domingo, 28 de marzo de 2021

Agente Topo en Marte....

   

   El Agente Topo, interesante documental chileno, que hace un mes tuve la oportunidad de disfrutar. Bueno, nunca tanto disfrute, si se entiende por ello la obtención de un placer, goce o alegría, porque la temática del filme no da precisamente para alegrarse. Es una realidad que impacta, especialmente cuando se ha tenido la experiencia de ver el envejecimiento y deterioro progresivo de nuestros seres queridos más cercanos (los padres) y uno, personalmente, va entrando en aquella curva indefectiblemente. Como acostumbro (ya no sé si calificar esta costumbre de conveniente o no) no averigüé mayores detalles del film antes de verlo, salvo su origen, escenario y posibilidades de ser premiada. No recordaba que era efectivamente un documental y desconocía completamente que sus "personajes" no eran actores. Posteriormente, me enteré de aquello, lo que agregó más puntos a mi valoración del producto. No haré un análisis artístico; carezco de la experticia ("expertiz", dirían los siúticos) para hacerlo. Sólo puedo decir que el gusto amargo con que uno queda al terminar de ver la obra se hace necesario -al menos de vez en cuando- frente a una perniciosa -y también comprensible- costumbre de esconder la cabeza como las avestruces. Cada cierto tiempo es perentorio un baño o, por último, una ducha, de realidad pura y dura. 

   En esta ocasión, ubiqué  al Agente Topo en Marte, no porque me haya extraviado completamente de contexto y ya por efectos de la edad esté chocheando. ¡Nada de eso! La explicación es simple y sencilla: fue una extrapolación y analogía, resultado de lo que había visto (el documental) y mi lectura diaria. Acabo de terminar de leer Marte Verde, segundo volumen  de la Trilogía Marciana  de Kim Stanley Robinson, y he aquí lo que ha sucedido.  

   Han transcurrido dos décadas de años marcianos (equivalentes a cuatro décadas terranas). La Revolución de 2061 ya está lejana, aunque todavía bien nítida en la memoria de los Primeros Cien que sobrevivieron a ella, y que siguen adelante gracias al tratamiento gerontológico al que se han sometido. Tienen más de cien años. Algunos recuerdos más distantes se han ido borrando, pero, en general, se encuentran en perfectas condiciones para trabajar y movilizarse. Algunas ciudades han sido reconstruidas, otras son completamente nuevas. Hay un nuevo ascensor espacial gracias al gentil auspicio de las transnacionales, verdaderas dueñas de Marte...y de la Tierra. Los gobiernos terranos son meros testaferros y empleados de estos grandes consorcios, que se han ido fusionando hasta sólo quedar unas pocas a cargo de los bienes  -y de las vidas- de ambos planetas. 

  Mientras tanto, ya hay dos generaciones de nativos marcianos, población que se hace cada vez más numerosa. Los que no viven y trabajan camuflados entre el personal de fábricas y empresas meganacionales, viven en refugios escondidos, tratando de pasar inadvertidos para el Comité de la Autoridad Transitoria, cuyos miembros 👮 son el brazo policial de las meganac. También existen ciudades o villas "demimonde", a la vista de todos, pero con una actuación neutral y discreta. 

   En la Tierra, el dueño de una de las transnac, cuya acción se diferencia de las demás en que, además de buscar beneficios, también contribuye al desarrollo de las naciones en las cuales se involucra, se interesa en llevar adelante un programa de apoyo a la Resistencia marciana. Y aquí es donde entra a tallar el "Agente Topo", Art Randolph, a quien se le prepara y selecciona para introducirse en alguna de las células de la Resistencia. 

   Cabe señalar que la generación "issei", como se le llama a los Primeros Cien (de los cuales sólo van quedando 39 luego de la fallida Revolución del 61) sigue siendo fuente de inspiración y guía del movimiento marciano,  ahora todos en el mismo sector, aunque oscilando desde la postura más extrema a la moderada en cuanto a los métodos "revolucionarios", lo que también sucede con las generaciones nativas.  Todos coinciden, eso sí, en la urgente necesidad de un gobierno autónomo e independiente de la Tierra, que mantenga relaciones de mutua cooperación con el planeta originario. No en vano, todos son humanos. El problema surge cuando se hace necesario una base común de principios y métodos para organizarse bien y llegar, esta vez sí, a un buen resultado, sin que aquello signifique una guerra civil. La tarea es ardua, con avances y retrocesos, sin que se asegure que el grupo de los "rojos" (los ambientalistas más acérrimos y defensores del estado primigenio del planeta rojo) deje de realizar atentados por su cuenta. 

    Mientras tanto, en la Tierra, el caos subsiste y se agrava. Las epidemias, el hambre y la guerra causan estragos, y sólo un tercio de la población tiene acceso al tratamiento gerontológico, lo que también es causa de numerosos y cruentos enfrentamientos. En la otra vereda, las trasnac se siguen fagocitando y luchando entre sí por el poder mundial. Siendo ése el estado del arte, se produce la fractura de parte del casquete polar antártico, lo que trae como consecuencia una catástrofe de nivel planetario: la inundación de todas las ciudades costeras del planeta. Es el momento clave para comenzar el movimiento en Marte, cuyo resultado tiene todos los elementos de los grandes eventos históricos.  

     ¿Por qué Marte "Verde" 

   En este volumen, ya se está a inicios del siglo XXII. Las acciones de terraformación han ido avanzando. El helado, desértico, desolado e inhóspito planeta al que llegaron los pioneros ha ido subiendo de temperatura, los glaciares se han ido derritiendo, la vegetación se ha ido instaurando como parte del paisaje, incluyendo bosques de árboles adaptados, aún pequeños en tamaño pero promisorios. También se cuenta con pequeñas granjas sustentables, con huertos y animales domésticos. La vida se ha ido imponiendo en Marte, más allá de las condiciones desfavorables. Las generaciones nativas, superiores en altura y agilidad que los colonos terranos, tienen un nuevo espíritu y se nota. El proceso de areoformación  es ya un hecho.

    A la par de la lectura, he ido revisando numerosos videos acerca del planeta rojo, cuyos datos científicos son absolutamente coincidentes con los presentados en la trilogía, a excepción, obvio, de la acción humana en él. Ello me ha llevado a aprender de todo un poco: de fenómenos físicos, químicos, biológicos, sociológicos, ecológicos, geológicos -o, mejor dicho, areológicos (por "Ares", el otro nombre de Marte). Así que, sin pertenecer a consorcio alguno, mis ganancias han sido extraordinarias. En imaginación, entretención, aprendizaje y amplitud de perspectiva. ¡Qué mejor! Hasta pronto.     

  

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