martes, 3 de septiembre de 2019

Tres mujeres, tres relatos...

    La lectura se hace más lenta cuando viajo. Las acciones son otras, leer ya no se conjuga en presente, sino en un pluscuamperfecto sui generis, casi ingrávido, en latencia. Por ello, avanza menos, o no avanza:  muchas veces permanece en un estado comatoso. Ya en casa, su estado cambia y se vuelve dinámico y presente, personal y femenino. 

   Conjugo el verbo leer a diario, especialmente de mañana y en silencio, sólo con la compañía del sonido monocorde del agua que cae y de la música con imágenes de lugares de ensueño y armonía. Ya en la tarde-noche, otros sentidos y otros verbos adquieren protagonismo, y las historias y personajes descansan hasta el día siguiente, cuando vuelven a cobrar vida y pueblan mi pequeño mundo. 

  Tres mujeres, tres relatos...

Laura Esquivel: "Mi negro pasado"

   Reconocidísima escritora mexicana, autora de "Como agua para chocolate", cuya lectura anterior le da más sentido a "Mi negro pasado", relato en que los genes negroides ocultos en un par de generaciones, se hacen presente con el nacimiento de Horacio, trayendo  a la actualidad un pasado ignorado, relegado, puesto bajo la alfombra, acerca de los ancestros familiares de María.
 Ella debe luchar contra el machismo, la discriminación, la obesidad y el consumismo, lucha en la que sale victoriosa gracias al apoyo de su abuela Lucía y al alejamiento de su forma de vida citadina, lo que le permite recuperar sus raíces y dejar atrás sus inseguridades, transformándose en una mujer segura de sí misma y de su sexualidad,  que valora la sabiduría ancestral, de la cual es ahora depositaria y cuidadora.


Carmen Mola: "La novia gitana"

   Primera novela de esta escritora española actual (nacida el año 1973), que se enmarca en el subgénero de novela negra o policíaca. No soy aficionada a este tipo de relato; si no me equivoco no he leído más de 5 en mi extensa vida como lectora, sin embargo, ésta me atrapó en su trama y me transformó en una Elena Blanco más, buscando obsesivamente la verdad de tan horrendos crímenes a través de sus páginas. No había leído algo tan brutal e inhumano, tan escalofriante y terrorífico, con un suspenso tan bien logrado.
   El relato se ha transformado en todo un best seller en los países en que se ha publicado, adquiriendo la autora el calificativo de "la Elena Ferrante de la literatura en español", comentario del que acabo de enterarme y que me asombra, porque, sin saberlo, el siguiente texto es precisamente de esa autora napolitana. Ahora me explico una de las razones por la que leí sólo en un par de días la historia.


Elena Ferrante: "El amor molesto"

  Es la quinta novela que leo de esta escritora italiana (1943), aunque esta última sea una de las primeras de su creación. El relato gira en torno a la vida de Amalia, madre de la protagonista, y a su propia infancia en el seno de una familia disfuncional, donde prima la violencia celópata del padre de Delia. La muerte de Amalia (suicidio) es lo que desencadena el retroceso a su niñez, tanto físico como emocional, en el que va descubriendo lo que la pátina del tiempo y los mecanismos de la mente habían ido borrando de sus recuerdos. 
   No es fácil leer la historia. A ratos, resulta un tanto laberíntica (le falta, desde mi humilde perspectiva, la fluidez narrativa que alcanza en la saga "Dos amigas"), pero es sin duda un relato digno de leerse.


   Las dos últimas escritoras comparten, además de la calidad, una característica poco común en estos días: ocultan su identidad tras un seudónimo. En el caso de Elena Ferrante, sólo en este último tiempo, hay ciertos acercamientos a su verdadera identidad (y ya tiene 76 años), pero en el caso de Carmen Mola se ignora.
   Luego de sumergirme en estas voces femeninas, sigo   mi incursión en similares aguas: Almudena Grandes es mi elegida ahora (también española), de la cual leí hace unos meses la excelente novela "Los aires difíciles".

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