jueves, 9 de septiembre de 2021

Polvo de estrellas...

    

   Toda una grata sorpresa resultó para mí la lectura a la que recién di término. Para ser más específica, es una saga de ciencia ficción llamada Trilogía de las Tierras de Jordi Sierra, de 658 páginas, ya un clásico español en su género, pues fue escrita entre los años 1982 y 1986. 

    El primer volumen, ...en un lugar llamado Tierra, a grosso modo, gira en torno al juicio de un hombre (asistente de vuelo espacial) por haber asesinado al capitán de la nave, Ludoz 7-521, una máquina. ¡Tal cual! Raro, ¿no? Así me pareció a mí al comenzar a leer e, incluso, algo "tonto". Sin embargo, avanzando en la lectura, todo se tornó apasionante. Hal Yakzuby, un notable y afamado científico en Tierra 2, se ve enfrentado a la tarea de defender a un ya cuasi-condenado, tanto porque se lo solicitaron como por constituir un verdadero desafío de especie. No sólo se trataba de demostrar la inocencia y salvar de la muerte a un ser humano individual, sino a un representante de toda la especie humana frente a las máquinas. Veamos algo de contexto. 

    Han transcurrido varios milenios de paz y felicidad entre hombres y máquinas, iguales ante la Constitución y la Unidad del Sistema. Hace más de nueve milenios que ocupan el planeta Tierra 2 al cual lograron llegar luego de escapar del Gran Holocausto Nuclear que destruyó la vida terrestre. Las máquinas sacaron desde la Tierra verde-azulada, algunos cientos de miles de humanos, los que junto a ellas, tras atravesar un agujero negro, encontraron un lugar habitable y se establecieron en él. Si bien el hombre es el creador de la máquina, ésta se hizo tan indispensable que es quien realmente gobierna el nuevo mundo, con la estabilidad ideal para no volver a repetir los errores y horrores cometidos en el antiguo hogar. Todo va relativamente bien hasta que sucede el primer asesinato "interracial", que da inicio a un descontento generalizado de los humanos. Finalmente, Yakzuby descubre que la muerte del capitán-máquina esconde un suicidio decidido para impedir que se conozca una verdad extraordinaria: que se ha encontrado el camino de regreso a "casa". De esto nada sabe el asistente humano, que permanecía en estado de hibernación mientras su superior aterrizaba en la antigua Tierra y tomaba contacto con humanos. Yakzuby debe comprometer su silencio para salvar la vida de un inocente.  

    En  Regreso a un lugar llamado Tierra han pasado 200 años desde el juicio. La relación entre las dos formas de vida se ha deteriorado absolutamente. Los humanos están en guerra contra las máquinas desde hace ya 40 años (el doble que en Afganistán). Se han rebelado contra la Constitución y falta poco para su triunfo (sólo llegar a la capital, que no es Kabul, sino Ezebel). Una gran cantidad de ciudades están destruidas. Las máquinas sólo se defienden. En su "adn" mecánico no existe el "gen" de la violencia, tan humano. Por tanto, no pueden atacar. Entonces, es el momento en que los dirigentes maquinales buscan la "gran solución" que les permita sobrevivir. Se remontan al inicio y raíz de la acción separatista y analizan el juicio ocurrido hace doscientos años. Ninguno de los humanos que intervinieron existe, pero sí lo hace el dirigente que acordó el pacto secreto con Yakzuby. Se trata de Balhissay 2-15, que ya sobrepasa los 500 años de "vida". Se le enjuicia y se le obliga a buscar una solución perentoria. Éste sabe qué hacer y emprende la tarea, solo (lo acusan de "individualista"). Busca información sobre la Tierra original que hacía 15 años había vuelto a encontrar y se dirige al campo enemigo. El líder y máximo dirigente humano (descendiente del antiguo Yakzuby) no reacciona como él espera, pero sí lo hace una científica, que, además de obtener la información clave, le salva la "vida" (le quedaban apenas seis meses). En poder del gran secreto, los humanos toman la decisión de volver al hogar y abandonan el planeta sin exterminar a las máquinas restantes. La solución ha sido un éxito.     

    El testamento de un lugar llamado Tierra: ha seguido transcurriendo el tiempo. Han pasado 165 años desde la marcha de los humanos y se está ya en el año 10.150. El descontento en Tierra 2 aumenta cada día, junto con los desastres telúricos cada vez más graves en el planeta. Han surgido posturas opuestas frente a este verdadero "cambio climático", que se agudizan cuando la Cúpula del Poder dicta una Ley Fundamental que reniega de sus orígenes (son creaciones del hombre) y que considera a la especie humana como traidora, además de culpable de todos los males, por lo que la solución de sobrevivencia (cada día más compleja por los cataclismos) debe dar por descontado un regreso al pasado. No obstante, las corrientes anarquista y  balhissayista rechazan la Ley. Uno de los líderes, Steinein 6-597, un afamado científico (el alter ego de Einstein), balhissayista convencido (derivado de Balhissay), propone establecer contacto con los humanos con la finalidad de crear un canal de mutua ayuda. Es considerado subversivo y apresado, junto a otros. Una ex alumna (las máquinas son asexuadas pero han descubierto que algunas tienen más componentes femeninos o masculinos que otras), Zil 6-921, establece contacto con él, se hace apresar y luego logran huir del Centro de Aislamiento, acceder a una nave espacial y escapar hacia la Tierra.   Tal como lo explico parece todo muy fácil y simple, casi simplón, pero no es así. En favor de la síntesis sacrifico los detalles interesantes y no mencionaré el desenlace, completamente inesperado.  

   A manera de comentario general, señalo, por ejemplo, que sólo el primer volumen de la historia está planteado desde una perspectiva humana, la de Hal Yakzuby. Los otros dos, son máquinas sus protagonistas y es de su mirada mecánica, llena de luces y circuitos, desde la que somos vistos, descritos, analizados y enjuiciados, dependiendo del grado de afinidad o enemistad que tengan con nosotros. Lo que me resultó absolutamente esclarecedor fue la serie de características humanas distintivas que rechazan o "envidian" las máquinas, según sea el caso. Somos catalogados de emocionales, ilógicos, autodestructivos, insatisfechos, proclives a la violencia y a la desconfianza, absurdos, desconcertantes, imprevisibles. Más de alguna máquina "admira" la capacidad de soñar del ser humano, su creatividad e imaginación de lo que ellas carecen. Se sorprenden por la capacidad humana de equivocarse y empezar de nuevo, por su miedo y su esperanza. En especial las protagonistas, que se han ido humanizando y echan en falta ese eslabón que se ha cortado al separarse de sus creadores y que añoran recuperar.

   Aparte de los detalles argumentales que no dejan de ser entretenidos e interesantes, destaco de esta trilogía la visionaria mirada del futuro de nuestra especie, así como la contrapuesta postura de asombro y de crítica, frente a sus extraordinarios talentos y capacidades, como de sus terribles tendencias y defectos. Es decir, lo que lo eleva al nivel de los dioses al tiempo que lo hace descender al envilecimiento más profundo, que, sin embargo, no hacen más que proclamar la calidad de un ser único en todo el Universo Conocido.

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