Así pareciera decirse Tía Lydia, "memento mori", mientras escribe afanosamente y a escondidas de todos la verdad sobre el Estado de Gilead, del que ha sido una de sus principales fundadoras, cuando fue apresada y puesta entre la espada y la pared. O cooperaba o sería ejecutada como las demás mujeres cuando aquellos fundamentalistas se tomaron el poder. Era una jueza de familia y junto a otras tres, debieron elaborar las leyes que regirían el nuevo régimen, a cargo del Consejo de los Comandantes. Lo hicieron y salvaron sus vidas, pero condenaron a todas las mujeres a quedar reducidas a seres humanos de segunda o ínfima categoría, dependiendo de su función en la urdimbre social.
La estructura de esta obra se organiza en torno a tres relatos principales: el de Tía Lydia (que escribe un manuscrito dirigido a su lector ficticio, donde da cuenta de lo que realmente sucedió y sucede en Gilead) y los testimonios de Daisy (también conocida por Jade o Pequeña Nicole) y Agnes (o Tía Victoria). Las dos últimas, adolescente y joven respectivamente, son hermanas de madre. Lo descubrieron casi al final del relato. Ambas tienen la responsabilidad de escapar de Gilead a territorio libre con los documentos que permitirán dar a conocer la verdad a todo el mundo libre y, con ello, provocar la caída de aquella nefasta teocracia. Estos testimonios corresponden a la información que ellas entregan de su experiencia fuera y al interior de Casa Ardua (lugar donde residen las Tías, vigilantes y educadoras en la religión "verdadera").
Al finalizar los testimonios, casi como en formato de un Anexo, se agrega la ponencia de un investigador sobre Gilead, presentada en un Simposio 70 años después de la caída del régimen. Es el año 2197. Los testamentos encontrados, según el orador, agregan más antecedentes y otorgan algo de claridad al oscuro gobierno.
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