazoncito. No es que los candidatos no puedan tenerlo (al menos no tengo certezas ni de lo uno ni de lo otro), sino que, habitualmente, son personas que han participado gran parte de su vida en la dirigencia grupal. Nacen y/o se contagian del germen "social", por así decirlo, además de contar con el "don de la palabra" aunque no siempre sea mucho lo que se diga o se repita lo mismo hasta el cansancio. No, no habría calificado para ponerme al "servicio del pueblo". Mi servicio  no es de este mundo, 😂 (¡qué  herética soy! Estuviera en la edad media y, más encima, en España, a ver si estaría  haciendo esta paráfrasis).

   Estoy bien hastiada de la atmósfera que se respira en estos días en las calles y en los medios. En mi caso, especifico, en Plaza de los Héroes, pues no hay día que no se realice o concluya en este sector alguna manifestación en favor de uno u otro candidato (más del 1 que del otro). Lo único bueno es que esta vez no hay lanzamiento de  piedras ni lacrimógenas. ¡Ojalá dure esta situación mejorada en comparación con el período 2019-2020 prepandemia! Claro que, según los resultados de la próxima  elección, podríamos volver a este estado anterior. ¡Sería lamentable, pero si se decide respetar la democracia no se podría impedir que las "barras bravas" se manifiesten! Habrá que prepararse para ambos escenarios (que gane uno u otro), aunque al principio es posible que todo sea similar. Mal que mal va a haber casi una mitad de electores -los vencidos- obligados a aceptar la derrota y las directrices del vencedor, siempre que éste actúe dentro de las leyes. Estamos en un punto jumbar o en una encrucijada histórica. 

    Este término y el concepto que encierra fue toda una novedad cuando entré en su conocimiento. Junto a él aparece el vocablo "ucronía", que no es otra cosa que una historia alternativa producto de ese punto jumbar o encrucijada histórica.  No hace mucho leí un libro llamado Patria y vi una serie televisiva, El hombre en el castillo. En ambas obras, la Segunda Guerra Mundial había sido ganada por Hitler. Obviamente este resultado distinto había actuado como una especie de "efecto dominó" que había traído como resultado un mundo económica y políticamente diferente al actual. Imaginarse estos escenarios es lo que se llama hacer "ciencia ficción política", que no deja de ser un ejercicio interesante. Es lo que realizan los creadores de variadas distopías que tanto disfrutamos en el mundo del cine (por suerte, sólo "reales" en la pantalla). 

   Una de las primeras distopías que leí fue Un mundo feliz de A. Huxley (empezando la preadolescencia por sugerencia de mi profesor de Matemática de octavo año, don Juan Gatica F.), para luego derivar a relatos de Bradbury y Asimov y toda una serie de narraciones subliterarias de ciencia ficción.  Ya les he contado en alguna ocasión que he pasado por etapas, cual si siguiendo una órbita elíptica pasara cada cierto tiempo tras la cara oscura de la Luna (o de otro ser celeste) y durante esas "pasadas" volviera a incursionar en dicho ámbito de lecturas. 

   Tal como lo dije, ha llegado la hora de hacer ficción política y ponerse en los dos escenarios posibles (porque no creo que se dé el caso presentado por José Saramago en su texto  Ensayo sobre la lucidez; nosotros, los chilenos, estamos a años luz de la lucidez,  😃). Los insumos que tenemos para esta tarea son bastantes y para todos los gustos, partiendo de las biografías  personales de los contendores, pasando por su actuación como alumnos de educación superior, como profesionales o no, dirigentes y hombres públicos.  En lo último  hay que tener en cuenta lo expresado, ejecutado y escrito desde que ingresaron a ese "mundillo". Asimismo, revisar y sopesar comentarios, discursos, posturas ante situaciones públicas y privadas (lo privado, mal que les pese a todos los pertenecientes a esta casta también resulta necesario e imprescindible ser conocido y evaluado cuando aquello tiene que ver con el aspecto valórico, judicial o económico, por ejemplo). Analizar proyectos, planes y programas en que se han visto directa o indirectamente involucrados,  etc.etc. Todo este trabajo debiera darse un elector bien informado y que desea votar por la opción que más se acerque a sus intereses y, ojalá, a los intereses de todos o casi todos. También correspondería evaluar los posibles escenarios en cada caso, sobre la base de la información obtenida del ejercicios de análisis  anterior. 

   Cuando uno como ciudadano "de a pie" no cuenta con todos los elementos para tomar una decisión o teniéndolos desea reafirmar su postura,  hay mucha información seria en los diferentes medios. Lo conveniente es escuchar, leer y mirar algo de lo que se dice o escribe  de ambos lados. No resulta fácil porque ya a estas alturas los que somos votantes de toda nuestra corta o larga vida tenemos una postura definida y no faltan los anticuerpos que se han ido creando por quien no es el elegido. Personalmente, a mí me cuesta mucho escuchar las declaraciones del no-elegido y sus partidarios; es un tema de rechazo a nivel de piel (u oído más bien). Casi no soporto sus tonos de voces. Lamentablemente, la intolerancia ha ido ganando terreno en mi persona y no sólo  es a nivel ideológico, lo que no deja de preocuparme un poco, aunque también creo que es un signo más de "vejentud", 😂.  Está claro que a nuestra edad algunas sujeciones y normas sociales ya no nos interesan. Es así como ya no estamos dispuestos a ser tan pacientes, a ser tan "comprensivos" con los que piensan extremadamente distinto, a callarnos ante lo que nos molesta o nos parece ofensivo y poco respetuoso, etc. Imagino que tiene que ver con aquello de que ya no nos vemos en la obligación de cuidar un trabajo, un cargo o una imagen social, entre otras cosas, por lo que ya no nos esforzamos igual que antes en darles en el gusto a todos o casi todos. A pesar de esta intolerancia que gana algo de terreno, debe quedar claro que no he caído en la ofensa o el ataque personal. ¡Eso  sí que no!

   Hacer ficción política del futuro que nos espera según sea el ganador, no es difícil si se tienen los insumos oficiales y más de alguno extraoficial que se le ha escapado a los candidatos o a sus asesores. Y en ese futuro no se puede dejar de considerar los demás poderes e instituciones que forman parte de la marcha del país, pues según quién salga electo actuarán de una manera o de otra. Eso no hay que olvidarlo...Ya queda sólo una semana para dilucidar el gran enigma, lo que no deja de ser un alivio a la incertidumbre presente. No obstante, se abrirá una nueva incertidumbre. ¿Podrá implementar su programa como corresponde? o ¿Perderemos mucho de lo obtenido y se dará inicio a una realidad distópica? ¡Sólo lo sabremos el próximo  domingo en la noche! En mi caso, además de ir a votar,  realizaré una serie de pequeñas acciones que contribuyan, aunque sea en forma ínfima,  a que el universo entero sea propicio para nuestros deseos, 😅! Hasta pronto.

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